Alienación y alienígenas: un estudio comparativo de las narrativas de abducción en las experiencias históricas africanas y ovni

Alienación y alienígenas: un estudio comparativo de las narrativas de abducción en las experiencias históricas africanas y ovni

Dell J. Rose

De la revista Fabula

https://doi.org/10.1515/fabula-2022-0017

Resumen

Este artículo examina las dimensiones raciales de las narrativas de abducción ovni comparando los elementos estructurales de estas narrativas con los relatos históricos de la esclavitud africana. Se sugiere que las narrativas de abducción ovni de los estadounidenses blancos, que constituyen una abrumadora mayoría de tales relatos, provienen de sentimientos colectivos de culpabilidad generalizada por la esclavización y el aprovechamiento de las personas africanas. Se sugiere que la experiencia de la abducción ovni es una forma de superar tales sentimientos generalizados de culpa mediante el establecimiento de una nueva dinámica de poder que invierte los papeles de víctima y victimario y refleja fielmente los relatos históricos de abducción. Además, pretende enriquecer el discurso en torno a la raza y la concepción de lo extraterrestre.

Los hombres de intelecto más amplio saben que no existe una distinción tajante entre lo real y lo irreal; que todas las cosas aparecen como aparecen sólo en virtud de los delicados medios físicos y mentales individuales a través de los cuales somos conscientes de ellas; pero el materialismo prosaico de la mayoría condena como locura los destellos de supervisión que penetran el velo común del empirismo obvio.

H. P. Lovecraft, La tumba

1 Panorama general

1.1 Historias de abducciones ovni

En 1982, el folclorista David Hufford formuló una pregunta fundamental para quienes estudian las implicaciones de los fenómenos extraordinarios: “¿Por qué una determinada narrativa creída es estable a través del tiempo y del espacio?” (Hufford 1982) Mi respuesta sería que las narrativas creídas se forman en torno a sucesos culturales e históricos que relacionan fenómenos extraordinarios con patrones preexistentes de relación social. Esta pregunta, que tiene una resonancia poética con la naturaleza del tema que nos ocupa, fue un gran estímulo para emprender este proyecto en particular, ya que buscaba descubrir la conexión que tenían las historias de abducción ovni con otros relatos de abducción, en particular las historias más conocidas de abducción forzada, en términos de la cultura estadounidense, las historias de esclavitud africana.

Tras considerar la dinámica racial implicada en varios casos de abducción alienígena he llegado a las siguientes conclusiones: Para los estadounidenses blancos, que por cierto serán el tema principal de este artículo, la abducción ovni permite aliviar la culpa cultural mediante el establecimiento de una nueva relación de poder en la que el abducido se ve obligado a aliviar una situación análoga de impotencia y se libera así de la culpa acumulada implícita en la sociedad en general. Baso mis conclusiones en una revisión de 40 relatos diferentes publicados sobre abducciones alienígenas que abarcan desde la década de 1950 hasta 2017, junto con entrevistas a tres individuos con relatos de abducciones. No estoy diciendo que esta sea la única razón por la que alguien pueda creer que ha sido abducido por extraterrestres, ya que ciertamente no sería el caso; sin embargo, creo que cuenta para una parte significativa de los casos de abducción conocidos, y tienden a seguir algunos de los patrones demográficos que algunos estudiosos ya han identificado, por ejemplo el trabajo de Tromley. Aunque no hay ninguna pretensión de objetividad en este trabajo, me gustaría que se supiera que mis conclusiones sobre la naturaleza de las demandas de abducción han cambiado con el tiempo. Inicialmente, mi interés se centraba en la evaluación de los relatos de trauma en los informes de abducción ovni, con especial atención al tratamiento del trauma. Ha sido en el transcurso de los últimos cuatro años cuando me he sentido cada vez más impulsado por la presente tesis.

1.2 Metodología y selección de relatos

La selección del material que se incluirá en este estudio fue excepcionalmente difícil. El núcleo de mi experiencia con el fenómeno de la abducción alienígena provino de una serie de entrevistas que realicé en 2014. Todas las entrevistas que realicé fueron a estadounidenses blancos, 2 mujeres y 1 hombre, con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años. Todos mis sujetos eran también de la misma región general del sur de Estados Unidos, vivían en el oeste de Kentucky y en el área metropolitana de Nashville, y se conocían por MUFON (Mutual UFO network). Mis entrevistas se realizaron en persona y por teléfono, y duraron aproximadamente una hora cada una. La única excepción fue mi entrevista con el participante masculino, en la que se realizaron dos entrevistas adicionales. Las entrevistas se realizaron con mi compromiso de confidencialidad, y he tomado medidas exhaustivas para mantener su privacidad.

Además de estas entrevistas, he examinado cerca de 40 relatos adicionales de abducción ovni tanto de obras citadas en este artículo como de antologías impresas populares sobre abducción, en particular Alien Encounters: Firsthand Accounts of Alien Abduction (1994) de David Jacobs, así como The Alien Abduction Files: The Most Startling Accounts of Human-Alien Contact Ever Reported (2013), de Marden y Stoner.

Sin duda la selección más problemática que he hecho para este trabajo ha sido la de Räel, que al ser francés puede quedar un poco fuera del ámbito de este trabajo. Sin embargo, Räel fue profundamente impactado por la ciencia ficción americana y las historias de abducción ovni (Palmer 2004), y su caso muestra un ejemplo extremo del empoderamiento que puede darse en algunos relatos de abducción. Además, Räel también era producto de una sociedad que se tambaleaba por su pasado colonial. La conciencia francesa sobre sus acciones en África estaba bastante extendida durante la juventud de Räel, y la perspectiva de la inteligencia ovni ha sido citada continuamente por Räel como una forma de que los seres humanos escapen de todas las formas de opresión social, especialmente del racismo. Por último, dado el amplio conocimiento de su relato, he considerado necesario dirigirme a él.

