Licántropos en eBay

Viejo maletín de investigación del hombre

Contenido dentro de una vieja caja de madera, con dos seguros, algunos de los trabajos recogidos por un biólogo que perdió a su esposa con un licántropo (hombre lobo). A través de su necesidad de entender al asesino de su amada, rastreó los pasos de esta extraña manifestación, a través de los más oscuros rincones de Europa, siguiendo al macho alfa responsable. Encontró sus raíces, no en un lobo sino en un hombre, un animal parecido a un hombre mitad lobo – dispersando a través de un virus contagioso presente en la saliva y la sangre de esta criatura oculta. Esta caja no es un kit de caza, sino los resultados de una larga vida de obsesión, los recuerdos de un hombre conducido por el deseo de venganza.

En esta caja santificada está lo siguiente:

Un feto albino de un licántropo, tomado de una hembra embarazada asesinada; un par de colmillos y un par de muelas tomadas de la madre, en una lata adornada con pequeñas pedazos de corteza arrancados por el macho alfa para marcar su territorio, envuelto en papel tissue, colocado dentro de una lata una cruz de madera y un libro de salmos – reliquias de la creencia en dioses, un rosario guardado por razones similares, dentro de una caja de cobre amarillo y de cristal, diapositivas que contienen tejido fino de la piel y sangre con virus, guardado dentro de una lata metálica cerrada (también contiene tubos de ensayo)

Frascos de sangre, saliva y orina.

Una botella de ajo.

Una botella que contiene nitrato de plata.

Una botella que contiene muestras del músculo y de la piel.

Una botella que contiene la planta de arowhist – supresor viral.

Un aparato de destilación para hacer el supresor viral.

Una jeringuilla.

Dos cartas selladas, una conteniendo la prueba de una civilización licántropa del siglo catorce, la otra conteniendo un dibujo rasgado de un hombre representado como hombre lobo.

Varias notas y papeles de la anatomía del licántropo.

Foto del licántropo macho alfa.

Fotografía del hombre que coleccionó estos artículos.

Trabajos y exámenes de sangre.

Un viejo mapa, que señalaba el movimiento de las manadas de licántropos, asesinatos ligados a su migración.

Tijeras, escalpelos para disección.

Aparato de medición de metal.

Balas de plata para una pistola.

Las opciones de ebay para fotos no permiten fotos de buena calidad, así que si usted desea mejores imágenes, ¡envíeme un mensaje! y lo dirigiré al lugar en donde pueda verlas claramente.

(Nota – Esto no es un proyecto de investigación verdadero, es una pieza de arte que fue hecha a mano cariñosamente por mí, Alex cf. si desea ver más fotos o más de mi trabajo, por favor ¡envíeme un mensaje!)

http://cgi.ebay.co.uk/ws/eBayISAPI.dll?ViewItem&item=190124463098&indexURL=0&photoDisplayType=2#ebayphotohosting

Ovnis en México. Década de los 50 (6)

PLATILLOS VALODORES EN MÉXICO

Recapitulando tenemos que un artículo publicado por Keyhoe en enero de 1950 dispara una oleada de informes platillos volantes en los Estados Unidos. Esto, a su vez, genera una avalancha de reportes sobre platos voladores en México (y en otras partes del mundo como España, Francia, Inglaterra, Argentina…). Además, los periodistas alemanes se inspirarían en ello para hacer una broma del día de inocentes. Todo ello sería reciclado en un oscuro semanario americano para generar uno de los casos OVNI-Crash más conocidos (obviamente después del de Roswell).

Pero los Platos Voladores seguirían cayendo en el territorio mexicano. Varios ufólogos afirman que en el verano de 1951 (algunos autores dicen que fue en junio) otro OVNI se estrelló en la Ciudad de México. No se si aquí estén mezcladas dos leyendas ufológicas: la de Ray Dimmick (de 1950) y la del supuesto OVNI que se estrelló en un valle de la Sierra Madre, del que hablamos en otro artículo[1].

Luego, en 1953, según Robert Spencer Carr, se estrellaría otro OVNI en la costa Este de México, no lejos de la frontera con los Estados Unidos.

La oleada de 1950 generaría un mayor interés en uno de los mejores comunicadores mexicanos, Don Pedro Ferriz Santacruz. Don Pedro se convertiría en el ufólogo mexicano más conocido por aquellos años. En el año de 1951, y durante 10 meses, Don Pedro Ferriz transmite su programa «Un Mundo Nos Vigila» en XHTV Canal 4.

A pesar de la presencia de los OVNIs en la televisión, no se incrementarían los reportes OVNI en México. La razón, probablemente se deba a que la televisión aún no era un medio tan difundido en los hogares mexicanos.

No conozco casos de OVNIs en México hasta 1952. El 12 de agosto de ese año, el capitán aviador César López de Lara vio un plato volador sobre el Cerro Blanco (San Andrés Tuxtla, Veracruz), según consta en los archivos del CIFEEEAC (Centro de Investigaciones de Fenómenos Extraterrestres, Espaciales y Extraordinarios, Asociación Civil), recopilados por Ramiro Garza, director del mismo, y quien posteriormente sería alto ejecutivo de Televisa Radio[2].

