Reunión extraordinaria de magufos

Luego de publicarse las fotografías de la región de Cydonia, obtenidas por la European Space Agency (ESA), en las que se muestra sin ninguna duda que la «cara de Marte» era una simple pareidolia, hubo una reunión extraordinaria de magufos para apoyar a Richard C. Hoagland.

Las fotos se consiguieron con una cámara etéreo de alta resolución (HRSC) instalada en la sonda Mars Express el 22 de julio de este año. Fueron procesadas en el German Aerospace Center (DLR) por el profesor Gerhard Neukum y en el Instituto de Geociencias de la Freie Universitaet, de Berlin, y muestran una simple formación natural: una colina.

Con este nuevo descubrimiento el bueno de Hoagland se ha quedado sin chamba y tanto George Noory como Estontón Friedman se han acercado para echarle una manita. El famoso conductor del programa radiofónico Coast to Coast y el físico nuclear y diesel (dice él que es físico nuclear) le han propuesto nuevas interpretaciones y teorías a Hoagland para que pueda seguir llevando el pan a su casa engañando a los incauto…, perdón, a sus lectores.

Noory le aconseja decir que el verdadero planeta de los simios es Marte y que lo que se ve en Cydonia es la cara de un gorila, no de un ser humano.

Estontón, por su parte, ha elaborado una teoría más complicada. Según él la cara fue hecha por los antepasados de los antiguos olmecas, que posteriormente llegarían a la Tierra para establecerse en las costas de lo que ahora son los estados de Veracruz y Tabasco.

Cualquiera de las dos historias las podrá usar Hoagland durante algunos años mientras se le ocurre algo nuevo. Total, como los cuentos van dirigidos a los ufólogos y seguidores de la ufología, fácil se los tragan y mientras tanto pasa el tiempo para que Richard pueda jubilarse.

Los extraterrestres del siglo XIX

LOS EXTRATERRESTRES DEL SIGLO XIX[1]

Seguramente nuestros lectores recuerdan al ingeniero Roberto López, investigador y escéptico profesional que se interesa por cuestionar con solidez y buena fe lo dicho por los ufólogos. Independientemente de la respetable opinión de nuestros lectores, queremos apuntar que nosotros consideramos que un poco de escepticismo, siempre resulta saludable.

En esta ocasión, Roberto López no se ocupa de los ufólogos ni de los ovnis, sino de un curioso caso de credulidad masiva ocurrido en 1835, que resulta de particular interés por las indudables enseñanzas que puede reportar.

He aquí el relato de uno de los engaños más exitosos en la historia del periodismo… mucho tuvo que ver en la credulidad de personas ingenuas del siglo pasado que prefirieron maravillarse ante lo que les describieron como un hecho extraordinario, antes de formularse e intentar responder con rigor las preguntas que debía suscitar.

En todas partes se cuecen habas. Y podemos añadir que también en otros tiempos «“como hoy-, se cocían habas. Fraudes ha habido, hay y habrá, pero uno de los campos más fértiles para que se desarrollen son los de los ovnis, la parapsicología, y en general, los de las llamadas «paraciencias». Y esta no es una posición elitista de mi parte. Ya el mismo «padre de la ufología», el doctor J. Allen Hynek, director del CUFOS, decía: «Este campo «“el de la ufología- ha atraído también a una notable cantidad de mentirosos y embusteros que abrazan la causa porque les satisface alguna necesidad psicológica íntima».

Dejemos de lado en esta ocasión los casos recientes, y retrocedamos hasta 1833, en que se realizó el engaño periodístico de mayor éxito en la historia.

EL VIAJE DE HERSCHEL

Screen-Shot-2013-04-10-at-1.41.15-PMTodo empezó el otoño de 1833, cuando el famoso astrónomo inglés Sir John Herschel salió de Inglaterra rumbo al Cabo de Buena Esperanza, con el fin de establecer en ese lugar un observatorio, y elaborar un catálogo y múltiples mapas de las estrellas visibles en el Hemisferio Sur. Con algunos colegas y varios instrumentos ópticos, llegó a su destino.

Sir John Herschel había nacido en 1792: era hijo del también astrónomo (de origen alemán) Sir William Herschel, descubridor de Urano en 1781, y de dos de sus satélites «“Titania y Oberón- en 1787. Sir William había descubierto asimismo dos satélites de Saturno «“Encelado y Mimas- en 1789, y era autor de otros trabajos y descubrimientos. Su hijo, Sir John, perfeccionó el método de su padre para calcular las magnitudes estelares, y realizó importantes investigaciones sobre las estrellas dobles y nebulosas.

Durante dos años no se supo nada de Sir John. El primer informe que llegó a los Estados Unidos sobre sus investigaciones apareció en The Sun de Nueva York del viernes 21 de agosto de 1835.

El periódico Edinburgh Courrier (Escocia) informaba a sus lectores: «Acabamos de saber, por conducto de un eminente editor de esta ciudad, que Sir John Herschel ha realizado en Cabo de Buena Esperanza algunos descubrimientos verdaderamente maravillosos con la ayuda de un enorme telescopio, de diseño enteramente nuevo».

