La sociedad del espectáculo y el ET de Varginha

La sociedad del espectáculo y el ET de Varginha

Cláudio Tsuyoshi Suenaga

Máster en Historia por la Universidade Estadual Paulista (Unesp), campus de Assis

ERA UN ANIMAL, NO UNA PERSONA

Aquel sábado de verano, el 20 de enero de 1996, las adolescentes Liliane de Fátima Silva, de 16 años, su hermana Valquíria Aparecida Silva, de 14, y su amiga Kátia de Andrade Xavier, de 22, volvían a casa desde el cercano barrio de Jardim Andere, después de otro día no glorioso y agotador de trabajo como empleadas domésticas. Eran alrededor de las tres de la tarde cuando decidieron atajar por un descampado. Apenas habían dado unos pasos, se toparon con una criatura enana de grandes ojos rojizos, venas abultadas en los brazos, el pecho y la cara, pies enormes, piel marrón brillante, como si hubiera sido engrasada con aceite, y tres protuberancias (como si fueran cuernos) en su cráneo calvo y sobredesarrollado. La criatura, que estaba desnuda y agazapada junto a la pared, se quedó atónita ante la presencia de las niñas, que, aterrorizadas, intentaron huir inmediatamente del lugar y contar a sus familiares lo que habían visto.

“Valquíria y yo pensamos que era un bicho, no personas. Valquíria perdió la voz. Kátia, que es muy nerviosa, pensó que era el diablo y estaba en estado de shock, pensé que se iba a desmayar, tuve que ayudarla”, relató Liliane.

Nadie sabía con certeza si la criatura era de este mundo o de otro, pero en cualquier caso causó conmoción en la pintoresca ciudad minera de Varginha, a 313 km de Belo Horizonte. La noticia se extendió rápidamente por el barrio. En pocos minutos, decenas de curiosos se agolparon en torno al descampado. En otro solar abandonado, a dos manzanas del primero, un grupo de vecinos habría presenciado aquella mañana cómo un coche del Cuerpo de Bomberos sacaba de entre la maleza a otro animal no identificado, con la ayuda de una tosca red para capturar animales, y lo trasladaba al hospital público local. Los Bomberos emitieron una nota oficial en la que negaban la captura de ningún ser extraño en los alrededores.

Por una feliz coincidencia, el veterano ufólogo y abogado Ubirajara Franco Rodrigues vivía en el mismo barrio, a sólo 500 metros de los hechos. Sin perder tiempo, tomó declaración en el Hospital Regional do Sul de Minas a los empleados que le dijeron que, el día 20, habían ingresado dos seres con las características descritas por las niñas. En un comunicado oficial, el hospital trató inmediatamente de desmentir el rumor. Además, los mismos empleados garantizaron haber visto, el domingo 21, a científicos de la Universidad de São Paulo (USP) en un ala aislada del hospital.

Tras 12 días de intensas investigaciones, Rodrigues declaró enfáticamente a la prensa: “Llevo al menos 25 años estudiando este tema y puedo decir que estoy intrigado. Hemos celebrado varias reuniones para analizar la secuencia del rumor, y tiene su lógica. Me ha resultado difícil acceder a la información oficial. No hay forma de descartar la hipótesis de que hubo un encuentro cercano del tercer tipo en Varginha”[1].

Ufólogos experimentados y noveles se dirigieron a Varginha y se unieron a Rodrigues, ayudando a corroborar la teoría de un accidente ovni con supervivientes. En los meses siguientes, el tema fue prácticamente lo único de lo que se habló en la ciudad, que enseguida trató de explotar y capitalizar al máximo el suceso. No faltaron los chistes estereotipados, las bromas y los rumores infundados. Uno de ellos decía que la criatura había sido operada de urgencia en el hospital Humanitas. El director del hospital, Adílson Leite, que también dirigía el Hospital Regional, respondió que sólo se trataba “del cadáver de un hombre de 110 kilos que tuvo que ser exhumado a petición de la familia”. La confusión generada por la circulación de un gran número de coches de policía, habría llevado a la población a asociar fortuitamente el movimiento inusual con la presencia de un supuesto ET.

RUMORES, EL MEDIO DE COMUNICACIÓN MÁS ANTIGUO DEL MUNDO

Entretanto, escribí un breve artículo en el que ponderaba que “sin el riesgo de parecer demasiado escéptico, diría sin impedimentos que la supuesta presencia y captura de dos ETs en la ciudad de Varginha necesita ser revisada con un mayor grado de desapego e imparcialidad. Pocas veces la comunidad ufológica ha aceptado tan inmediatamente un caso de este tipo, cuando debería, antes que nada, preocuparse en hacer ciertos cuestionamientos. Suena prematuro, por tanto, pretender calibrar en este momento cualquier tipo de conclusión, ya sea a favor o en contra”[2].

Más allá de las discusiones en torno a la existencia o no de ETs en nuestro entorno, lo realmente importante es que analicemos los procedimientos discursivos y cognitivos y el contexto en el que se generó y difundió el rumor. Dentro de cada grupo de creencias análogas, se manifiestan tantas variaciones e incompatibilidades que el origen y la difusión de tal rumor a partir de un núcleo societal restringido exige que recurramos a métodos sociológicos, antropológicos y psicológicos. Es urgente que comprendamos las razones que llevaron a tal comportamiento.