Nada ocurriría en el mundo de los OVNIs mexicanos hasta el 18 de agosto de 1953, en que hace su aparición Salvador Villanueva, (el Adamski mexicano).

El 22 de octubre, según el periódico El Mercurio[3], de Chile, un plato volador de unos 10 metros de diámetro se cruzó, a gran velocidad, en la trayectoria de un avión que regresaba de Acapulco, Guerrero a la Ciudad de México. Varios de los pasajeros vieron el objeto. La noticia, probablemente, apareció en el Excelsior, pero no tengo la referencia mexicana.

Carlos Alberto Guzmán Rojas[4] reporta el caso de un ciudadano inglés, de nombre John Norman, que residía en Mil Cumbres, Michoacán, en la década del cincuenta. En octubre de 1954, mientras pescaba, observó un disco volador que voló por encima de él a unos 300 metros de altura. El disco era de color amarillo brillante.

ADAMSKI EN MÉXICO

Adamski visitaría México en diversas ocasiones. Su primera visita fue en 1954. Iba a dictar una conferencia en los salones de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, que su presidente, Lic. Emilio Portes Gil, ya había autorizado. Pero la conferencia fue cancelada.

La sede se cambió a un lugar más ad-hoc: el Teatro de los Insurgentes. El público abarrotó las localidades. Fue ahí en donde Adamski conseguiría sus primeros adeptos mexicanos: su amiga María Cristina V. de Rueda, el Lic. Héctor Enrique Espinosa y Cossio, el Lic. Ismael Diego Pérez, Pedro Ferríz, el padre Joaquín Cardoso S. J., el ingeniero Roberto Kenny, etcétera. También fue ahí en donde se concertaron los convenios para publicar sus libros.

En 1955 Ismael Diego Pérez publica la traducción de Aterrizaje de Platillos Voladores de Desmond Leslie y George Adamski[5].

Todas sus obras, incluyendo su novela de ciencia ficción, que luego transformaría en Inside the space ships[6] (el Cristo de su novela se transformaría en el Orthon de su contacto) fueron traducidas al español por la señora Rueda.

Año tras año, Adamski regresaría a México a dictar conferencias en la casa de María Cristina, en la Colonia Condesa, a las que llegaron a asistir los ya antes mencionados, así como Pedro Ferriz, y algunos miembros de lo que después sería el CIFEEEAC[7].

En su segunda visita a México, en diciembre de 1955, con motivo de la presentación de su libro en castellano, Adamski diría ante sus fanáticos seguidores:

«Deseo asentar algo que me interesa por encima de todo: Tengo 64 años, lo que es prácticamente ya toda una vida, y me precio de ser considerado en mi país, como un hombre honrado y de buena fe que ha merecido por eso, el respeto de sus vecinos y de quienes lo conocen; por lo tanto creo tener legítimo derecho a cuidar ese aspecto de mi vida que constituye mi única riqueza: mi crédito de hombre honrado y de buena fe. No he venido a México, como no he hecho viaje alguno, con intención de proselitismo; respeto aquí, señores y señoras, lo que he dicho siempre. No intento convencer a nadie. Comprendo y respeto profundamente el que mis charlas desprendan sentimientos de escepticismo y de duda».

No soy el único ni soy el primero que ha visto platillos voladores, naves que surcan el espacio; ni soy el único, ni soy el primero que los ha visto aterrizar o posados en tierra, y principalmente, señoras y señores, ni soy el primero, ni mucho menos el único, que ha tenido oportunidad de ver, de conocer, de cambiar signos inteligibles con los seres semejantes a nosotros que ocupan estas naves del espacio».

«El señor Desmond Leslie, as y héroe de la aviación militar inglesa durante la guerra, ha escrito documentadamente las observaciones más interesantes. Quizá interese a esta distinguida audiencia saber que el señor Desmond Leslie, es sobrino cercano y persona que goza de toda confianza de su tío, el Primer Ministro Winston Churchill. Pues bien, el señor Desmond Leslie afirma algo que parece increíble e imposible: el haber observado fotografías oficiales británicas, altamente confidenciales, tomadas en ocasión de explosiones atómicas o nucleares, que en varias de ellas, captadas por cámaras distintas, aparecía claramente, en dos ocasiones diferentes, la figura formada de un platillo volador, observando los hongos atómicos, precisamente en medio de ellos, es decir, lo que consideramos físicamente imposible para ningún metal o producto conocido en la Tierra»[8].

Adamski, ¿Hombre honrado y de buena fe? ¡Seguro!

LA PRIMERA CONTACTADA «MEXICANA»

Dejemos a Adamski con sus sueños y la visión de su propia imagen «limpia y pura». Regresemos a los platos voladores mexicanos de los cincuenta.

