IMPACTO AMBIENTAL
Pájaros y pajarracos en la cosmología maya[1]
Juan José Morales
En la península de Yucatán se han identificado más de 500 especies de aves. En toda Europa «”que es diez veces mayor»” hay sólo 400. Con tal cantidad y diversidad de aves como las que hay en tierras del Mayab, no es de extrañar que en el arte, la religión, la mitología y la cosmogonía de los antiguos mayas aparezcan numerosos seres sobrenaturales con plumas, que evidentemente son representaciones simbólicas de aves, algunas de ellas especialmente importantes. Por ejemplo, el llamado Gran Pájaro Principal, el conocido como pájaro Muan o Moan, el Kinich Kak Moo o pájaro de fuego de Izamal, el Vucub Caquix (Siete Guacamaya) del Popol Vuh, el libro sagrado de los maya quichés, los pájaros del inframundo del propio Popol Vuh y de escenas pintadas en la cerámica, y ciertos dioses antropomorfos y señores con alas como los que aparecen en algunas vasijas de Copán o ciertas estelas de Oxkintok y otras ciudades de Quintana Roo.
En el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas, Vucub Caquix (Siete Guacamayas) era el señor de Xibalbá, el inframundo. En esta escena, tomada de un plato policromado y simplificada en blanco y negro, se le ve siendo abatido por Hunaphú y Xbalanqué, los gemelos divinos.
A estas simbólicas representaciones de aves se refiere un estudio, titulado «Pajaritos y pajarracos: personajes y símbolos de la cosmología Maya», realizado por Miguel Rivera Dorado, Pilar Asensio Ramos y Ana María Martín Díaz, de la Universidad Complutense de Madrid, quienes señalan que para los mayas prehispánicos los pájaros tuvieron un gran significado simbólico y aparecen en la decoración de edificios, en las estelas de piedra y en su escritura jeroglífica desde los albores de su civilización, en el llamado Período Formativo, siglos antes de nuestra era. En una pirámide de la ciudad de Nakbé, por ejemplo, se descubrió un gran mascarón de cinco metros de alto que representa a una guacamaya «”ave de gran importancia entre los mayas, que la denominan moo»” cuya antigüedad se estima entre 2 200 y 2 400 años.
La investigación a que nos referimos, publicada en la Revista Española de Antropología Americana, está orientada «”como dicen los autores»” a identificar tales figuras y a analizar el simbolismo de esos seres o categorías ideológicas, así como a tratar de establecer el papel que desempeñaban en el conjunto del pensamiento religioso de la antigüedad. Pero no vamos a entrar en detalles sobre el particular. Lo que nos interesa es subrayar que para los mayas el medio ambiente tenía tal importancia que de él tomaban elementos reales para transformarlos en seres sobrenaturales. En este caso, es natural que, dada la riqueza avifaunística del mundo maya, búhos, pavos, quetzales, garzas y otras muchas aves terminaran siendo parte del arte, la religión y las creencias populares, muchas de las cuales todavía se conservan. Por ejemplo, el temor que la gente siente ante búhos y lechuzas, a las cuales se relaciona con la hechicería, la magia, la adivinación y «”sobre todo»” la desgracia y la muerte.
«Hay «”dicen los autores del estudio»” cinco categorías de pájaros en las representaciones: diurnos, nocturnos, aéreos, terrestres y acuáticos. Y aun podríamos añadir otros apartados para aves de presa, carroñeras, de pomposas plumas o de bulliciosa cháchara. Esos rasgos de su morfología y hábitos son esenciales a la hora de comprender el papel que jugaron en el arte religioso o político.»
Ese papel fue muy importante, a grado tal que las más importantes deidades del panteón maya poseen características de aves. Tal es el caso de Kukulcán, la serpiente emplumada, y de Itzamná, que aparece representado tanto como pájaro «”por ejemplo en el Códice de París»” o como un terrible saurio en el Códice de Dresde. Esa dualidad puede a primera vista parecer contradictoria, pero, por el contrario, dice el estudio, refleja las relaciones, la conexión entre cielo y tierra, pues las aves vuelan, en tanto que las serpientes y los lagartos se arrastran.
En fin, mucho hay todavía por investigar en ese vasto campo de lo que podría denominarse ornitosimbología maya, o sea el uso de las aves como símbolos míticos y religiosos.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 7 de abril de 2014