Aunque no se encontraron pruebas concretas en el descampado que indicaran la presencia de algo extraño, lo cierto es que el rumor se propagó rápidamente y adquirió una dimensión incontrolable. Los rumores son así, no necesitan pruebas. Están en todas partes y en ninguna. Se propagan tan fácilmente como desaparecen sin dejar rastro. Según el sociólogo francés Jean-Nöel Kapferer, profesor de Marketing y Comunicación y Presidente de la Fundación para el Estudio y la Información sobre los Rumores, autor de Rumores: Los medios de comunicación más antiguos del mundo[3], el rumor es el mercado clandestino de la información, un arma cotidiana de maniobras, subterfugios y golpes bajos. Los primeros estudios sistemáticos sobre el rumor datan de mediados de los años 40 y fueron realizados por investigadores estadounidenses, impresionados por la cantidad de noticias falsas y su efecto sobre las tropas y la población durante la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos entró en guerra contra España en 1898 espoleado por un rumor difundido por William Randolph Hearst, el magnate propietario de un imperio de comunicaciones magníficamente retratado en la película Ciudadano Kane (1941), de Orson Welles (1915-1985), quien tres años antes, curiosamente, había desatado el pánico en la víspera de Halloween al difundir el rumor de que los marcianos estaban invadiendo la Tierra durante la emisión radiofónica de la CBS de la novela de H. G. Wells La guerra de los mundos. [4] Para aumentar las ventas de su periódico, Hearst convirtió un pequeño accidente militar en La Habana en un acto de provocación, creando el clima para un conflicto que cambiaría la geografía del planeta.

Un rumor ejemplar, que recorrió el mundo a finales de los años 60, es el de la muerte de Paul McCartney. El 12 de octubre de 1969, un oyente de una emisora de radio de Detroit afirmó que John Lennon murmuraba “I buried Paul” en el fondo de la canción Strawberry Fields del álbum Magical Mystery Tour de los Beatles. Dos días después, un periódico de Michigan anunció que McCartney había muerto. Entre otras pistas, el artículo señalaba que en la portada del LP Abbey Road, Lennon iba vestido de sacerdote, Ringo Star iba vestido de negro (reminiscencia de un desconsolado) y McCartney cruzaba la calle descalzo (los muertos siempre van descalzos en los rituales tibetanos, de moda en aquella época). Además, el Escarabajo del fondo lleva la matrícula 28 IF, la edad que tendría McCartney si estuviera vivo. El rumor se extendió con tanta fuerza y contundencia que cuando McCartney apareció en la portada de la revista Life para desmentirlo, nadie le creyó. Se trata de un doble del cantante, dicen algunos[5].

Este nuevo rumor ilustra para Kapferer otra regla clásica: los desmentidos suelen informar a la gente sobre un rumor que desconocían y pueden provocar así un efecto boomerang, dando nueva vida a la falsa noticia. Los rumores se repiten tan a menudo que pasan de ser rumores a “leyendas urbanas”: “Una vez que el rumor se ha extendido, se convierte en una semilegenda y circula lentamente de una ciudad a otra”, concluye Kapferer.

Los rumores aparecen en todas partes: en el campo, en la ciudad, en el barrio, en la familia, en la escuela, en las empresas, en los mercados financieros, en los círculos políticos, etc. Por regla general, sólo ayudan a quienes los manipulan por completo; de lo contrario, sólo causan daño y sus efectos son a menudo devastadores. Los rumores son herramientas útiles y poderosas porque generan hechos reales y, mientras la gente los crea, adquieren el estatus de verdad absoluta, con efectos muy reales. Para Kapferer, los rumores son difundidos y explotados por quienes quieren fama, dinero, poder o incluso destruir carreras políticas. ¿Podría haber sido el fenómeno ovni el principal rumor del convulso final del siglo XX?

GLOBALIZACIÓN, INTERNET Y LEYENDAS URBANAS

La globalización ha hecho que el tiempo pase más rápido y que el espacio mundial esté más integrado. Las distancias han disminuido y la interdependencia de todos los pueblos y países de la superficie terrestre ha aumentado. Las empresas multinacionales y las instituciones intergubernamentales se han convertido en actores supranacionales y decisivos en la gestión de este sistema de capital desterritorializado.

El avance de las comunicaciones convergió en su medio más revolucionario, Internet, propiciando una difusión interactiva sin precedentes y, en consecuencia, una avalancha de rumores, noticias, especulaciones y discusiones sobre los ovnis, tema que, a medida que se acercaba el final del milenio -marcado histórica y cíclicamente por la irrupción de brotes místicos y religiosos- ocupaba espacios crecientes en los medios de comunicación, catalizando temores, esperanzas e innumerables expectativas.

En la era anterior a Internet, los rumores, leyendas y demás circulaban de boca en boca o a través de medios tradicionales como el correo, el teléfono, el fax, la radio, etc. Aunque eficaz, la circulación, comparada con la actual, se hacía de forma que diera tiempo a ser debidamente cuestionada, desmentida o refutada, y la fuerza original solía desvanecerse por el camino. Con Internet, han adquirido una extraordinaria y portentosa fuerza de reproducción y convicción. Algo que antes tardaba horas, días o meses en llegar a unas decenas o centenares de personas, ahora puede llegar a millones de personas al instante.