La visita de Adamski había calado en los círculos teosóficos mexicanos. Ismael Diego Pérez, además de traducir y publicar el libro del contactado mexicano, en ese mismo año (1955) publicó el primer libro de platos voladores escrito por un mexicano[9]. Pero no sería el único asistente a las pláticas de Adamski que publicaría sobre el tema. Héctor Enrique Espinosa y Cossio haría lo mismo[10]. Y un autor que, bajo el pseudónimo de William Jones, escribiría otro libro, probablemente en 1957[11]. Samael Aum Weor, un teósofo nacido en Colombia y naturalizado mexicano escribió un librito[12]. Aunque la que aquí nos interesa es una contactada, la primera que se dio en tierras mexicanas. Este personaje es prácticamente desconocido en la ufología mundial. Incluso en México no se conoce su obra. El ufólogo y parapsicólogo mexicano Carlos Ortiz de la Huerta no hace mención de este caso[13].

Nirvana I. Maghella Paschero era el nombre (¿o pseudónimo?) de esta contactada. Por el nombre uno sospecharía, obviamente, que no había nacido en México. Ella nos confirma lo anterior al leer su obra[14].

Esta mujer era una de las asiduas visitantes a la casa de la señora Rueda. Ahí se enteró de la próxima aparición del libro de Adamski al español:

«Un día Toñito me anunció que estaba próximo a aparecer un libro escrito por un astrónomo cuya traducción al español se estaba efectuando y que había suscitado controversias y críticas, tanto de parte de las autoridades competentes como del público. Esperé con gran impaciencia hasta el momento en que Toñito lo puso en mis manos con aire triunfante».

Nirvana no tardaría en emular al americano y pronto establecería contacto con varios venusinos: Mohel, Yunia, Altis, Xaniel«¦ Incluso llegaría a viajar a Venus. Se desconoce la fecha del viaje, pues Nirvana se olvida de dar este dato tan importante, pero si consideramos varios puntos: que el libro de Adamski se publicó a finales de 1955; que ella dijo haber regresado a la Tierra un día de otoño; y que su libro se publicó en febrero de 1957. Entonces su viaje a Venus debió haber tomado lugar el segundo semestre de 1956.

Pero ¿cuál era el mensaje de los venusinos? Nirvana prometía, desde el título de su libro, algunas primicias. Nuestros «hermanos del cosmos» le habían pedido que llevara su mensaje al mismísimo presidente de los Estados Unidos Mexicanos, que en ese entonces era Adolfo Ruiz Cortínez:

«Por eso te rogamos llevar nuestro Mensaje, al presidente de la nación en que vives y que sabemos no es tu patria por nacimiento. Nuestro Mensaje está escrito en nuestro lenguaje y en el tuyo. Luego de entregárselo le explicarás cuáles son nuestros propósitos y lo que nosotros fraternalmente les ofrecemos y podemos hacer por ellos. Seguiremos todos tus pasos por medio de nuestro Kirilyon[15] y en los momentos que tengas alguna dificultad, te transmitiremos nuestra sugerencia. Bastará que oprimas levemente este brazalete que voy a colocar en tu brazo y que es un receptor-transmisor, que nos pondrá rápidamente en comunicación contigo».

Así pues, Nirvana regresaría a la Tierra con la encomienda de una gran misión: entregar el Mensaje de nuestros «hermanos venusinos», al presidente de México.

Pero como no a todos nos interesan estos detalles, debemos hacer una advertencia. Para aquellos a quienes hastían los cuentos de contactados pueden saltarse estos párrafos hasta el apartado «Platos Voladores al final de la década». Los demás pónganse cómodos, que continuamos con nuestro relato (¡chúpense esa que voy por la otra!). Habrá algunas sorpresas.

EL REGRESO

«El regreso fue también muy emocionante aunque con detalles muy distintos a los de mi inolvidable viaje de ida. Mohel que se había constituido desde mucho tiempo en mi Maestro y Guía, me iba explicando y enseñando todo lo que debería de hacer y de decir al llegar el momento de encontrarme frente al jefe de la nación a quien iba a entregar el mensaje. No se omitió ninguna posibilidad ni ningún punto referente a la incredulidad que podría despertar una narración como la que tenía que exponer, así como las inevitables desconfianzas y recelos que se despertarían al proponer una alianza con seres de un planeta desconocido, con poderes y conocimientos vastísimos y de cuya existencia sólo podía dar fe yo misma».

«Para dar mayor fuerza de veracidad a mi exposición, traía conmigo algunos objetos y herramientas, para mostrar con ellos, los metales desconocidos en la Tierra, de que estaban hechos y la utilidad práctica de los mismos. Entre los regalos traía un reloj de mesa hecho según modelo de los terrestres, por lo que respecta a su apariencia, pero en realidad un reloj sin cuerda, compuesto de dos agujas imantadas que seguían el movimiento de la Tierra con precisión asombrosa. Ese reloj estaba tallado en un trozo de amatista y las lancetas y números eran de cristal».

«Un detalle que me conmovió hondamente fue cuando Mohel me entregó un cofrecillo. Al abrirlo, vi que estaba lleno de joyas de oro».