EL SOL DE NUEVA YORK

Cuatro días después aparecía el siguiente encabezado en la primera plana del Sun:

GRANDES DESCUBRIMIENTOS ASTRONÓMICOS

Por Sir John Herschel, L.L.D, F.R.S, & C.

En el cabo de la buena esperanza.

(Del Suplemento del Edinburgh Journal of Science)

SIL7-281-01En El Sol de Nueva York se explicaba que un «culto caballero» de Escocia, que visitaba Nueva York, traía un ejemplar del Suplemento de la Revista Científica de Edimburgo. Había leído el artículo sobre Herschel y proporcionó dicho ejemplar al Sun. El artículo había sido escrito por el doctor Andrew Grant, principal colaborador de Herschel en Cabo de Buena Esperanza. Era su bitácora diaria que comenzaba de la siguiente manera:

«En esta adición inusual de nuestro diario, tenemos la dicha de dar a conocer al publico británico, y por lo tanto a todo el mundo civilizado, recientes descubrimientos en la astronomía que constituirán un monumento imperecedero a la época en la que vivimos, y conferirán sobre la actual generación de la raza humana una orgullosa distinción para tiempos venideros».

La primera parte del artículo estaba dedicada a la descripción de un extraordinario y novedoso telescopio que contaba con una lente colosal de cuatro metros, y pesaba 6,725 kilogramos. Con él se obtenía una amplificación de 42,000 veces el tamaño del objeto observado a la distancia. A este telescopio se le había añadido las lentes de un microscopio que amplificaba la imagen miles de veces. Para resolver el problema de la falta de nitidez que se producía mientras más se amplificaba una imagen, Herschel enfocaba la primera parte del telescopio sobre una placa de vidrio pulido y la iluminaba con la luz intensa de un pedazo de cal que había sido calentado previamente con un soplete oxhidrílico. La imagen así abrillantada era amplificada aún más por el microscopio, y proyectada sobre la pared del cuarto de observación (como en la pantalla de un cine).

SIL7-281-02«Para hacer nuestro entusiasmo inteligible, indicaremos inmediatamente que, por medio de un telescopio de grandes dimensiones basado en un principio enteramente nuevo, el joven Herschel, en su observatorio en el hemisferio Sur, ya ha hecho los descubrimientos más extraordinarios en cada planeta de nuestro Sistema Solar; ha descubierto planetas en otros Sistemas Solares; ha obtenido distintas vistas de objetos en la Luna, completamente iguales a como vemos los objetos terrestres a distancias de cientos yardas, a ojo desnudo; ha resuelto afirmativamente la pregunta de si este satélite esta habitado, y ordenando las cosas; ha establecido firmemente una nueva teoría de fenómenos cometarios; y ha solucionado o ha corregido casi cada problema fundamental de la astronomía matemática».

La segunda parte del artículo, aparecida el miércoles 26 de agosto de 1835, consignaba las narraciones maravillosas según las cuales Sir John y su ayudante habían visto por primera vez la Luna con el nuevo telescopio la noche del 10 de enero de 1835, distinguiendo en ella un área cubierta de roca basáltica verde oscuro, flores de color rojo oscuro, y unas como amapolas rosas.

«Al quitar la pantalla del último, el campo visual fue cubierto completamente por una visión maravillosamente distinta, e incluso viva de roca basáltica. Su color era de un marrón verdoso, y la anchura de las columnas, como se definió por los intersticios en la pantalla, era invariable de veintiocho pulgadas».

UNICORNIOS, PÁJAROS Y DEMONIOS

SIL7-281-03El relato continuaba hablando de selvas árboles semejantes a los tejos y abetos ingleses. Más tarde, Sir John y sus colaboradores exploraron el lugar conocido como «Mare Nubium» (Mar de las nubes) de Riccoli:

«… Las playas más lindas que ningún ángel haya pisado en un viaje de placer. Playas de arena blanca, con rocas encastilladas que parecían de mármol verde, adornadas y festonadas en sus cimas con el follaje de árboles desconocidos, que se movían por toda la brillante pared de nuestro departamento, dejándonos mudos de admiración».

Después, tuvieron a la lista una región de grandes cristales de amatista de 27 metros de altura; y descubrieron por fin los primeros «animales», manadas de cuadrúpedos «color café» parecidos al bisonte, unicornios de color azul plomo, más o menos del tamaño de una cabra; pájaros marinos y «una extraña criatura anfibia de forma esférica, que rodaba a gran velocidad por la costa llena de guijas».

Termina el reportaje del 27 de agosto con este párrafo: «Las noches del 11 y 12 estuvieron nubladas, y eran desfavorables para la observación; pero en las del 13 y 14 se descubrieron más animales de interés para el ser humano».

SIL7-281-05En la tercera parte del reportaje se abundaba sobre las especies zoológicas; se incluían «una especie de reno pequeño, un alce, una morsa, un oso con cuernos, un cuadrúpedo elegante de piel listada, de un metro de altura, como una pequeña cebra y, lo más sorprendente, un castor bípedo sin cola, que caminaba erecto sobre las dos patas traseras, y que construía chozas de altas chimeneas que dejaban escapar humo».

