Seis hechos sobre la ufología en Brasil

Seis datos sobre la ufología en Brasil

24 de junio de 2007

Kentaro Mori

Este domingo, 24 de junio de 2007, ufólogos y aficionados de todo el mundo celebran un aniversario: se cumplen 60 años desde que el estadounidense Kenneth Arnold informó haber visto curiosos objetos volando en la distancia, que pasarían a conocerse como platillos volantes. La fecha marca el inicio de lo que se conoce como ufología y, quizá como todo aniversario, provoca cierto ufonismo.

kennetharnold3451hjkHemos recopilado los seis hechos siguientes como contrapunto crítico a ese “ufonismo”. Por áridos, inconvenientes e incluso deprimentes que puedan ser, no dejan de ser hechos indiscutibles, y hechos especialmente destilados de la ufología en nuestro país. Al fin y al cabo, la señora ufología no necesita ocultar su edad ni, en este caso, una lista tan corta de seis simples hechos.

A esta lista le seguirá la próxima semana una serie de seis hechos sobre la ufología en el mundo, celebrando el aniversario del caso Roswell. ¡Memento mori!

Hecho 1

La mayoría de los ufólogos brasileños admiten que no hay pruebas de visitas extraterrestres.

Los principales ufólogos brasileños activos en la actualidad defienden la existencia de un fenómeno intrigante con casos inexplicables, pero admiten la ausencia de pruebas concretas sobre su origen extraterrestre. En otras palabras, muchos ufólogos de Brasil tienen los pies en la tierra. Desde la Tierra.

Claudeir Covo, uno de los ufólogos más reconocidos en la materia, es claro: “Aún no hay pruebas científicas de esto”.

Ubirajara Rodrigues, respetado y conocido por su investigación sobre el llamado “caso Varginha”, va más allá al explicar que “entre la vida, la vida inteligente y la vida que ha alcanzado un estadio inimaginable de adquisición tecnológica, hay una distancia tan grande de complejidad científica y filosófica que ni siquiera podemos soñar con estar en condiciones de hacer afirmaciones sobre ellas. Qué decir, pues, de la afirmación de que los ovnis son naves de origen cósmico…”

Entre los ufólogos más jóvenes, pero no menos activos, reconocer la falta de pruebas científicas concluyentes es también un hecho consumado. “No hay pruebas ni evidencias concretas [de la relación entre los ovnis y la actividad de “inteligencias extraterrestres”]”, asegura Rogério Chola. Reinaldo Stabolito advierte que “no tenemos forma de saber si el fenómeno ovni son realmente vehículos espaciales extraterrestres. Así que cuando hablan de ‘ETS’, no hacen más que proyectar nuestras expectativas, deseos e incluso carácter en los supuestos extraterrestres. Peor aún, aprovechándose de este desconocimiento del fenómeno, muchas personas explotan la fe de la gente afirmando contactos extraordinarios que no existen”.

Podríamos nombrar algunos ufólogos más en activo, pero desde luego hay “ufólogos” que no dudan en afirmar lo contrario. Uno de ellos es Ademar Gevaerd.

Hecho 2

El editor de la revista brasileña “UFO”, Ademar Gevaerd, simplemente huyó de su compromiso público de presentar un solo caso que demostrara la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra.

El 21 de septiembre de 2004, Gevaerd se comprometió públicamente a “elegir un caso que, en su opinión, ofrezca las mejores pruebas de la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra”, ofreciendo documentación relacionada que sería analizada por la comunidad científica, representada por cinco científicos independientes “de las principales universidades brasileñas (como USP, PUC-SP y UNICAMP), de diferentes áreas del conocimiento”.

Ocho días después de sellar su compromiso, Ademar Gevaerd simplemente lo abandonó. “No me siento obligado a ofrecer pruebas de que los ovnis existen a nadie”, declaró en un sorprendente mensaje público. Aún más curioso fue el hecho de que Gevaerd citara las palabras del ufólogo Carlos Reis como incentivo para renunciar:

Yo sé, tú [Gevaerd] sabes y mucha gente también sabe que la ufología es frágil, no trabajamos con pruebas, sino con indicios significativos de que estamos ante un fenómeno de naturaleza desconocida. Eso es todo. No podemos decir en conciencia que sea extraterrestre, ni hablar de ‘aliens’, porque son sólo suposiciones, teorías, hipótesis, elucidaciones…

Gevaerd sigue vendiendo su revista afirmando que los ovnis son extraterrestres. Según él, uno de los mejores casos para demostrar el origen extraterrestre del fenómeno ovni sería el “caso Varginha”.

[ver «Desafio ufológico», Radar Ockham n.01].

Hecho 3

Ubirajara Franco Rodrigues, el primer y reconocido principal investigador del “caso Varginha”, señala que “lo que menos existe en el caso Varginha es la supuesta presencia de un objeto volador no identificado [ovni] … Para el caso, para que podamos afirmar que se trata de una aparición, captura, naves de otros planetas, seres extraterrestres, no hay ningún dato”.

Hasta el día de hoy, hay muchos ufólogos en Brasil haciendo afirmaciones sobre el caso sin el menor sustento, informaciones truncadas, erróneas, falsas, sobre el propio testimonio de los testigos. Y lo que más me sorprende, las tonterías que he oído en contra del caso son menos que las que he oído a favor, en los propios círculos de la ufología. … De los treinta ufólogos más conocidos de Brasil … que han leído un libro de cuatrocientas páginas con todos los detalles que he proporcionado sobre el caso, si son cinco, estamos siendo muy optimistas. Y quieren dar su opinión sobre el caso”, lamenta.