«¦

«Traía también un tubo de oricalco conteniendo un pergamino hecho con la fibra de los troncos de los rosales, que desprendía un aroma delicioso[16]. Allí estaba escrito en lenguaje venusino y traducido a nuestro idioma, el Mensaje de nuestros incomparables hermanos de Venus».

Nuestra contactada se convertía en la envidia de Betty Hill y del mismísimo Antonio Villas Boas. Ella, sin ninguna dificultad, había regresado a la Tierra con objetos procedentes de otros confines del Universo. ¡Ella tenía la prueba de su visita a Venus!

Pero, ¿cuál era ese mensaje? Bueno, Nirvana, por lo menos en ese capítulo (XVII) no dice nada al respecto. Tenemos que remontarnos al capítulo XIX en donde nos cuenta:

«De acuerdo con Toñito quien estaba ansioso de colaborar conmigo en el cumplimiento de mi misión y que me prestó su inapreciable ayuda, fuimos a ver a un amigo suyo, persona muy prominente en los ambientes de palacio, para rogarle nos facilitara una entrevista con el presidente. Dicho amigo accedió de muy buen grado y puedo decir que fue gracias a su interés, que pude evitar las antesalas interminables y realizar la deseada entrevista con el primer magistrado».

«Era este un hombre de estatura mediana, delgado y de gran cultura. Me recibió con una sencillez encantadora. A pesar de la confianza que sentía sabiendo que mis amigos me estaban viendo y escuchando a través del Kirilyon y de las instrucciones que Mohel me había impartido, mi nerviosidad era muy grande. Nada tenía que improvisar porque Mohel me había trazado las pautas, pues había podido suceder que abandonada a mis propias fuerzas, se me embrollara la exposición. Según las instrucciones recibidas, llevé conmigo un objeto de metal y cristal, como prueba palpable y tangible de la existencia de cuanto iba a exponer al presidente. También lleve el tubo de oricalco que contenía el pergamino con el Mensaje en ambos lenguajes, del Gran Patriarca de Venus».

Continuará…


[1] Ruiz Noguez Luis, La «oleada» de 1950 en México, sin publicar.

[2] Ramiro Garza es el padre de Mariana Garza, una de las vocalistas del extinto grupo Timbiriche.

[3] Nota de Pedro Petrowish aparecida en UFO Chile, mencionando como fuente El Mercurio del 23 de octubre de 1954.

[4] Guzmán Rojas Carlos Alberto & Salazar Mendoza Alfonso, Los OVNIs y la aviación mexicana, Grupo Editorial Tomo, México, 2001.

[5] Leslie Desmond & Adamski George, Aterrizaje de Platillos Voladores, Editorial Indo-Hispana, México, D.F. 1955.

[6] Adamski George, Inside the space ships, Abelard-Schuman, New York, 1955.

[7] Ruiz Noguez Luis, Adamski: Cantata a dos voces o Adamski contrapunteado, Edición especial No. 4 de Contacto OVNI, México, 1996.

[8] Citado en Espinosa y Cossio Héctor Enrique, Enigma interplanetario, Editora Ibero Mexicana S. de R. L., México, 1956.

[9] Diego Pérez Ismael, ¿Son los platillos voladores una realidad?, Imprenta Didot S. de R. L., México, 1955.

[10] Espinosa y Cossio Héctor Enrique, Enigma interplanetario, Editora Ibero Mexicana S. de R. L., México, 1956.

[11] Jones William, Platillos Voladores. Realidad y fantasía, Libro Mex editores S. de R. L., México, (¿1957?)

[12] Aum Weor Samael, Naves cósmicas, edición del autor, México, 1957.

[13] Ortiz de la Huerta Carlos, Contactos Extraterrestres en México, Editorial Posada, México, 1976.

[14] Maghella Paschero I. Nirvana, El mensaje de los platos voladores, edición de la autora, México, febrero de 1957.

[15] Una especie de televisión venusina. Nota de LRN.

[16] Pregunta de LRN para los entendidos en estos temas ¿un papel hecho de tal manera podría desprender el aroma que se indica?

Ovnis en México. Década de los 50 (5)

INTERPLANETARY INTELLIGENCE REPORT

Así estaban las cosas hasta ese momento. Teníamos dos cuentos o fraudes totalmente independientes. Uno supuestamente había ocurrido en México, mientras que el otro se ubicaba en Arizona.

Quince años después, en el volumen 1, número 4 de la revista Interplanetary Intelligence Report, órgano del grupo ufológico The Interplanetary Intelligence of Unidentified Flying Objects (IIUFO), de Oklahoma City, fundado en 1957, apareció nuevamente la fotografía mezclándola con la historia de Dimmick. Esta es la razón por la cual todo mundo cree que la fotografía fue tomada en México.

