EXTRATERRESTRES ANTE LAS CÃMARAS, VOL 4[1]
PRÓLOGO
Mientras con nombre y apellido hablaba por radio o lo hacía también y además daba la cara por televisión, en entrevistas para medios gráficos y en reuniones, otra de las alternativas que consideré fue la de teatralizar para difundir un mensaje. Se decía que el afamado divulgador del fenómeno ovni, Fabio Zerpa, había tenido que dejar su carrera de actor (en la que llevaba hechas películas y telenovelas), porque ella -por aquello de la ficción- podría hacerle perder realismo, seriedad y credibilidad al tema de los extraterrestres, por el que se lo estaba empezando a conocer más que en actuación. En algún momento pensé que una cosa no tenía por qué quitar la otra, y que incluso en mi propio caso de divulgación de temas del cosmos, podría ensayar la ficción para presentar una realidad. Pero una ficción que estuviera tan llena de realidades, que fueran indistinguibles los límites entre lo ocurrido y lo inventado.
Procedencia espiritual alienígena, cuerpo humano común de la Tierra, nombre raro con rango, seriedad salpicada de toques de comicidad, declaraciones estrafalarias mezcladas con coherencias creíbles, poses y vestuarios ridículos que denotaran delirio o juego en la propuesta, lograban la resonancia televisiva que era imposible como entrevistado o conferencista con formalidad, identidad y representatividad institucional (cuando hablaba en carácter de miembro de alguna asociación ufológica o contactista). Era comprensible que unos cuántos ufólogos y contactados repudiaran mi propuesta, como lo hicieron: unos instantes en TV me habían dado más notoriedad que a cualquiera de ellos durante años. Pero no tuvieron en cuenta que durante años también me había pasado lo mismo cuando era uno más entre ellos.
Dejé de serlo desde que -según ellos- mi conversión en personaje mediático me tornó «un desprestigio» para la temática. Más aun, con el agravante de que quien llevó a la TV al extraterrestre ése no fue ni un ufólogo ni un contactado, sino un productor televisivo que había adquirido fama como escéptico y refutador de la pseudociencia. Todo parecía una burla montada por él, para tomarle el pelo a ufólogos y contactados que jamás aportaron una sola prueba contundente, y mucho menos presentar como testimonio a un extraterrestre en persona. ¿Desde cuándo el que sí lo llegaría a hacer terminaría siendo un refutador de la realidad extraterrestre? La cosa no estaba clara.
Lo peor del caso para los contactados, es que este alienígena de pacotilla no era de los buenos chicos cósmicos de la santísima confederación o federación galáctica o intergaláctica del comando Ashtar, a quienes calificaba como engañadores: el alienígena televisivo decía ser de los malos, pero arrepentido, y dispuesto a confesar todos los secretos de cómo, con su participación, se tejió la trama oscura de la dominación planetaria, encontrándose ahora como partícipe de las fuerzas rebeldes de liberación. En aquel momento, las declaraciones contra Ashtar Sheran eran una blasfemia que nadie había osado proferir: él poseía, contactados mediante, poco menos que el monopolio de los grupos y doctrinas contactistas dentro del movimiento de la New Age. Hoy puede verse en Internet, que ya son muchísimos los sitios donde se cuestiona o se acusa a Ashtar. En aquel momento decir que el mundo obedecía a una planificación maléfica, discrepaba de las religiones porque en ellas lo maléfico no era planificado, sino algo que se introdujo alterando el Orden Divino dispuesto para el planeta. Desde dos años después, por el «Efecto Matrix» (de la historia fílmica), pasó de la burla o de la resistencia, a la aceptación como obviedad lo de las conspiraciones cósmicas de extraterrestres negativos planificadores de los destinos del mundo que ya se veía claro que no obedece a ningún Orden Divino en el que «todo tiene un por qué para el Señor» (hasta la destrucción de Hiroshima). Ya Barbara Marciniak venía publicando sobre el asunto, pero los grupos místicos del contactismo seguían indiferentes a esa literatura. En la transición entre esa información que circulaba sin tanto efecto, y el advenimiento de la trilogía fílmica sobre la realidad virtual simulada en una matriz cosmoinformática, el mensaje del personaje extraterrestre que representé fue un parte aguas para algunos cuántos. Luego, muchos del resto se encontraron, por el «Efecto Matrix», con que ya antes del fenómeno cinematográfico un presunto extraterrestre había estado hablando de las conspiraciones cósmicas. Y entrando en los sitios web de ese alien, se encontraron con las referencias que él había hecho a todos los que habían sido reveladores de conspiraciones cósmicas desde décadas antes, como Andreas Faber-Kaiser, Juan Atienza y Salvador Freixedo. Así, el personaje extraterrestre lanzado por la tele, se estaba reposicionando influyentemente en Internet, tras un comienzo irrelevante.
Tras el «Efecto Matrix» llegó el «Matrixmo»: pasó el shock mental que parecía movilizar entusiastamente a la rebelión anti-sistema en favor de la libertad, y todo quedó en la resignación: «estamos en la matrix, todo está controlado, no hay nada que hacer, a excepción de entretenerse viendo los inacabables vídeos de YouTube sobre lo jodidos que estamos y cómo nos joden sin que podamos hacer nada contra ellos, pero al menos así viviremos como esclavos conscientes, esclarecidos, y nos burlaremos de los que siguen creyendo en las mentiras de las religiones». En medio de este contexto humano carente de ánimos de resistencia, el personaje extraterrestre rebelde era insostenible. Y su historia personal extraterrena carecía de singularidad como para seguir llamando la atención, desde que hace ya bastantes años que es más fácil encontrar en la Red extraterrestres como humanos reencarnados contando sus historias cósmicas, que encontrar extraterrestres andando en naves.
Desde que todo esto es así, se han reducido mis razones para sostener el personaje humano-extraterrestre tanto para mi entretenimiento personal, como para divulgar temas cósmicos o proponer reformas sociales. Queda, inevitablemente, la persona, con las experiencias y conocimientos trascendentales adquiridos en un grupo contactista donde entre una mezcla de verdades, falsedades y confusiones, algo de claro hubo para rescatar. A estas alturas, mi propósito es contar lo que pasaba en ese grupo, la revelación que efectuaba, por qué consideré que ella podría hacerse, además de seriamente, con humor y jugando con la ficción, cómo mi historia personal se prestaba para una mezcla de persona con experiencias reales y de personaje con anécdotas cósmicas inventadas, para luego llevar la propuesta de resistencia cósmica al plano político-socioeconómico, y empezar a proponer reformas mundiales hasta a niveles paralelos a la ONU.
Clomro
Monterrey, 28 de abril de 2010
Sigue: Introducción
[1] http://www.lulu.com/product/tapa-dura/extraterrestres-ante-las-c%C3%A1maras-volumen-4/10799590
http://www.lulu.com/product/tapa-blanda/extraterrestres-ante-las-c%C3%A1maras-volumen-iv/10799633