Aunque soy consciente de que esto dista mucho de ser una muestra exhaustiva, creo que es lo suficientemente grande como para plantear algunos aspectos generales del fenómeno de la abducción. También debo señalar que la mayoría de los relatos aquí presentados abordan el fenómeno desde una perspectiva mayoritariamente blanca, y a medida que los estudiosos sigan investigando este fenómeno, habrá que tener en cuenta la implicación de la naturaleza blanca de los relatos de abducción.

A la hora de seleccionar los relatos de esclavitud africana, me basé en estudiosos de la trata atlántica de esclavos, y puse un gran énfasis en aquellas narraciones que habían suscitado una respuesta pública popular. Por ejemplo, algunos de los relatos que seleccioné se habían convertido en películas populares, y actualmente estoy trabajando en un proyecto que analiza la representación del secuestro en ambos géneros. Siempre que he podido, también he elegido relatos que históricamente han tenido una amplia difusión.

2 Introducción

Al hablar de las abducciones ovni, que Lucas Tromly ha calificado de “experiencia inherentemente estadounidense”, existen conexiones explícitas con las narrativas de la esclavitud africana (Tromly 2017). La conexión entre la raza y las narrativas de abducción ha sido señalada por varios estudiosos, y Luise White en su artículo, Alien Nation: the Hidden Obsession of UFO Literature: Race in Space, escribe: “las narrativas de abducción como género tienen una curiosa tendencia a organizarse como historias sobre la raza” (White 1994, 25). Christopher Roth vincula además la totalidad de la ufología como expresión de un deseo antropológico de comprender la raza y la diferencia racial: “La ufología tiene que ver con la raza y tiene más que ver con el esquema terrestre como contextos sociales y culturales de lo que la mayoría de los creyentes en los ovnis son conscientes”. (Roth 2005, 41)

Para entender la experiencia estadounidense del fenómeno ovni, no hay ningún otro acontecimiento histórico que haya tenido un efecto tan duradero y negativo en la psique cultural estadounidense como el recuerdo de la esclavitud, y la historia de la abducción ovni parece ser una exteriorización de esta culpa cultural. La culpa blanca, “está típicamente motivada por el reconocimiento de privilegios raciales inmerecidos e injustos, el reconocimiento de actitudes o comportamientos racistas personales, y/o el sentido de responsabilidad por las actitudes o comportamientos racistas de otros” (Grzanka/Frantell/Fassinger 2020, 47). En la cultura estadounidense se ha convertido en uno de los elementos más extendidos a la hora de dirigir el cambio social estadounidense (Kellenbach/Buschmeier 2021). David Drysdale, cuyo trabajo consideraré más adelante, considera el libro de Bridget Brown They Know Us Better Than We Know Ourselves: The History and Politics of Alien Abduction como la investigación más detallada sobre la relación entre el fenómeno de la abducción y la raza, y creo que debo abordar su interpretación antes de seguir adelante (Drysdale 2008; Brown 2007). Para Brown, los relatos de abducción son una forma de que “la gente que queda fuera de ciertos relatos de progreso pueda crear sus propias historias y modelar verdades que cuadren con su propia experiencia” (Brown 2007, 7). Sin embargo, no estoy de acuerdo. La amplia culpabilidad sentida por muchos estadounidenses creó la necesidad de una experiencia subyugante que borrara los sentimientos de culpa en una nueva y psicosomática victimización, aunque no niego la presencia de un trauma real. Aunque deben abordarse las cuestiones éticas relacionadas con la colonización y la apropiación, éstas quedan fuera del ámbito del presente estudio. Como fenómeno exclusivamente estadounidense, en general, y desproporcionadamente experimentado por los estadounidenses blancos, es una reformulación de la dinámica de poder experimentada por los africanos esclavizados, con la estructura de poder blanca subsumida en la fuerza alienígena (Tromley 2017).

3 Interpretación histórica del fenómeno ovni

La historia de la interpretación narrativa de los ovnis y las abducciones no es increíblemente larga. George Eberhart proporciona una visión algo completa de la historia interpretativa en su artículo para la American Library Association en 1980, pero necesita ser modernizada (Eberhard 1980). Sin embargo, por lo que he recogido, parece que la historia de la teoría ovni y de las Narrativas de Abducción explícitamente, es que tienden a seguir, como era de esperar, las tendencias académicas dominantes durante su período. Es muy posible que esta interpretación no sea diferente. En mi construcción de la historia interpretativa, comienzo con C. G. Jung en su obra de 1957 Flying Saucers: A Modern Myth of Things Seen in Skies. El trabajo de Jung es significativo para mi proyecto en el sentido de que buscó la explicación del fenómeno fuera del ámbito del individuo, lo que lo diferencia de lo que llamaré más adelante la tradición del “intérprete dañado” que cobrará importancia en la década de 1980. Jung sostenía que el fenómeno ovni surgió de una búsqueda de la totalidad mental en el inconsciente colectivo, un núcleo psicológico compartido en la base de toda la humanidad. El inconsciente colectivo se comunica a través de símbolos compartidos, lo que explica la aparición generalizada de las mismas experiencias o motivos en distintos lugares y durante distintos periodos históricos. Aunque no comparto la confianza de Jung en el inconsciente colectivo, creo que en el fondo su argumento es una búsqueda del significado de estas experiencias fuera de la vida personal de quienes afirman haberlas tenido.

