Peter y Caroline, joven pareja de trabajadores del Servicio Postal en el poblado de Cornualles, en la Gran Bretaña, restauraban desde temprano la vieja oficina. Empezaba a caer la tarde nub­lada y calurosa cuando Caroline se acercó a la ventana. Un intenso resplandor le hizo salir del edificio a curiosear. Su asombro no tuvo límites al mirar un objeto redondo, como una gran pe­lota de aproximadamente dos metros de diámetro, de colores luminosos verde y rojo, con un halo brillante en su entorno. A voces llamó a Peter; temblando de miedo, uno junto al otro ­-según declararon más tarde-, vieron que aquella enorme pelota luminosa flotaba a baja altura ante un establo situado frente a la oficina. De pronto, siempre flotando, se dirigió zigzagueand­o al campo de al lado y se detuvo como a un metro y medio del lugar donde se encontraba la pareja.

Peter y Caroline casi no podían mo­verse. Aterrados, llamaron a gritos a los vecinos, que acudieron presurosos. Se reu­nieron un total de 30 personas, quienes pudieron admirar la esfera luminosa en medio del campo donde estaba detenida y donde permaneció varias horas. Nadie se atrevió a acercarse. De repente, sin emitir el menor sonido, se elevó verticalmente a gran velocidad hasta perderse de vista.

Momentos después de haber desaparecido el bri­llante objeto, tanto Peter como Caroline comen­zaron a sentir un extraño malestar, acompañado de náuseas, vómito, fuerte dolor de cabeza y de estómago, debilidad y cansancio infinitos, por lo cual debieron ser hospitalizados. Los médicos que les atendieron comprobaron que presentaban los mismos síntomas de las víctimas de la radiación. Se pidió ayuda médica a Londres y equipo especiali­zado. Transcurrieron diez días y cuando todo estaba dispuesto para iniciar el tratamiento, los síntomas desaparecieron en forma súbita en los dos pacientes. El dictamen médico determinó que la pareja se había acercado demasiado al objeto luminoso por largo tiempo y resultó afectada por las radiacio­nes que emitía. Además, las personas que contem­plaron el extraño artefacto a distancia, no presentaron ningún síntoma.

El fenómeno de la esfera luminosa no fue el único espectáculo para Caroline y Peter. Al día siguiente por la tarde, en el mismo lugar donde permaneció por largo tiempo la bola luminosa, aparecieron cuatro esferas semejantes a aquélla; ahí se mantuvieron durante dos horas. Al cabo de ese tiempo se elevaron en línea recta a gran velocidad, hasta desaparecer.

Venden en Loch Ness: el centro de la magia negra de Aleister Crowley

La que una vez fuera propiedad del satanista Aleister Crowley «perfecta para una casa de vacaciones»

Paul Kelbie

The Observer, domingo 19 abril 2009

Una parcela de tierra alguna vez propiedad del autoproclamado «hombre más perverso del mundo» se ha puesto a la venta, atrayendo el interés de estrellas del rock, desarrolladores y discípulos de las artes oscuras.

Boleskine Bay, en Loch Ness en Foyers, fue parte de una renombrada propiedad, a principios del siglo 20, que se utilizó como «un centro magia negra y brujería» bajo la propiedad e influencia del satanista Aleister Crowley.

La «Bestia de Boleskine», que murió en 1947, fue propietario de Boleskine entre 1899 y 1913, tiempo durante el cual trató de asfixiar las Highlands con magia negra coaccionando a las fuerzas del mal.

En los últimos años la finca, una vez hogar del millonario estrella de rock Jimmy Page, se ha vinculado a una serie de incidentes, incluyendo al menos dos muertes violentas.

Además de los rituales de magia negra para invocar a los cuatro príncipes del mal, Crowley y sus seguidores de culto al diablo utilizaban la propiedad para hacer talismanes y sacrificar animales ofrecidos a Satanás.

«Los demonios y las fuerzas del mal se habían congregado alrededor de mí tan densamente que apagaron la luz. Se trata de una situación confortable. No puede haber más duda de la eficiencia de la operación», escribió Crowley de sus experimentos en la finca.

Ahora, una parcela de 1,9 hectáreas en la antigua finca ha sido puesta a la venta por £ 176.000 con permiso para construir una casa de madera de tres dormitorios, y 140ft de playa de Loch Ness.

«Ha habido un gran interés en la parcela debido a la conexión con Crowley. Hemos tenido varias peticiones de todos lugares. Las personas tienden a estar interesados en cosas que son siniestras, pero también hemos tenido peticiones de personas que sólo quieren un terreno en las Highlands con algunas buenas vistas del Loch Ness», dijo Kevin Maley, de lo agentes en Inverness Strutt and Parker.

«La casa y el terreno fueron propiedad de diferentes personas. La parcela ha sido de la misma familia durante los últimos 40 años, pero el propietario ha decidido que es hora de irse. Se trata de algo inusual en que la propiedad será vendida con permiso de construir una casa de madera en medio de la nada, que haría una perfecta casa de vacaciones», dijo.

El folleto de los agentes inmobiliarios alega que la zona es perfecta para la pesca, el tiro y la caza, una actividad que también realizaba Crowley, que tenía una manada de sabuesos en la propiedad.

Crowley y sus discípulos usaban drogas, sexo y sangre de los sacrificios de cabras y gatos durante los rituales perversos. El mago negro también obtenía placer con el sufrimiento que sus prácticas siniestras aparentemente les producían a los pobladores locales. Él se jactó acerca de cómo un empleado de la finca se emborrachó en Boleskine una noche – después de 20 años de abstinencia – y trató de matar a su esposa e hijos.

La familia dueña de la cabaña de Crowley, Hugh Gillies, también sufrió una serie de tragedias. En primer lugar su hija de 10 años de edad, murió de repente en su escritorio escolar y un año más tarde su hijo de 15 meses de edad murió de convulsiones en las rodillas de su madre.

Tal es la reputación de la casa de piedras blancas que, durante sus tres años de residencia, a comienzos del siglo 20, los pobladores de la finca Foyers la evitaban a toda costa.

Aunque Crowley murió sin dinero en 1947, los años no han borrado la memoria de su asociación con la casa en las Highlands escocesas. Los visitantes de la finca han informado ver las luces parpadeando, ventanas que se rompen y una silla que perteneció a Crowley moviéndose por si sola.

En 1960 el entonces propietario de la casa, Major Edward Grant, se suicidó en el dormitorio que había sido utilizado por Crowley para algunos de sus ritos satánicos.

Jimmy Page, en 1975 en una entrevista, dijo: «La finca era propiedad de Aleister Crowley, pero hubo dos o tres dueños antes de que Crowley se mudara a ella. En el sitio de la casa también hubo una vez una iglesia que se quemó con sus fieles en el interior».

Dijo: «cosas extrañas han sucedido en esa casa que no tienen nada que ver con Crowley. Las malas vibraciones ya estaban allí».

http://www.guardian.co.uk/uk/2009/apr/19/boleskin-bay-sale-satanism