En toda la costa Este de los Estados Unidos, principalmente en Nueva York, se había formado un pandemonium. Todo mundo hablaba de los sorprendentes descubrimientos efectuados en la Luna.

El Sun de Nueva York, que no tenía ni dos años de establecido, había aumentado su tiraje a 19,360 ejemplares, en esa época el mayor del mundo; superando al Times de Londres, con 17,000 ejemplares, a pesar de que éste ya tenía 50 años de fundado.

La cuarta parte del reportaje apareció en el Sun el 28 de agosto, y en ella aparecía lo más sorprendente.

EL VESPERTILIO-HOMO

SIL7-281-06El doctor Andrew informaba en el Sun que había visto a los habitantes de la Luna, a los que se les dio el nombre de «vespertilio-homo» u «hombre-murciélago»; el promedio de estatura de estos seres era de 1.20 metros y, con excepción del rostro, estaban enteramente cubiertos de pelo corto, brillante y de color cobrizo; tenían alas formadas por una membrana delgada, carente de pelo, que caían sobre sus espaldas desde los hombros hasta las pantorrillas. Esta característica era la que les daba aspecto de murciélagos.

«Eran ciertamente como seres humanos, porque sus alas ahora habían desaparecido, y su actitud al caminar era erguida y digna. Observándolos por algunos minutos a esta distancia, introdujimos la lente Hz que los trajo aparentemente a una distancia de ochenta yardas; la máxima magnitud que tuvimos hasta finales de marzo, cuando efectuamos una mejora en los quemadores de gas.

«A la mitad de la primera parte había pasado más allá de nuestra pantalla; pero de todos los otros teníamos una visión perfecta distinta y deliberada.

«Tenían un promedio de cuatro pies en altura, estaban cubiertos, menos la cara, con pelo corto color cobre y brillante, y tenía alas integradas por una membrana fina, sin pelo, descansando cómodamente sobre sus espaldas, desde sus hombros hasta sus pantorrillas.

«La cara, que era de un color amarillo carne, era una leve mejora del orangután, siendo más abiertos e inteligentes en su expresión, y teniendo una extensión de la frente mucho mayor.

«La boca, sin embargo, era muy prominente, aunque rodeada por una barba gruesa sobre una quijada más baja, y con labios más humanos que los de cualesquiera especies del género simia.

«En general la simetría del cuerpo y los miembros eran infinitamente superiores al del orangután; tanto, que, por sus alas largas, el teniente Drummond dijo que se veían tan bien como ¡un desfile de la vieja milicia de cockney!

«El pelo de la cabeza era de un color más oscuro que el del cuerpo, rizado, pero al parecer no ensortijado, y arreglado en dos curiosos semicírculos sobre los temporales de la frente».

En la quinta y sexta partes del reportaje se descubrían otras maravillas, como un vidrio de cuarzo sólido de 544 kilómetros de longitud; lomas de «mármol blanco como la nieve»; un «venado alto y blanco, con largas y amplias astas negras como ébano»; enormes templos de zafiro pulido, con techos de metal amarillo, sostenidos por columnas de zafiro de 21 metros de altura, y «primorosos valles verdes de belleza y fertilidad paradisíaca, como un Edén primitivo, para bendición de su habitantes».

En la parte final del artículo hablaban los astrónomos de hombres murciélagos «de belleza infinitamente superior, ligeramente superada por los ángeles de las escuelas pictóricas de mayor imaginación».

«(Esto concluye el Suplemento, a excepción de cuarenta páginas de notas ilustrativas y matemáticas, que elevarían mucho el tamaño y el coste de este trabajo, sin añadir gran cosa a su interés general. «“Editor del Sun)»

Después de causar asombro en los Estados Unidos, la historia fue reproducida en casi todo el mundo.

Varios de los periódicos competidores del Sun señalaron que la historia constituía un engaño, pero muchos consideraron que esto se debía a lo celos suscitados por el éxito obtenido por el Sun. El Herald, también de Nueva York, aclaró que la Revista Científica de Edimburgo había dejado de existir años antes, e identificó al autor de la historia como Richard Adams Locke, reportero estrella del Sun, y brillante profesional graduado en la Universidad de Cambridge. Pero fue inútil, la gente siguió creyendo en lo dicho en el Sun.

Locke nunca admitió públicamente ser el autor de la broma. Se han mencionado otros dos nombres como posibles autores: Jean-Nicolas Nicollet, astrónomo francés que en ese entonces viajaba por América, aunque cuando aparecieron los reportajes del Sun él estaba en Mississippi; y Lewis Gaylord Clark, redactor de la revista Knickerbocker. Pero las sospechas más fuertes caen sobre Locke.

El 16 de septiembre de 1835 el Sun publicó una columna en la cual discutió la posibilidad de que la historia fuera una broma, pero nunca confesó nada. Por el contrario, escribió:

«Ciertos corresponsales nos han estado urgiendo a confesar que todo fue una broma; pero esto no lo podemos hacer de ninguna manera, hasta que tengamos el testimonio de los artículos ingleses o escoceses para corroborar tal declaración».