A partir de los años setenta surgió una escuela de interpretación que he denominado la escuela del intérprete dañado, que consideraba que las experiencias extraordinarias eran el resultado de un trauma interno, la mayoría de las veces asociado a abusos sexuales. Esta fue principalmente la interpretación defendida por la cultura popular, en concreto por los programas de entrevistas estadounidenses. También es la principal narrativa interpretativa que subyace en la mayoría de los estudios psicológicos del fenómeno (French/Santomauro). Teniendo en cuenta la variedad de personas que han afirmado haber sido abducidas por extraterrestres, una única explicación patológica parece muy poco probable. La psicóloga de Harvard Susan Clancy, en su libro Abducted: How People Come to Believe They Were Kidnapped by Aliens expresa sucintamente su reacción ante la “ordinariez” de su grupo de muestra:

Me desconcertó que la mayoría de mis sujetos secuestrados hubieran considerado y rechazado explicaciones alternativas, más razonables y probables que una explicación basada en extraterrestres. ¿Por qué elegir la explicación extravagante? Dadas todas las explicaciones disponibles para los problemas de sueño, la depresión y la disfunción sexual, ¿por qué elegir la extraña y perturbadora, la que probablemente les estigmatizaría y les costaría sus amigos? (Clancy 2005, 47).

La última tradición interpretativa, y la única que afirma las experiencias de los demandantes, es la tradición de la memoria reprimida. La más infame fue la tradición responsable de la oleada de historias de abusos satánicos que se extendió en las décadas de 1980 y 1990. En esencia, sostiene que si una persona tiene una experiencia tan traumática que no puede manejar psicológicamente sus ramificaciones, entra en un estado de amnesia y no puede recordar lo que le ocurrió (Loftus/Ketchum 1994). Más tarde, mediante el uso de diversas modalidades terapéuticas, que en la mayoría de los casos significa hipnoterapia, la víctima llega a “recordar” el suceso. MUFON es el mayor grupo responsable de la recopilación y colaboración de relatos de abducciones ovni, y la inmensa mayoría de sus reclamantes han participado en sesiones hipnoterapéuticas, incluidos los participantes en este artículo. Cabe señalar que tanto la hipnoterapia como la terapia de memoria recuperada han sido repudiadas por la comunidad médica, y la hipótesis de trabajo de este estudio es que no son medios válidos para determinar los sucesos reales (Wakefield/Underwager 1999; McNally 2007).

Al examinar estos modelos explicativos, y sentir que no abordaban adecuadamente el fenómeno, me vi obligado a buscar una visión de la abducción alienígena en la esfera cultural. Como expliqué anteriormente en la introducción, la única narrativa generalizada de la abducción que habría sido universalmente conocida por los demandantes habría sido la historia de la esclavitud africana, y de ahí el enfoque principal del proyecto. Comprendo que para muchos la comparación entre estas dos roza la insensibilidad, una es una realidad indiscutible que cuenta con datos verificables, y la otra no. Sin embargo, lo que creo que se puede extraer de la comparación de estas estructuras es una idea de cómo las leyendas compactan y ofrecen medios para aliviar el estrés social. El peso de la culpa cultural, que también creo que enlaza con muchas de las ideas de la teoría crítica de la raza, requiere la necesidad de aliviarla mediante la identificación, y de ahí la leyenda de la abducción alienígena.

Aunque refugiarse en la fantasía de la abducción alienígena es una reacción extrema contra estas presiones culturales, con importantes resultados en el mundo real, no carece de precedentes en el estudio de las leyendas. El trabajo de Linda Dégh ha demostrado que las leyendas forman las restricciones ideológicas de lo posible, dan forma a la realidad tal y como se ve, y proporcionan narrativas de significado y escape (Dégh 1977). O como en sus discusiones sobre la visión del mundo: Cuando los folcloristas hablan en términos generales de cosmovisión, folk-idea, ideología – cualquier tipo de reacción a los estímulos del entorno circundante (Dundes 1971, 93-103; Mullen 1978, 209-220; El-Shamy 1967), se refieren a la suma total de interpretaciones subjetivas de la realidad percibida y experimentada por los individuos. Cualquier acción humana está motivada por dicha percepción. Contiene creencias, opiniones, filosofías, conductas, patrones de comportamiento, relaciones sociales y prácticas de los seres humanos relacionadas con esta tierra y más allá en el ámbito sobrenatural. La visión del mundo, por tanto, impregna todas las representaciones culturales, incluido el folclore. Las narraciones, en particular, están cargadas de expresiones de cosmovisión; revelan visiones comunitarias y personales heredadas del contacto humano, éste es su objetivo genérico (Dégh 1981, 45-78, y 1994, 247).

Las leyendas, además de proporcionar los límites de lo posible, plantean fuertes exigencias a quienes las sostienen. El trabajo de Shelly Adler sobre la prevalencia de muertes nocturnas inexplicables en la comunidad hmong muestra asimismo que la creencia en leyendas suele requerir reajustes dramáticos de la vida, y puede incluir incluso la muerte. En la lógica espiritual tradicional hmong, existe la creencia de que ciertos espíritus pueden visitar y causar la muerte por la noche mediante el uso de pesadillas, de forma similar al fenómeno de la “vieja bruja”. La conclusión de Adler fue que la creencia de los hmong en este fenómeno espiritual era la razón de las muertes por pesadilla, que desconcertaban las explicaciones científicas convencionales (Adler 2010).

Con la negación absoluta de cualquier posibilidad de interacción física entre humanos y extraterrestres detrás de los relatos de abducciones alienígenas, tengo las palabras de Peter Rojcewicz revoloteando en el fondo de mi mente: “Enfrentándonos a lo que no queremos considerar seriamente, nos enfrentamos a nosotros mismos tal y como somos realmente, situados directamente en la tensión entre una voluntad temerosa y una situación real. La experiencia, sin embargo, no se verá reducida por la timidez”. (Rojcewicz 1987, 156-57) Sin embargo, me consuela el hecho de que, a nivel personal, me asusta mucho menos la posibilidad de abducciones alienígenas que la realidad histórica de la brutalidad y la dominación generalizadas que marcaron los inicios de la economía estadounidense. La realidad es siempre más inquietante.