Las llamadas leyendas urbanas, por ejemplo, que circulan preferentemente en forma de spam por el ciberespacio, infestando los buzones de correo, son historias que sobresalen por aportar un sesgo de verdad, aspecto que las hace verosímiles o creíbles para los espíritus receptivos, crédulos o ingenuos. En su atributo interno, forman un sistema de relaciones coherentes y subyacen la variedad y variabilidad de los fenómenos empíricos de las leyendas y narraciones folclóricas. Una característica interesante de algunas es el tono cautivador y carismático, envuelto en un aura de conspiración, impregnado de un ligero toque de humor, como si suavizara el impacto de supuestas revelaciones, advertencias, gritos de terror y castigo. Esta dosis masiva de fraude e información falsa procede de individuos o empresas que pretenden deliberadamente sembrar el pánico, la intriga y la confusión, ya sea mediante simples bromas o incluso para servir a espurios intereses pecuniarios.

En ufología, el más notorio de ellos fue sin duda el remedo de película estrenado en agosto de 1995 -justo cuando Internet vivía su primer boom- por el productor inglés Ray Santilli en el que se mostraba la autopsia de los supuestos ET que se estrelló en el desierto de Nuevo México, en Roswell. La repercusión, en este sentido, es lo que cuenta, hasta el punto de que acabó generando en Brasil, pocos meses después, una especie de reedición de aquel famoso incidente. Más que un mero efecto de la globalización, podemos vislumbrar los reflejos de la invasión cultural norteamericana que, al imponer su modus vivendi y modus faciendi, motivó el surgimiento de la versión tupiniquim del caso. Sin embargo, es necesario señalar que el Primer Mundo, a pesar de ser muy imitado, celebrado y comparado por los socialités, los nuevos ricos y los emergentes, sigue estando desgraciadamente muy lejos de estas tierras.

LA MISERIA, LOS EXCLUIDOS SOCIALES Y LOS SIN TECHO

La tipología un tanto singular del ET avistado en Varginha, de hecho, refleja el sufrimiento al que están sometidas las capas más bajas de la sociedad, excluidas social y económicamente. No por casualidad, fue visto apoyado en la pared de un descampado, en una situación degradante que recuerda a los llamados habitantes de la calle – y al igual que uno de ellos, acabó segregado, perseguido, detenido, humillado y maltratado, agravando las tristes estadísticas de las víctimas de la violencia policial. Llevado a los subterráneos de alguna instalación secreta del gobierno, habría sido torturado y asesinado, y su cadáver disecado y sometido a autopsia.

En la madrugada del 17 de agosto de 1999, una “criatura no identificada” fue encontrada muerta por la Policía Militar cerca de la estación de autobuses de Varginha. Esta criatura, sin embargo, no era más que un habitante de la calle de entre 40 y 50 años. Trasladado al Hospital Bom Pastor, los médicos constataron hipotermia (pérdida de calor por el cuerpo humano) y congelación de las extremidades del cuerpo, seguido de parada cardiorrespiratoria. La temperatura registrada en aquella fatídica madrugada era de 8º C. Según datos del gobierno de Minas Gerais, se trataba de la primera muerte por frío registrada en el Estado desde el invierno de 1997. Con este “ET”, sin embargo, a nadie le importó[6].

Vivir en la calle, por elección o por falta de elección, no es un fenómeno de los tiempos modernos. Desde la antigüedad, la gente ha vivido en la calle. El habitante de la calle ha adquirido diversas connotaciones, pero siempre ha mantenido una característica fundamental: sólo es observable en aglomeraciones humanas permanentes, lo que significa que es un hecho típicamente urbano. En Roma, el fenómeno presenta características similares: desalojos rurales, víctimas de la guerra, ejércitos disueltos, en fin, todo un contingente de personas sin tierra y sin trabajo, de mutilados, de enfermos, que acuden a las ciudades sin otra alternativa que mendigar, vagar o practicar actividades consideradas marginales. Con la desintegración del mundo antiguo y el auge del feudalismo, se crearon las condiciones para el crecimiento de las actividades de mendicidad y sus formas de organización más evolucionadas. La más conocida de ellas, la de los “gueux” en Francia, institucionaliza una especie de confederación de mendigos urbanos profesionales.

En Brasil se acuñaron varios términos para designar a estas personas que viven en la calle, como “povo de rua”, “população de rua”, “moradores de rua”, etc. Todos estos términos se refieren a una población de muy bajos ingresos que habita los espacios públicos de la ciudad, zonas degradadas o incluso, eventualmente, pernocta en albergues públicos o “camas calientes” alquiladas. Este grupo de personas sin hogar está formado por varios segmentos de características muy heterogéneas, debido principalmente al tiempo que llevan viviendo en la calle. Además de los habitantes convencionales (el mendigo profesional, el vagabundo, el drogadicto, el alcohólico, el discapacitado físico o psíquico), existen otros grupos con menos tiempo en esta situación, formados por víctimas del desempleo y de la recesión.

MACUNAÍMA TRANSMUTADA

Exponente y preeminente de la revolucionaria Semana de Arte Moderno de 1922, el escritor, poeta, novelista, cuentista, crítico de arte, musicólogo, estudioso de la cultura popular y profesor Mário Raul de Moraes Andrade (1893-1945), director del Departamento de Cultura de São Paulo, donde fundó la Sociedad de Etnografía y Folclore, amalgamó una inmensa galería de seres fantásticos para crear el “antihéroe Macunaíma”, paradigma del hombre brasileño.

