Archivo de la categoría: . Perspectivas (Luis Ruiz Noguez)

El Monstruo del Loch Ness. Los primos de Nessie (9)

EL MONSTRUO DEL LOCH NESS. LOS PRIMOS DE NESSIE (9)

Después del tiburón ballena, el tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) es el más grande del mundo. Las hembras llegan a medir poco más de 10 metros de largo, mientras que los machos sobrepasan los 9. Pesan poco más de 4 toneladas, a pesar de que sólo se alimentan de plankton y peces pequeños que atrapan al nadar con la boca abierta. El tiburón peregrino procesa 6,000 litros de agua por hora. Tienen cientos de dientes diminutos, en forma de anzuelo, que casi no usan pues su alimento lo atrapa y filtran con unas agallas con miles de cerdas que miden entre 10 a 25 centímetros. El agua es expulsada a través de 5 pares de aperturas o arcos branquiales. Estos arcos branquiales casi rodean por completo el cuello del tiburón.

Estos animales viven en aguas costeras templadas nadando a ras de la superficie. Se les puede encontrar en toda la costa del Pacífico, desde Baja California hasta el Sur de Alaska; en las costas de China y Japón; en Nueva Zelanda y Australia; y casi toda la costa de América del Sur. En el Atlántico está presente a todo lo largo de la corriente del Golfo y todo el litoral de Europa, en Sudáfrica y nuevamente en las costas de América del Sur. También se le encuentra en el Mar Rojo.

No son animales agresivos y generalmente son inofensivos para los seres humanos.

Cuando el tiburón muere, los arcos branquiales se caen de la zona entre la cabeza y el resto del cuerpo, y sus músculos fibrosos comienzan a tomar la apariencia de largos cabellos que adquieren colores que van del blanco al marrón y que pueden confundir al profano ya que el animal adopta la apariencia de un plesiosaurio. Incluso a esta etapa de descomposición del tiburón se le conoce como «estado de pseudoplesiosaurio».

Dado que todos los huesos en el cuerpo del tiburón están hechos de cartílago, esto da lugar a la impresión de que no hay huesos en el cuerpo. Sólo el cráneo del animal conserva su forma, ya que esta hecho de un cartílago más denso. Al seguir el proceso de descomposición se obtiene una masa informe a la que los criptozoólogos han llamado «globsters».

Ya que los animales tienden a vivir muy cerca de las playas, a su muerte sus carcasas o canales son empujadas por las corrientes hasta las costas. De hecho, según el Guinness Book of Animal Facts and Feats, el tiburón peregrino es, probablemente, el que produce alrededor del 90% de todos los casos de carcasas de playa.

Para los criptozoólogos estas carcasas son los restos de dinosaurios o de serpientes de mar. El criptozoólogo belga Bernard Huvelmans comenta más de veinte casos de serpientes de mar (y enlista otros catorce)[1].

EL MONSTRUO DE STRONSA

Una de las primeras descripciones de estos restos es el del «monstruo de Stronsa». En septiembre de 1808 se encontró un animal en descomposición en la isla de Stronsa (o Stronsay), perteneciente a las islas Orkney, Escocia.

El animal medía entre 16.50 y 16.75 metros de largo y 1.20 metros de grueso. Su cuerpo era serpentiforme y en la espalda tenía una «crin» fibrosa de unos 35 centímetros de largo. El cuello de la bestia era de unos 3 a 4.5 metros y su cabeza era realmente pequeña comparada con el resto del cuerpo: como la de una foca.

La cabeza no tenía mandíbula inferior, y había dos extraños agujeros al lado del cuello. El cuerpo medía unos 3 metros de circunferencia, y tenía una larga cola que se adelgazaba al final. Tenía seis aletas o apéndices, que fueron descritos como pies o aletas. Estas aletas se iban haciendo más pequeñas a medida que se alejaban de la cabeza. Supuestamente había 5 o 6 dedos en cada «aleta», que a su vez medían 23 centímetros de largo y 15 centímetros de ancho. Los huesos del animal eran de color gris. La piel, también gris, era elástica, y muy áspera si se le acariciaba en una dirección, pero suave en la otra. Los dientes eran muy pequeños y se podían doblar en cualquier dirección. El estómago era multi segmentado y tenía un fondo de color rojizo.