4 Narrativas de esclavitud

Como las denuncias de abducciones por extraterrestres siguen siendo un fenómeno muy presente hoy en día, me interesaba mucho hablar con personas que hubieran experimentado este fenómeno. En cuanto a los relatos de los africanos esclavizados, también opté por aplicar un enfoque amplio, y elegí tres relatos que me pareció que habían circulado ampliamente, y que han servido de base para varias películas populares, como Raíces y Doce años de esclavitud. Thomas Bullard ha proporcionado un marco a través del cual podemos considerar elementos de la narrativa de la abducción ovni, y ésta será la columna vertebral a través de la cual apilaré mi discusión. Fue uno de los primeros escritores en centrarse únicamente en los componentes narrativos de las historias de abducción, y su trabajo sigue siendo relevante. Su artículo de 1989 UFO Abduction Reports: The Supernatural Kidnap Narrative Returns in Technical Guise ofrece ocho categorías que extrajo de su investigación de más de 300 abducidos por ovnis: 1) Captura, 2) Examen, 3) Conferencia, 4) Recorrido, 5) Viaje al otro mundo, 6) Teofanía, 7) Retorno, 8) Secuelas (Bullard 1989, 153). Como ocurre con cualquier otro modelo prescriptivo, los hechos de cada caso narrativo a veces contradicen el modelo. Aunque éste fue el caso de mis entrevistados, las categorías de Bullard siguen siendo muy valiosas.

4.1 Captura

Para la primera de las categorías de Bullard, la captura, ofrece lo siguiente: “Seres extraños apresan y se llevan al testigo a bordo de un ovni”. (Bullard 1989, 153) Cuando se reflexiona sobre la imaginería del secuestro, casi siempre parece haber un violento desgarro de una realidad a un estado subyugado, otro. Existe la tortuosa sensación de estar espacial y finalmente alterado. La narración de Selim Aga, en su obra de 1846, nos ofrece un episodio narrativo que podría considerarse típico de la historia de un rapto:

Nos alejamos muchas millas de casa, por lo que nos familiarizamos con los diferentes distritos del país. Fue durante estos paseos con mis compañeros cuando me convertí en víctima del esclavista. Mientras cuidábamos nuestro rebaño entre dos colinas, vimos a dos hombres que se dirigían hacia nosotros. Nos preguntaron si teníamos cabras para ellos, un término bastante común en aquel país. Nuestra respuesta fue, por supuesto, negativa; pero no hicieron más que emplear esta estratagema para privarnos de toda sospecha. Como yo estaba más cerca de ellos, me sujetaron firmemente en sus manos y me obligaron a alejarme, quisiera o no. Al mostrar síntomas de resistencia, uno de ellos se procuró una ramita verde y me azotó hasta que la sangre cayó a gotas de mis piernas. Después de avanzar algunos kilómetros, llegamos a una casa, donde me ataron con cuerdas de pies y manos y me acostaron a descansar. A la mañana siguiente, antes del amanecer, mi cruel amo me quitó las cuerdas de las piernas y, poniéndome en cierta dirección, me pidió que caminara mientras él me seguía con un gran látigo. Aterrorizado, vi que no había nada más que hacer que sufrir. Por supuesto, opté por lo primero. Era un trato bastante duro para un niño de ocho años. Comenzamos nuestro viaje antes del amanecer y continuamos hasta el mediodía, cuando llegamos a una aldea. (Aga 1846,18)

De la lectura de esta selección se pretende que el lector reconozca algunos de los elementos comunes que aparecen con frecuencia en los relatos de secuestros. En el famoso relato de Olaudah Equiano tenemos una historia similar. Mientras los miembros mayores de su aldea estaban fuera realizando sus tareas cotidianas en la comunidad, y estando él y su hermana solos en su casa, una mujer y dos hombres escalaron los muros y los sometieron a esclavitud:

Sin darnos tiempo a gritar ni a oponer resistencia, nos taparon la boca y huyeron con nosotros al bosque más cercano. Allí nos ataron las manos y siguieron llevándonos tan lejos como pudieron, hasta que llegó la noche y llegamos a una pequeña casa. (Equiano 1789, 24)

En estos dos relatos, seleccionados por su capacidad de ser representativos, vemos un patrón: un relato consciente de haber sido secuestrado, atado y silenciado, y depositado en un lugar temporal. Además de estos elementos, tenemos la sensación de que la vida cotidiana se interrumpe sin previo aviso. A esto Bullard escribe:

Los abducidos son los típicos actores de leyendas, víctimas desventuradas más que héroes, que se encuentran con lo desconocido mientras realizan actividades tan mundanas como conducir por una carretera solitaria, pescar después del trabajo, fregar los platos o tumbarse en la cama en casa. Nadie está a salvo, nadie es elegido por otra razón aparente que no sea la disponibilidad. Esta vulnerabilidad de los inocentes ante poderes externos expresa el mensaje último de las abducciones y también refleja el punto de vista distintivo de la leyenda. (Lithi 1976, 24, citado en Bullard 1989, 152)

Los reclamantes de abducciones no suelen tener recuerdos directos de sus abducciones, sino, como en el caso de mi participante Jennifer S., sólo la sensación inicial de extrañeza o culpabilidad. Esto suele ir acompañado de pérdida de tiempo, como ocurre con la afirmación del primer relato de abducciones alienígenas. La mayoría de los demandantes de abducciones producen narraciones de abducciones en el contexto de la hipnosis, y la narración de la abducción se forma después de sesiones sucesivas. Siguiendo mi hipótesis, la narrativa de la abducción se desarrolla a partir del impulso creativo de hacer relatables estas fuertes respuestas emocionales. La “otredad” que se desarrolla en el contexto de la hipnosis permite al demandante encontrar expresión en las narrativas disponibles, explícitamente las relacionadas con la esclavitud. Bullard no aborda la cuestión de la “memoria a través de la hipnosis” en su artículo de 1989, y no he encontrado otro caso en el que aborde las implicaciones de tratar con narraciones de “recuerdos recuperados”.

