«œLa guerra de los mundos»: la batalla de Sudamérica

«La guerra de los mundos»: la batalla de Sudamérica

Cada vez que se habla del libro que Herbert George Wells escribió en 1898, se viene a la memoria la adaptación radial de Orson Welles que impactó y desató el caos en Nueva York el año 1938. Sin embargo, se conocen casos en América Latina que dejaron decenas de muertos por culpa del miedo irracional a los marcianos.

Por Diego Zúñiga C.

«Â¡Se acercan los enemigos que descienden desde Marte en gigantescos paracaídas!». Los chilenos que sintonizaban el CB 76 de la radio Cooperativa Vitalicia la noche del domingo 13 de noviembre de 1944 quedaron con el corazón en la mano. Por cada segundo que pasaba las informaciones sumaban preocupación. «Â¡Hay 400 carabineros heridos en Puente Alto!» decía la voz del locutor, que añadía que el ministro de Defensa movilizaba tropas para defender al país. Pocos comprendían qué sucedía.

Decenas de personas salieron a las calles para ver con sus propios ojos lo que decía la transmisión. Otras optaron por escapar hacia el centro de la capital en busca de refugio, mientras los aterradores informes hablaban de la explosión de polvorines militares, bombardeos y destrucción de diversas ciudades. En medio del caos, muchos comentaban que en realidad Chile era atacado por sus vecinos terrestres y no por invasores extraterrestres.

Todo comenzó a las 21.30 horas. Cooperativa Vitalicia, una radio ubicada en Santiago,  había informado incluso en la prensa escrita que esa noche difundiría una adaptación del clásico de Herbert George Wells «La guerra de los mundos», que relata una invasión marciana a la Tierra. Al parecer pocos se dieron por enterados, porque las escenas de espanto se repitieron entre quienes creyeron ciegamente que la radio informaba de una conflagración.

El libreto mencionó a instituciones estatales y a la Cruz Roja, dando mayor verosimilitud a la historia. La derrota de las fuerzas armadas puso en una peligrosa situación de indefensión a los ciudadanos, que ya se imaginaban aniquilados por los invasores. Muchos terminaron en los hospitales afectados de problemas cardíacos y nerviosos. Otros presentaban contusiones por caídas causadas en el desesperado escape hacia ninguna parte.

«La aviación huye de las llamas, los bomberos son incapaces de contener el fuego que deja en ruinas a las ciudades de Rancagua, Temuco, Cautín, Concepción, Talca y San Bernardo», decía el relato. El panorama era catastrófico. «Si fuera una broma, no habrían hablado el ministro del Interior y los jefes de Carabineros», razonaba un hombre, mientras una dama contaba al diario Las Noticias de Última Hora que «hay muchos muertos y la invasión se acerca a Santiago».

Un supuesto enlace con el Palacio de Gobierno dio mayor realismo al reporte. En algunos regimientos recibieron a decenas de reservistas que querían tomar las armas para defender al país. Al Grupo de Artillería Maturana, por ejemplo, llegaron 30 reclutas en pocos minutos. En los hospitales y postas, en tanto, los teléfonos no paraban de sonar pidiendo ambulancias. Decenas de personas corrían sin rumbo por las calles.

Recién cuando se repitió, como al principio y a mitad de la emisión, que todo era un radioteatro, la calma volvió a los hogares. Pese a esto, varios llegaron hasta Cooperativa Vitalicia para presentar sus reclamos. «En mi casa están todos asustados», dijo a la prensa un hombre identificado como Jorge Balmaceda con evidente molestia, mientras subía las escaleras hacia las oficinas de la emisora.

Los reporteros recorrieron la ciudad minutos después del fin del programa. «La alarma era indescriptible. La gente se había vaciado a las calles y Carabineros calmaba a la población cuando llegamos», apuntaron en el diario La Opinión. «Fue de terror, eso es efectivo, porque mucha gente se impresionó. Me acuerdo que después de este caso se tomó la decisión de evitar transmisiones que pudieran generar alarma», rememoró el respetado comentarista deportivo Julio Martínez, quien en esos años se preparaba para debutar en el dial.

Como él dice, el Departamento de Radio de la Dirección General de Informaciones informó que, como consecuencia del pánico, «se ha dictado un nuevo Reglamento de Transmisiones de Radiodifusión», cuya finalidad era que las autoridades «conozcan previamente los programas y así estar en condiciones de resguardar la tranquilidad pública». Cooperativa Vitalicia, sin embargo, no recibió sanciones.

A la mañana siguiente, la mayoría de los diarios del país consignaba la alarma desatada y presionaba para que la radio fuera clausurada. Ajenos a estas disquisiciones, los trabajadores acusados festejaban lo que para ellos era todo un éxito. «Aquí ha habido una demostración de la eficacia de la radiotelefonía», dijo uno de los jefes de la emisora.

Luego enviaron un comunicado donde resaltaron el trabajo de producción, «esfuerzo que ha merecido el aplauso de miles de oyentes», y justificaron que la obra es universalmente conocida, que avisaron con días de antelación que se realizaría el radioteatro y que en el mismo libreto se consignaba esa advertencia. Aún así se excusaron ante las personas que «pudieron sufrir intranquilidades».