Esto fue lo más cercano que estuvo el Sun de admitir su culpabilidad.

TODO FUE UN FRAUDE

Casos como el referido no son propios de esa época, y resulta particularmente importante saber porqué ocurren. El necesario análisis de sus implicaciones psicológicas corresponde «“obviamente- a los especialistas en estos temas.

Por mi parte, creo que existen varios factores que suscitaron la credibilidad en el relato del Sun. La gente de todos los lugares y todas las épocas gusta de oír y creer en lo milagroso y raro. Se trata del tipo de dependencia que describe Erich Fromm en El miedo a la libertad. Historias como la referida combinan elementos múltiples y extraordinarios como el telescopio, las flores, los animales comunes, animales raros y hombre-murciélagos mencionados.

La mayoría de la gente considera que si algo ha sido publicado es que necesariamente es cierto, y este prejuicio se refuerza con el uso inescrupuloso de palabras como «ciencia», «teoría», etcétera. En muchas ocasiones se citan datos concretos como nombres, fechas y lugares, los que dan visos de realidad al relato. Muchas veces el autor del artículo tiene suerte y aparece por ahí alguno que aporta nuevos datos que confirman lo dicho por él. Fue el caso del distinguido caballero que se encontraba entre la multitud apiñada en torno al edificio del Sun, y que señaló haber visto subir el gigantesco lento a un barco en los muelles de Londres. (El caballero en cuestión era nada menos que Richard Locke).

Por supuesto que cuando la gente tiene algunos conocimientos científicos, es más difícil que se le engañe. Pero, a lo que parece, nadie de aquella época reparó en el tremendo error que constituía decir que en la Luna había mares y una atmósfera que permitía volar a los extraños seres alados. Tampoco hubo quien reparara en el truco practicado con el telescopio y el microscopio, pues al proyectar una luz brillante sobre una imagen imprecisa, ésta simplemente desaparece. Por otra parte, cuán risible resulta hoy el cuento de los unicornios, los seres angelicales y los huertos del Edén. Finalmente, pueden ocurrir acontecimientos inesperados que respalden el fraude, cuando las personas dan testimonios falsos por un error honrado o sin honestidad, únicamente para obtener publicidad.

CONCLUSIÓN

Hoy día, como en épocas anteriores, la gente está ansiosa por creer en historias extrañas e improbables. Muchos creen firmemente en la reencarnación, en la astrología, en los platillos voladores, en las casas encantadas, en el Yeti, etcétera. Esto ha propiciado un «boom», un resurgimiento de las diversas «paraciencias». Entre los libros más vendidos se encuentran los relativos a los ovnis o a la parapsicología. Muchas nuevas revistas sobre estos temas han ido apareciendo en el mercado. Existen programas de televisión especializados, y se han realizado varias películas alusivas que se han significado especialmente por su éxito en las taquillas.

Continúa aún la polémica suscitada por Platón sobre la existencia de la Atlántida. Pero, ¿y si Platón hubiese escrito su reato al estilo de Locke?

Muchas veces se ha atacado a la «ciencia establecida u oficial» de ser demasiado escéptica, pero yo creo que el escepticismo es saludable. La mejor defensa contra el engaño consiste en ser un poco escépticos y tener algunos conocimientos científicos básicos, porque, como decía William Shakespeare: «Que buena mentira nos rodea».

REFERENCIAS

Poe Edgar Allan, Richard Adams Locke, en The Literati of New York City No. VI, October 1846, Godey’s Lady’s Book, págs.159-162.

Griggs William N., (ed.), The Celebrated «Moon Story,» its origin and incidents; with a memoir of the author, and an appendix containing, I. An Authentic description of the moon; II. A New Theory of the Lunar Surface, in relation to that of the earth. New York, 1852.

O’Brien Frank M., The Story of The Sun, D. Appleton and Company, New York. 1928, Chapters 1-6.

Reaves Gibson, The Great Moon Hoax of 1835, The Griffith Observer, November, 1954. Vol. XVII, No. 11, págs. 126-134.

Seavey Ormond (ed.), The Moon Hoax, Or, A Discovery That The Moon Has A Vast Population of Human Beings, Gregg Press, Boston, 1975.

Evans David S., The Great Moon Hoax, Sky and Telescope, September, 1981, págs. 196-198.

Evans David S., The Great Moon Hoax, Sky and Telescope, October, 1981, págs. 308-311.

Crowe Michael J., The Extraterrestrial Life Debate, 1750-1900, Cambridge University Press, 1986, págs. 202-15.

William Herschel.

Diversas fotografías de John Herschel.

El telescopio de Herschel.

Portada de The Sun con la noticia de los descubrimientos de Herschel.

Castores bípedos: Detalle de un folleto inglés de 1836

Bisonte lunar de The Great Moon Hoax, un libro para niños escrito por Franklyn M. Branley, ilustrado por Richard E. Brown, Lexington, Mass, 1973.