Como narración compuesta de leyendas y mitos indígenas y de la selva, una especie de “cóctel” de lo folclórico y popular de Brasil, la obra se considera una rapsodia. En música, la rapsodia es un proceso de composición en el que interviene una gran variedad de motivos populares y tradicionales. En Grecia, los “rapsodas” eran los que cantaban rapsodias, leyendas, etc.

Mário de Andrade mezcla lo maravilloso y lo sobrehumano al retratar las hazañas de un héroe que no presenta referencias espacio-temporales estrictas. Macunaíma es el representante de todos los tiempos y espacios brasileños. Originalmente, Macunaíma es una figura de la mitología de la legendaria tribu Tapanhumas, recogida por Andrade del libro Vom Roroima zum Orinoco (Del Roraima al Orinoco, publicado en cinco volúmenes entre 1916 y 1924), del etnólogo alemán Theodor Koch-Grünberg (1872-1924), que, entre 1903 y 1905, realizó expediciones al curso superior del río Negro, en el Amazonas. Según el etnólogo, “el nombre del héroe máximo de la tribu, Macunaíma, contiene como partes componentes la palabra ‘macku’, malo, y el sufijo aumentativo ‘ima’, grande”.

Desprovisto de la aureola idealizada de los románticos, Macunaíma es el indio moderno, múltiple y contradictorio, que encarna la figura del pícaro: traiciona y es traicionado, miente, es indolente, pero listo y astuto, individualista, es travieso y dice palabrotas. Desde su nacimiento, en medio de la selva amazónica, hijo de un indio Tapanhuma, el antihéroe se revela sin carácter. Se convierte en príncipe y traiciona a su hermano Jiguê jugando con sus cuñadas, primero Sofará y luego Iriqui. Se casa con Ci, la madre de la selva, una guerrera amazona de la tribu de los Icamiabas. Macunaíma se convierte en el emperador de la selva virgen. Después de seis meses, tiene un hijo. El niño muere, convirtiéndose en una planta de guaraná. Ci, cansada y desilusionada, se convierte en la estrella Beta de la Constelación del Centauro. Sin embargo, antes de morir, Ci deja a su marido una muiraquita, la piedra talismán de las Amazonas que le garantizaría la felicidad. Pero el héroe pierde la piedra, que acaba en manos del rico comerciante peruano Venceslau Pietro Pietra, coleccionista de piedras. En compañía de sus dos hermanos Maanape y Jiguê, llega a São Paulo para reconquistar la piedra, que simboliza su propio ideal. Sin embargo, Venceslau, que se disfraza de mercader, es en realidad el gigante Piaimã, que se come a las personas. Sólo después de recurrir a la macumba, Macunaíma consigue derrotar al gigante. Una vez recuperada la piedra, Macunaíma vuelve al Amazonas y se siente atraído por Iara, perdiendo la piedra para siempre. Como ya no ve ninguna diversión en el mundo, se va al cielo, donde se convierte en una estrella de la constelación de la Osa Mayor.

¿Quién habría pensado que, a finales del siglo XX, Macunaíma saltaría de las páginas del libro, escrito en 1926 y publicado en 1928, para aparecer en carne y hueso transmutado en algo híbrido y ambiguo, adaptado a los lugares y paisajes de Varginha, en Minas Gerais, esta vez protagonizando una mezcla de la fábula espacial ET, de Steven Spielberg, y la serie Expedientes X?

Del realismo fantástico de Mário de Andrade se sustrajeron los aspectos mágicos y sobrenaturales para que la historia sonara creíble. En su sentido más amplio de imaginación, de ensoñación creativa que prefigura la realidad, la ciencia entró en escena y la ciencia-ficción sirvió de lema estructural, tanto que el estilo narrativo se repite, sólo cambiaron los personajes y algunos detalles, haciendo que el espectador aprecie las posibles variaciones de una misma fórmula.

TODOS LOS INGREDIENTES DE LOS EXPEDIENTES X

Creada por Chris Carter, Expedientes X cumplía su cuarto año de exhibición en los EE.UU. y el tercero en Brasil, destacándose como la más exitosa de la época, sirviendo de referencia -y franquicia- a otras, reuniendo una legión de fans y despertando el entusiasmo de los ufólogos. Nótese que varios de los ingredientes de la serie -cuyo piloto se estrenó aquí, en la Rede Record, a las 19 horas de un domingo 4 de diciembre de 1994- suspense, misterio, intrigas y encubrimientos gubernamentales para que la población en general desconozca la existencia de ovnis, rescate de ETs, experimentos genéticos, virus alienígenas e infinidad de fenómenos aparentemente inexplicables están presentes en el caso Varginha.

Veamos. La historia cuenta que en la medianoche del 20 de enero de 1996, el NORAD (Comando Aéreo Norteamericano), con sede en las montañas Cheyenne, fue alertado por una de las estaciones SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) ubicada en el Estado de Nuevo México sobre la detección de un ovni en órbita terrestre. Inmediatamente, los cazas F-117 despegaron de varias bases, y los B-2 y otros cazabombarderos permanecieron en alerta. En poco tiempo, el NORAD estableció que el ovni se dirigía hacia la ciudad de Varginha, y alertó al gobierno brasileño y a la Fuerza Aérea Brasileña (FAB). Inmediatamente, aviones de combate de varias bases aéreas despegaron para intentar interceptarlo. Simultáneamente, aviones militares norteamericanos partieron de bases del sur de Estados Unidos y de Panamá, transportando grupos de hombres pertenecientes a operaciones especiales (Boinas Verdes) y equipos con destino a Brasil.