El IIUFO y su revista los dirigía Hayden C. Hewes[1]. Se publicaron un total de 9 números bimestralmente, desde mayo de 1965 hasta septiembre de 1966. En el último número (9) se anunció el cambio de nombre de la revista a International UFO Report, y la unión al consejo editorial de Robert Stiff y Chris Cooper. No se llegó a publicar ninguna revista con ese título. Hubo cambios y reestructuración, lo que llevó a renombrar la organización como The International UFO Bureau (IU-FOB). En enero de 1968 comenzaron a publicar una nueva revista, UFO Analysis Report, que desaparecería en junio de 1969, después de publicar nueve números.

La historia de la fotografía, tal y como la conocemos hoy día, fue tomada de ese boletín ufológico por diversos autores, entre ellos podemos mencionar a Antonio Ribera[2]. Otros, como el argentino Emilio Álvarez Ojea[3] y el italiano Gianni Lucarini[4], habían tomado como fuente a Keyhoe. Por cierto, Lucarini afirmó que en el platillo volador se habían encontrado dos extraterrestres, uno fue hallado muerto y el otro, el de la fotografía, vivió aún unos días.

LA METAMORFOSIS DE UN MITO

La historia se fue modificando con el paso de los años. En lo que todo el mundo estaba de acuerdo era en que la foto había sido tomada en México, así lo afirmaban escritores como Roy Stemman[5], Charles Bowen[6] y Robert Rickard y Richard Kelly[7]. Sin embargo, añadían que el extraterrestre había sido enviado no a los Estados Unidos, sino a Alemania, para ser examinado. Creo que esta versión tiene su origen en otra famosa foto de extraterrestres muy similar a ésta y de la que hablaré más adelante.

No obstante, nadie parecía haberse dado cuenta que los cuatro personajes que aparecen en la fotografía, sin contar al «extraterrestre», no tienen las facciones ni las características raciales de los mexicanos. Ese era un claro indicio de que la foto no había sido tomada en México.

La misma foto sufrió varias alteraciones. En las primeras investigaciones aparece un «extraterrestre» delgado, plateado, con botas y una especie de calzoncillo que le cubre sus órganos sexuales, y una capa al estilo de Superman. El las fotos más recientes, principalmente en las publicadas por Salvador Freixedo[8] aparece con un gran pene. Obviamente esa no era obra del ex-sacerdote, que lo que menos le interesa es escandalizar para vender sus libros.

Según el conspiranóico de Freixedo, eso se debe a que las autoridades le añadieron dicho apéndice para que «todo el mundo lo tomara a broma y hasta muchas almas pudibundas ni se atrevieran a mirarla».

En realidad sólo en las obras de Freixedo he visto ese «apéndice», lo que me hace sospechar que él fue quien modificó la foto, lo que concuerda con su estilo sensacionalista.

El mismo Freixedo comete otro error con esta fotografía. El antiguo sacerdote metido a ufólogo escribió:

«El primer atisbo que se tuvo sobre esto, aunque inmediatamente fue sepultado bajo montañas de desprestigio, fue nada menos que hacia el año de 1940, en Colonia, Alemania. Allí fue donde apareció por primera vez la famosa foto del hombrecito llevado de la mano por dos individuos que parecen agentes del FBI o de la GESTAPO. Tras ellos dos mujeres miran a la criatura con cara de asombro. La foto recorrió el mundo, que para aquellas fechas no había oído todavía nada de extraterrestres ni de otros planetas habitados».

Como ya hemos visto más arriba, la foto no tiene su origen en Alemania ni fue publicada originalmente en 1940.

Lo más reciente que hemos sabido de la fotografía es que la revista británica The Unexplained afirmó que había sido tomada en Ciudad Netzahualcóyotl, al poniente de la Ciudad de México.

En 1982, la desaparecida Contactos Extraterrestres publicó un comentario de Joseph Allen Hynek[9]:

«Esta foto es un fraude que ha estado presente durante años. Tenemos entendido que se originó en Alemania, y que el supuesto piloto del OVNI estrellado era en realidad un mono al que se le había rasurado el pelo».

Hynek estaba en lo cierto en lo referente a lo del mono. En realidad esta explicación ya la había dado en su momento Keyhoe y la había retomado Ribera.

Se trataba, en efecto, de un mono Rhesus afeitado, vestido con un «traje espacial» (gorro, capa, calzones y botas) y pintado de color aluminio. Lo que me sorprende es que el padre de la ufología, el experto máximo en OVNIs no conociera los trabajos de su compatriota Keyhoe y siguiera afirmando que la foto era original de Alemania. Bueno, en realidad no me sorprende mucho ya que Hynek era bastante menso.

Por su parte, Timothy Green Beckley, editor de UFO Review, declaró:

«La fotografía fue trucada en Alemania y tenía como objeto el ser una pura broma. Pero pronto mucha gente la empezó a tomar en serio, incluyendo al FBI, que sólo hasta hace poco la reportó como falsa. Había sido mandada al gobierno como un documento que probaba el hecho de que los alienígenas están entre nosotros».

Otras investigaciones reportan el caso de Ray Dimmick y la foto del «marcianito» como fraudes; algo que ya se sabía desde la década de los cincuenta[10][11].