«A View of the Inhabitants of the Moon» ilustración de un folleto inglés de 1836

«Descubrimientos lunares». Litografía que apareció en el Sol de Nueva York, viernes 16 de octubre de 1835.

Litografía de 1835 que representa el Colosseum de rubíes

«Templos lunares» detalle de una litografía de 1835

Vespertilio-homo: Ilustración de una edición italiana (Delle Scoperte Fatte Nella Luna del Dottor Giovanni Herschel, Napoli, 1836) del fraude de la Luna.

Ilustración francesa del caso del fraude de la Luna.

Richard Adams Locke y uno de sus libros: Magnetism and Astronomy.

Lewis Gaylord Clark.

Viaje a la Luna de Georges Melies.


[1] Una versión breve de este artículo apareció originalmente como López Roberto (pseudónimo de Luis Ruiz Noguez), Los extraterrestres del siglo XIX, Contactos Extraterrestres, No.135, México, 3 de marzo de 1982, págs. 26-29.

El marcianito de Metepec (Final)

UN FÍSICO CURIOSO O UN CURIOSO FÍSICO

Estando en la milpa nos dimos cuenta que la situación en la que estaba el «humanoide» era tal que, si hubiera estado un metro más a la derecha, a la izquierda o adelante, Sara Cuevas no lo hubiera podido filmar. Es decir, estaba en una posición ad hoc para ser filmado desde la ventana. Cuando mencionamos esto en la emisión de Frecuencia Desconocida, Luis Ramírez Reyes no tuvo más remedio que admitir que resultaba altamente sospechoso. A esa misma conclusión llegó un supuesto físico matemático (más recientemente firma sólo como físico), quien escribió:

«¿Por qué la señora Cuevas vive en un segundo piso (se encontraba a tres metros de altura) a 30 metros de distancia del lugar en donde apareció el humanoide, este pudo tomarse no obstante la altura de las milpas, que llega en algunos tramos a cuatro metros?

«Si las milpas cercanas son tal altas. ¿Cómo pudo captar con una cámara de video casera una figura que no mide más de 1.30 metros, a una distancia de 30 metros entre las milpas?»

Lo más extraordinario de todo el caso fue lo que descubrió este supuesto físico matemático. Con un barómetro (¡Sí, con un barómetro!) logró medir la temperatura del lugar. Años después cuando comentaba este desatino con el doctor Jesús Galindo Trejo, me dijo, en tono de burla, que tal vez el físico-matemático-ingeniero-doctor-abogado-licenciado-químico-biólogo-veterinario-policía-bomebero y vendedor de seguros (que por las noches probablemente trabajaba como velador y los domingos es monaguillo), intentaba medir la temperatura de una manera sofisticada: primero medía la presión con el barómetro y luego, utilizando las ecuaciones de estado, calculaba la temperatura. Dudo mucho que la capacidad intelectual del supuesto físico diera para eso.

El doctor Galindo también me dijo que el supuesto físico le había contado que la temperatura oscilaba extrañamente. En efecto, en su artículo para Reporte Ovni escribió:

«La temperatura variaba de menos 340ºC hasta 63ºC, mientras que en los alrededores era estable, es decir, en los cuatro puntos cardinales».

Medir temperaturas con un barómetro es una cosa, pero además medir temperaturas de -340 grados centígrados es el colmo. ¿En dónde quedó el cero absoluto (-273ºC)? ¿Qué ocurre con las leyes de la termodinámica? ¿Conoce el supuesto físico estas leyes?

Se me olvidaba. El nombre del físico es Mario Torres Lujan.

PROBABLE ORIGEN DEL FRAUDE

Para el decano de los ufólogos mexicanos, Pedro Ferriz Santacruz, el caso Metepec es un total y completo fraude. El 12 de octubre declaró en una entrevista radiofónica que:

«No es cierto lo del marciano de Metepec que apareció el 16. Se trata de una persona vestida de blanco, con un pantalón de mezclilla, que traía un costal en el cual depositaba los elotes que se robaba[1]. Es muy difícil que estando todavía los festejos de la independencia y siendo que había muchas luces de los fuegos artificiales, Sara Cuevas haya podido ver una luz en particular».

Ferriz no estaba tan equivocado en considerar el caso Metepec como un fraude; sin embargo, el «humanoide» no es ningún ratero que trata de robar el maíz y que fuera captado «in fraganti». Al parecer se trata de un niño, Kevin, hijo de Sara Cuevas, la verdadera responsable del fraude. Algunos de los puntos que nos hacen suponer lo anterior son:

– Sara Cuevas es una fanática de los ovnis y los temas paranormales.

– Afirma tener recuerdos de vidas anteriores y lee cuanto libro o revista se publica sobre estos asuntos.

– Admira a Jaime Maussán y posee algunos de sus videos (Luces en el cielo y Evidencia irrefutable, este último acerca de los crop circles de Inglaterra).