La molestia de parte del público y de la prensa aumentó cuando se supo de la muerte de una persona, José Villarroel, víctima de un ataque cardíaco mientras oía lo que él creyó eran noticias reales.

Pánico mortal en Ecuador

Casi cinco años más tarde, la radio Quito de Ecuador, perteneciente a la empresa El Comercio, realizó una adaptación del mismo libreto. Esta vez, desgraciadamente, los resultados escaparían a todo lo esperado y un reguero de sangre y destrucción siguió al término del radioteatro.

A las 21 horas del sábado 12 de febrero de 1949, los actores estaban listos para poner al aire su dramatización. Según lo acordado, el dueto de «Potolo» Valencia y Gonzalo Benítez sonaba en el programa «Las canciones del alma». Repentinamente, la música fue interrumpida por un boletín de última hora con noticias urgentes. «Â¡Nos invaden los marcianos, nos invaden! La base aérea de Mariscal Sucre ha sido tomada por el enemigo y está siendo destruida. Hay varios muertos y heridos», decía el informe.

La llegada de los alienígenas se localizaba en el pueblo de Cotocollao, a 32 kilómetros de Quito. «Las increíbles noticias que estamos suministrando provienen de agencias internacionales y los servicios del diario El Comercio. Importante: los boletines informativos que están escuchando tienen el patrocinio exclusivo de Orangine, el insuperable refresco de naranja», decía, contradictoriamente al borde de las lágrimas, el locutor.

Nuevamente la historia cobró verismo al citarse a conocidos periodistas, un alcalde y a un ministro del Gobierno. «Nuestras mujeres y niños deben huir hacia los alrededores para dejar a los hombres libres para actuar y combatir», pedía el «alcalde», mientras de fondo se oía a un sacerdote pidiendo clemencia al cielo.

Las noticias señalaban que Lacatunga había sido destrozada con un gas letal, y al poco rato uno de los reporteros fue fulminado para espanto de los oyentes por un arma marciana. El pánico hizo presa de todos y miles de personas ya habían salido de sus hogares, muchas vistiendo pijamas, para escapar.

Al ver las consecuencias del programa desde el tercer piso del edificio de El Comercio, donde se hallaban las oficinas de radio Quito, los actores volvieron a informar que el programa era una ficción. Esto gatilló la furia de la población, que rodeó el recinto y a piedrazos rompió los ventanales, accediendo a su interior y prendiéndole fuego con papeles empapados con bencina, como consigna la prensa de la época.

Las casi cien personas que trabajaban a esa hora en el lugar huyeron descolgándose por las ventanas o por salidas posteriores. Otras intentaron repeler el ataque, pero fueron agredidas por la turba. Muchos fallecieron al lanzarse desde los pisos superiores, pues los bomberos y policías tardaron en llegar porque buena parte de su contingente se encontraba en Cotocollao, donde habían viajado para rechazar la invasión. Recién cuando el Ministerio de Defensa ordenó la salida de tropas del Ejército con tanques, los atacantes pudieron ser dispersados.

«En el techo vi a Leonardo Páez. Abajo todo estaba rodeado de gente y policías. Imposible poder huir. Le aconsejé que se fuera por el techo a La Providencia, y de allí pasó al Conservatorio antiguo. Ahí se bajó y en un camión le salvaron», relató Gonzalo Benítez al diario La Hora de Ecuador sobre la suerte del director artístico de la radio.

Apenas tres horas después del comienzo de «La guerra de los mundos», el edificio se erguía apenas, humeante, silencioso. En su interior, la rotativa, los talleres, las reservas de papel, la linotipia y el archivo del diario desde su fundación en enero de 1906 estaban absolutamente destruidos. Pero lo material pasó a un segundo plano cuando se informó que las víctimas fatales de la furia ascendían a quince, y los heridos se acercaban a la veintena.

Voceros de El Comercio sostuvieron que todo fue fraguado por «mentes criminales», idea que se vio corroborada por el descubrimiento de dos camiones llenos de piedras que habían sido dejados en las cercanías del periódico antes del ataque. Las autoridades policiales sumariaron a Páez y al chileno Eduardo Alcaraz, director del radioteatro, quienes presuntamente pusieron al aire el programa sin conocimiento de sus superiores. Otras diez personas fueron detenidas por su responsabilidad en la tragedia.

Exagerado, pero miedo al fin

En su libro «Panic Attacks», el sociólogo australiano Robert Bartholomew apunta que existe la idea de que estos episodios podrían ocurrir sólo en sociedades primitivas. Pero la realidad, dice el experto, desmiente tal premisa, porque «si la historia nos enseña algo es que aquellos grupos complacientes, arrogantes y ensimismados son los que están en mayor riesgo».

En los últimos años, sin embargo, voces como la de William Sims Bainbridge o David Miller han cuestionado la extensión de los pánicos marcianos así como ha sido presentado hasta hoy. Ambos no dudan en calificar de exageradas las cifras que se entregan sobre las personas que fueron afectadas por la transmisión de Orson Welles o las sudamericanas, y aseguraron no haber hallado pruebas del temor masivo.