En el caso de Jennifer S., el “cómo” fue secuestrada no parece desempeñar un papel importante en su relato. Su recuerdo sigue el patrón que he descrito anteriormente. Mientras ella y otros tres amigos conducían un coche por una zona rural de Kentucky, vieron varias luces en el cielo, y entonces ella recuerda haber sido transportada desde ese momento a otro tramo de carretera sin recordar cómo habían llegado allí, y sin ser capaz de explicar el lapso de tiempo transcurrido. Tras la experiencia, vieron otro ovni, ante lo cual ella y su amiga decidieron “perseguirlo” a pie. Este detalle adquirirá una importancia excepcional al considerar posteriores relatos de ovnis. Aunque había cuatro personas en el coche, Jennifer y su amiga Brittany fueron las únicas que buscaron activamente una explicación, lo que las llevó a ponerse en contacto con MUFON. Tras ponerse en contacto con MUFON, las chicas accedieron a someterse a hipnosis. Fue durante estas sesiones cuando las chicas se enteraron de los extraordinarios acontecimientos que tuvieron lugar. Hasta ese momento no existía una narración discernible del secuestro, sólo la sensación de inquietud. En otra entrevista con un varón de 27 años al que llamaré Y, después de jugar a videojuegos en el piso de abajo con unos amigos, recuerda que se despertó en su cama sin recordar cómo había llegado hasta allí y con un fuerte ataque de lo que podría llamarse culpa existencial: “Me sentía como si yo fuera la causa de todo lo malo del mundo, de todo lo malo… y no podía, no podía quitármelo de encima”. Más tarde, mientras estaba tumbado en la cama y con la mirada “perdida” en el techo, empezó a recordar la sensación de flotar en “algo parecido a un tubo de luz”.

El primer caso que llamó la atención del público estadounidense sobre el fenómeno de la abducción ovni fue el de Betty y Barney Hill, y guarda una notable similitud con los relatos de Jennifer e Y, quienes nunca habían oído hablar de este caso en particular. Mientras Betty y Barney conducían por las colinas de New Hampshire, observaron algo en el cielo. Barney saca sus prismáticos y comienza a examinar lo que sólo podía llamarse un ovni. Vio a los seres que lo manejaban, y sintiendo que querían interactuar con ellos, intentaron alejarse a toda velocidad, registrando “rítmicos ‘zumbidos’ que parecían rebotar en la cajuela de su vehículo” (Friedman 2007, 32). Entonces, al igual que con Brittany, los Hills notaron una pérdida de tiempo, ya que esperaban estar en otra ciudad, y se asomaron para descubrir que estaba amaneciendo (Friedman 2007). David Drysdale considera los componentes de la cultura racializada en la narrativa de los Hills en su artículo de 2011, Alienated Histories, Alienated Futures: Raciology and Missing Time in the Interrupted Journey, y las implicaciones de sus hallazgos tienen resonancia con el trabajo de campo que realicé.

Para Drysdale, que analizó el relato de los Hills sobre su abducción en su libro de 1966 El viaje interrumpido, concluye que la historia de la abducción es un artefacto de la ansiedad general respecto al futuro de las relaciones raciales en Estados Unidos. “[E]l trauma de la experiencia de la abducción alienígena reside en la ansiedad de que este futuro alienígena sea el punto final de las incipientes tecnologías de la imagen corporal y la genética: no la trascendencia de la raza, sino su eliminación por los extraterrestres extrañamente inhumanos”. (Drysdale 2011) El relato de Drysdale subraya las ansiedades sociales de Barney Hill, un hombre negro en la América de los años 50 sobre el futuro de las relaciones raciales, mi trabajo de campo muestra un deseo de escapar de la carga de las relaciones raciales por parte de los estadounidenses blancos, que proyectan tanto su culpa como su frustración en una nueva experiencia de alteridad que les aparta de la culpabilidad común de la América blanca.

4.2 Examen

Siguiendo la categorización de Bullard, el segundo elemento narrativo es el examen, en el que “estos seres someten al testigo a un examen físico y mental” (Bullard 1989, 153). De las varias narraciones que pude recoger y en el relato de los Hills este es un elemento repetido y recurrente. Jennifer, recuerda estar confinada en una habitación en la que hay “luz que sale del suelo”, y aunque no hay una descripción explícita de los tipos de experimentos médicos, hay tonos de sensación de ser violado que encuentran resonancia en la humillación a la que se ven forzados los sujetos debido a los exámenes. Y relató la sensación de que algo entraba en su región abdominal y se abría paso por sus entrañas, y ésta fue la descripción más gráfica de la que dispuse. Aunque no existe un intercambio directo de imágenes entre los relatos de los abducidos por ovnis, hay algunos ejemplos análogos que pueden encontrarse en los relatos de los esclavizados, especialmente el examen de personas esclavizadas por parte de posibles compradores. Equiano habla de cómo se mercantilizaba a las personas esclavizadas e insinúa algunos de los criterios de un buen esclavo; este caso se asocia principalmente con la necesidad de “un nuevo suministro de negros” (Equiano 1789, 69-81). En la narración de Selim Aga encontramos una referencia al mercado, que guarda cierta relación con los relatos del examen físico soportado por los abducidos por ovnis: “Nos llevaban regularmente y nos exhibían en el mercado de esclavos, donde los compradores venían a escoger. Los adultos se marchaban pronto, mientras que el ganado pequeño permanecía largo tiempo en el mercado”. (Aga 1846, 34)

