Fabricando de ovnis
Marcelo Druyan, miembro de la lista de correo CeticismoAberto
Las fotografías de ovnis siempre me han fascinado. Solía preguntarme qué trucos y artilugios había utilizado el fotógrafo, sobre todo cuando aún no existía la tecnología digital. Me divertía con ello. Entonces, el otro día, decidí hacer mis propias fotos.
La idea era producirlas con materiales caseros, una cámara digital corriente y un software muy sencillo. Así que cogí unos trocitos de conexión de televisión por cable y los até con hilo de coser blanco. Colgué los trozos en un palo de escoba y los coloqué frente a una ventana. Para dar la ilusión de movimiento, balanceé la escoba de un lado a otro. Para crear un tono metálico, disparé el flash de la cámara.
Envié algunas fotos a mis compañeros Leonardo Stern y Homero Ottoni. Les propuse gastar una broma a nuestros amigos de la lista CeticismoAberto, publicando las fotos como auténticas. Me dijeron que no veían nada malo en ello y Léo incluso me dio algunos consejos valiosos. Le cogí el gusto. Hice un “platillo volante” en miniatura con arandelas y piezas de plástico para fijar los cables eléctricos a los zócalos. A partir de entonces, me “especialicé”, haciendo las fotos que me parecían más realistas, preocupándome por la posición de la luz, la proporción de los objetos y, para rematarlo, desmontando los hilos con Paint Brush.
Envié el material a Kentaro Mori, a quien -me dijo- le gustó mucho. Me alegré. Al fin y al cabo, si Mori -acostumbrado a recibir innumerables fotografías de ovnis- lo aprobó, el trabajo debía de ser razonable 🙂 Finalmente publicamos la broma en la lista de CeticismoAberto.
(Ver las fotos con mejor resolución en el enlace de abajo)
Pues bien, ¡no tuvo éxito! Publicar fotos inventadas en un grupo lleno de gente con un agudo sentido del juicio era como pegarse un tiro en el pie. Y la alternativa -ni siquiera considerada por nosotros- habría sido enviarlas a algún grupo de ufología, probablemente acompañadas de un informe fantasioso, lo que habría convertido la broma en una estafa.
La broma sirvió al menos para demostrar lo fácil que es producir engaños. Y, como me dijo Homero, ¡quizá sigamos viendo estas fotos en la red, consideradas auténticas! Al fin y al cabo, para los que tienen que creer ciegamente, una imagen vale más que mil palabras.
Así que, como decimos aquí en Minas Gerais, “se queda así”. Todavía no nos hemos puesto en contacto. Pero si depende de mí… ¡mira, “ellos” ya están aquí!