Gurús Nueva Era: Dispensadores de Tonterías
La intencionalidad de la compasión es la iluminación del alma cósmica.
31 de octubre 2014
Gad Saad
Kumare: La verdadera historia de un falso profeta
En el capítulo 8 de mi libro The Consuming Instinct: What Juicy Burgers, Ferraris, Pornography, and Gift Giving Reveal About Human Nature, discuto cómo varios vendedores de esperanza ambulantes son singularmente exitosos porque atienden a nuestras inseguridades fundamentales basadas en el darwinismo. La religión nos «regala» inmortalidad. Los charlatanes médicos «resuelven» pruebas de salud intratables. Los gurús de autoayuda nos ofrecen «recetas» para cada desafío imaginable de la vida. Para el post de hoy, me gustaría hablar brevemente de un género subconjunto dentro del movimiento de auto-ayuda: el gurú de la Nueva Era.
Esta mañana he tenido la desgracia de ver un clip de dos minutos de Gary Zukav charlando con Oprah Winfrey. Yo nunca había oído hablar del Sr. Zukav hasta hoy. Me llamó la atención los sorprendentes comentarios vacuos que echa en chorro, entregados en un tono como de gurú, de altiva profundidad. Por supuesto, hay muchos otros «gurús» espirituales tal vez ninguno más famoso que Deepak Chopra (ver mi anterior artículo en Psychology Today sobre la difícil tarea de elegir entre los movimientos espirituales). Para cualquier persona inmersa en una ética de la razón, la ciencia y la lógica, estas proclamas New Age son un galimatías sin sentido. Y sin embargo, para millones de personas, estos hombres son titulares de las verdades universales que se encuentran por debajo del reino «vulgar» de la mera realidad material. Ya sabe, Chopra, Zukav, y su calaña tienen acceso a las verdades espirituales más profundas que los idiotas plebeyos como yo nunca pueden entender (como me fue «explicado» por un seguidor de Twitter).
En cierto sentido, los gurús de la Nueva Era son similares a los postmodernistas dentro de la academia (ver mi artículo en Psychology Today sobre la imitación de la intelectualidad de la posmodernidad). Dispensan tonterías sin sentido que se hacen pasar como verdades profundas, mientras que en realidad se trata de un mero ejercicio de oscurantismo. Mira cómo me pude convertir fácilmente en un gurú de la Nueva Era. Dado mi trabajo científico en psicología evolutiva y mi origen en el Oriente Medio, soy un hakim cuántico evolutivo (EQH) y como tal canalizo la energía cósmica utilizando la frecuencia EQH. Debido a mi capacidad de aprovechar este antiguo campo vibratorio, he recibido los siguientes tres verdades universales:
1) La intencionalidad compasiva es la iluminación del alma cósmica.
2) La transfiguración de la conciencia cósmica es la unidad astral.
3) La convergencia armónica es la energía cuántica de la singularidad de biorretroalimentación.
La receta para ser un gurú de la Nueva Era es la siguiente: 1) Crear verborrea que parece profunda, pero que es otra cosa sin sentido. La gente va a atribuir su incapacidad para entender sus oraciones a sus propios fracasos en lugar de a su charlatanería; 2) Sé carismático y seguro de sí mismo en tu entrega, y tal vez te engañaras a ti mismo en cuanto a la veracidad de tus palabras. En las palabras inmortales de George Costanza, uno de los personajes centrales de la clásica comedia de enredo Seinfeld: «Jerry, sólo recuerda, no es una mentira si la crees». Ver mi anterior artículo en Psychology Today sobre las raíces de adaptación del autoengaño.
PD Generé las tres últimas frases al azar, pero les puedo asegurar que yo podía convencer fácilmente a muchas personas de que estas frases sin sentido llevan conocimientos infinitos y eternos.
http://www.psychologytoday.com/blog/homo-consumericus/201410/new-age-gurus-dispensers-nonsense
excelente articulo, me gusto y es cierto todo buscamos algo que siempre creemos que nos hace falta para ser completos, por eso buscamos esas cosas en las diferentes religiones…
No tengo idea de cómo llegué a este artículo porque estaba buscando otra cosa, pero siento el impulso de saludar al autor porque encontrar esta crítica saborizada con una frase del célebre George Costanza me alegró el día. No recuerdo haber sentido algo diferente a rabia cuando me he topado con algo que hace referencia a Deepak Chopra. Muchas gracias.