4.3 Conferencia

Aunque, como se ha mencionado anteriormente, no hay un intercambio directo de imágenes, creo que hay suficientes similitudes entre las dos secuencias narrativas como para establecer algunas comparaciones entre los dos grupos de relatos. Además, como en muchas de las narraciones que he experimentado, existe la sensación de “ser violado”, que está presente en ambos grupos narrativos, aunque en muchos casos los procedimientos reales son vagos. También he encontrado que este es el caso de la consideración de Bullard de conferencia que significa “Sigue una conversación con los seres”, en las narrativas con las que trabajé esta conferencia era simplemente una parte del episodio de examen. En las narraciones de Jennifer e Y, Jennifer relata una comunicación telepática por parte de su amiga con un extraterrestre, e Y no recuerda ninguna comunicación; en una de las únicas variaciones que tuvo X respecto a la narración de su compañera giró en torno a una sensación telepática de que lo que le estaba ocurriendo durante su examen médico “no me iba a hacer daño”. Las sensaciones de estar expuesta, atada y silenciada, junto con el transporte a un “otro lugar”, son un punto en común entre la experiencia de los africanos esclavizados y la de quienes afirman haber sido abducidos por extraterrestres. No quiero decir que los abducidos por ovnis trataran conscientemente de reflejar las experiencias de los africanos esclavizados; más bien, se trata de una forma de inversión subconsciente, en la que los descendientes de un grupo opresor encuentran la libertad emocional en una nueva dinámica de represión.

4.4 Teofanía

Este deseo de difundir el mensaje que le fue dado por el creador extraterrestre, Bullard lo denomina Teofanía y lo describe como: “un encuentro con un ser divino” (Bullard 1989, 153). Aunque esto se literaliza en el caso de Räel, creo que una forma mejor de expresar el punto de vista de Bullard es decir que existe la sensación de una inmensa interconexión con otros seres a través del espacio y del tiempo. En mi entrevista con Jennifer, ella recuerda que su amiga Brittany tuvo un encuentro con una de las formas de vida alienígena que parece decir que el ser era su verdadero padre. Asimismo, en mis entrevistas con Y y su compañera X, ambos individuos informaron de increíbles sentimientos de conexión con toda la raza universal, llegando Y incluso a sugerir que hay muchos individuos en la Tierra que son producto de interrelaciones entre formas de vida alienígenas y humanas. De hecho, esta supuesta interrelación entre formas humanas y alienígenas ha sido la base de gran parte de la ficción escrita por Lovecraft, y el teórico de la conspiración David Icke. Icke, en particular, ha formado una solución teórica congruente con la mayoría de los elementos de lo paranormal, insistiendo en que la Tierra es el hogar de una raza reptiliana viajera, que se ha reproducido con los humanos, y que ha controlado el mundo a través del control mental (Icke 1999).

Sin embargo, lo que se traduce en gran medida a través de estas experiencias es un sentimiento de privilegio, o de “capacidad de elección”. La historia de Brittany, contada a través de Jennifer, era que ella sentía una conexión paternal con uno de los seres alienígenas, y se sentía como si él la estuviera supervisando, asegurando su protección (Rose 2014). Aunque este sentimiento de conexión con los seres responsables de sus capturas podría parecer muy inusual, tanto las narrativas de los secuestrados por ovnis como las de los africanos esclavizados contienen elementos de identificación con los secuestradores, aunque la naturaleza pronunciada de esto varía en grados extremos. Aunque la idea de estar literalmente, biológicamente, emparentado con el secuestrador no es un factor en los relatos de los africanos esclavizados, existe una especie de felix culpa que tiene lugar en una dimensión religiosa. Por ejemplo, en la obra de Gronniosaw, vemos que él percibió su secuestro y esclavitud como el método a través del cual fue introducido en el cristianismo:

¿Quién puede dudar de que la sugestión que tan fuertemente presionó la mente de Alberto (cuando era niño) de que había un Ser superior al Sol, la Luna y las Estrellas (los objetos de la idolatría africana) vino del Padre de las Luces, y fue, con respecto a él, el primer fruto del despliegue de la gloria del Evangelio? Su largo y peligroso Viaje a la Costa de Guinea, donde fue vendido como Esclavo, y así llevado a una Tierra Cristiana; ¿consideraremos esto como el único Efecto de una Disposición curiosa e inquisitiva? Al explicarlo, ¿no nos referiremos a nada superior a la mera casualidad y a circunstancias accidentales? Independientemente de lo que piensen los infieles y los deístas, confío en que el lector cristiano discernirá fácilmente una designación y dirección omnisapiente y omnipotente en estos movimientos…” (Gronniosaw 1846, iv)

Tanto los escritos de Equiano como los de Aga se hacen eco de opiniones similares, y tienen conexiones análogas con las historias de colonos blancos que son adoptados y adoptan las tradiciones y el estilo de vida de los nativos americanos (Turner-Strong 1999). Tanto las historias de los abducidos por ovnis como las de los africanos esclavizados, parecen utilizar narraciones de conexión entre el abducido y el secuestrador en un intento de sublimar el horror de la situación y encontrar esperanza en la identificación con el captor, salvando así la distancia entre ambos y comentando la naturaleza y la relación del “otro”.