Bartholomew dice que es cierto que existió una exageración, pero ésta vino de los editores y reporteros que vivieron en carne propia los hechos. «En ese tiempo, la industria de los periódicos tenía cierta tirria contra Welles y la competencia creciente de la radio, que se llevaba a los avisadores. Por ello recogieron con regocijo no sólo la reacción a la transmisión, sino también exageraron sus efectos», cuenta el sociólogo.

Esto no quiere decir que no se reportaran escenas de verdadero terror, las que también ocurrieron en Chile y Ecuador. La idea es poner en su justa perspectiva lo que sucedió en aquellos episodios, porque de todas formas, según Bartholomew, «no cabe duda, a partir de investigaciones realizadas posteriormente, que entre 1,2 y 1,7 millones de oyentes se asustaron con el programa (de Welles, en Estados Unidos) y una pequeña fracción, de entre un centenar a varios miles de personas, entró en pánico. Eso consta en registros oficiales».

Al respecto, el especialista cita un informe policial: «Entre las 8.30 pm y las 10 pm recibimos numerosos llamados telefónicos como resultado del programa de la WABC de esta tarde re: Marte ataca este país. Estos incluyeron a la prensa, la policía de Nueva York y personas privadas. Al menos respondimos 50 preguntas de personas que consultaban sobre meteoritos, número de víctimas fatales y ataques de gas. A todos se les informó que nada estaba sucediendo y que los rumores se debían a una dramatización radial».

En todos los casos reseñados, los invasores acaban con las defensas militares, señal inequívoca de nuestra incapacidad para hacerles frente. En todos, también, se citan fuentes legitimadas socialmente (autoridades de gobierno, periodistas) para dar mayor realce al relato y hacerlo más cercano. Por eso Bartholomew aprovecha de lanzar una advertencia: «reacciones como las vistas en Estados Unidos o Sudamérica podrían volver a repetirse, más ahora que hay un enemigo claro: los terroristas».

Apéndice: otras versiones

Radio Romance, Chile, 1999

El 21 de septiembre de 1999 se festejaba el día del trabajador radial. Y, como en todas las otras ocasiones, sólo unas pocas emisoras seguían al aire. Una de ellas fue Radio Romance, que pasadas las cuatro de la tarde informó que en un sector precordillerano de Santiago tres naves alienígenas se aprestaban a aterrizar. Se trataba del comienzo del radioteatro «Acercamiento extraterrestre».

Y aunque cada 30 minutos el locutor informaba del carácter ficticio de los reportes, no fueron pocos los que abandonaron sus casas no para huir, sino para ver a los extraterrestres. Las líneas telefónicas de la policía se saturaron, mientras en el estudio el actor que tenía el papel de periodista gritaba, extasiado, que las naves estaban tomando tierra. Luego, un ser descendió y dijo, con voz metálica: «Feliz día del trabajador radial». Un anciano fue internado en una clínica afectado por un preinfarto y los periódicos se hicieron eco de la jugarreta al día siguiente.

Rock and Pop, Chile, 2005

«Oye, ¿saben algo del acuartelamiento del Ejército?», preguntaba un cibernauta en el sitio web juvenil «El Antro». El muchacho había oído algo al pasar y quedó preocupado, temiendo un conflicto bélico con Perú. Todo porque ese 28 de junio, pasadas las 17.30 horas, había sintonizado la radio Rock and Pop, cuyo informativo entregaba confusas noticias sobre algunas unidades militares en el norte de Chile.

Al mismo tiempo, se hablaba de una lluvia de meteoritos y de una conferencia de prensa del ministerio de Defensa para explicar los sucesos. El radioteatro duró tres horas y media, no generó alarma salvo entre muy pocos y buscaba aprovechar el inminente estreno de «Guerra de los Mundos», de Steven Spielberg, para hacerles una broma a sus auditores, que terminó con los marcianos atacando el estudio radial.

Publicado originalmente en Pensar, volumen 2, número 4, octubre/diciembre de 2005.

Las fotografías Rhodes (11)

La(s) foto(s) platillo volante de Rhoades

Hemos tratado con la foto del ovni de William Rhoades desde el 7 de julio de 1947 en este blog y en otros sitios antes.

Anthony Bragalia ha proporcionado comentarios sobre la foto.

Hayden Hewes también evaluó las fotos (dos) en un artículo del UFO Report (octubre de 1978, página 40 ss.), del cual aparece la imagen anterior.

Hay varios elementos en la historia de Rhoades que intrigan…

Primero la fecha de las fotos – el 7 de julio de 1947 – el tiempo del incidente de Roswell. Rhoades tomó su(s) foto(s) en Phoenix, Arizona, donde vivió.

Los hombres de Negro, supuestamente, visitaron al Sr. Rhoades y supuestamente le advirtieron acerca de discutir las fotos – que «sería considerado y acto de espionaje» le dijeron.

Los registros de la Fuerza Aérea indican que los militares tomaron el asunto en serio, como lo demuestran los informes de la FA (INCIDENTE 40, 7 de julio de 1947, 16:00 horas, Phoenix, Arizona), informa el Sr. Hewes.