El cráneo y las vértebras fueron enviados a científicos que dijeron que eran idénticos a los de un tiburón peregrino ya que estos tienen el estomago segmentado, huesos cartilaginosos, piel denticular y sin mandíbula inferior. Explicaron las primeras cuatro extremidades como las aletas pectorales y pélvicas de los tiburones. Dijeron que el tercer par de aletas eran probablemente los pterigopodios (penes), lo que indicaría que se trataba de un macho. Pero había un problema, los tiburones peregrinos machos miden siete metros menos que esta carcasa, e incluso las hembras, mucho más grandes, jamás alcanzan ese tamaño.

Tal vez al morir los tiburones peregrinos sufren alguna elongación, pero nada tan importante como para sumar siete metros a su longitud total. Cameron McCormick[2] propone cuatro posibles explicaciones para estas desviaciones:

1. Hay una nueva variedad gigante (especies, subespecies) de tiburón peregrino.

2. Tenía una condición muy peculiar (¿tal vez involucra los genes Hox?) que produjo una mayor cantidad de vértebras y, por tanto, el alargamiento significativo dándole la forma de anguila. Personalmente, pienso que puede haber algún tipo de trastorno en los tiburones peregrinos que produce vértebras adicionales.

3. Estaba gravemente mutilado y realmente no tenía 16.5 a 16.75 metros de largo.

4. Los vecinos midieron erróneamente la carcasa.

¿SERPIENTES DE MAR O PECES REMO?

En el otoño de 1817 se capturó una «serpiente de mar bebé», de 1 metro de largo, en un campo cercano al puerto de Cabo Ann, al norte de Gloucester, Massachusetts. Los miembros del comité de científicos aficionados de la Sociedad de Linneo de Nueva Inglaterra dictaminaron que se trataba de un espécimen joven de los «monstruos» que últimamente habían estado visitando Cape Ann. Lo bautizaron comoScoliophis atlanticus («Serpiente jorobada del Atlántico»).

Cuando el espécimen disecado fue examinado por los ictiólogos Samuel L. Mitchilt y Alexandra Lesueur, y el profesor de historia natural de Harvard, William D. Peck se descubrió que se trataba de una serpiente americana deformada llamada «Black Racer Coluber Constrictor».

Otra carcasa fue encontrada en junio de 1822. Esta vez en la Bahía de Raritan, New Jersey. Esta medía 9 metros de largo por 5.5 de circunferencia. Poseía seis filas de dientes afilados. Fue comprada por un taxidermista y puesta en exhibición. Probablemente se trataba de un tiburón peregrino.

Veintiséis años después la tripulación del buque Sovereign capturó un enorme pez con forma de serpiente. El barco navegaba por Firth of Forth, Escocia, al mando de Lord Nordbury, cuando en una fecha no determinada de 1948 vieron el animal que medía entre 10.70 y 15.20 metros (casi tan largo como el barco), y de entre 10 a 23 centímetros de grueso, con crestas de 17-20 centímetros. La descripción coincide con un pez remo (Regalecus glesne)[3].

También es Escocia, pero en 1949, fue capturado un animal de 6 metros de largo por sólo 2.5 centímetros de circunferencia, pero cuando era molestado se hacía casi plano. El animal vivió en cautiverio por algún tiempo. Era de color café oscuro. Se enroscaba sobre sí mismo cuando estaba fuera del agua y secretaba una sustancia mucosa blanca. Se movía muy lentamente.

Los científicos que lo estudiaron encontraron que se trataba de un gusano común nemertean (nemerini) o Lineus longissimus, que pueden alcanzar los 55 metros.

El 13 de enero de 1852, el capitán Charles Seabury, se encontraba cazando ballenas en la latitud 3 ° 10′ S y longitud 131 ° 50′ W, a bordo del buque Monongahela, de New Bedford. En el reporte de Seabury se informa que uno de los marinos vio una enorme criatura serpentina de 31.20. El diámetro era de poco menos de15 metros, con una cabeza de 3 metros de largo parecida a la de un cocodrilo, con mandíbulas con 94 dientes (cada uno de aproximadamente 8 centímetros de largo y curvos como los de las serpientes).

El capitán ordenó capturar al monstruo. Se le lanzaron arpones al parecer sin resultado. Pero a la mañana siguiente su cadáver, de color amarillo-marrón, flotaba sobre la superficie del mar.

Cuando lo subieron al barco se dieron cuenta de que, en efecto, se trataba de un ofidio. Tenía dos pulmones, uno de ellos más grande. La mandíbula inferior se podía separar. Poseía cuatro patas de carne dura sin hueso, y un orificio como las ballenas.

