LOS FRAUDES OVNI EN MÉXICO[1]
Héctor Escobar Sotomayor
Un ovni congela el terreno
El siguiente caso reviste algunos aspectos únicos en la casuística mundial, se trata de un ovni que presuntamente congeló un área de terreno sobre la cual sobrevoló[2].
Al parecer, los hechos ocurrieron el 9 de abril siendo testigos los Sres. Víctor Castorena Guerrero y Pablo Mújica García. Ese día, ambos testigos, viajaban a bordo de un automóvil por la autopista México-Cuernavaca. A la altura del Km 31., pasado el poblado de Topilejo, tras dar una vuelta en una curva observaron un enorme objeto azul que descendía del cielo. El objeto era de forma elipsoidal y semejaba dos platos unidos y medía unos 20 metros de diámetro. Según el Sr. Castorena, el objeto era silencioso, pero para Mujica emitía un zumbido. El extraño objeto lanzó un rayo de forma cilíndrica y de color azul que, al llegar a tierra, congeló un área de 4 metros cuadrados. Hecho esto, el objeto se alejó a gran velocidad con rumbo noreste. Según se informa resultaron congelados un árbol y un área de pastos.
Los testigos y otras personas, no se indican sus nombres, recogieron del lugar muestras de hielo con follaje y hojas en el interior. Al analizarse el hielo resultó ser agua común. Aunque el caso parece impresionante, su consistencia es muy pobre:
1) La investigación revela algunas deficiencias ya que se hizo tiempo después, cuando ya no había la menor huella de hielo, salvo unas ramas en el hielo que habían sido conservadas en el refrigerador. El hecho de que el hielo haya sido agua común y corriente, muestra que las ramas pudieron congelarse en una pequeña bolsa con agua y meterse en el refrigerador. Podría tratarse pues de un intento de fabricar un caso impresionante. Por otro lado, el agua se transportó en un chorro de luz. Si es así, ¿cómo?
2) Es muy cuestionable que no haya habido mayores testigos ni referencia alguna en prensa que pudiera haber logrado fotografías del lugar congelado.
3) La extrañeza del caso. En ninguna otra parte del mundo ha informado de un caso de características similares.
Los «extraterrestres sacones»
La siguiente nota, es parte del curioso mundo del contactismo mexicano, en esta ocasión el responsable de todo fue un contacto llamado Eduardo Ãvila[3].
Los hechos iniciaron a mediados de 1977, cuando un tal «Hermano Eduardo» comenzó a reunirse con un grupo de personas en un departamento de la ciudad de México en donde se daban clases de «contacto telepático con seres extraterrestres» y otras linduras por el estilo. En dichas reuniones el «Hermano Eduardo» afirmaba ser en realidad un ser extraterrestre (marciano para mayores datos) y llamarse Suptalnmix.
En una de estas reuniones alguien pidió -ingenuo- una prueba de lo que afirmaba el «Hermano Eduardo». Suptalnmix no se amilanó y prometió una prueba que haría que nadie más dudara de lo dicho; sería una exclusiva a nivel mundial. Animados, los fieles siguieron trabajando en torno a las enseñanzas del «Hermano Eduardo», hasta que, finalmente, este anunció que los extraterrestres, muy preocupados por el futuro de la humanidad, harían un aterrizaje masivo el 14 de agosto de 1977 a las 18:00 en el centro arqueológico de Teotihuacán. Luego de hablar con él, invitarían a otros terrícolas a sus naves e irían a la Zona del Silencio desde donde interferirían los aparatos de televisión de todo el mundo.
Posteriormente, el «Hermano Eduardo» se presentaría ante la ONU exigiendo el desarme global; desafortunadamente «“para todo el mundo- no sería escuchado y se le ejecutaría en la silla eléctrica (sic). Pero-adivinen- resucitaría al tercer día, salvando de la destrucción a todos sus seguidores.
Cerca del día 14, hubo un cambio de planes, pues al parecer a alguien había avisado a Pedro Ferríz (Nos sabemos si éste asistió). Ahora, el aterrizaje serla a las 6 de la mañana y sólo podrían ir «los elegidos».