4.5 Gira

En 1992, en una conferencia sobre abducciones alienígenas en el MIT, Thomas E. Bullard clasificó el tour, como uno de los elementos más raros en las narraciones de abducciones (Bullard 1994.) Bullard en 1989 describió este elemento como: “Los seres muestran a su cautivo los alrededores de la nave”. Como tal, este elemento no contribuyó mucho a mi investigación. Encontré muy poco que comparar con los relatos de esclavitud, y el único relato importante procede de Räel, y se trata de sus anfitriones mostrándole los avances tecnológicos de su civilización (Räel 1974).

4.6 Viaje al otro mundo

Sin embargo, un elemento que Bullard identifica que desempeña un papel excepcionalmente importante tanto en las narraciones de los africanos esclavizados como en las de los abducidos por ovnis tiene que ser la presencia de un viaje al otro mundo, que fue descrito por Bullard como: “La nave lleva al testigo a un lugar extraño y sobrenatural”. (Bullard 1989) Aunque puede haber cierto grado de controversia sobre el término “sobrenatural”, si debe o no tomarse absolutamente terrenal, creo que para la mayoría de los africanos esclavizados sus experiencias son cualquier cosa menos sobrenaturales. Las transiciones entre lugares ocupan un lugar muy destacado en los relatos de esclavitud que he elegido, y yo diría que son algunos de los elementos más fundamentales y estables de ambos géneros.

La narración de Gronniosaw es particularmente ilustrativa de este punto, ya que el atractivo de lo desconocido y lejano desempeña un elemento tanto en su partida hacia la esclavitud como se convierte en un elemento en su reflexión sobre los “lugares extraños”.

Él (el hombre responsable de su esclavitud) me dijo que si iba con él, vería casas con alas caminando sobre el agua, y también vería a los blancos… Me agradó mucho el relato de este extraño lugar, y estaba muy deseoso de ir. (Gronniosaw 1846, 5)

Además, la narración de Aga está llena de relatos sensuales sobre las especias, la arquitectura y las costumbres de las tierras por las que pasó. Aga observa el mundo con cautela, asimilando lo que puede en estas tierras extrañas, mientras añora su hogar: “Que aquellos que atesoran en sus corazones/ Los pensamientos-‘Tho’ ausentes, siempre queridos,’/ Recuerden que aunque se separen/ ‘Tho’ perdidos para la vista, para la memoria queridos’”. (Aga 1846, 35) Equiano, cuyo estilo es muy del siglo XVIII, ofrece algunas de las esperanzas más ambiciosas de su viaje a las tierras ajenas de sus captores blancos pensó que si podía volver a su país de origen: “Me regocijaba bastante la idea de volver; y pensaba si llegaba a casa qué maravillas tendría que contar”. (Equiano 1788, 39) Con dramática similitud encontramos reacciones parecidas por parte de quienes han experimentado la abducción ovni.

La informante Y, corroborada por su compañera, recuerda haber mirado por una ventana que estaba fuera de la habitación en la que estaban suspendidas, y recuerda: “No era la Tierra”. Cuando les pregunté si eso les producía algún sentimiento, ambas relataron una sensación de miedo ante la perspectiva de que nunca más volverían a la vida que habían conocido, combinada con un regocijo ante la idea de poder transmitirlo a sus amigos y familiares si alguna vez podían regresar (Rose 2014). El viaje de Räel al planeta de los Elohim, que es una de las doctrinas clave dentro de la religión räeliana, contiene muchos elementos que resuenan con el registro de maravillas de Aga:

Me levanté y seguí a mis tres guías. Atravesamos una esclusa y en una gran sala vi una nave parecida a la que me había traído de la Tierra, pero mucho más grande… Nos sentamos como antes y volví a sentir la misma sensación de frío, pero esta vez duró mucho más, unos diez minutos. La nave se balanceó ligeramente y salimos por la trampilla de salida. Ante mí se desplegó un paisaje paradisíaco y, de hecho, no encuentro palabras para describir mi encantamiento al ver enormes flores, cada una más hermosa que la anterior, y animales de aspecto inimaginable caminaban entre ellas. Había pájaros de plumaje multicolor y ardillas rosas y azules con cabeza de osezno trepando por las ramas de los árboles que daban enormes frutos y flores gigantescas. (Räel 1974,160)

El relato de Räel, aunque es más detallado que muchos otros, tiene mucho en común con los escritos de los africanos esclavizados, cuyas narraciones están llenas de asombro y fascinación por las tierras a las que fueron llevados; sin embargo, debido a la naturaleza consciente de su experiencia, hay algunas variaciones importantes entre el relato de Räel y los relatos de la mayoría de los abducidos por ovnis.

4.7 El retorno

La identificación de Bullard del retorno, que significa “Por fin el testigo vuelve a la Tierra, abandona la nave y se reincorpora a la vida normal”, me pareció tan nebulosa como el elemento de captura; parece ser otro ejemplo de un elemento necesario que realmente no funcionó de forma muy prominente en las narraciones que consideré. En el caso de Jennifer, X e Y, no recordaban el proceso de devolución, sino que sólo se encontraban a sí mismos perdiendo el tiempo. Entre los relatos de esclavitud que utilicé, sólo Equiano parece tener una historia distinta de cómo escapó de la esclavitud; en los relatos de los otros dos, la parte final de la narración no ocupó un lugar destacado.