Alrededor de la 1 de la madrugada, los habitantes de Varginha observaron la presencia de varios ovnis en el cielo de la ciudad. Uno tenía forma de cigarro -emitía humo y parecía difícil de volar- y otro tenía forma de disco, además de otros de menores dimensiones (30 a 50 cm) que sobrevolaban las calles de la ciudad a baja altura. Se tomaron varias fotos y películas que fueron transmitidas por varias cadenas de televisión.

A las 3 de la madrugada, Eurico de Freitas y su mujer, Uralina Augusta, que vivían en las afueras de Varginha, se despertaron violentamente por un tremendo ruido fuera de su casa, ruido que también molestó a su ganado. Según describió la pareja, al salir de casa vieron un objeto del tamaño de un minibús que volaba cerca del suelo y dejaba una estela de humo.

A las 7 de la mañana, los Bomberos recibieron una llamada anónima alertando de la presencia de una extraña criatura que apareció corriendo en las afueras del asentamiento. Inmediatamente, los camiones de bomberos se pusieron en marcha hacia el lugar indicado (a unos 2 km). Cuando llegaron allí, los bomberos se sorprendieron al ver que había militares de la ESA (Escola de Sargentos das Armas) de la ciudad de Três Corações, a 25 km de Varginha, y concluyeron que alguien también había llamado al cuartel militar.

A las 10:30 de la mañana, los bomberos encontraron a la extraña criatura que no ofrecía resistencia, pareciendo estar enferma y débil. Capturada con una red, y metida dentro de una caja, fue transportada en un camión a la sede de la ESA.

Según personal militar que no quiso ser identificado, “la criatura era extremadamente fea. El cuerpo medía aproximadamente 1.60 m y era blando como la gelatina; desprendía un olor intenso; tenía protuberancias repartidas por todo el cuerpo, como si fueran ojos; los ojos eran rojos y sin pupilas; los pies eran grandes y en forma de V; la piel era de color pardo oscuro; los brazos eran delgados y largos; las piernas delgadas y cortas; no tenía nariz, sino sólo dos pequeños orificios”. A primera hora de la tarde, la extraña criatura fue trasladada a la base de entrenamiento de la ESA, para entonces transformada en un puesto de máxima seguridad.

En la noche del 22 de enero de 1996, los militares del ESA fueron alertados de la presencia de otra extraña criatura tendida junto a la carretera, que parecía herida. A las 22h, un “convoy” con tres camiones bien equipados partió de la ESA transportando militares en dirección a Varginha. En el lugar señalado, dos tenientes del S2 (Inteligencia Militar) recogieron al extraño ser y lo introdujeron en uno de los camiones, y de uno de éstos en una ambulancia con destino al hospital.

A medianoche, los alrededores del hospital eran un caos total, con la policía militar, los bomberos y los elementos de los servicios secretos acordonando la zona. Mientras el humanoide era examinado por médicos debidamente protegidos con ropas y máscaras especiales, dos tenientes de la policía militar filmaban y tomaban notas. Uno de los médicos, tirando de la lengua del extraño ser, comprobó que era negra, larga y delgada; también verificó que exhalaba un olor intenso, parecido al amoniaco, y que tenía los pies grandes, en forma de V y en todo lo demás idéntico al primer humanoide.

El soldado Marco Eli Cherese, de 23 años, uno de los que habían estado en contacto con el humanoide durante su traslado al hospital, regresó a su casa hacia las 0.45 horas del 23 de enero. Este soldado, que no padecía ninguna enfermedad, murió dos semanas después de septicemia (inflamación generalizada de los órganos causada por el fallo del sistema inmunitario). Tras su muerte, no se realizó autopsia alguna; los médicos y el personal militar dijeron a la familia que enterrara el cadáver inmediatamente, sin celebrar ceremonia fúnebre alguna. Más tarde, la familia intentó exhumar el cadáver, pero el juez no lo autorizó, alegando que se trataba de un asunto de seguridad nacional. Sin embargo, aunque no se realizó la autopsia, sí se llevaron a cabo análisis de sangre que mostraron un alto valor de toxinas desconocidas (8%), según un extracto del informe.

Tras la autopsia, el humanoide fue enviado a las instalaciones de la ESA. A las 3 de la madrugada del 24 de enero, por orden del teniente coronel Olímpio Wanderley, los humanoides partieron para la Escuela de Cadetes de Campinas, en una columna de camiones comandada por el sargento S2 Pedrosa.

Entregados al comandante de la Escuela de Cadetes, el capitán Ramires, oficial de la ESA, dispuso su traslado a la Universidad de Campinas (Unicamp), que contaba con dos laboratorios de acceso restringido y un gran equipo de médicos forenses, encabezado por el tristemente célebre Dr. Badan Palhares.

Días después, soldados norteamericanos transportaron los cuerpos de los dos humanoides desde Brasil a un destino desconocido. Ante la presión de la opinión pública, el general Lima, comandante de la ESA, decidió dar una conferencia de prensa para negar la implicación del Ejército en el incidente.