Un análisis de John A. Clinton, para la Fuerza Aérea, adjudicó que las fotos fueron falsificadas.

Pero William Spaulding de Ground Saucer Watch no estaba de acuerdo, escribiendo que las fotos de Rhoades eran de buena fe, mostrando un objeto grande (30/35 pies de diámetro), a unos 4,000 pies de la cámara de Rhoades. El objeto tenía una fuente de luz, no un agujero en el medio como algunos lo vieron, y parecía fabricado, con agujeros de ventilación en la parte posterior.

Kenneth Arnold dijo: «El 24 de junio cuando hice mi observación de los nueve discos voladores, el segundo desde el fondo se parecía exactamente a la foto que (un capitán Davidson) dibujó (para Arnold de la nave de Rhoades).

Las fotos fueron tomadas de él por dos miembros de la comunidad de inteligencia Rhoades dijo, y nunca fueron devueltas o encontradas, Rhoades intentó una demanda para recuperarlas, que nunca fue llevada a buen término.

La historia de Rhoades y las fotos fascinan a algunos visitantes y colaboradores aquí, y puedo ver por qué; la fecha de la fotografía, los hombres de negro, las evaluaciones contrarias de autenticidad, la insinuación de Arnold y la credibilidad de Rhoades entre otros elementos en este viejo episodio.

¿Más por venir? Rich, no he encontrado el artículo de Hewes. ¿Puedes enviarme un escáner?

La falta de ortografía de su nombre (es Rhodes) que no había visto antes. La variante común es Rhoads.

«Primero está la fecha de las fotos…»

Los acontecimientos de Roswell, de Smith, y de Rhodes parecen ser el racimo que motivó a la AAF para estar proactiva en el frente. Incluso por fin dan atención a Arnold.

«Los hombres de Negro, supuestamente, visitaron al Sr. Rhoades y supuestamente le advirtieron acerca de discutir las fotos – que «˜sería considerado acto de espionaje»™, le dijeron».

En mayo de 1948, el Coronel McCoy informó a Rhodes en correspondencia con respecto a la Ley de Espionaje. En un lenguaje casi idéntico al de la primera página de «Analysis of Flying Object Incidents in the U.S.», que era Top Secret y que incluía los detalles del incidente de Rhodes. No he revisado todos los archivos de incidentes de los otros casos mencionados en el informe para ver si había un aviso similar enviado a otros. Todavía no he encontrado uno.

«Este documento contiene información que afecta a la defensa nacional de los Estados Unidos en el sentido de la Ley de Espionaje, 50 USC, 31 y 32. Su transmisión o la revelación de su contenido de cualquier manera a una persona no autorizada está prohibida por la ley».

Rhodes también podría haber sido informado por los agentes en persona, pero no he encontrado nada. ¿Hewes realmente cita a Rhodes acerca de ello?

«Un análisis de John A. Clinton, para la Fuerza Aérea, adjudicó que las fotos fueron falsificadas».

Nadie que yo conozca ha identificado a Clinton, su estatus y asociaciones, o incluso la fecha de la carta. Mi mejor conjetura es algún tiempo después de Sign y después de que llegó Hynek. 1949. Un documento civil.

«Pero William Spaulding de Ground Saucer Watch no estuvo de acuerdo…»

No he visto eso tampoco. Rhodes pensó que tenía un dosel bajo, y que podría envolverse por debajo. Mencionó la ventilación en el borde trasero en la correspondencia con Col McCoy, sin fecha, pero probablemente Primavera de 1948.

Esto podría haber llamado la atención de AMC ya que indicaba un avión de especificación desconocida.

«Las fotos fueron tomadas de él por dos miembros de la comunidad de inteligencia Rhoades dijo, y nunca fueron devueltas o encontradas, Rhoades intentó una demanda para recuperarlas, que nunca fue llevada a buen término».

BB no contiene ningún documento de Rhodes pidiendo la devolución de sus negativos, pero algo estaba pasando. En 1952 tanto Fournet como Ruppelt se preocuparon mucho hasta que un adulto apareció y les dijo qué hacer.

En 1954, algo fue devuelto a Rhodes – o al menos preparado para ser devuelto a él. Dos negativos y cuatro copias 8×12. No está claro en absoluto si eran negativos originales, o copias, o negativos hechos fotografiando las impresiones.

Como mejor puedo decir en 1952, los archivos del incidente # 40 no estaban disponibles para Fournet o Ruppelt (a menos que estuvieran haciendo un notable cya).

El punto interesante es que se refieren a «Rhoads», una falta de ortografía del nombre no se ve en los archivos desde la nota de origen de CIC S.A. Aldrich en julio de 1947 informa asegurar las fotos del periódico.

Saludos,

Don

Rich,

Le di a Bragalia información de contacto de la familia (y algunos antecedentes familiares) en Rhodes. Podría haber encontrado algo. No lo sé.

Creo que Randle obtuvo una buena ventaja de sus informantes de que el objeto fotografiado por Rhodes era la plataforma para un proyecto de vigilancia aérea. Lo que creo que debería hacer es reconsiderar que se trata de un proyecto de la USAF, y mirar a la Armada, en su lugar.