A las 6 de la mañana del 14 de agosto, los seguidores se habían reunido ya en Teotihuacán, pero el centro arqueológico aún no abría sus puertas, por lo que empezaron a saltarse la barda «‘ ¿más? Ya en el interior de la zona arqueológica, el «Hermano Eduardo» indicó a sus seguidores que formaran un circulo y miraran al sol que en esos momentos hacia su aparición. Agregó que mientras, él se adelantaría al encuentro y se internó tras unos matorrales.
Ya habían pasado algunos minutos cuando los seguidores se empezaban a preguntar que había ocurrido. Para este entonces, el «Hermano Eduardo» ya había puesto pies en polvorosa, dejando a todos boquiabiertos mirando al sol. Enojados, decidieron irse a fin de evitar mayores problemas con los guardias del lugar[4].
La «Medicina Electrónica»[5]
En el lado oscuro de los ovnis se juega casi constantemente en la infinitud de fraudes y engaños a los que se ven llevados los creyentes. Algunos por ingenuidad, otros por desesperación. Tal es el caso de la «Medicina Electrónica».
La «medicina electrónica» era parte de los supuestos «conocimientos extraterrestres» impartidos a María del Socorro Pérez (alias: Marla), por seres extraterrestres con nombres tan pintorescos como Ramkar, Tage, Solange, etc. Marla empezó sus acciones a principios de los años 70 en la ciudad de México, aprovechando el interés ovni de la época.
Pronto había ya un centro de contactados donde se daba «consulta médica» supervisada por extraterrestres. Marla aseguraba poder curar el cáncer, la diabetes y gran cantidad de enfermedades.
El éxito de esta supuesta medicina se basaría en que no operaba con los elementos químicos conocidos, sino a nivel electrónico, ya que «es en esos niveles donde se producen originalmente las enfermedades, esto es, a niveles físico químicos»[6] Charlatanerías similares han sido sostenidas recientemente por los homeópatas.
Es difícil cuantificar los daños que causaron Marla y sus secuaces durante los varios años que operaron en México estas supuestas clínicas «extraterrestres» pero, sin duda, esta es una de las caras más oscuras de los contactados.
A principios de la década de los 80, Marla cambió su teatro de operaciones a España donde es muy probable haya hecho llegar también su «medicina electrónica». Actualmente continua con sus «trabajitos» en la ciudad de Guadalajara, México.
La nave extraterrestre caída en Puebla
El 29 de julio de 1977, numerosos testigos informaron del paso de un objeto brillante a gran altura y velocidad sobre el cielo de la ciudad de México a las 6 de la mañana. El objeto incluso fue filmado en película profesional de 35 mm por los miembros de un equipo de producción que se encontraban filmando una película, «Picardía Mexicana». A esta noticia corrió el rumor de que el objeto había caído en algún punto de la sierra de Puebla. Una zona montañosa y de difícil acceso ubicada en el centro de la República Mexicana.
El caso es una extraordinaria muestra de cómo una noticia interesante se convierte rápidamente, en manos de charlatanes, en un caos.
Algunos meses después y luego de varias expediciones en busca del ovni, dos periodistas de la desaparecida revista Contactos Extraterrestres[7], regresaron a la ciudad de México con un pequeño fragmento metálico caído del cielo. Se trataba del auténtico resto de un ovni. El fragmento fue sometido a análisis tratándose de una aleación bastante rara.
Para este entonces, el periódico La Prensa (una vez más) había dado pauta al sensacionalismo. En sucesivas ediciones del mismo se informaba que el ovni estaba siendo rodeado por el ejército y que vendría pronto personal de la NASA. También se decía que el lugar estaba restringido para los curiosos. Se hablaba del rescate de humanoides, computadoras, etc.
Días después, La Prensa había ya publicado una foto del ovni estrellado en la sierra, curiosamente lo que se observa en la foto no es la sierra de Puebla sino ¡El cañón de Colorado! es decir que el ovni tampoco era tal.