– Basándose en estos videos preparó y montó todo el show. El detalle de la desconexión de la cámara de video y la fecha (16 de septiembre) los tomó del video de Vicente Sánchez Guerrero que aparece en «Luces en el cielo». Sánchez filmó un globo en el desfile del día de la Independencia de 1991. A partir de ahí todos los 16 de septiembre filma ovnis. Su teoría es que los extraterrestres aparecen en esa fecha (porque son muy patriotas). Curiosamente cuando el viento mueve el globo hacia la posición de Sánchez, es decir, cuando se podría ver claramente que se trata de un globo, Sánchez deja de filmar y afirma que es porque se le bajó la batería a su cámara y ya no pudo seguir grabando.

– El comentario de «Diosito me perdone… te lo juro por mi madre», es una copia literal de lo dicho por otro de los testigos, Eduardo del Callejo, que filmó el 12 de enero de 1992 algunas de las tomas de ovnis que aparecen en «Luces en el cielo». En el video se escucha la voz de Del Callejo que dice: «… te lo juro, se está moviendo… ¡Te lo juro por mi madre!… sí estaba grabando …» Maussán indicó en su momento que ese comentario avalaba la veracidad y espontaneidad de los testigos, pero si uno escucha el audio de ese video, se puede dar cuenta que es una pose estudiada.

– En cuanto a la huella en la milpa de maíz, es una clara referencia a los crop circles o círculos en los campos de trigo de Inglaterra que, curiosamente, Sara conocía a través del video de Jaime.

– El esposo de Sara, camarógrafo de televisión, bien pudo dar los conocimientos técnicos para filmar el video.

– Nadie vio la dichosa Blanca nave y sus siete enanos. Este es un detalle muy curioso ya que se trataba de una noche en la que prácticamente todo el pueblo de México se encuentra en las calles celebrando el día de la Independencia. Es más: a unos doscientos metros de la milpa se encuentra una estación de taxis sobre una avenida de gran circulación. Ningún taxista vio el ovni, ni menos un coche perseguido por un ovni.

– A un lado de la milpa hay un gran espacio de terrenos baldíos. ¿Por qué el ovni no aterrizó en ese lugar? ¿Será que los extraterrestres son unos delincuentes cuya única intención es joder al prójimo? ¿Por qué fueron a destrozar la milpa de la señora Carrillo?

CONCLUSIONES

Tiempo después del aterrizaje de Metepec, a principios de octubre, cuando todo el mundo hablaba del caso, a pocos kilómetros de ahí, en el pueblo de Jocotitlán, rumbo a Atlacomulco, otro bromista repitió el «aterrizaje». Nuevamente en un sembradío de maíz aparecieron las cañas aplastadas formando dos letras (la P y la I o la H y la D, según la orientación en la que se observe).

Nuevamente ocurría algo muy similar a lo que habíamos observado en San Marcos o Atitalaquia, Hidalgo: cada pueblo quería tener su huella ovni.

Lo interesante del caso es que algunos ufólogos afirmaron que los hechos habían ocurrido el mismo 16 de septiembre y que el Ejército Mexicano había «acordonado la zona», porque varios de los curiosos que entraron en el terreno habían enfermado y otros habían muerto, supuestamente por efectos de la radioactividad. Hoy, a más de 2 años de los sucesos, todavía continuamos proporcionando buenos dolores de cabeza a los ufólogos. Los escépticos somos inmunes a la radioactividad de los Ovnis.

El caso Metepec, y sus secuelas, es uno de los más pueriles y absurdos que hemos investigado. Todo está rodeado de una atmósfera y personajes infantiles, desde Blanca Nave y sus siete enanos, hasta la Cenicienta y su calabaza, pasando por el Chapulín Colorado, el Oso Hormiguero y la Pantera Rosa, Pedro y el lobo y Jimmy Maus, el mejor amigo de Mickey Mouse. Si estas son las mejores pruebas de la ufología en favor de la existencia de los Ovnis, será mejor que volvamos a leer detenidamente a los hermanos Grimm.

PS

Por aquellos años, José Luis Martínez Jiménez era uno de los más activos ufólogos del país. Tenía una columna semanal en el diario de mayor circulación: La Prensa. No era raro que José Luis también se ocupara del asunto. Martínez coincide en muchos puntos con nuestro análisis:

«»¦ la familia Hernández, cuyas ventanas y escaleras de su casa dan hacia los maizales y esa noche ahí se encontraban, aseguran no haber visto nada, ni siquiera los policías que vigilaban la población esa noche. Es imposible pensar que sólo dos personas vieron esa luz y que sólo una vio el supuesto extraterrestre y a través del zoom de la cámara, a pesar de que es una zona altamente poblada.

«No se hallaron huellas, el carbón que se encontró lo deposita como abono un señor que hace cazuelas a dos cuadras del lugar.

«El tallo de los maizales sí estaba hidratado, al contrario de lo que dijo el señor Maussán en TV[2]. Yo partí uno ahí, delante del hijo del dueño el joven Luis Noé[3], y varios testigos más, incluso me manché el pantalón con el jugo».

También menciona los problemas que tenían en la unidad habitacional con sus vecinos, además de acotar que debía dinero a la unidad y que esas deudas estaban anotadas en la pizarra de deudores de los departamentos. Para José Luis Martínez se trata de un tipo que se está robando el maíz.