Una de las razones por las que me gustaría saber si la FA compartió sus archivos con la Marina en el «Analysis of Flying Object Incidents in the U.S.». He mencionado (la Oficina de Inteligencia Naval, es co-autor de la lista con la Dirección de Inteligencia de FA).

Saludos,

Don

Lance: «No estaba convencido».

Cualquier persona que descarte a Rhodes debido a la cuestión del grado honorario no vale la pena leer sobre el incidente, y es una buena base para sospechar algo más que han afirmado haber investigado – en mi opinión.

Randle pisa la línea, pero no la cruza. Eso es de su agrado.

No hay ninguna evidencia en absoluto que Rhodes alguna vez se promovió como un doctorado. He encontrado un artículo publicado en 1949 en el que se refiere a sí mismo como Doctor (Honorario), y tarde en la vida se refiere a él de nuevo, pero desdeñosamente. De lo contrario, él es el Sr. Rhodes.

Rhodes fue, para citar a Bugs Bunny, un «personaje único». Mi opinión no apoyada es que le mintió a Lee DeForest. Sospecho que Rhodes era ingenuo y probablemente admiraba  DeForest – otro tipo de inventor, en lugar de un científico académico. Él decidió creer que DeForest, es todo.

Saludos,

Don

Don:

Que William Rhoades/Rhodes fotografió ostensiblemente un disco volador, dos semanas después del avistamiento de Arnold y de la cobertura mediática exagerada, ofrece la especulación de que él (Rhoades) intentaba capitalizar (¿para qué?) la publicidad de Arnold o captó una foto de un disco volador con su cámara de caja Kodak.

¿Podemos realmente saber con certeza cuál de los escenarios se aplica?

¿Importa?

¿Cuál es el – para usar mi frase sobrecargada a menudo – retorno sobre la inversión, la recompensa?

La historia es, como muchos otros, una curiosidad… y tal vez sólo eso.

RRRich «¿Podemos realmente saber con certeza cuál de los escenarios se aplica?

¿Importa?

¿Cuál es el – para usar mi frase sobrecargada a menudo – retorno sobre la inversión, la recompensa?

La historia es, como muchas otras, una curiosidad… y tal vez sólo eso».

No sé si Rhodes había oído hablar de Arnold o siquiera había prestado atención a la oleada platillo. De todos modos, no podía haber visto los dibujos de Arnold.

Excepto por hablar con Linda Howe en 1999 (¿2000?), y supongo que Hewes (1978), si lo entrevistó, no he encontrado nada de Rhodes en el que se refiere a las fotografías, u ovnis en general. Simplemente no es una presencia en la historia ovni.

Parece haber tenido en cuenta la advertencia de la Ley de Espionaje que recibió del Coronel McCoy durante tres décadas (Si Hewes lo entrevistó en 1978). Simplemente no escribió nada de eso que pueda encontrar.

Así pues, él no consiguió ninguna «recompensa» de una conexión ovni o del PhD honorario. No lo intentó. Sus intereses, y sus éxitos principales, estaban en la óptica y la proyección de imagen electrónica. Él parecía haber caído eso, también, en el punto de su éxito después de dedicar la mayor parte de su vida a ello. No sé por qué.

Un personaje único.

Saludos,

Don Tu interpretación del episodio, Don, sugiere que el Sr. Rhoades (o Rhodes) en realidad tomó una foto de un disco volador o algo ufológico.

Sin duda tenía que haber oído hablar de la vista de Arnold.

Puesto que él (Rhoades) era un planificador de largo – él patentó cosas – quizás él vio una manera de utilizar una foto del disco volante adelante en el camino a su ventaja, tanto como Wilhelm Reich hizo con sus escapadas del platillo volante.

O él (Rhoades) era un hombre honesto, con una cámara Kodak, que consiguió una foto de un disco volador (o algo) y quiso saber qué era.

De cualquier manera, el «incidente» no nos lleva muy lejos.

Pero es una curiosa nota al pie de la «historia» platillo volante.

(Por cierto, he transmitido tus comentarios a Bragalia, y espero, como tú, algún tipo de respuesta.)

RR

Rich: «De cualquier manera, el «˜incidente»™ no nos lleva muy lejos».

El archivo de incidente es incompleto. Argumenta que había un «Bluebook» de clasificación más alta y no desclasificado. Los puntos de incompleción son significativos, imo.

Así que, no, no nos lleva muy lejos.

Los archivos del caso se detienen fríos en el verano de 1948, cuando McCoy escribe a Larmore. Lo que ocurre con Grudge y Bluebook durante los próximos seis años es irrelevante, porque a partir de ese momento, la USAF sólo está interesada en mantener la historia fuera de la prensa, y Hynek quiere encontrar evidencia contra el carácter de Rhodes para pisotearlo en público como un Advertencia a otros que podrían considerar el engaño de un disco volador. Al parecer, la AFOSI no encontró nada para calentar el corazón de Hynek.

Saludos,

Don

Don:

Me refiero al episodio de Rhoades, por sí solo, no nos lleva muy lejos, en la búsqueda de un desenlace del enigma ovni.

