LO QUE OCURRIÓ VERDADERAMENTE
Melvin Harris, miembro de la Society for Psychical Research, autor de Strange to relate I y Strange to relate II e ingeniero de la Cadena Nacional de Radio BBC y el World Service, escribió lo siguiente:
«El 4° de Norfolk no era un regimiento, sino un batallón del regimiento de Norfolk. No desapareció en Turquía, permaneció en combate hasta el final de la guerra. Es verdad que una sección del 5° Batallón de Norfolk se perdió durante la operación de desembarco en la Bahía de Suvla, pero esto nada tiene que ver con los platillos volantes ni con nubes misteriosas».
El regimiento de Norfolk se formó en 1908, como un cuerpo voluntario del ejército. Lo integraban los trabajadores de la finca real de Sandringham. Por eso, el capataz Frank Beck, fue ordenado capitán de ese cuerpo militar. Los oficiales y mandos se distribuyeron entre los mayordomos y jardineros, mientras que la tropa se formó con los mozos y sirvientes. Al iniciar la guerra el regimiento fue reforzado con soldados y oficiales provenientes de la Commonwealth.
El 5° Batallón de Norfolk era parte de una brigada que trató de ocupar las cumbres de Kavak Tepe y Tekke Tepe, el 12 de agosto de 1915, había llegado a Suvla tan sólo dos días atrás. Al mando de este Batallón estaba el coronel Sir Horace Proctor Beauchamp, famoso por su exceso en fumar pipa. A las 16:15 de aquel 12 de agosto Beauchamp pidió sonar los silbatos y ordenó una carga a través de la maleza con el fin de establecer una base en las citadas colinas. Sin embargo, al adentrarse en la maleza se perdió la formación y varios hombres perdieron contacto derivando hacia las líneas británicas. El coronel, junto con 16 oficiales y 250 hombres, no fueron vistos de nuevo.
Harris, que se ha especializado en desenmascarar mitos ufológicos y parapsicológicos, cita una carta de H. W. Nevison que dice:
«No podemos dudar que sus restos yacen en la maleza a los pies de la sombría y ominosa colina; la última esperanza de la bahía Suvla se marchitó con su trágica desaparición».
Harris cree que algunos hombres del 5° Batallón fueron capturados por los turcos, pero esto era peor que si hubiesen muerto. Los historiadores militares Mayores D. H. Cole y E. C. Priestley probaron que cerca de 5,000 prisioneros tomados en Kut murieron bajo manos turcas debido a la «brutalidad de los turcos quienes trataban a sus propios soldados como a perros, y no tenían misericordia por los prisioneros enfermos y hambrientos».
Se sabe que el 21 de agosto fue un día desastroso. Amaneció nublado. El campo de batalla estaba cubierto por una neblina perfectamente normal, aunque un poco fuera de estación. En el Final Report of the Dardanelles Comision, Sir Ian Hamilton apuntó:
«Por algún extraño capricho de la naturaleza la bahía Suvla y la planicie fueron cubiertas por una extraña neblina. Esto fue de muy mala suerte ya que no podíamos ver al enemigo. Además, al atardecer el Sol nos cegaba y difícilmente veíamos las líneas enemigas. Deseaba posponer el ataque pero por varias razones esto no fue posible».
La brigada de la 29ª División se lanzó hacia la Colina 60 y la Colina Scimitar, pero los británicos fueron despedazados por el fuego cruzado del enemigo. La brigada 86 de la 29ª División fue aniquilada.
Harrison cree que los tres zapadores confundieron dos acciones bastante diferentes: la desaparición o captura del 5° Batallón, el 12 de agosto; y la aniquilación de la brigada 86, el 21 de agosto durante una neblina.
Dice Harrison: «No se les puede juzgar a estos viejos soldados debido a fallas en su memoria. Pero a los que no se les puede excusar es a los escritores que hicieron dinero con el cuento sin investigarlo».
