EXTRATERRESTRES ANTE LAS CÃMARAS, VOL 4[1]
CAPÃTULO 2
Uno de los miembros de la secta LUS era Claudio Omar Rodríguez, que posteriormente se haría famoso al utilizar el acróstico de Clomro o, más correctamente, Comandante Clomro.
Claudio Omar Rodríguez nació el 28 de junio de 1962 en la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires. Cuenta, en una muy breve autobiografía, que le gustaba coleccionar «flores, mariposas, coleópteros y demás especies de insectos. Piedras, cactus» y también conchas y caracoles marinos, monedas, sellos postales, etiquetas de cigarrillos y balas.
En sus primeros años tuvo una fuerte inclinación hacia las ciencias naturales: al mismo tiempo que excavaba en busca de fósiles, mezclaba diversas sustancias tratando de «descubrir alguna fórmula»[2]. Su interés por la naturaleza le venía de leer los tomos sobre ciencia que se encontraban en la biblioteca familiar. Pronto incluiría la astronáutica y los ovnis entre sus intereses de adolescente.
Fue un niño tímido al que no le interesaban las fiestas o el futbol. Sin embargo esos intereses científicos no se veían reflejados en buenas calificaciones. Claudio Omar explica que la pintura, la astronáutica, el ajedrez y los ovnis consumían gran parte de su tiempo.
Escoge la carrera de periodismo, y se gradúa en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Católica de La Plata, en el año de 1983.
Meses después se adhiere a varios grupos de aficionados a los ovnis. Pasa de una agrupación a otra, hasta que conoce, en 1983, a Roberto Olivera y a su mujer Valentina de Andrade y se afilia a su grupo contactista.
Sus intereses artísticos y sus conocimientos como comunicador le hacen proponer a Olivera una nueva forma de transmitir los «mensajes extraterrestres»: pinturas y exposiciones sobre temas extraterrestres. Olivera no tuvo en cuenta la propuesta, pero otros compañeros del grupo sí, y con varios de ellos hizo exposiciones sobre la temática cósmica.
Por diversas razones Rodríguez abandonará el grupo en 1989.
Decide dedicarse a la venta de gemas y piedras. Entra de lleno en la subcultura New Age promoviendo «la energía de los cristales». Por algún tiempo se dedicaría a colocar grandes cristales de cuarzo en «lugares estratégicos». En 1992 repartía cristales en el Foro Global durante la Cumbre de la Tierra, Río ’92. A finales de los noventa entregó un mensaje ecológico-espiritual al representante de la ONU en la cumbre. Propuso un plan para la unificación humana: el «Proyecto O.H.U» (Organización de la Humanidad Unida), y en el 2005 propuso a Fidel Castro que Cuba tuviera una sede del organismo. No tuvo respuesta del Comandante Castro.
En diciembre de 1986 lee un artículo aparecido en el número 7 de la revista Cerdos & Peces, que reproduce la nota titulada «Confesiones de un extraterrestre» publicada originalmente en el diario El País, de España. El artículo se ocupa de Joaquín Lastra, un psicólogo y lingüista español de 43 años, que había sido recluido en un hospital neuropsiquiátrico ya que decía ser extraterrestre. Llevaba ocho años en el hospital y había escrito el libro «El origen del pecado original», en el que explicaba que los extraterrestres ocupaban los cuerpos humanos.
Una idea similar fue expuesta en «Hombre mirando al sudeste», filme de Eliseo Subiela, estrenado en 1987. Ambos sucesos influirían, de alguna forma, en la confección del personaje llamado Comandante Clomro. Pasan los años y Claudio Omar sigue refinando su personaje. Recuerda:
«1987, mes de agosto, día 15, primeras horas de la madrugada. Ciudad de Santo Ãngelo, Río Grande do Sul, Brasil. Espera en un bar frente a la terminal de ómnibus. Charla con tres o cuatro personas, entre cerveza y cerveza. Sale el tema de los extraterrestres. Me preguntan a qué vienen. Se me ocurre – y no sé cómo – hacer una personificación de un extraterrestre que llega y responde a la pregunta. En vez de decir a qué vienen, hago como que yo soy uno de los que vienen, hablando en primera persona, en una mini-teatralización que se me ocurre que será más impactante que el «˜ellos vienen para…»™, que no dejaría de ser tomado como una opinión más.