Unas semanas más tarde, en febrero de 1996, los animales del zoo de Varginha empezaron a morir sin motivo aparente. La directora del zoo, la bióloga Dra. Leila Cabral, declaró que nunca había visto nada parecido.

A las 21.00 horas del 21 de abril de 1996, la Sra. Terezinha Clepfe, de 67 años, celebraba su cumpleaños en el restaurante del Jardín Botánico de Varginha. En un momento dado, salió a la terraza del restaurante para fumar. Fue entonces cuando vio, detrás de una pared, una cabeza idéntica a la de los humanoides antes mencionados, sólo que estaba cubierta por un casco dorado, tras lo cual la vio correr. Sobresaltada, declaró: “Su cara era redonda y sin mejillas. Tenía los ojos rojos, la nariz y un pequeño corte donde tenía los labios. Yo estaba clavada en el suelo, no podía apartar la mirada de aquellos horribles ojos rojos y saltones. Era lo más feo que he visto en mi vida…”

Los episodios que más elementos aportaron sin duda fueron dos, respectivamente el 9º y el 16º del primer año: “Fallen ángel” (Cacería sangrienta), y “E.B.E.” (El ser del espacio), este último emitido por primera vez aquí el 1 de julio de 1995.

En “Cacería sangrienta”, una nave alienígena es detectada por radar al estrellarse en un bosque. Sin embargo, el comandante militar ordena que se informe del episodio como la caída de un meteorito. Poco después, las autoridades ordenan la evacuación de la zona, alegando que se ha producido un vertido químico tóxico. “Es como si se repitiera el encubrimiento de Roswell”, comenta Max Fenig, miembro del NICAP (Comité Nacional de Investigación de Fenómenos Aéreos), al agente Fox Mulder.

En “El ser espacial”, un piloto iraquí derriba un ovni, que se estrella cerca de una base americana en la frontera entre Irak y Turquía. En Reagan, Tennessee, un camionero se queda sin energía, afirmando haber visto un platillo volante y luces en el cielo. Cuando Mulder intenta interrogar al hombre, el sheriff lo suelta, diciendo que no quiere cooperar con las investigaciones. Mulder está seguro de que el camión transportaba un E.B.E. (acrónimo de “Entidad Biológica Extraterrestre”) por todo el país. En busca de ayuda, Mulder presenta a Scully al trío conocido como los Pistoleros Solitarios, un grupo extremista que investiga las actividades del gobierno. Scully piensa que son paranoicos, hasta que descubre un equipo de escucha en su piso. Garganta Profunda entrega a Mulder un paquete con instrucciones para que vaya a unas instalaciones en Georgia, advirtiéndole de que está “en un camino peligroso”. Scully teme que Mulder esté siendo engañado y, aunque dice que confía en Garganta Profunda, la información que recibió resulta ser falsa. Empujado contra la pared, Garganta Profunda admite haber intentado engañar a Mulder, diciendo que “todavía hay algunos secretos que deben permanecer secretos”. Siguiendo la pista del camión, Mulder y Scully viajan al estado de Washington, donde se ven obligados a detenerse repentinamente debido a un destello de luz muy brillante, y entonces descubren el camión abandonado. Localizan y entran en unas instalaciones gubernamentales, utilizando credenciales falsas producidas por los Pistoleros Solitarios. Allí Mulder se reúne con Garganta Profunda, quien le habla de un pacto ultrasecreto entre las naciones tras el incidente de Roswell, por el cual cualquier E.B.E. superviviente sería exterminado.

LA VIDA COTIDIANA COMO UNA SUCESIÓN DE HECHOS ESPECTACULARES

La espectacularización de la vida nunca ha estado tan de moda, especialmente con los reality shows televisivos, que en Brasil, sintomáticamente, han tenido más éxito que en cualquier otro de los países donde se lanzaron. Pocos saben, sin embargo, que el origen del término o de la expresión se encuentra en el título de un libro clásico de Guy Debord (1931-1994), publicado en Francia en 1967. La Sociedad del Espectáculo[7] se convirtió inicialmente en un libelo del ala más extremista del movimiento parisino de Mayo del 68.

El “espectáculo” del que habla Debord va mucho más allá de la omnipresencia de los medios de comunicación de masas, que sólo constituyen su aspecto más visible y superficial. Para este filósofo maldito, “toda la vida en la que reinan las condiciones modernas de producción se anuncia como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que se vivía directamente se ha convertido en una representación”.

Utilizando un lenguaje aforístico agudo y cortante, con múltiples alusiones ocultas a pensadores célebres, Debord denuncia el espectáculo como una “ideología por excelencia”, una forma de manipulación en la que los individuos se ven obligados a contemplar y consumir pasivamente las imágenes de todo lo que les falta en su existencia, en un proceso de “empobrecimiento, sumisión y negación de la vida real”: “El espectáculo, entendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un complemento del mundo real, su decoración. Es el corazón de la irrealidad de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de entretenimiento, el espectáculo constituye el modelo actual de vida socialmente dominante. Es la afirmación omnipresente de la elección ya hecha en la producción, y su corolario el consumo. Forma y contenido del espectáculo son idénticamente la justificación total de las condiciones y fines del sistema existente”.