El primer libro en el que leí del asunto fue el de Keel. En 1971 escribí a las supuestas direcciones de los zapadores, en Nueva Zelanda, pero ya sea por mi pésimo inglés o por cualquier otra razón, mis cartas fueron regresadas por el correo indicándome que no existía tal dirección y eran necesarios más datos. También escribí al matrimonio Hinfelaar (Hank y Brenda), quienes editaron Spaceview hasta el número 64 (1972), ya que Victor Harris publicaría el último número, 65, en 1975. Ninguno de ellos se dignó contestar mis cartas pidiendo información de los zapadores. En primera instancia podría suponer que no existieron tales zapadores porque no los pude localizar por correo, pero, «la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia». Siete años después escribí lo siguiente en otra revista ufológica: «Creo que Harrison es demasiado blando en sus juicios. La historia de Reichart está plagada de errores: las fechas son erróneas; confunde los batallones; la ubicación esta equivocada… Pienso que es probable que ni siquiera hayan existido esos tres zapadores y que todo fue una historia inventada para llenar las páginas del Spaceview».
En 1992 se publicó la novela histórica de Nigel McCrery, quien posteriormente coproduciría la película para la televisión BBC2, basada en el libro sobre el caso. Una crítica magufa de este trabajo se puede encontrar aquí.
En el documental y en el libro se menciona el reporte del reverendo Charles Pierrepoint Edwards, quien había sido capellán de la brigada, y además, había estado comisionado por la propia Reina Alexandra para averiguar el paradero del 5° de Norfolk (recordemos que parte de sus miembros pertenecían a su finca de Sandringham). Edwards afirma que al término de la guerra, un soldado tropezó con una divisa enterrada en la arena de las que se empleaban en las gorras del regimiento. Escarbando un poco descubrió varios cadáveres. Edwards organizó las excavaciones y descubrió los restos de 180 hombres, entre los que se encontraban, por lo menos, 122 de los miembros de su batallón. El cuerpo de Beck se encontraría cuatro años después a menos de 200 metros del primer sitio.
El informe que redacto Edwards y que fue publicado hasta 1969, indicaba que los restos habían sido hallados a unos 800 metros tras las líneas turcas en las ruinas de una antigua granja. Todos los cuerpos presentaban un orificio en el cráneo: se les había dado el tiro de gracia. Es decir, los turcos los habían capturado, pero no los mantuvieron como prisioneros: los ejecutaron y los echaron en una fosa bajo la granja
COLOFON
Años después, en uno de los múltiples programas de Nino Canun, uno de los ufólogos esgrimió el caso como prueba de las abducciones. Yo me quede mirándolo y con compasión verdadera pensé: pobre imbécil, ¿cómo estará la ufología mexicana, si sus expertos no leen las revistas ufológicas? Hacía ya diez años que se conocía la explicación al caso, y éste tipo todavía creía que era algo extraordinario. No hice ningún comentario. No valía la pena. En su lugar vinieron a mi mente las imágenes de la película Gallipoli, de una crudeza desgarradora. ¿Cuántos hombres perdieron la vida? Al imaginar lo que verdaderamente ocurrió en ese lugar comprendí que lo que decía el ufólogo tan sólo eran comentarios de muy mal gusto y lo mejor era olvidarlo.
All The King»™s Men, el programa de la BBC que resuelve el misterio del «Regimiento de Norfolk».
Atatürk.
El mismo Ataturk con algunos de sus soldados en las trincheras.
El coronel Beauchamp de la película de la BBC.
Sir Ian Hamilton conversando con el teniente coronel CMH Doughy Wyllie frente a las costas de Gallípoli.
Foto del área del rododendro y la granja en donde fueron encontrados los cuerpos.
Cuatro panorámicas de Anzac Cove.
Pintura de Frank Corozier, The Beach at Anzac, 1919.
Playa W.
Dead Lodge. Se supone que esta es la famosa colina en donde «desapareció» el «Regimiento de Norfolk».
Mapa de esa zona de los Dardanelos.
Traslado de los heridos.
Cartel en honor de los caídos en Gallipoli.
Evacuación de las tropas.
Escena de All The King»™s Men.
Escudo del regimiento de Norfolk.
Obelisco erigido en recuardo de los caídos en Gallípoli.
El monumento se encuentra en Helles.
Fin
Harris Melvin, Non mystery of the disappearing regiment, Fate, enero de 1982.
Harris Melvin, The marking of a Myth., Fate, mayo de 1981.
Nigel McCrery, Vanished Battalion, Simon & Shuster UK Ltd, London, 1992.
All the King»™s men, Documental de BBC2, salió al aire por primera vez el 15 de noviembre de 1991.
Camacho Santiago, La verdadera historia del batallón perdido, Enigmas del hombre y del universo, Año 6, No. 2, pags. 38-43, Madrid, España, 2001.