Es sólo un incidente más de charla que muestra cómo tales avistamientos, ya sean reales o no, no mueven la aguja muy lejos hacia una respuesta a lo que eran o son los ovnis.

Es una curiosidad, y eso es todo.

Si lo extrae del flujo de datos de ovnis, no se pierde.

Espera, fue sacado de la corriente de datos ovni, y nadie se dio cuenta o se preocupó – excepto tú, yo, y tal vez Anthony Bragalia a la vez.

Incluso el artículo de Hayden Hewes era dietético.

RR «Me refiero al episodio de Rhoades, por sí solo, no nos lleva muy lejos, en la búsqueda de un desenlace del enigma ovni».

Bien, sugiere fuertemente que había más a él que lo que tenemos en BB. Si el resto del archivo se encuentra alguna vez, podría llevarnos a algún lugar relevante.

Estoy de acuerdo, tal como está en BB, no hace nada para resolver el «enigma ovni».

Sólo una nota: la carpeta BB Manila para el incidente 40 está etiquetada en la pestaña: Rhodes, W.A. Dr. 😎

Saludos,

Don

http://ufocon.blogspot.com/2011/09/rhodes-flying-saucer-photos.html

 

Afuera con las hadas

Afuera con las hadas

21.7.17

Richard Firth Green. Elf Queens and Holy Friars: Fairy Beliefs and the Medieval Church. University Of Pennsylvania Press, 2016.

Peter Rogerson.

Casi todas las culturas humanas han concebido a seres liminales que retrasan la división entre lo mortal y lo inmortal, la materia y el espíritu, el bien y el mal, el hábitat y el desierto. En la cultura occidental, a estos seres se les han dado nombres como hadas, duendes, trolls, boggarts, etc., en la cultura islámica son los djinns, y otras culturas tienen sus equivalentes.

Green sostiene que la creencia en tales seres era una parte omnipresente de la cultura popular medieval pero era una creencia contra la que la iglesia estaba emprendiendo una guerra cultural. A diferencia de las creencias populares actuales en fantasmas o extraterrestres, estas creencias eran vistas como profundamente subversivas por la autoridad de la iglesia; no tenía espacio para tales seres, por lo que se puso literalmente a demonizarlos. Green argumenta que muchos de los demonios contra los que la iglesia luchaba eran en realidad hadas, y esto nos permite reconstruir estas creencias a partir del estudio de una variedad de fuentes literarias que van desde romance, leyendas arthurianas, sermones, juegos de misterio y así sucesivamente. Green argumenta que estas obras no sólo representan la fantasía poética sino que representan un folklore vivo.

 

Es la naturaleza liminar de las hadas lo que dio problemas, y la iglesia encontró problemas particulares con la supuesta mortalidad de las hadas, que se suponía vivían vidas largas pero eventualmente morían, y a la idea que eran material para tener sexo y engendrar hijos en mortales. Y sobre todo que venían de un reino que no era ni el cielo ni el infierno. Todo esto fue descartado como una ilusión provocada por los desagradables viejos demonios. El mundo de las hadas puede parecer glamoroso, lleno de gloriosos castillos y bellas doncellas, pero es realmente un falso encanto y que los castillos son en realidad casuchas sucias y las doncellas son sólo feos demonios.

 

Green argumenta que la tierra de las hadas se incorporó a la idea del purgatorio, una creencia en la cual puede haberse desarrollado como un medio de cristianizar el país de las hadas. No notado por Green sin embargo hay un mejor ajuste, el limbo, el reino de los paganos virtuosos muertos y los niños no bautizados. En los primeros tiempos cristianos, cuando los cristianos todavía tenían seres queridos paganos, el limbo se presentó en términos muy positivos. Aunque exiliados de la presencia divina, aquellos en el limbo viven en el mejor mundo posible alcanzable por la razón humana sin ayuda, es un paraíso secular. A mediados del período medieval, las visiones sobre él se oscurecían esencialmente, ya que no había más «paganos virtuosos» de los que preocuparse. Así que el Purgatorio ahora lo reemplaza como una casa post-mortem a mitad del camino.

 

Este es un libro de un profesor de inglés que trata textos medievales y no se hace ninguna concesión al no especialista, ya que se ilustra con muchas citas en inglés medieval, preservando no sólo la ortografía original, sino las letras originales, como la Thorn y eth [Ä‘ y Þ para ‘th’]. Mientras que esto preserva la autenticidad del original no hace la lectura fácil, que es una lástima porque este es un libro que debe ser de gran interés a folkloristas y a un público más amplio.

 

Superficialmente estas creencias pueden parecer a los productos de un pasado remoto, pero Green sostiene que persistieron para informar a los juicios de brujería y muchos de los encuentros demoníacos reportados allí son realmente encuentros con las hadas. La naturaleza global de tales creencias sugiere que pueden haberse originado antes de la gran diáspora humana fuera de África y tienen por lo tanto decenas de miles de años. Es poco probable que tales creencias profundamente arraigadas puedan ser erradicadas en pocos siglos.

