El día que el Departamento de Estado apoyó a George Adamski
Ahora que voy a concluir el dossier sobre monstruos del tipo Nessie, estaba buscando en mi archivo algunas notas para comenzar un nuevo dossier. Aún no me decido si continúo con los casos de fotografías de Marcianitos Verdes, «extraterrestres» pues. Tengo una colección de más de cien casos que me pueden dar material para publicar por poco más de dos años, pero quiero cerrar Marcianitos cuando el blog cumpla tres años para luego dedicarme a otra cosa.
Tengo pendiente otro dossier del que discutí en alguna lista escéptica: el caso de los muertos incorruptos. Vendría bien para aprovechar la moda, ahora que está en exhibición el cuerpo del Padre Pío. Pero más allá de las notas en donde se mencionan las interminables filas de fieles que, pacientemente, esperan ver y fotografiar una mascarilla de cera colocada sobre el cuerpo degradado del santo; o la mención del mercado de fariseos en que se ha convertido San Giovanni Rotondo, en donde hasta la tapa de los retretes tiene la cara del santo, más allá de eso, digo, está lo que podría ser una noticia más impactante. Algún periodista debería entrevistar a los «muerteros» que prepararon el cuerpo de Pío para su exhibición. Si alguno de estos «muerteros» logró sacar fotos del cuerpo putrefacto del santo, sería una tremenda noticia que cimbraría no sólo el convento y el pueblo, sino toda Italia y el mundo. Pero claro, esa exclusiva tendría que venderla muy bien pues seguramente tendría que abandonar el país. Ahora sólo se sabe que el padre Pío no está incorrupto, hecho que, por otra parte, no le quitaría su santidad pero sí pondría un límite a la fiesta mercantil y de fanatismo.
Aparte de este dossier en el que, adelanto, la explicación es que los cuerpos se convierten (literalmente) en jabones, tenía pensado otro dossier sobre los mitos fundacionales de la ufología: el efecto electromagnético, los cabellos de ángel, la gran conspiración gubernamental y el ocultamiento, los hombres de negro»¦ En particular en este último me interesa relatar la historia de cómo se formó y quien elaboró este mito. Qué papel jugó Albert K. Bender y qué otro desempeñó Gray Barker y otros afamados ufólogos.
Gray Barker disfrazado de «Marcianito verde».
Pues bien, decía que buscando en mi archivo me encontré una nota sobre una historia poco conocida de la ufología en la que intervienen varias figuras claves de este mito moderno. Esta historia yo ya la había olvidado pero la rescato aquí para las generaciones futuras.
Pocos conocen las andanzas ufológicas de Lonzo Dove. Este personaje nació el 25 de mayo de 1903 en Franklin Co, Georgia. Fue uno de los primeros entusiastas de los platillos voladores que comenzaron a coleccionar recortes de periódicos con reportes de avistamientos, poco después del caso de Kenneth Arnold. Pero aún antes era un ávido consumidor de las revistas de Pulp Fiction. Imaginaba cómo podrían ser las naves espaciales e incluso diseño algunas.
Maqueta de Lonzo Dove de 1932.
Dove no tenía una educación formal. Su profesión era la de fotógrafo y por ese hecho pudo establecer relaciones con varios de los líderes de los platos voladores de finales de los cuarenta y principios de los cincuenta. De hecho se debe a Dove el origen de la famosa nave exploradora de George Adamski. En efecto, aquellas célebres fotos de lámparas de gallinero (incubadoras) con bolitas de ping-pong como tren de aterrizaje, que Adamski publicó en su Flying Saucers Have Landed, provienen del diseño de Lonzo Dove.
Dove conoció a Adamski a través de Clara Louis-John o Clara Colcord John, la editora de uno de los primeros folletos de platos voladores: The Little Listening Post. Clara fue la encargada de reescribir los libros del contactado. Dove, quien vivía en Virginia, luego del incidente de Arnold, comenzó a escribir cartas a muchos de los primeros interesados en los platos voladores. Entre ellos estaba Clara. En esta correspondencia estaban sus bocetos y varias de sus propias experiencias que luego, según el propio Dove, las utilizaría Adamski en sus libros presentándolas como suyas.
Número especial de Saucer News (octubre de 1957, No. 27) dedicado a desenmascarar el caso Adamski. Hay una crítica de Lonzo Dove al libro de Adamski «Inside the Space Ships».
La relación con el «profesor» Adamski y su conocimiento de fotografía ayudo a que Dove se convirtiera en «Jefe de astrónomos» del International Flying Saucer Bureau IFSB de Albert K. Bender. Luego entró en contacto con el escritor Gray Barker, uno de los principales editores de revistas de platos voladores y fuente de casi todos los mitos de la ufología moderna.
Adamski decía que él había establecido contacto con seres de Venus, Marte y Saturno, los por él nombrados «Hermanos del espacio». El cuento de Adamski iba más allá al afirmar que incluso el gobierno estaba al tanto de estos contactos.
La historia de Adamski recibió un fuerte apoyo cuando en diciembre de 1957 recibió una carta escrita en papel del Departamento de Estado de E.U. (Ministerio de Asuntos Exteriores), con un sello estampado del Departamento y matasellos de Washington, DC. La carta estaba firmada por «R. E. Straith, Comité de Intercambio Cultural», y decía:
«Mi querido profesor:
«Por el momento, vamos a considerar esto como una carta personal y no debe interpretarse como una comunicación oficial del Departamento. Aquí sólo hablo a nombre de nuestro pueblo en lo que se refiere al tema controversial de los ovnis, pero podría añadir que en mi grupo se ha hablado criticando la política oficial.
