OBJETIVIDAD Y UFOLOGÃA[1]
Héctor Escobar Sotomayor
En el mundillo ufológico mexicano, si es que existe tal cosa, el gran público conoce dos versiones bastante maniqueas que han sido promovidas por los medios de información: Crees que existen los ovnis: eres un «creyente». Crees que no existen: eres un escéptico.
Dada la escases de ufólogos serios en México, la postura tradicional enfrenta por un lado a «creyentes» (en el sentido religioso del término) frente a «escépticos». Sin embargo, al parecer la única ufología mexicana a la que se puede dar ese nombre es la ufología escéptica.
Tal toma de partido «creyentes» vs. «escépticos» es relativamente reciente y podemos seguirla prácticamente hasta el año 1991, en que se funda la S.O.M.I.E. (Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica). Con anterioridad a ella, no existía -organizada formalmente- ningún tipo de ufología escéptica, ni tampoco creyente en México.
La palabra escepticismo proviene del griego Skepticos que significa literalmente «el que observa».
En el escepticismo como doctrina filosófica deben distinguirse -al menos- dos aproximaciones; una primera que plantea la imposibilidad del conocimiento de «causas últimas» (el escepticismo filosófico propiamente dicho), que está en clara oposición al dogmatismo; y una segunda forma, el escepticismo metodológico que consiste en aplicar la duda racional como instrumento para el conocimiento. Es en este segundo sentido que los «escépticos» planteamos una «ufología escéptica». Es decir la duda racional en torno al fenómeno ovni.
OVNIS Y VIDA EXTRATERRESTRE
Obviamente, en esta tarea encontramos numerosas objeciones. Una de las más comunes, se refiere a nuestro supuesto «egocentrismo» y mentalidad inquisidora, en la medida en que, -se dice-: Negamos la posibilidad de vida inteligente en algún otro punto del universo. Nada más lejos de la verdad. Al menos, me parece todos nosotros creemos que la posibilidad de vida extraterrestre en otro lugar del universo es enormemente probable. Pero nótese que usamos el término «posibilidad», es decir NO CERTEZA. En mi opinión el fenómeno ovni -por el momento- no contiene ni la fuerza ni la evidencia necesarias para proporcionar «pruebas» de la existencia de vida extraterrestre.
¿A que nos referimos cuando hablamos de pruebas? El ufólogo escéptico espera una evidencia sólida y contrastable. No estamos ya en la postura de solicitar un ovni con todo y extraterrestres, como ingenuamente se nos atribuye, sino que buscamos aquello que nuestro amigo Luis Ruiz llamara «el Objeto Ufológico Permanente»[2]. Es decir evidencia contrastable de la presencia de una tecnología desconocida y superior, lo que sería finalmente lo interesante del problema ovni; dejando aparte la posibilidad de que se tratara de fenómenos naturales desconocidos o particulares y el gran interés que acarrearía esto para la física atmosférica y la meteorología y con independencia de la importancia del estudio psicosocial del fenómeno ovni.
LAS HIPÓTESIS OVNI.
En el medio ufológico mexicano el problema de los ovnis conoce una sola explicación: la HET. Esto acarrea varias consecuencias, algunas buenas y otras malas.
Me parece bastante sano que no tengamos defensores de hipótesis absolutamente descabelladas como la «teoría de la tierra hueca», los «zeroides», «entidades sobrenaturales»[3] o demás linduras por el estilo. Pero, por otra parte, la cerrazón E.T. de los creyentes impide cualquier posibilidad de un debate en donde analizar objetiva y abiertamente un reporte ovni.
Uno difícilmente puede alegar que el supuesto ovni del eclipse corresponde a un planeta, o que algunos de los «miles de videos» (curiosamente nunca se muestran más de 10)[4], sea absolutamente igual a un globo, sin que se arremeta en contra del pensamiento racional acusándonos de nuevas inquisiciones mientras, modestamente[5], los crédulos pretenden ponerse en los zapatos de Galileo o Giordano Bruno.
Ante el creyente, el escéptico es cuando menos un inquisidor, cuando más… aun no lo sé, pero ya he recibido la crítica de ser un agente desinformador de la C.I.A. Sin comentarios…
Para el creyente, en México, no hay medias tintas, cualquier luz en el cielo es una prueba innegable de la presencia de seres extraterrestres. Casos que el medio ufológico ha desechado hace más de diez años por ser comprobados fraudes o engaños, en México reciben enorme apoyo. Aunque se dude, en México aún se cree en Billy Meier, en Majestic 12, etc.
En México, los ufólogos escépticos compartimos la idea de que es necesario separar dos elementos. El Fenómeno Ovni por un lado y el reporte ovni por otro.
Nuestra línea de trabajo pues enfrenta así dos derroteros: la búsqueda de explicación racional a un reporte interesante (fotografía, video, huella de aterrizaje) y el análisis del contexto en que se da el reporte ovni Es decir un estudio de dos objetos, por un lado la «evidencia» ovni y por otro el estudio del testigo ovni desde un aspecto psicológico y social. Estudio que no excluye los medios de información y su tratamiento del tema ovni, y ¿por qué no?, a los mismos ufólogos.
Entonces…, ¿por qué investigamos el fenómeno OVNI?
Al menos en el caso de la mayoría de los miembros del equipo editorial de esta revista, nos iniciamos en el fenómeno ovni hace al menos 10 años en la desaparecida revista Contactos Extraterrestres. En ese entonces, todos nosotros, éramos creyentes a ultranza del fenómeno ovni, dispuestos a desenfundar espadas contra todo aquel que negara la extraordinaria «evidencia» con la que creíamos contar. El tiempo, y sobre todo la experiencia de la investigación nos han desengañado. Cuando al investigar un caso veíamos el interés de lucro, la necesidad de notoriedad, o el simple llamar la atención -por no mencionar los intereses abiertamente adoctrinadores de muchas personas- iba germinando en nuestras mentes la duda.
Pero no se trata de una duda destructiva como se pretende hacer creer. Se trata de una duda abierta y creadora. Es decir, si logramos encontrar un solo caso ovni (no miles de videos como alguien asegura tener), una sola evidencia fuerte y contrastable valdrá la pena. No queremos migajas…
[1] Publicado originalmente en Perspectivas Ufológicas, Año 1, No. 1, México, diciembre de 1993. Págs. 2-4.
[2] Ver https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/11/ufologia-%C2%BFuna-ciencia-3/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/11/ufologia-%C2%BFuna-ciencia-final/
[3] Esto lo escribió Héctor en 1993 sin saber que años más tarde los maussanitas comenzarían a hablar de «Ebanis» (Entidades Biológicas Anómalas No Identificadas). Es decir, la misma marrana, pero revolcada, que los zeroides. En el primer caso «“los «Ebanis»- se trata de globos; en el segundo eran termales.
[4] Se refiere a los videos de globovnis que Maussán presentaba en los programas de Nino Canún. Actualmente ya son, en efecto, miles.
[5] Yo diría descaradamente.
Mas claro, imposible.