«»¦ un maicero que ese día se robaba los elotes para su elotada, cosa que practican muchos campesinos esos días para celebrar la noche de la Independencia.

«»¦ analicé el video y me pareció que la cara del supuesto ser extraterrestre era un costal semillero, sostenido por una persona, por cierto en forma previa escribí de esto y la revista OVNI[4] me plagió mi teoría sin dar créditos a La Prensa ni a mí. En enero acudí al lugar a reproducir lo que sucedió según mi hipótesis, compré unos costales y ¡valla sorpresa! El ser del video y lo que saqué es lo mismo. Primero hice un dibujo del extraterrestre tomándolo del video presentado (dibujo 1), después pedía a un niño de 1.20 de estatura que sostuviera el saco lleno de elotes (foto 1) y lo calqué dando el dibujo 2, y si usted los compara son exactamente iguales».

No comparto la idea de José Luis de que se haya tratado de un ratero de elotes, pero le aplaudo y me sorprende su escepticismo. Martínez se había caracterizado en ser uno de los ufólogos más crédulos de México. Incluso, él junto con Oscar García fueron los primeros «adoradores» de Maussán que fundarían el prototipo de lo que después vendría a ser el grupo de Los Vigilantes. Pero Martínez se apresura en aclarar que no es ningún escéptico:

«Amigo lector, ahora tiene usted las cartas sobre la mesa, y usted podrá sacar la mejor conclusión, pero ojalá que no nos pase como en el cuento de «Pedro y el Lobo» que por estos casos que hacen rica y famosa a una persona al rato cuando halla uno verdadero nadie nos crea, y luego nos andemos quejando de que hay escépticos».

Lo que no me quedó claro es a quién se refería con lo de la persona rica y famosa, ¿a Maussán? ¿a Sara Cuevas? En este sentido hay que mencionar que Jaime comercializó el video de Sara sin -por lo que se verá más adelante-, darle su parte a la dueña del video.

Oscar García mencionaba frecuentemente que Maussán había llegado incluso a registrar los videos que la gente le enviaba. No tengo constancia de eso, pero sí sabemos que los comercializa, no sólo en su serie de videos, sino vendiéndolos a las televisoras del extranjero. Tampoco tenemos constancia de qué parte de las ganancias vayan a sus legítimos dueños. En el caso de Sara Cuevas parece que no recibió su parte, por lo que vemos en un mail que Sara envió a una compañía de abogados (Zertuche Gloria y Asociados Consultoría Legal Abogados) que asesora a través de Internet:

Nombre: Sara Cuevas Tornell

Direccion E-mail : contacto@ovnisaracuevas.com

Si tiene pagina web: http://www.ovnisaracuevas.com

Ciudad y pais: Cancun Quintana Roo

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Me gustaria obtener una consulta de parte suya sobre este caso que a continuacion voy a resumir. Yo videograbe un ser «extraterrestre» en metepec, Edo. de Mexico el cual registre ante los derechos de autor en 1994. El lic. Jaime Maussan lo ha estado utilizando en Mexico y en el extranjero en conferencias, y me he enterado que este señor lo ha vendido en el extranjero, pero jamas he podido hacer nada porque no tengo pruebas, solamente de las conferencias que da por la republica se que presenta mi video. Sin embargo creo que ya por fin pude «agarrarlo» con algo mas solido ya que la empresa BMG saco a la venta un CD de musica y video interactivo llamado satar mix 3 en el cual sale mi obra en su totalidad y la empresa BMG de adjudica este material. Yo no tengo ni un solo peso para invertir en abogados, pero quiero que me orienten sobre como puedo poner yo sola mi demanda desde cancun quintana roo y por que via, y sobre todo que posibilidades tendria yo en este caso ya que tambien han echado abajo mi negocio que acabo de poner (o sea mi web[5]) ya que ni siquiera yo presente este material ya que mis planes eran vender yo misma mi video al que le inverti mucho dinero) De antemano les agradesco su fina atencion a este caso. Un saludo

Saturday, April 28th 2001 – 08:49:04 AM

Se ha respetado la redacción y ortografía de Sara Cuevas, podemos observar que no hay un solo acento y que Sara piensa que Quintana Roo es un país. Pero aquí hay algunas cosas que resaltar, además de la ortografía. En primer lugar esta el hecho de que Sara entrecomilla lo de «extraterrestre». Si fuera algo real no habría porqué entrecomillarlo. Esto sugiere que su «extraterrestre» fue fabricado. Eso se confirma al enterarnos que registró «ante los derechos de autor» desde 1994 (año de su filmación). ¿Sospechoso, no?

Sara también menciona lo que apuntábamos más arriba: Jaime, al parecer, vende los videos que recibe, a las televisoras de otros países.

Finalmente tenemos que Sara declara que invirtió mucho dinero en su video. No creo que se refiera a la cámara, que la utiliza en ese y otros videos familiares; tampoco podría ser la cinta. Juntos, cámara y cinta no deben representar una cantidad muy alta. Pero si pensamos en una producción con guión, camarógrafos, actores, y otras gentes involucradas, entonces sí podríamos aceptar que invirtió mucho dinero, pero eso confirmaría nuestros resultados: el video es un fraude.