Estas declaraciones forman parte de su entrevista con “Painel OVNI TV”, y Ubirajara Rodrigues se refiere al libro “O Caso Varginha”, del que es autor, donde concluye enfáticamente que no se puede concluir nada sobre el caso dada la falta de pruebas concretas.

Hecho 4

El pánico popular “chupa-chupa” de finales de los años 70 en la Amazonia no es único.

El episodio es uno de los principales casos “ufológicos” en Brasil. Los interesados en explorarlo como un misterio irresoluble -o “extraterrestremente” soluble- suelen elevarlo a una posición singular, inédita, incomparable. Este no es el caso.

Informes casi idénticos se produjeron en la India en el reciente año 2002, con la histeria “Muchnowa” – o “cosa que muerde o araña la cara” en hindi, un apodo popular similar al “chupa-chupa” brasileño, que chupaba la sangre de sus víctimas. Ambos fenómenos afectaron a regiones pobres y con escasos recursos, causando el pánico entre la población local y produciendo pocas pruebas concretas, aparte de los informes sobre luces y ataques que generaban marcas como arañazos, cortes y quemaduras en las víctimas.

En el caso indio, circuló la idea de la implicación de seres extraterrestres, aunque con mucho menos énfasis, quizá porque los episodios de histeria popular estaban de moda. Apenas un año antes, los ataques del “hombre-mono” habían aterrorizado y causado muertes en disturbios. Pocos asociaban al “hombre mono” con seres extraterrestres. De hecho, los expertos señalarían el caso como un ejemplo clásico de histeria popular.

Sea cual sea la explicación última de “Muchnowa” o “Chupa-chupa”, está claro que elementos psicológicos y sociales vinculan ambos sucesos, muy similares en todos los aspectos. Las escasas pruebas físicas disponibles sobre el caso brasileño fueron recogidas en su momento por una operación militar denominada “Operación Prato”.

Hecho 5

Nuestros registros cinefotográficos no retratan nuestra certeza [de que los cuerpos y las luces están ‘inteligentemente dirigidos’], porque carecíamos de recursos técnicos, materiales y de personal. En otras ocasiones perdimos la oportunidad, fotografiando con material inadecuado; creemos que con mejores recursos podríamos lograr un resultado razonablemente satisfactorio”, concluye un informe de septiembre de 1977 de la “Operación Prato”, que investigó el llamado fenómeno “chupa-chupa”. Es decir, se admite la ausencia de pruebas físicas satisfactorias.

¿Por qué tan precario? Según el mando del Ejército del Aire, la operación fue en realidad el resultado del interés personal de algunos militares por el tema. El coronel Uyrangê Hollanda, comandante de la operación, recordó que “fue una alegría tener en el 1º COMAR, en aquella época, en aquella región, un oficial de la Fuerza Aérea, un brigadier, que creía en los platillos voladores. Si hubiera sido cualquier otro oficial, cualquier otro brigadier, tal vez la operación no habría seguido adelante”.

Según el Centro de Comunicación Social del Ejército del Aire, “el Mando del Ejército del Aire sólo tiene constancia de la Operación Prato a partir de los datos aportados por uno de los integrantes de aquella actividad. Se elaboró un informe con muchos testimonios, aparentemente sin base científica”. De hecho, los informes disponibles son sólo una compilación de relatos, a menudo difíciles de entender debido a errores gramaticales y semánticos. No existe prácticamente ningún análisis científico de los casos relatados.

[véase «Operation Saucer» Electronic Reference].

Hecho 6

Los inicios de la ufología brasileña estuvieron marcados por un burdo fraude fotográfico. Los ufólogos sólo reconocieron el hecho tres décadas después.

En nuestras tierras, el acontecimiento que lanzó definitivamente la ufología al imaginario popular fue el platillo volante de Barra da Tijuca, en 1952. En primera página y en negrita, la publicación Diários Associados exclamaba: “EXTRA: PLATO VOLADOR EN BARRA DA TIJUCA. Cruzeiro presenta, en espectacular primicia periodística, la más sensacional documentación jamás obtenida sobre el misterio de los platillos volantes”.

Realmente sensacional. De hecho, sensacionalista: las fotos contenían evidentes incoherencias de iluminación – el disco estaba iluminado en una dirección diferente a la del resto de la escena. El fraude fue rechazado ese mismo año por Ary Maurell Lobo, de la revista Ciência Popular, y las discrepancias en las sombras fueron puestas de manifiesto por los norteamericanos unos años más tarde, formando parte del famoso informe “Condón”.

Curiosamente, entre los ufólogos e incluso entre los militares brasileños, la situación era bien distinta y pasarían décadas antes de que se reconociera el fraude. Oficiales de la propia Fuerza Aérea, encabezados por el coronel João Adil de Oliveira, analizaron las imágenes y, al no conseguir reproducirlas con un modelo lanzado al aire, las declararon auténticas. En realidad, el fraude se llevó a cabo mediante fotomontajes, pero nuestros ufólogos no se dieron cuenta.

Hubo que esperar hasta los años 80 para que los ufólogos brasileños Carlos Reis y Claudeir Covo señalaran las pruebas de que las fotografías habían sido falsificadas. En la quinta y última fotografía, Covo observó que “para generar la sombra sobre el objeto, el Sol tenía que estar dentro del Océano Atlántico”. Su investigación generó controversia en el campo, y aún hoy algunos ufólogos brasileños siguen defendiendo la autenticidad de las imágenes burdamente falsificadas.

[véase Fraudes ufológicas: O caso Barra da Tijuca].

https://web.archive.org/web/20090918161514/http://www.ceticismoaberto.com/ufologia/913/seis-fatos-sobre-a-ufologia-no-brasil

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