LA CONEXIÓN ALEMANA

En realidad el siguiente caso poco tiene que ver con la ufología mexicana. La única razón de traerlo a colación en estas páginas es la constante mención del origen alemán de la foto del «marcianito».

El 22 de mayo de 1950 un informador desconocido entregó una curiosa fotografía al agente John Quinn, de la oficina territorial del FBI, en Nueva Orleáns, afirmando que había la comprado a otro individuo por la suma de un dólar, y que «la ponía en manos del gobierno», porque representaba «a un hombre de Marte en estados Unidos».

Se trataba de un evidente truco fotográfico y para los agentes del FBI no les fue difícil investigar que su origen había sido una revista publicada en Weisbaden, Alemania.

En la fotografía puede apreciarse un curioso ser «extraterrestre», de un solo pie en forma de pedestal y cubierto con una especie de máscara antigás. El «hombrecito», de aproximadamente 1.10 metros de altura, estaba flanqueado por dos policías militares. Uno de ellos le toma la mano (una mano palmeada), mientras que el otro sostiene un recipiente conectado, a través de un tubo, con la máscara antigás. Se supone que era un superviviente alienígena de un accidente OVNI.

No se pudo determinar las identidades de los soldados retratados, ni la localización de la base militar, donde se pretende fue tomada la fotografía.

La foto no se dio a conocer entre los medios ufológicos americanos sino hasta treinta años después, en 1979, cuando Barry Greenwood, del Citizen Against UFO Secrecy (Ciudadanos Contra el secreto de los OVNIs), CAUS, aprovechando el Freedom of Information Act (Acta de Libertad de Información), FOIA, solicitó copia de este documento al FBI. Fue así como, tiempo después, el grupo ufológico UFO Information Network (UFOIN) obtuvo esta prueba de la «visita de seres alienígenas a la Tierra», que luego sería publicada por William L. Moore en el libro del cual sería coautor junto con Charles Berlitz[12].

No sabemos si el FBI sólo proporcionó una copia fotostática, o si Moore, al darse cuenta del evidente truco fotográfico trató de engañar a sus lectores publicando una fotocopia del documento para maquillar un poco las manipulaciones del laboratorio fotográfico.

SE DESCUBRE EL FRAUDE

Doce años más tarde, la revista italiana de ocultismo Il Giornale dei Misteri, en su número de octubre de 1991, publicaba la explicación del caso. Se trataba de una fotografía publicada originalmente en el rotativo Weisbadener Tagblatt, el 1 de abril de 1950. La fotografía ilustraba un artículo del periodista Wilhelm Sprunkel que reseñaba cómo un plato volador había sobrevolado la ciudad de Weisbaden, y de la forma en que había sido capturado el piloto de esa «nave espacial», por los soldados norteamericanos estacionados ahí en aquella época.

El extraterrestre había sido trasladado al Hotel Neroberg, de la misma ciudad, y mantenido ahí durante dos días, siendo sometido a diversos análisis e interrogatorios.

El artículo venía acompañado por dos fotografías. En la primera aparecía el platillo volador sobrevolando la torre de la catedral de Weisbaden. La segunda mostraba al «marcianito».

Los oficiales norteamericanos acantonados en Weisbaden tomaron con escepticismo la historia. Dos días después comprobarían que habían tenido razón.

La edición del 3 de abril del Weisbadener Tagblatt aclaraba a sus lectores que todo había sido una broma del día de los inocentes, que en los países sajones se celebra el 1 de abril (April fool»™s day).

La foto del platillo volador sobre la catedral no era sino el reflejo de la luz de una fuente sobre un cristal, y el alienígena era el producto de un cuidadoso fotomontaje en el que un niño, que aparecía originalmente en la foto, fue retocado y convertido en extraterrestre de un solo pie.

Al parecer la idea de la broma había tenido su origen en las declaraciones de Ray Dimmick sobre el supuesto platillo volador que se había estrellado en las inmediaciones de la Ciudad de México.

Pero, si los alemanes se habían basado en un reporte originado en los Estados Unidos, los norteamericanos les regresaron la pelota plagiando la idea del reportaje, tan sólo dos meses después. En la versión americana los sucesos habían ocurrido en Arizona y también se publicaban dos fotografías: la del platillo volador (esta vez sobre el desierto, en lugar de sobrevolar una catedral), y la del «marcianito» (custodiado por agentes del servicio secreto, en lugar de policías militares).

Sin embargo, los ufólogos crédulos, como siempre, habían llegado tarde a la fiesta. La explicación a este caso ya se conocía desde 1981. En aquel entonces James E Oberg, asesor de la NASA y miembro del Committee for the Scientific Investigations of Claims of the Paranormal (Comité para la Investigación Científica de los Reclamos de lo Paranormal), CSICOP, estaba preparando la publicación de uno de sus libros[13], cuando contactó con Klaus Webner, quien había descubierto que todo había sido un fraude del periódico alemán. Se trataba de la foto del hijo del fotógrafo Peter Scheffler, quien había llevado al niño a la Base Norteamericana de Weisbaden para fotografiarlo con los policías militares y luego hacer el fotomontaje del «extraterrestre».