REFERENCIAS

Anónimo, ¡No era marciano!, en Reporte OVNI, No. 42, México, febrero de 1995, Pág. 19.

Anónimo, Análisis de los lugares en los que el OVNI dejó huella, en Metepec, Toluca, en Reporte OVNI, No. 42, México, febrero de 1995, Págs. 20-21.

Anónimo, Se analiza el humanoide, en Reporte OVNI, No. 42, México, febrero de 1995, Págs. 16-18.

Chávez Mario Alberto, ¡Gigantesco OVNI aterrizó en Toluca!, en Reporte OVNI, No. 42, México, febrero de 1995, Págs. 3-5.

Contreras Esparza Roberto S., Avistamientos en Metepec, en Reporte OVNI, No. 42, México, febrero de 1995, Págs. 14-15.

Cuevas Tornell Sara, mail en Internet del 28 de abril del 2001, http://books.dreambook.com/zertuche/3247.html

Martínez Jiménez José Luis, La verdad del extraterrestre de Metepec, en NOTI-OVNI Internacional, Año 1, No. 1, México, diciembre de 1996, Págs. 3 y 7.

Ruiz Noguez Luis, 100 fotos de extraterrestres, Corporativo Mina, México, 1996, Págs. 78-83.

Ruiz Noguez Luis, El extraterrestre de Metepec, artículo en Internet,

http://www.geocities.com/Area51/Dunes/9515/ovnis/metepec.html , también se puede ver en: http://www.alcione.org/metepec.html,

http://www.angelfire.com/scifi/metepec,

http://tvufo.tripod.com/id58.html

Ruiz Noguez Luis, OVNIs en Metepec, en Perspectivas Ufológicas, No. 4, México, enero de 1995, Págs. 62-67.

Salazar Mendoza Alfonso, Más sobre el caso Metepec, en Reporte OVNI, No. 42, México, febrero de 1995, Págs. 22-24.

Téllez J. Fernando, Tripulantes OVNI, Equipo Sirius Mexicana, México, 1994.

El video de Sara Cuevas se puede ver aquí:

http://www.youtube.com/watch?v=EdJseeF_B58

Ver primera parte en: https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/09/el-marcianito-de-metepec-primera-parte/

Fotograma del video de Sara Cuevas.

Aspecto del terreno en Metepec. Al fondo la unidad habitacional en donde vivía Sara Cuevas.

La misma zona vista hacia el lado opuesto. En el centro podemos ver plantas de maíz que aún no han sido derribadas.

Vista desde la unidad habitacional en donde vivía Sara Cuevas.

El joven Baltasar Gutiérrez.

Hojas de la planta de calabaza que sufrieron una notable disminución en su tamaño. Ver la siguiente foto.

La hoja normal de la planta de calabaza, comparada con la planta deshidratada.

Luis Noe Gutiérrez Carrillo, propietario de la milpa.

El «chapulín de Metepec».

Ilustración de la revista Reporte OVNI que muestra que el «extraterrestre de Metepec» es un chapulín.

Otra interpretación de los dibujantes de Reporte OVNI.

En esta versión el extraterrestre está usando una aspiradora.

Aquí vemos al extraterrestre de Metepec debajo del ovni.

Fotos de José Luis Martínez que ilustra su hipótesis de que se trataba de alguien robando el maíz (foto 1).

Dibujos de José Luis Martínez. A la izquierda el dibujo 1, tomado del video de Sara Cuevas. A la derecha el dibujo 2, hecho a partir de la foto del niño con el saco de elotes.

Fotografía de Martínez que muestra la pizarra que señala la lista de deudores del condominio.

La Pantera Rosa, Blanca Nieves, el oso hormiguero y Pedro y el Lobo.

Los hermanos Grimm.

Guillermo Ortega Ruiz, el primero en dar la noticia.

Don Pedro Ferríz y José Luis Martínez.

Don Pedro y otro de sus amigos.

Luis Ramírez Reyes.

Jaime Maussán.

Nino Canun.

El doctor Jesús Galindo Trejo.

Sara Cuevas.

Sara Cuevas en el programa de Cristina con Jaime Maussán, el contactado Carlos Díaz y Carlos García el esposo de Sara Cuevas.

En uno de los programas de Nino Canun, Héctor Escobar explica la formación de los anillos de hadas. De izquierda a Derecha, Canun, Héctor Chavarría, Ramiro Garza, Mauricio José Schwarz, Maussán, Escobar y Zitha Rodríguez Montiel.


[1] La idea original es del ufólogo José Luis Martínez Jiménez. Ver el apéndice.[2] Aquí se equivoca José Luis. Maussán se refería a una calabaza.

[3] Se refiere a Luis Noé Gutiérrez Carrillo.

[4] Se refiere a Reporte OVNI.

[5] Sara tenía una página web en donde vendía chucherías relacionadas con el marcianito de Metepec. Incluso ofrecía fotografías autografiadas http://web.archive.org/web/20010607092527/www.ovnisaracuevas.com/pyservicios.htm