La globalización de las enfermedades

ESCRUTINIO

La globalización de las enfermedades[1]

Juan José Morales

Hace poco mencionamos en esta columna que las causas de mortalidad han cambiado en todo el mundo. La gente ya no muere por enfermedades infecciosas y transmisibles «”que han sido derrotadas por la medicina»” sino por enfermedades no transmisibles o ENT para abreviar, como el cáncer, la diabetes y los males cardiovasculares. Y el 80% de las muertes por tales padecimientos ocurren en los países de medianos y bajos ingresos, donde su incidencia va en aumento.

Pero estas enfermedades no son inevitables. De hecho, en muchos casos pueden prevenirse si se atacan los factores que las ocasionan o propician, como el tabaquismo, la vida sedentaria, la obesidad, el sobrepeso, las dietas abundantes en azúcar, sal y grasas saturadas, y el alcoholismo, principalmente.

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Una muestra de las advertencias ilustradas contra el cáncer que por disposición gubernamental deben llevar las cajetillas de cigarros en Australia. Dicen: «Fumar causa cáncer de boca y garganta», «No deje que los niños respiren su humo» y «Fumar causa ceguera». Las transnacionales tabacaleras han entablado demandas contra esa medida del gobierno porque, dicen, es un ataque a la libertad de comercio.

Y es aquí donde entran en escena la globalización y el libre comercio, de los cuales puede decirse que son en gran medida causantes de los altos índices de mortalidad por ENT debido esencialmente a dos razones: por un lado la introducción de nuevos hábitos de consumo y de vida, como los alimentos chatarra producidos o comercializados por las grandes cadenas transnacionales con ayuda de una poderosa maquinaria publicitaria, y la penetración de las grandes tabacaleras «”que están produciendo millones de nuevos fumadores en el Tercer Mundo»”, y por el otro las reglas sobre libertad de comercio «”establecidas al amparo de tratados bilaterales o multilaterales»”, que entorpecen «”e incluso llegan a impedir»” la acción de los gobiernos cuando quieren proteger la salud de los consumidores.

Un buen ejemplo de esto último es el caso de Australia, donde «”para combatir el tabaquismo»” el gobierno decretó que las cajetillas de cigarros deberán tener sólo la marca y ajustarse a un formato básico y uniforme, sin diseños ni colores especiales, logotipos de los fabricantes ni otros elementos por el estilo, y contener información claramente visible sobre las sustancias tóxicas contenidas en los cigarros, y advertencias ilustradas con imágenes suministradas por las autoridades de salud, sobre las enfermedades y riesgos que provoca su consumo.

En respuesta, las compañías fabricantes emprendieron un juicio contra el gobierno australiano aduciendo que con tales disposiciones se violan los tratados de libre comercio que ha firmado. Algo similar ocurre con varios países europeos que tratan de combatir los daños a la salud pública ocasionados por diversos productos de las transnacionales. El gobierno de Noruega, por ejemplo, se enfrenta a una demanda de las tabacaleras por haber establecido limitaciones a la exhibición de cigarros en los sitios de venta, en tanto que el de Dinamarca ha tenido problemas legales por haber prohibido el uso de ciertas grasas en los alimentos, y al de Escocia se le acusa de atentar contra la libertad de comercio por haber reglamentado los precios de las bebidas alcohólicas a fin de encarecerlas y tratar así de frenar su excesivo consumo.

Puede decirse, pues, que la globalización, al facilitar la penetración de las grandes transnacionales del tabaco y la alimentación, ha tenido, como inesperada consecuencia, agravar los problemas de salud pública.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Miércoles 2 de enero de 2013.

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