El extraño aparato conectado a la máscara antigás del «extraterrestre» no era más que el depósito extra de combustible que se coloca en la parte trasera de los jeeps. Existe otra fotografía de esa misma secuencia en la que aparece el vehículo militar y que demuestra lo anterior.

En definitiva, la foto del «marcianito» de Weisbaden no era más que una broma perpetrada el día de los inocentes.

ContinuarỦ


[1] Este personaje estaría involucrado en otro caso de OVNI-Crash. En la década de los noventa intentó obtener permiso para inhumar, o mejor dicho, para desenterrar al «extraterrestre» de Aurora.

[2] Ribera Antonio, Platillos voladores en Iberoamérica y España, Plaza & Janes, Barcelona, 1968.

[3] Álvarez Ojea Emilio, Confirmado, llegaron los OVNIs. Los platos voladores existen, Lasserre Editores, Buenos Aires, 1978.

[4] Lucarini Gianni, Los extraterrestres existen, Editorial ATE, Barcelona, 1976.

[5] Stemman Roy, Visitantes extraterrestres, Editorial Noguer, Barcelona, 1976.

[6] Bowen Charles, Platillos volantes ¿De dónde proceden?, en «Humanoides«, Editorial Debate, Madrid, 1986.

[7] Rickard Robert & Kelly Richard, Photographs of the unknown, New English Library, London, 1980.

[8] Freixedo Salvador, La amenaza extraterrestre, Editorial Posada, México, 1991.

[9] Anónimo, La verdad sobre la foto del ovninauta achicharrado, Contactos Extraterrestres, No. 139, 28 de abril de 1982.

[10] Clark Jerome, A catalog of early crash claims, International UFO Reporter, Jul-Aug, 1993.

[11] Randle D. Kevin, A history of UFO crashes, Avon Books, New York, 1995.

[12] Berlitz Charles & Moore L. William, The Roswell Incident, Berkley Books, New York, 1988.

[13] Oberg E. James, UFOs & Outer space mysteries. A sympathetic skeptic»™s report, Donning, Norfolk Va. Beach, 1982.

Nube misteriosa sobre Irán

NUBE MISTERIOSA IRANÍ: El 15 de junio, los vigilantes del cielo alrededor de Irán vieron una nube extraña y luminosa en el cielo de la noche. «Nunca he experimentado fenómenos similares», reportó el astrónomo Babak A. Tafreshi de Tehran. Observando junto a otros dos astrónomos, Oshin Zakarian y Pouria Nazemi, él tomó esta foto:

«El objeto comenzó de forma desigual, sin forma y débil; rápidamente aumentó su brillo y formó un cono teñido de azul con una nariz de magnitud -2 o -3» dijo. La nube corrió a través del cielo «moviéndose cerca de 20 grados por minuto». Más imágenes: #1, #2, #3, #4, #5, #6.

«Era un brillo azul moviéndose rápidamente», convino Amir Hossein Abolfath, otro testigo de Tehran, que tomó esta foto. «Veinte minutos después de que lo vi, mi amigo Asghar Kabiri vio la misma nube 900 kilómetros más allá de Tehran en Sa’adat shahr».

Más imágenes: de Muhammad Saber Karimi de Kermanshah, Irán; de Hossein Haeri Ardekani de Ardekan, Yazd, Irán.

¿Misterio solucionado? La siguiente explicación es probablemente correcta, pero incierta debido a la naturaleza clasificada del lanzamiento del cohete implicado:

El 15 de junio a las 11:12 EDT, se lanzó un cohete Atlas V desde cabo Cañaveral; su carga útil era un par de satélites de la vigilancia del océano de la National Reconnaissance Office. Después de que los satélites fueron desplegados -en la órbita incorrecta, según divulgaron los medios- la etapa superior del cohete Centaur que funcionaba incorrectamente dejó escapar el exceso de combustible, produciendo la nube iraní. El descargar el exceso de combustible es costumbre para los lanzamientos con cohetes Centaur, y este acontecimiento probablemente no tiene relación con el reporte del mal funcionamiento del Centaur.

http://www.spaceweather.com/archive.php?month=06&day=17&year=2007&view=view

Ciencia Chatarra

Ciencia Bigfoot

Terence Corcoran, Financial Post

No importa que tan lejos pueda estar una idea de la ciencia, la lógica y el sentido común, puedes estar seguro de una cosa: No pasará mucho tiempo antes de que algunas corporaciones y eventualmente industrias enteras corran a adoptarla. Los grandes negocios parecen particularmente susceptibles a las demandas de la «ciencia» y los ataques ambientales, aun cuando esta «ciencia» sea conocida por ser, en el mejor de los casos, inestable o haya caído en la categoría ahora familiar de ciencia chatarra.