«El personaje extraterrestre inventado en ese momento, subiéndose a una silla (¡lo que puede una cerveza!, ¿eh?) y saludando con una mano hacia arriba y quieta, está – según ubica imaginariamente a la gente – en su plato volador que aterriza. La puerta se abre, el extraterrestre baja de la nave (la silla), y cuenta los secretos del Universo. Un poema con un mensaje cósmico, bien recitado en portugués y con excelente expresividad, arranca aplausos de un viejo, que me mira y me oye con una concentración como pocas veces he visto. Aplaude otra vez ante una de mis revelaciones que entró en su lógica o en su sentir.
«Llego al final de mi primera actuación; termina mi ficción y continúa mi realidad: soy un ser cósmico que hace dieciséis meses que está en un cuerpo humano, sin plato volador ni nada espectacular que convenza a la gente de lo que pueda decirle. Guardo entonces mi misterio, y cuando hablo de extraterrestres, lo hago como estudioso del tema y no como uno de ellos. Horas después me voy del bar, llevándome una nueva experiencia, una nueva idea de cómo darme el gusto de ser lo que soy, al menos representándolo teatralmente. Hacer el papel de lo que uno mismo es y que en la vida cotidiana se oculta bajo esta apariencia humana… ¡qué realidad para una ficción!
Claudio Omar dice que dieciséis meses atrás había ingresado en un cuerpo humano. Esto nos lleva a finales de abril de 1986, cuando tenía 23 años.
«Este cuerpo físico estaba ocupado hasta 1986 por otra persona. Hubo razones por las cuales ese ser tuvo que ser retirado de este cuerpo, y, directamente, no hubo ninguna planificación de esto de hacía años; fue algo que se presentó de repente, porque esto de que el destino, que es muy fijo, que hay que cumplir, no es siempre así. Este cuerpo, justamente, esto que están viendo, tenía que seguir funcionando, entonces mandaron a otro; en reemplazo, me mandaron a mí. Me pusieron acá, con las memorias del anterior.
Pero, ¿de dónde provenía el extraterrestre que ocupó el cuerpo de Omar? Él no lo decía. Más bien le daba vueltas al asunto, cuando se lo preguntaban.
«Nunca supe ni se dijo nada sobre si procedía de alguna parte. No es que el que entró haya sido «˜Clomro»™: y el otro era C.O.R.: se fue el que vivía aquí como C.O.R. y entró otro a vivir como C.O.R., que años después se autodenominó «˜Clomro»™, años después «˜ClaudiOmaR, El Músico de las Estrellas»™, «˜Claudio de los Cristales»™»,
Buscando en otras fuentes nos enteramos que los contactados con los pleyadianos afirman que en realidad no era ningún extraterrestre de los corruptos responsables de los males de este mundo, sino que vino de Las Pléyades (estrella Taygeta, planeta Erra). Pero Vetta, otra extraterrestre que habita este planeta, dice que él comandaba una flota de naves de combate rebeldes. Mientras que los contactados del grupo Elron dicen haber recibido información de que estuvo en Próxima Centauri.
Recientemente, en el blog del Comandante Xentor[3], Clomro explica cómo fue el proceso:
Sigue: «El Reemplazo»
[1] http://www.lulu.com/product/tapa-dura/extraterrestres-ante-las-c%C3%A1maras-volumen-4/10799590
http://www.lulu.com/product/tapa-blanda/extraterrestres-ante-las-c%C3%A1maras-volumen-iv/10799633
[2] La pólvora ya estaba descubierta, pero era tentador redescubrirla. Las pruebas de mezclas de insecticidas con hormigas no eran más efectivas que un pisotón, pero el clorato de potasio con azufre explotaba satisfactoriamente (nota de Clomro).
[3] http://libres-rebeldes.blogspot.com/2009/04/clomro-llegada.html