Algunas notas sobre el caso Koldas
Supuestamente en 1960 Edward F. White, un trabajador de una planta de enseres electrónicos en Durban, Sudáfrica, comenzó un contacto con extraterrestres que afirmaban provenir de un planeta llamado Koldas, perteneciente a una federación de mundos que visitaban nuestro planeta desde hace setenta mil años.
Koldas supuestamente es el nombre de un planeta en un universo paralelo o anti-materia. Sus habitantes son conocidos como los Koldasianos. Estos extraterrestres tienen una apariencia muy similar a la del ser humano.
En 1960, a la edad de 16 años, Edward o «Edwin», de Pinetown, uno de los suburbios de Durban, Sudáfrica, descubrió que su colega George, en realidad era un extraterrestre, llamado Valdar, del planeta Koldas.
Koldas pertenece, según Edwin, a un sistema solar de otro universo, un universo de antimateria que funge como contraparte del nuestro. Los koldasianos lograron superar la barrera de «polaridad magnética» entre nuestros dos universos, y pudieron viajar de un universo al otro. Al llegar a la Tierra descubrieron nuestra existencia y toda la variedad de vida que habita este planeta.
Estas experiencias son narradas con detalle en alrededor de mil horas de grabación, condensadas en un libro por Carl Van Vlierden. La primera edición apareció publicada como UFO Contact From Planet Koldas: A Cosmic Dialogue 318 páginas, UFO Photo Archives de Wendelle C. Stevens, junio de 1986. Existe una segunda versión The Twelve Planets Speak (Los doce planetas hablan) de 1989, 243 páginas.
Según el ufólogo conocido sólo con el nombre de Branton, los Koldasianos son una especie humanoide que tendrían vínculos muy estrechos con la Federación de Planetas. Branton también afirma que el gobierno japonés tiene contacto con ellos. (Dreamland & Dulce 30). Sin embargo, un examen más detenido de los textos originales deja claro que la Federación de Valdar NO es la misma Federación de Planetas de la que hablan otros contactados (al parecer ávidos lectores de comics), sino una organización similar en su universo paralelo.
Hay varias fuentes con respecto a este caso. Además de van Vlierden el caso fue «investigado» por la ufóloga Cynthia Hind, Cristo Louw, Wendelle Stevens, etc. Muchos de ellos tratan de relacionar este caso con los contactos de Billy Meier con los pleiadanos del universo DAL, o Uri Geller y los seres de Hoover.
En el primer caso porque ambos contactados hablan de universos paralelos, en el segundo porque las comunicaciones se hicieron a través de una grabadora. El caso surafricano supuestamente involucra contactos físicos directos durante 2 años mientras Valdar estaba en la Tierra; así como contactos de radio, seguidos por contactos telepáticos.
También se quiere mezclar unos comunicados de los koldasianos en donde ellos afirman que existen naves extraterrestres enterradas en los desiertos. Para algunos ufólogos esas naves estrelladas son en realidad enormes cristales de cuarzo utilizados por las antiguas civilizaciones de este planeta, como la Atlántida.
Incluso hay otros que mencionan al farsante de Enrique Mercado Orue, un contactado mexicano, quien también habló de otros universos, separados por corrientes de partículas magnéticas.
El caso del contacto con Koldas es un claro ejemplo del sincretismo que se dio a finales de los cincuentas y principios de los sesentas en el mundo de los platos voladores. Los contactados utilizaban las técnicas de los médiums del siglo XIX para contactar no con los fantasmas y descarnados sino con unos supuestos seres venidos de las estrellas o de otras dimensiones o universos paralelos. Pero estos contactados se diferenciaban de los médiums en que utilizaban aparatos más acordes a su época como las grabadoras de casete. De esa forma se habían modernizado.
Es difícil reprimir la carcajada al leer las descripciones de estas modernas sesiones espiritistas-extraterrestres. No se puede comprender el grado de credulidad alcanzado por los «testigos presenciales», como el propio van Vlierden (de quien hablaremos en otro artículo).
Un poco de conocimiento en ciencias nos puede ayudar a entender que todo lo escrito en ese libro son simples tonterías y las disculpas de los koldasianos para no establecer contacto son realmente infantiles.
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