En mayo, Air Canada se unió al pánico global de las líneas aéreas ofreciendo a sus pasajeros una oportunidad de comprar compensaciones de «zerofootprint.org.» Si el programa tenía algún sentido, u ofrecía algún valor ambiental verdadero, no parecía importar a Air Canada. La línea aérea hacía simplemente lo que hacen la mayoría de las corporaciones actualmente cuando hacen frente a los ataques de la ciencia chatarra contra su negocio: Excavan.

Kellogg, el gigante de los cereales de los E.U., la semana pasada anunció que limitaría su comercialización a los cereales estilo Shrek para los niños, que contienen cantidades más bajas de grasa, azúcar y calorías. Haciendo esto, Kellogg esencialmente convino con las demandas de los terroristas de los alimentos de que los productos de la compañía – y potencialmente Kellogg misma – han sido responsables de la obesidad y de otros supuestos problemas de salud modernos.

Como Elizabeth Whelan, la cabeza del American Council on Science and Health, describe el caso de Kellog: Kellogg está minando con eficacia su propio buen trabajo de décadas de promover cereales más sanos. Peor, está jugando el papel que las corporaciones juegan actualmente. «Las corporaciones están actuando hoy más políticamente correctas que nunca, uniéndose cada vez que pueden con sus críticos más rudos. Están apaciguando a sus enemigos- y abandonando a la ciencia en el proceso».

Bienvenidos a los comentarios del Financial Post del Noveno Año de la Semana de la Ciencia Chatarra. La Ciencia Chatarra, como la hemos definido, ocurre cuando la ciencia verdadera y los hechos son ignorados, o se exageran y la ciencia se deforma por la política y las ideologías. En estos años hemos pasado por sustos químicos, contingencia por el smog, alarmas de pesticidas, satanización de la obesidad, locuras del clima, fetichismos por las grasas trans, terror por la biotecnología, miedo a la vitamina D.

Esta semana comienza con una mirada a uno de los mayores caprichos de la ciencia chatarra que está azolando el sector de los negocios en todo el planeta. Hoy todos desde los 8 a los 80 años están enterados de que necesitan reducir de alguna manera su «huella ecológica.» Una búsqueda de Google de la palabra «huella» y cualquier nombre corporativo «“ desde Royal Bank a Domtar o a BP- está garantizado que se vuelva una afirmación corporativa hacia un «footprint management».

La huella ecológica es un concepto creado en 1992 por William Rees de la universidad de British Columbia. Como Lawrence Solomon escribe, el concepto ahora tiene muchos seguidores y produce más que algunos resultados inverosímiles, dependiendo de quién tiene el control de la dudosa ciencia detrás de la idea. Podrías vivir paupérrimamente, sin agua corriente o electricidad, y todavía estarías tomando demasiado de los recursos terrestres bajo el Modelo Ecológico de la Huella.

La versión más reciente de la huella esta siendo afinada ahora bajo los auspicios de algo llamado Global Footprint Network, con base en Oakland, California. Es dirigida por Mathis Wackernagel, que fue co-autor de Our Ecological Footprint: Reducing Human Impact on Earth con William Rees en 1995. La Global Footprint Network apoyado por un directorio de consultores que incluye a David Suzuki y E. O. Wilson, «padre de la biodiversidad» de la universidad de Harvard.

Nunca se ha examinado si el concepto de la huella tiene algún mérito científico o económico, ni parece ser que ninguna corporación tenga algún interés en verificar si las demandas de la teoría de la huella justifican el endoso que le han dado las corporaciones. Y tales apoyos se transforman en un gran costo corporativo.

Dejándose llevar por la idea, Air Canada se ha unido a la industria internacional de líneas aéreas en una gran admisión de culpabilidad colectiva de que su huella está destruyendo el planeta y que el transporte aéreo es una extravagancia de la cual todos los pasajeros deben sentirse culpables.

Cómo espera exactamente Air Canada beneficiarse de una promoción que comienza: «Cada vuelo que tomas produce bióxido de carbono»¦ hemos unido esfuerzos con Zerofootprint, una organización sin fines de lucro que utiliza los mayores niveles en bonos del carbón, para ayudarte a atenuar la huella ambiental de tu recorrido». Con eso, Air Canada -como Kellogg «“ les ha dicho a sus clientes que consumir sus productos es malo.

¿Cuanto tiempo piensan las corporaciones que puedan seguir volando si ellos mismos se ponen como el problema, al decir que su negocio no es bueno para ti? Podría estar justificado en cierto grado si el transporte aéreo fuera ecológicamente catastrófico, si el análisis de la huella tuviera cualquier fundamento científico o económico. Puede ser que sea una teoría interesante para la investigación académica, pero como está ahora la teoría de la huella ecológica es un candidato de primera línea para ser considerada ciencia chatarra: riesgos exagerados, investigación no comprobada, enfangada en política e ideología – y culpabilidad corporativa.

http://www.canada.com/nationalpost/financialpost/story.html?id=0d37e394-a09d-4d4f-b2f7-4f6337c91e52&p=1