 

Green señala que los cuentos de la abducción alienígena reflejan creencias anteriores sobre incubi y succubi, y por supuesto los que siguen este blog saben cuánto el folklore moderno ovni deriva de estas creencias anteriores. Lo mismo ocurre con los fantasmas o con la criptozoología, y aunque las hadas como tales han sido trivializadas casi como si fueran fábulas aladas de los libros ilustrados victorianos y como se retratan en las fotografías de Cottingley, sus compañeras siguen viviendo. La gente oculta sigue siendo una parte poderosa de la vida islandesa, y los djinns son una parte integral de la cultura islámica.

 

Más allá de esto, la tradición vive incluso en forma secular, a veces apenas visible, por ejemplo en la forma en que la desaparición de Madeline McCann y las reacciones populares a ella hacen eco de cuentos de niños desamparados tomados por los «otros». Fairyland vive como Cockaigne, Fiddlers Green, el Summerland espiritualista y en numerosas visiones utópicas, incluso los otros mundos de contactados ovnis y experiencias cercanas a la muerte. El encantamiento es secularizado en la «falsa conciencia».

 

En el nivel más profundo podemos ver el país de las hadas como una metáfora para todo el mundo natural, la cultura de guerra de la Iglesia en efecto la demonización de ese mundo natural y de las personas que viven en él. Los acontecimientos recientes demuestran donde conducen tales ideologías, así que tal vez es hora de volver a abrazar el país de las hadas como un acto de desafío.

 

http://pelicanist.blogspot.mx/2017/07/away-with-fairies.html

UFO Luna, «œMilagro del Sol» – Cuando el cielo se vuelve extraño

UFO Luna, «Milagro del Sol» – Cuando el cielo se vuelve extraño

28 de julio de 2017

David Halperin

«Dice que el sol salió anoche. Dice que le cantó».

– «Encuentros Cercanos del Tercer Tipo» (1977)

Por supuesto que no era realmente el sol. El sol, considerado como un cuerpo astronómico, no hace ese tipo de cosas. Así que cuando el anciano loco, medio sonriente, anuncia al final de la secuencia al sur de la frontera de «Encuentros Cercanos del Tercer Tipo» que «El sol salió anoche y me cantó», Steven Spielberg nos da a entender: era un ovni brillante, brillante, la comunicación (como lo hacen los alienígenas de Spielberg) a través de tonos musicales. El viejo lo llamó «el sol» porque no sabía como llamarlo.

«Phenomenon», editado por John Spencer y Hilary Evans (1988).

Sin embargo, el sol a veces hace cosas extrañas. Lo mismo ocurre con la luna. Y si hacen estas cosas sólo en la mente de los múltiples testigos, ¿eso los hace menos interesantes?

En un artículo en la colección de 1988 Phenomenon: Forty Years of Flying Saucers, el ufólogo británico Hilary Evans cuenta de un incidente notable de finales de 1981. Jenny Randles, entonces Directora de British UFO Research Association (BUFORA) «recibió un informe de una señora Adams (seudónimo), de sesenta y cinco años, que, al ver una película de televisión, se había sentido «˜obligada»™ a ir a la ventana, donde vio un gran objeto amarillo brillante inmóvil en el cielo. Al salir, lo vio más claramente como «˜dos gotas de jalea dorada»™ que se tambaleaban y palpitaban, que poco después se transformaron en una cruz».

 «Muy emocionada, llamó a su hijo que vivía cerca; Él y su esposa Janette no pudieron verlo, pero Janette se acercó a la casa de su suegra y ambas observaron cautivadas mientras el objeto cambiaba de forma repetidamente, parecía emitir humo como para camuflarse y fue abordado por aviones que parecían investigarlo».

 «Cuando en una etapa el objeto desapareció, las mujeres expresaron el deseo de que regresara; y cuando lo hizo, sentían que esto era en respuesta a su deseo. Ahora estaba muy cerca, aparentemente flotando sobre una casa cercana, y Janette podía ver luces y lados estructurados sobre el objeto».

 «Al día siguiente, la señora Adams vio figuras extrañas en su pantalla de televisión, que creía ser un mensaje dirigido a ella. Tanto ella como Janette sufrían de dolores de cabeza severos y recurrentes, y cuatro días después del avistamiento, la Sra. Adams tenía lo que creía que era una experiencia de catorce horas perdidas, y especuló que podría haber sido contactada. Creía que había sido elegida y «˜llamada»™ a mirar por la ventana; Que los seres en el ovni la estaban protegiendo, a pesar de los dolores de cabeza; y su respuesta general fue una oleada de nueva confianza para hacer frente al mundo».

Evans dice que Randles «estableció más allá de cualquier duda razonable» – aunque no dice cómo logró hacer esto «“ «que el ovni era simplemente la luna; que el «humo» eran nubes pasajeras, y que ningún avión había sido enviado para investigar el objeto». O, como preferiría ponerlo: la luna era el estímulo físico externo para el ovni. El ovni mismo, aquello que era verdaderamente «no identificado», provenía del propio testigo.