En resumen, la realidad se convierte en imagen, y las imágenes en realidad. Mientras que la primera fase de la dominación capitalista se caracterizó por la degradación del ser en tener, en el espectáculo hemos alcanzado el reino soberano del aparecer. Las relaciones sociales ya no están mediadas sólo por las cosas, como en el fetichismo de la mercancía aducido por Marx, sino directamente por las imágenes. “El concepto de espectáculo unifica y explica una gran diversidad de fenómenos aparentes. Sus diversidades y contrastes son las apariencias de esta apariencia socialmente organizada, que debe reconocerse a sí misma en su verdad general. Considerado en sus propios términos, el espectáculo es la afirmación de la apariencia y la afirmación de toda la vida humana, es decir, social, como mera apariencia. Pero la crítica que alcanza la verdad del espectáculo lo descubre como la negación visible de la vida; como una negación de la vida que se ha hecho visible”.

Parafraseando a Debord, cuando el caso de Varginha fue convertido en imágenes representativas de una supuesta realidad -convirtiéndose en moda y fiebre nacional, sirviendo de lema para programas de televisión y campañas publicitarias y reactivando la industria turística local-, las imágenes se convirtieron de hecho en entidades reales y motivaciones eficaces de un comportamiento colectivo. El espectáculo así creado, obedeciendo a la tendencia de hacer ver a través de distintas mediaciones un mundo que no es directamente aprehensible, encuentra el sentido más abstracto y mistificable, correspondiente a la abstracción y mistificación generalizadas de la sociedad actual. Y allí donde hay representaciones equivalentes, el espectáculo se reconstituye. De ahí la aparición de versiones derivadas del caso inicial, pero siempre manteniendo la misma estructura y tratando de confirmarla.

En Comentarios sobre la sociedad del espectáculo[8], de 1988, Debord tuvo que admitir que el dominio espectacular ha logrado perfeccionarse y superar a todos sus adversarios, de modo que ahora es su propia dinámica, su desenfrenada locura económica lo arrastra hacia la irracionalidad total y la ruina. “El gobierno del espectáculo, que detenta en la actualidad todos los medios de falsificar tanto la producción como la percepción, es dueño absoluto de los recuerdos del mismo modo que lo es de los proyectos que configuran el futuro más lejano. Sólo él reina en todas partes; ejecuta sus juicios sumarios”.

Proclamándose oficialmente espectacular, la sociedad considera enemigos a quienes se rebelan al margen de las relaciones espectaculares.

MONTAJES PUBLICITARIOS DE LA INDUSTRIA DE HOLLYWOOD

Por cierto, el investigador Paulo Roberto Peralta publicó un incisivo artículo en el número 48 de la revista UFO desmontando el montaje urdido por la industria de Hollywood y señalando el imaginario popular como motor del caso: “Con el estreno de la película Independence Day está quedando claro que el suceso de Varginha fue, en realidad, una farsa montada por los medios de comunicación. Los ufólogos fueron simplemente engañados y utilizados para preparar el terreno para el eficiente trabajo de los ‘mercadólogos’. […] una poderosa productora norteamericana preparó una campaña millonaria y lanzó una película sobre la invasión extraterrestre, que costó 71 millones de dólares. Esta campaña necesitaba un público interesado para garantizar el rendimiento esperado por sus productores. Los directores de ID-4 decidieron dar a conocer la imagen de los ET, que no podían ser ni monos ni simpáticos, para no ganarse la protección de la gente, pero tampoco debían dar demasiado miedo, para no escandalizar al público. Así que se creó un tipo extraño y curioso. Además, necesitaban una ciudad pequeña para rodar la película, de modo que la noticia se difundiera rápidamente y adquiriera proyección nacional. Necesitaban un hecho convincente para dar credibilidad a la trama. Nada mejor que forjar una situación. Se eligió Varginha como escenario, ya que reunía todos los requisitos necesarios, con la ventaja adicional de que si los ufólogos realizaban una investigación en profundidad darían más énfasis al tema. Una vez encontrada la solución para el plan, algunos actores vestidos de ETs, salieron a la calle y se dejaron observar por los habitantes de aquella apacible ciudad. Al mismo tiempo, se escenificaron las capturas con otros actores vestidos de bomberos y soldados. Entonces, la imaginación popular tomó el relevo. La noticia se difundió rápidamente, creció y adquirió contornos de la más absoluta verdad. Una parcela de suerte también ayudó al intento, ya que consiguieron no sólo a uno, sino a dos ufólogos de renombre que, con sus investigaciones, dieron credibilidad al caso”[9].

No sabemos, ni estamos en condiciones de afirmar si las cosas sucedieron así en realidad, o si, en este caso, son los ufólogos los que tienen razón. ¡Ojalá algún día sepamos la verdad! De todos modos, como concluye Peralta, “todo esto es una teoría tan absurda y, al mismo tiempo, tan posible como la teoría de la veracidad del caso Varginha”.

Ubirajara Rodrigues confirma que, aunque pocos lo sepan, la película Independence Day tuvo un preestreno exactamente en la ciudad de Varginha, habiendo sido proyectada una semana antes de su propio estreno en el circuito nacional. “La sesión, que recibió un desprecio casi total por parte de los medios de comunicación locales y nacionales, no fue publicitada a bombo y platillo por la distribuidora, salvo por un pequeño cartel pegado en la ventana. Tuvo lugar en el Cine Rio Branco, ahora desactivado y catalogado como patrimonio nacional, que tenía la segunda pantalla más grande de América Latina”, recuerda Rodrigues. “El director del cine, en aquel momento, informó de que el público era de 27 personas, a pesar de las 1,200 butacas”.