4.8 Secuelas

El último elemento estable que Bullard identifica son las secuelas, con lo que se refiere a: “Las secuelas físicas, mentales y paranormales continúan tras la abducción”. (Bullard 1989) En los cinco casos de abducción ovni que he presentado en este estudio, cada uno de ellos se sitúa en el contexto de la cualidad profundamente amorfa de lo siniestro. En el caso de Brittany, Y y X, los Hills y Räel, no salieron de su experiencia como la misma persona que eran cuando entraron en ella. En un momento, todo lo que consideraban cierto sobre el universo se alteró radicalmente, y se convirtió en un hito en su forma de narrar la realidad. Todos los demás elementos que Bullard introduce, en esta lectura, tienen su presencia en las historias de los africanos esclavizados, los secuestradores alienígenas se convierten en blancos, los ovnis se convierten en naves de esclavos, etc., pero la diferencia siempre estará en cómo terminan. Para los esclavizados, la experiencia de tal crueldad humana tendría consecuencias generacionales, ya que las comunidades luchan hasta el día de hoy contra sus efectos. Sin embargo, en las afirmaciones de los abducidos por extraterrestres encontramos una euforia por haber sido capaces de ver mucho más del universo conocido, y por el hecho de que su elección les apartara de la experiencia más amplia de la sociedad en general. En la historia de Y hay incluso una aceptación gozosa de la humillación que experimentaría cuando contara sus experiencias a los demás: “Sabía que se iban a reír de mí. Sabía que me iban a llamar loca, pero ellos no pasaron por ello, yo sí”.

Aunque este artículo se ha centrado en las similitudes por las que los relatos de abducción ovni siguen a los relatos de los africanos esclavizados, como ha señalado un revisor existen diferencias increíbles que de ningún modo deben ignorarse. Por una parte, las cuestiones de memoria son importantes, muy a menudo las personas que han afirmado haber experimentado una abducción ovni no recuerdan nada del suceso, y a veces sólo con hipnosis son capaces de reconstruir su experiencia. Obviamente, este no es el caso de los esclavizados, cuya vida entera a partir de ese momento estaría marcada por la realidad de su abducción. En segundo lugar, parece que algunos de los secuestrados buscaban la atención del ovni, mientras que éste no era el caso de los esclavizados. Además, está la cuestión de la finalidad: los esclavos eran raptados para obtener beneficios económicos, mientras que no parece haber una motivación central detrás de quienes afirman haber sido abducidos por extraterrestres. Por último, la mayoría de las personas que denuncian una abducción ovni son liberadas, mientras que los esclavizados tuvieron que trabajar excepcionalmente duro para conseguir su libertad.

Aunque todas las cuestiones planteadas en estas críticas son perfectamente válidas, también validan la tesis central de este artículo. Se ha argumentado aquí que las fuentes de los relatos de abducciones ovni se han inspirado en el hecho histórico de la esclavitud africana, pero son una experiencia derivada, no una realidad. Como se ha argumentado aquí, el relato de la abducción ovni es una forma de escapar de la culpabilidad común mediante la identificación, sin embargo, la identificación por sí sola no puede reproducir los tipos de presiones externas y legales que siguieron a las experiencias de los esclavizados. El relato de Räel, por ejemplo, muestra incluso que existe un incentivo financiero para orientar positivamente los fenómenos de abducción, y aunque su relato es un caso atípico, no deja de aportar información.

5 Conclusión

¿Y ahora qué? En mi opinión, los informes sobre abducciones ovni son una forma de dispersar la culpa interracial y se basan en narrativas de abducción preexistentes. Los seres humanos siempre han tomado prestadas estructuras narrativas para hablar de experiencias tanto positivas como terribles, y estas narrativas no son diferentes. Sin embargo, también sé que evaluar este fenómeno a través de la lente que ofrezco tiene graves consecuencias morales. Aunque fundamentalmente considero que el fenómeno de la abducción es una forma elaborada de aliviar la culpa cultural, también creo que el comportamiento es fundamentalmente inconsciente, en el sentido de que no fue querido conscientemente por la persona que experimenta el fenómeno. Sin embargo, no abordaré los detalles ni el mecanismo del aspecto inconsciente, ni desde una perspectiva freudiana ni junguiana, y creo que el simple hecho de reconocer que existe un aspecto inconsciente del comportamiento humano no es lo suficientemente específico como para exigir tal compromiso. Además, reconozco de todo corazón la frustración de Barney Hill cuando escribe:

Entonces, si esta persona siguiera insistiendo en que yo (Barney Hill) no [tenía esta experiencia], frente a mi conocimiento de que sí la tenía, tendría que dar por terminada la conversación y dejarlo así. Llegaría a un punto en el que me diría a mí mismo: “No puedo convencer a esta persona, y ella no puede convencerme a mí. No hay ningún problema. Puedo dejarlo”. (Fuller 1966, 320, citado de Bullard 1989, 151)

Sin embargo, dadas las similitudes entre el fenómeno ovni y otras narrativas de abducción, no creo que podamos simplemente ignorar o aceptar el fenómeno tal como es. Es de esperar que este ensayo pueda provocar que otros estudiosos, especialmente los que se ocupan del discurso racial, consideren el fenómeno de la abducción ovni. El racismo es un fenómeno verdaderamente insidioso, y apenas estamos empezando a comprender sus efectos psicológicos generalizados, y creo que este fenómeno puede ayudarnos a avanzar más en la comprensión de su influencia.

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Published Online: 2022-11-10

Published in Print: 2022-11-09

© 2022 the author(s), published by De Gruyter.

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https://www.degruyter.com/document/doi/10.1515/fabula-2022-0017/html

2 pensamientos en “Alienación y alienígenas: un estudio comparativo de las narrativas de abducción en las experiencias históricas africanas y ovni”

  1. Tu dirección de correo electrónico ya no existe. Quiero enviarte información sobre un (supuesto) OVNI que se estrelló en México en 1929.

  2. La dirección que pido es la de Luis Ruiz Noguez–se ha esfumado arriba. (Supongo que por motivos obvios.) Gracias.

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