O más bien: de dentro de los testigos. Las respuestas de la nuera son, para mí, la parte más interesante de la historia. Inicialmente, al igual que su marido, no vio nada en el cielo. Debía de haber visto la luna, pero no le había dado importancia; ¿Por qué debería? Era sólo la luna. Sólo en presencia de su suegra llegó ella a compartir la visión de la mujer mayor de la cosa transformada, dividida en dos y se volvió dorada, «vacilante y palpitante… después cambió a una cruz».

Este último detalle tiene claras connotaciones religiosas. Sin embargo también las raíces, en la ufología local: las cruces voladoras habían sido una característica de la oleada ovni británica de 1967. El 26 de octubre de ese año, cierto Angus Brooks vio en el cielo una entidad «como insecto» que puso adelante cuatro brazos, eventualmente tomando «la forma de una cruz gigante en el cielo». Al igual que las dos damas en 1981, Brooks tuvo la sensación de que la entidad desconocida era consciente de él, aunque no lo describió como una respuesta a sus deseos. El avistamiento anterior, sin embargo, fue un asunto de un solo testigo. Angus Brooks tenía con él sólo su perro, que, durante el tiempo que el objeto estaba en vista, «parecía afligido, arañandolo por atención».

En un post casi exactamente hace dos años, conjeturé que el objeto que desencadenó la experiencia de Brooks podría haber sido un avión de reacción pasando por encima. (No pudo haber sido la luna, la experiencia de Brooks tuvo lugar durante el día). Sin embargo, en 1967 y de nuevo en 1981, el estímulo externo fue sólo la parte más pequeña de la experiencia de los testigos. La parte del león, de lejos, provenía de los propios testigos.

«El hecho de que podamos explicar el estímulo por la respuesta del testigo», comenta Evans perceptiblemente, «de ninguna manera explica la respuesta en sí misma. Claramente había factores psicológicos implicados que predispusieron a la señora Adams a convertir una simple observación de un fenómeno natural en una experiencia muy específica que estaba dirigida a ella personalmente». Y así «la visión negativa: «˜Lo que se dijo que había sucedido no había sucedido realmente, así que nada realmente ocurrió, cae muy lejos de la verdadera situación».

En 1981 hubo dos testigos de un cuerpo celestial haciendo lo que no debería thacer. Unos 64 años antes, un fenómeno similar fue atestiguado por una muchedumbre que se ha estimado tan grande como 70,000. Esto fue el 13 de octubre de 1917, día en que la serie de cinco meses de manifestaciones de Nuestra Señora de Fátima (Portugal) llegó a su clímax en lo que se conoce como «El Milagro del Sol».

13 de octubre de 1917: las multitudes en Fátima esperan su milagro. No se sentirán decepcionados.

Profesor Jeffrey Kripal de Rice University describe ese día en su libro de 2010 Authors of the Impossible. Primero hubo una fuerte lluvia, que se detuvo, y «una nube blanca y brillante brilló a través del cielo». Más nubes extrañas siguieron, y luego, al separarse, «un sol brillante se reveló en todo su esplendor».

 «Sin embargo, hizo mucho más que brillar. Giró. Y luego cayó a la tierra con un aterrador movimiento en zigzag. La gente gritaba horrorizada y rezaba en puro terror… Para algunos, el sol no era esférico, y brillaba mucho a diferencia del sol, más como una concha o una luna. Otros eran un poco más específicos, describiéndolo sin rodeos como «˜un disco metálico como si fuera de plata»™ o como «˜un disco azul muy claro y plateado»™. Aparentemente, algo «˜se destacaba»™ del sol que se podía mirar, que se podía ver, que no era el sol. Y esto es lo que cayó a la tierra…»

«El «˜sol»™ continuó cayendo hasta casi tocando el suelo, hasta llegar a la altura de un pino, como dijo un informe. Parecía tan cerca. (Compare el incidente de 1981, en el que el ovni parecía flotar sobre una casa cercana). Y luego volvió a subir, con el mismo movimiento en zigzag extraño, hasta que volvió a ser su antiguo yo estable. Algunas personas ahora se encontraban completamente secas, mientras que otras, extrañamente, todavía estaban empapadas».

Kripal es muy consciente de los paralelos entre el «Milagro del Sol» y la experiencia ovni contemporánea – la clásica «caída en hoja» ovni, aka «zigzag», la maniobra es particularmente llamativa -, así como la futilidad de tratar de explicar estos paralelos suponiendo que las multitudes en Fátima fueron «realmente» testigos de una visita de naves espaciales interplanetarias. Por supuesto, podríamos descartarlo todo invocando «histeria en masa». Pero, ¿esa etiqueta despectiva realmente explica algo?

Preferiría seguir con lo que sabemos: que el sol puede girar en ocasiones y caer a la tierra en un patrón de zigzag; que la luna puede tambalearse, palpitar y descender para volar sobre la casa de un vecino. Que estos fenómenos se producen en la psique más que en el cielo no los hace menos importantes o misteriosos. ¿Cómo suceden? Todavía no lo sabemos.

La esperanza de este ufólogo: es que algún día lo haremos.

https://www.davidhalperin.net/ufo-moon-miracle-of-the-sun-when-the-sky-turns-strange/