Las leyendas abundaron. Se hablaba de pequeños seres con aspecto demoniaco, obviamente extraterrestres, de seres rubios, hermosos y muy altos, también extraterrestres, e incluso se llegó a mencionar que una arqueóloga norteamericana había sido secuestrada con eróticos fines.
Los escritores y pseudoufólogos también pusieron su grano de arena. Así, el padre Freixedo dice[8]:
«En el estrellamiento de Puebla (México), a que hice referencia en uno de los capítulos iniciales y que yo pude contemplar personalmente (aunque de lejos debido a las restricciones militares)… Como dato final le diré al lector que tengo en mi poder un trozo de lo que quedó tras la vivísima explosión de un ovni a muy baja altura cuando se, disponía a aterrizar. Me lo entregó el contactado que fue testigo del suceso (en la serranía de Puebla, en México) y que como en otras ocasiones, esperaba al ovni en el mismo sitio para comunicarse con sus ocupantes.
«Cuando me lo contaba se le caían las lágrimas «˜porque había perdido a sus amigos»™ con los que ya le unía un gran afecto.
«Yo pude ver en su casa el bloque de material cristalino, de varios kilos de peso, en que se convirtió tras la vivísima llamarada que lo desintegro.
«He llevado a analizar el pedacito que poseo -que emite unos fulgores muy bellos de color azul metálico y el resultado ha sido un extraño material muy rico en titanio»¦»
Freixedo dice todas estas tonterías ya que no sabía absolutamente nada de lo ocurrido en Puebla, y tampoco que posteriormente el ovni pudo ser identificado como el reingreso de la tercera etapa del cohete soviético que puso en órbita al Cosmos 929.
Cuando el buen padre se pone a fantasear a causa de su senilidad dice tonterías como esa. Sin embargo, en una nota publicada en Contactos Extraterrestres en 1978, reconoce haber estado en esas fechas en Venezuela (a menos que posea el don de la bilocación). Obviamente, el metal que posee (si es que lo posee) no tiene absolutamente nada que ver con el objeto caído en puebla, ya que se trataba de acero, no de titanio, que, por otra parte, no emite destellos azules; ni tampoco verdes, amarillos ni nada parecido[9].
[1] Publicado originalmente como Escobar Sotomayor Héctor, Los fraudes ovni en México, Perspectivas Ufológicas, No. 2, México, abril de 1994. Págs. 21-26. Ver la primera parte en:
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/02/los-fraudes-ovni-en-mxico/
[2] Téllez, F. El ovni que congeló un área de cuatro metros, en Contactos Extraterrestres, N° 13. México, 1977.
[3] Ahumada, A. Y los extraterrestres no acudieron a su cita en Teotihuacán, en Contactos Extraterrestres N° 21, México, 1977.
[4] Casos muy parecidos ocurrieron en Argentina (Ver: Ruiz Noguez Luis, Extraterrestres ante las cámaras, Vol. 5, México 2010. Págs. 141-165.) y en Italia (Ver: Ruiz Noguez Luis, Extraterrestres ante las cámaras, Vol. 10, México, 2011. Págs. 27-32 y 44.
Nota Luis Ruiz Noguez.
[5] Ver: http://navelocos.blogspot.com/2007/03/escuela-de-contactados.html
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/03/egresados-de-la-escuela-de-marla/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2010/12/medicina-cuntica/
Nota LRN
[5] https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/01/qu-hay-de-nuevo-et/
Nota LRN
[6] Ortiz de la Huerta, C. Contactos Extraterrestres en México, Posada, México, 1976.
[7] a) Chavarría, H. Latapi, P. El fragmento de Puebla, Contactos Extraterrestres N° 31, México,1987
b) Chavarría, H. El ovni de la sierra de Puebla, El investigador Escéptico, México, 1992.
c) Escobar H. Trece años después, El Investigador Escéptico, México, 1992
[8] Freixedo, S. La amenaza extraterrestre, Posada, México, 1990.
[9] Ver: Ruiz Noguez Luis, Ovnis estrellados en México, Mina Editores, México, 1996, Págs. 39-41.
Nota LRN.