EL SECRETO GOBIERNA EL MUNDO

Permaneciendo, casi una década después, como un complejo rompecabezas, lleno de contradicciones e incoherencias, el caso confirma las proposiciones de Debord de que “El espectáculo, como organización social actual de la parálisis de la historia y de la memoria, del abandono de la historia que se levanta sobre la base del tiempo histórico, […] organiza magistralmente la ignorancia de lo que sucede e, inmediatamente después, el olvido de lo que, sin embargo, podría llegar a ser conocido. Lo más importante es lo más oculto”.

Los testigos han afirmado, sin incoherencias ni discrepancias, haber visto una criatura no identificada y, por lo que todo indica, sus relatos son sinceros y verídicos. A partir de ahí, sin embargo, como diría Debord, “el flujo de imágenes, en su dominio, determina el ritmo de lo que se manifiesta en él, como una perpetua sorpresa arbitraria, sin dejar lugar a la reflexión. En esta sumisión permanente reside la raíz psicológica de la adhesión incondicional, descartando todo lo que no le conviene. De lo que muestra, aísla los medios, el pasado, las intenciones, las consecuencias. Como nadie puede contradecirlo, el espectáculo se contradice a sí mismo, ratificando su pasado. La actitud de quienes tienen que dar a conocer una nueva versión, tal vez aún más espectacular, de ciertos hechos, es ratificar las interpretaciones erróneas que se atribuyen a su público, aunque sean los mismos que el día anterior se apresuraron a difundir ese error, con su habitual seguridad”.

Los defensores de la materialidad del caso Varginha argumentan insistentemente que si todo fuera un rumor más o una espectacularización, las autoridades policiales, de Bomberos, del Ejército, gubernamentales, universitarias y hospitalarias no estarían implicadas, dando tanta importancia o esquivando cualquier declaración aclaratoria al respecto. Ufólogos, investigadores y equipos de varios periódicos y televisiones que han estado en la ciudad sin obtener nada consistente de estas autoridades.

Según Debord, el secreto generalizado permanece detrás del espectáculo como el complemento decisivo de lo que muestra y como su operación más importante: “La desinformación no sería la simple negación de un hecho que conviene a las autoridades, ni la simple afirmación de un hecho que no les conviene […]. Contrariamente a la mentira pura, la desinformación, y aquí es donde el concepto es interesante para los defensores de la sociedad dominante, debe contener fatalmente una cierta parte de verdad, pero deliberadamente manipulada por un enemigo hábil. El poder que habla de desinformación no se cree absolutamente sin faltas, pero sabe que podrá atribuir a toda crítica precisa esa insignificancia excesiva que está en la naturaleza de la desinformación; y que de este modo nunca tendrá que reconocer una falta particular”.

El secreto domina este mundo, y en primer lugar como secreto de dominación, “simplemente porque la desinformación se despliega ahora en un mundo en el que ya no hay lugar para ninguna verificación. […] El secreto no aparece ante casi nadie en su inaccesible pureza y en su generalidad funcional”.

Creo que el caso Varginha, si no es dilucidado, comprobado e incorporado a la historia, se convertirá fatalmente en un mito moderno, como Roswell. Vivimos bajo el yugo y la égida de poderes monolíticos, discrecionales y totalitarios, poderes absolutos que definen verdades y suprimen aún más radicalmente ciertos capítulos de la historia, en favor de determinados intereses seculares, según la facilidad práctica de ejecución. El misterio queda irresoluble por la misma razón por la que no debería ser difícil de resolver, si hubiera razones para lo contrario.

[1] Medeiros, Alexandre. “Contatos imediatos em Varginha: Visão de criatura empolga a cidade do Sul de Minas”, in Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 2-2-1996, Brasil, p.4

[2] Suenaga, Cláudio Tsuyoshi. “Comentários sobre o caso do ET de Varginha (MG)”, in Voz da Terra, Assis (SP), sexta-feira, 31-05-1996, no 8.082, ano XXXII, p. 2.

[3] Kapferer, Jean-Nöel. Boatos: A mais antiga mídia do mundo, Rio de Janeiro, Forense Universitária, 1993. Título original: Rumeurs – le plus vieux média du monde (Le Seuil, 1987).

[4] El periodista Homero Fonseca tuvo acceso al guión original de la narración e incluyó un amplio estudio del tema en su libro Viagem ao planeta dos boatos (Viaje al planeta de los rumores, Río de Janeiro, Record, 1996), el primero en Brasil que aborda el fenómeno de la rumorología.

[5] La historia completa de este caso, su análisis y refutación, pueden leerse en inglés en www.turnmeondeadman.net/IBP/Intro.html.

[6] Gontijo, Juliana. “Homem morre por causa do frio no sul de MG”, in Folha de S. Paulo, 19-08-1999, são paulo, c. 3, p. 9

[7] Debord, Guy. A Sociedade do Espetáculo, Rio de Janeiro, Editora Contraponto, 1998.

[8] IDEM, Comentário sobre a Sociedade do Espetáculo, Editora Contraponto, 2000,

[9] Peralta, Paulo Roberto. “Caso Varginha foi uma farsa?”, in UFO, Campo Grande (MS), CBPDV, dezembro de 1996, no 48, Opinião, p. 8.

https://web.archive.org/web/20061105072713/http://www.ceticismoaberto.com/ufologia/et_varginha.htm

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