«También hemos criticado el papel auto asumido por nuestra Fuerza Aérea al usurpar el rol de líder del organismo investigador de ovnis. Su propia experiencia le llevará a conocer que el Departamento ha realizado su propia investigación y ha sido capaz de llegar a varias conclusiones importantes. Queremos que usted sepa que el Departamento tiene archivados una gran cantidad de pruebas que confirman sus propias declaraciones, que, como ambos debemos darnos cuenta, son controvertidas, y generalmente se han criticado.
«Aunque ciertamente el Departamento no puede confirmar públicamente sus experiencias, puede, creo, con decoro, animarlo en su trabajo y su comunicación de lo que sinceramente cree que deba ser contada a nuestro publico americano.
«En caso de que usted vaya a Washington, espero que se detenga para hablar de manera informal. Espero estar fuera de Washington durante la mayor parte de febrero, pero deberé regresar la última semana de ese mes.
«Con afecto
«R. E. Straith
«Cultural Exchange Comité
«RES/me»
El London Times del 10 de abril de 1958 reprodujo la carta en su totalidad.
Los seguidores de Adamski tomaron esta como la prueba definitiva de sus contactos. El papel era, en efecto, del Ministerio de Asuntos Exteriores, el sello era del Departamento de Estado y los matasellos en los timbres postales eran de Washington D.C. Difícilmente Adamski podría haberlo falsificado.
Pronto pidieron que el Departamento de Estado emitiera una declaración oficial avalando los contactos de Adamski, pero en lugar de eso lo que obtuvieron fue una declaración negando su participación, e indicando que no conocían a ningún R. E. Straith y que no existía ningún «Comité de Intercambio Cultural», aunque no podían explicar el origen de la papelería oficial.
Eso originó una serie de investigaciones por parte del FBI y del propio Departamento de Estado por el mal uso de papelería oficial. El FBI visitó Gray Barker en tres ocasiones y una vez a Moseley.
Los seguidores del Adamski nunca pudieron localizar a Straith, a pesar de los repetidos esfuerzos. Tampoco tuvieron noticias del «Comité de Intercambio Cultural». Concluyeron que este comité debía ser tan altamente clasificado que el gobierno nunca admitiría su existencia.
Copia de esta carta llegó a manos de Lonzo Dove y éste, de inmediato, se dio cuenta que había sido escrita en la máquina de escribir de Gray Barker, el editor de revistas de platos voladores de West Virginia. Había varios aspectos inconfundibles de la máquina de escribir de Barker, como por ejemplo que la A mayúscula tendía a estar un poco por arriba de la base normal de las otras letras.
Dove escribió un artículo y se lo envió a James Moseley, otro editor de revistas de platos voladores (en ese entonces editaba Saucer News). Barker, amigo y colega de Moseley, negó vehementemente haber escrito la carta. Moseley rechazó el artículo de Dove con el argumento de que este último no había probado su caso. Dove era un asiduo colaborador del boletín de Moseley. Justo en el número de octubre de 1957 había publicado una crítica al entonces reciente libro de Adamski, Inside the Space Ships. A partir de este rechazo, Dove nunca más volvió a escribir en las revistas de Moseley.
James Moseley.
La investigación de Dove llegó al FBI y, en febrero de 1959, varios agentes se presentaron en la casa de Moseley preguntando si sabía que Barker había utilizado papelería oficial. Moseley les dijo que nada sabía del asunto, sólo lo que mencionaba Dove en su artículo. Al mismo tiempo se comunicó con Gray Barker para informarle de la investigación del FBI. Barker entró en pánico y rompió su máquina de escribir y la enterró en cemento fresco en una obra en Clarksburg. De alguna manera Barker estaba viviendo en la realidad la misma broma que le había jugado a Bender con lo de los hombres de negro.
Años después, en diciembre de 1984, tras la muerte de Gray Barker, Moseley confesó haber desarrollado esta broma con Barker. Los dos hombres, en una noche de borrachera, escribieron la carta en papelería oficial proporcionada por el hijo de un funcionario que se había unido al club de ovnis liderado por Barker. Se trataba de una hoja en blanco que llevaba el membrete del Departamento de Estado.
Esta carta fue una de las seis que escribieron y que enviaron a otros tantos ufólogos de aquella epoca: Laura Mundo, Coral Lorenzen, Manon Darlaine, Ted Bloecher, Isabel Davis y la carta a Adamski. Hubo una septima para el padre de Moseley pidiéndole dinero.
Laura Mundo, famosa periodista de radio de los cincuentas que apoyaba la nueva moda de los platos voladores.
Ambos editores habían aprovechado la enorme credulidad y fanatismo de los seguidores de Adamski y de los demás ufólogos. Esta misma estrategia ya la habían utilizado con Albert K. Bender y fue lo que dio origen al mito de los Hombres de Negro. Pero eso es otra historia.
Hay algo en la historia de George Adamski que siempre me ha intranquilizado. Estudié física por una idea que tuve en mis años de juventud (1969), de cómo lograr la «atracción-repulsión a través del electromagnetismo» y así hacer posible el viaje interestelar, y mientras cursaba los estudios universitarios, llegó a mis manos un artículo publicado en una revista sensacionalista que hablaba de la entrevista entre Adamski y el tripulante del ovni acerca del modo de movimiento de estas supuestas naves, y para mi asombro, fué una coincidencia. Ahora tengo este trabajo mas perfeccionado en cálculos e hipótesis teórica y quiero compartir.
Las naves eran reales, las fotografias tambien solo que no quisieron aceptar por tratarse de un tema de seguridad nacional, existen mas fotos y videos el que busque encontrara verdades junto a preguntas que no podre responder esta vez.
No digas tonterías. En su lugar presenta pruebas o callate.
Por cierto, Adamski se escribe con i latina.