Las pirámides, el Nilo y los extraterrestres
17 de octubre de 2007
Kentaro Mori
La imagen de arriba no es un montaje ni un truco de perspectiva. Es una fotografía de una de las inundaciones del Nilo, tomada en octubre de 1937 (véase el original aquí, de la Universidad de Tufts). Aunque prácticamente todos aprendieron en la escuela que uno de los fundamentos de la antigua civilización egipcia era la inundación anual del río Nilo, su importancia parece eludir a la gente por una sencilla razón: la inundación anual del Nilo ya no ocurre como antes.
En 1970, con el apoyo de la Unión Soviética, el gobierno nacionalista egipcio completó la versión más ambiciosa de la presa de Asuán, una de las más grandes del mundo, que controló el Nilo. Fue durante este período que se trasladaron varios templos, como Abu Simbel, que se elevó 65 metros, e incluso Dendur, que trasladó 800 toneladas a Nueva York. Y todavía se dice que nuestra tecnología sería incapaz de construir pirámides: la presa de Asuán en sí misma es una obra de ingeniería más grande y compleja que la Gran Pirámide.
Pero volvamos al tema que nos ocupa. Tras la presa de Asuán, donde las aguas llegaban a las orillas de la meseta de Giza casi todo el año, a poca distancia de las famosas pirámides, hoy vemos ciudades densamente pobladas, construidas en cuestión de décadas, que no recuerdan a los turistas que toda la zona se inundaba periódicamente.
Este pequeño detalle es crucial para comprender mejor cómo los antiguos egipcios lograron transportar toneladas de bloques desde las canteras hasta las pirámides. Como se ve en la fotografía satelital superior, las pirámides se encuentran en el borde de la meseta de Giza. Las inundaciones del Nilo, además de fertilizar los campos y dejar a los agricultores sin trabajo —con sus campos inundados—, también conectaban convenientemente las canteras con el sitio de las pirámides por agua, principalmente mediante canales construidos para este propósito sin mucho esfuerzo. El propio Heródoto, quien vivió 2000 años después de la construcción de las pirámides, mencionó el uso de tales canales por parte de los egipcios.
Así, el Nilo no solo proporcionaba alimentos, sino también transporte. Sus inundaciones determinaban un período del año en el que los agricultores estaban inactivos. Este período podía ser predicho por los eruditos que estudiaban las estrellas y crearon un calendario, y la inactividad también implicaba la necesidad de gestionar la producción y el almacenamiento de alimentos. Las inundaciones también fomentaron la demarcación de territorios para los agricultores y, por consiguiente, el desarrollo de la geometría. ¿No parece lógico que los antiguos egipcios crearan así una sociedad altamente organizada, que durante los períodos de inundación se dedicaba a grandes obras aplicando conceptos geométricos avanzados?
No solo tiene sentido, sino que existen abundantes pruebas de que todo sucedió, desde el nombre del faraón Keops inscrito en la Gran Pirámide, hasta las vastas ciudades e incluso los cementerios de trabajadores voluntarios que rodean los edificios. Aprenda más sobre las pirámides en el Proyecto Ockham. Puede ver otras imágenes antiguas de las pirámides durante las inundaciones del Nilo aquí o aquí.
Los antiguos egipcios no construyeron las pirámides solos. Contaron con la ayuda del río Nilo, que aprovecharon con inteligencia y perspicacia, creando una obra que durante milenios fue la mayor demostración del ingenio humano.