Dick Miller, contacto vía onda corta (2)
Extraído del AFSCA Worl Report No. 11, septiembre-octubre de 1959, páginas 5 y 13.
La historia de Dick Miller (continuación)
Por Mark Smith
Parte II
(Nota del editor: Esta es la segunda parte de la Historia de Dick Miller. Los verdaderos incidentes que le ocurrieron a este joven extraordinario).
15 de septiembre de 1954, 10:30 P.M. Voz. 11 metros.
“Estoy contento de que hayas venido. De tu expresión puedo ver que dudas; eso es bueno, serás difícil de convencer. No creemos que sea necesario recurrir a lo sensacionalista, para fomentar en las mentes humanas inteligentes para ser conscientes de la realidad más allá del reino físico. Qué subterfugios tan tontos usan para escudar sus pensamientos. No saben que sus mentes están abiertas para nosotros. Prepárense, desde Occidente se acerca uno que no es como se dice. No teman por ustedes, uno de nosotros estará presente cuando eso ocurra. Se acerca nuestro tiempo para partir cada noche, pronto regresaremos nuevamente. Perdonen nuestra falta de delicadeza, pero este método de comunicación es fatigoso. Continúen observándonos, hablaremos otra vez”.
De nuevo, como íbamos a averiguar en los siguientes mensajes, la señal era enormemente poderosa. Tenía la tendencia de causar que el receptor aullara y chillara. Salieron varios puntos interesantes en este mensaje que en ese tiempo nos asombraron. Sus referencias de ser capaces de ver nuestras expresiones provocó unos momentos bastante embarazosos. Evidentemente, por medios desconocidos para nosotros tenían la habilidad de mirarnos cuando quisieran. También, como se declaró, debían haber disfrutado la habilidad telepática y realmente podían leer nuestros pensamientos cuando quiera que lo desearan. Esto también provocó algo de embarazo. La primera sensación de ese hecho tan revelador fue tratar de mantener tu mente completamente en blanco. Sin embargo, como usted puede imaginar, esto no estaba dentro del reino de las posibilidades, así que decidí que a partir de entonces sería necesario que yo controlara completamente mis pensamientos; una lección que todos nosotros debemos aprender tarde o temprano. Otro comentario interesante fue su advertencia sobre alguien que viene del Oeste.
Como puede verse claramente, había un patrón en el uso de una método raro de la estructura de su frase. De su selección de palabras se estaba volviendo cada vez más evidente que habían aprendido nuestro lenguaje monitoreando nuestras emisiones de radio (más tarde confirmado por ellos) y no estaban familiarizados con su uso. La mayoría de los mensajes que recibiríamos en el futuro fueron en voz y en cada caso se uso un inglés perfectamente hablado. Varias semanas más tarde un operador de radio aficionado en el vecindario, quien había escuchado el mensaje en su receptor y había hecho una cinta grabada de él, se puso en contacto conmigo y me dio la cinta grabada. Mi primera reacción a este contacto fue de que aquí estaba la respuesta a nuestra transmisión por onda corta. Su explicación fue bastante simple. Su equipo no era capaz de transmitir en los 11 metros.
Fue poco después de que este mensaje fue recibido que Pete decidió salir de nuestro grupo ya que su trabajo le estaba tomando la mayor cantidad de su tiempo, y también porque sus amigos le estaban haciendo las peores bromas debido a su interés en los platillos voladores. Jim, quien era un mecánico de autos, y que estaba estudiando radio como hobby, permaneció en nuestro grupo hasta después que recibimos el segundo mensaje de radio unos pocos días más tarde. De mala gana, me explicó que todo su negocio de captar mensajes de radio de las naves espaciales le estaba asustando un poco y también expresó ciertas objeciones religiosas a cosas como la vida en otros planetas, naves espaciales, et. Pidió que su nombre no fuese usado como una referencia, lo mismo que Pete, debido a su miedo a una mala publicidad cayera sobre ellos. Prometí que no diría sus nombres y por lo tanto me abstendré de identificarlos por completo. Ya que ellos no estuvieron presentes en ningún contacto posterior, su salida en este momento no tiene efecto duradero sobre la autenticidad de este relato, ya que la gente que los reemplazó en nuestro grupo no han objetado mantener sus nombres como testigos de los mensajes que continuaron por los siguientes meses. Esto nos dejó a Don y a mi, y estábamos convencidos de que estábamos en el camino de algo que no sólo sería revelado para nosotros, sino algo que beneficiaría a todo el mundo.
Continúa en la página 13.
La historia de Dick Miller (continua)
Como la verdad siempre es más extraña que la ficción, el siguiente episodio de extrema importancia que me ocurrió fue algo que me convenció de que nuestro grupo realmente estaba tratando con una inteligencia más allá de la nuestra. Un día al llegar a casa encontré un grupo de planos de un aparato electrónico depositados en mi buzón. En ese tiempo mi conocimiento de electrónica me permitía determinar exactamente qué equipo representaba supuestamente, pero para convencerme aun más, llevé estos planos para que los revisaran varios ingenieros en Detroit. Ellos, naturalmente, estaban bastante interesados en ellos y deseaban saber dónde había obtenido los planos y si intentaba construir el equipo. Por supuesto no informé a ninguno de ellos dónde había obtenido los planos y lo que intentaba hacer.
El grupo de planos había sido preparado en papel de notas ordinario que pudo haber sido comprado en cualquier tienda, por lo tanto trazar la fuente del papel estaba fuera de la cuestión. Había una cosa incluida en los dibujos que nos llevó a creer que vinieron a nosotros de la Gente del Espacio. En la ultima página en la esquina inferior derecha estaba una sola palabra “MASAR” (más tarde confirmada). Recordé que el relato del Sr. Williamson de la comunicación del Espacio la palabra Masar, supuestamente significa el planeta Marte en un antiguo lenguaje llamado Solex Mal. Después de un estudio cuidadoso de los planos se notó que ciertos conceptos de ingeniería eran extraños a nuestra tecnología actual. Sin embargo, era mi intención construir el equipo usando cualquier cosa que pudiera conseguir, según entiendo, el único transmisor y receptor de haz de luz en existencia en esta Tierra. Resultó que fueron necesarias varias modificaciones, porque las partes electrónicas listadas ahí no estaban disponibles en ningún lugar de nuestro mundo. Se ocupó una considerable cantidad de tiempo en construir y probar el aparato. Antes de que tuviera oportunidad de realmente tratar la comunicación con él, recibí otro mensaje en la radio.
(Continuará)
Esta segunda parte viene acompañada de una fotografía en donde aparecen cuatro de los principales contactados de ese momento. El pie de foto dice:
Fotografiados en la Northern California Space Craft Convention, desde la izquierda, Daniel W. Fry, Hope Troxell, Richard T. Miller, y Gabriel Green.