El 6 de febrero, el Monongahela tropezó con el bergantín Gipsy, que viajaba a Bridgeport, de modo Seabury entregó su relato al capitán del Gipsy, Sturges, quien prometió llevarlo a la oficina de correos de Bridgeport cuando el Gipsy llegara allí.

El informe apareció en el London Times del 10 de marzo de 1852.

En 1959 Frank Edwards, en su libro Stranger Than Science[4] dice que el verdadero nombre de pila de Seabury era James, y no Charles, y quien llevó el relato a Bridgeport fue el capitán Samuel Gavitt, del Rebecca Sims, y no Sturges del Gipsy.

Pero parece que el Monongahela en realidad se había hundido cerca de la costa de la isla Umnak, en las Aleutianas, poco antes de que ocurriera esta historia. Es decir, es probable que se trate sólo de un cuento de marinos.

CHLAMYDOSELACHUS ANGUINEUS

El 22 de enero de 1860 apareció un «reptil» en la Bahía Hungary, en Bermuda. Los isleños lo mataron con una horca. Medía 5.1 metros de largo. Su cuerpo era «ovalado» y su piel brillante y plateada, pero sin escamas: áspera y rugosa. La cabeza se parecía a la de un buldog con enormes ojos y branquias. Las aletas pectorales eran pequeñas, al igual que las ventrales. Tenía una «cresta» transparente en la espalda, con rayos de soporte espaciados unos 2.5 centímetros. En ciertos lugares del cuerpo la piel de la criatura era más flexible. De la cabeza salían ocho largas y delgadas espinas. La más larga medía 75 centímetros de largo y 1 centímetro de circunferencia, que terminaban en punta como un remo. La descripción es la de un pez remo. La extraña condición de la piel podría haberse debido al hecho de que estaba empezando a secarse.

Prácticamente no se tienen informes de otra carcasa encontrada en 1864 en St. Margaret’s Bay, Nueva Escocia, Canadá.

La edición del 24 de octubre de 1868 del Harper»™s Weekly mostraba una ilustración del «Wonderful fish» que había encallado en la costa. Muy probablemente era el tiburón peregrino de Nueva Escocia.

Lo que se encontró en marzo de 1883 en Queensland, Australia, al parecer era una ballena.

Otra más se encontró en Cape May, New Jersey en 1887.

En agosto de 1880 se encontraron los restos en descomposición de un tiburón que tenían la apariencia de una serpiente de mar. Fue capturado muerto por el capitán S. W. Hanna en New Harbor, Maine. Era de aproximadamente de 7.5 metros de largo y 25 centímetros de ancho, y tenía forma como de anguila, con una cabeza plana, cuya parte superior se proyectaba sobre su pequeña boca (con los dientes afilados colocados en la punta de su cabeza), piel fina como de tiburón, una aleta caudal como de anguila, un par de pequeñas aletas detrás de su cabeza, una pequeña aleta dorsal triangular, y sólo tres pares de branquias, que no estaban cubiertas por una membrana de piel.

En general, se parecía a una anguila tiburón – en particular la versión serpentina de aguas profundas denominada Frilled Shark, Chlamydoselachus anguineus («tiburón parecido a serpiente con collares»). Su captura fue documentada por un eminente ictiólogo, el profesor Spencer Baird.

ContinuarỦ


[1] Heuvelmans Bernard, In the Wake of the Sea-Serpents, Rupert Hart-Davis, London 1968.

[2] McCormick Cameron, Cryptozoology. A Critical Approach. Artículo en internet.

[3] En este enlace se pueden ver más fotos y un video www.laups.org/files/b7335f298e9c26f6de4f45d64…

[4] Edwards Frank, Stranger Than Science, Lyle Stuart, New York, 1959.

Cuando los ovnis se disfrazan de lámparas de alumbrado público

Los ovnis lámpara

No, no nos referimos a las famosas fotos de George Adamski, ni a las del contactado mexicano Carlos Díaz. En esta ocasión nos ocupamos de varias fotos antiguas en blanco y negro que muestran supuestas naves extraterrestres.

Esta fotografía de George Sutton, tomada en Paris, Ohio, es una de las fotos ovni más antiguas que se conoce. La foto muestra un automóvil con placas de 1932 y, de acuerdo con las sombras en el hombre y el auto, fue tomada alrededor del medio día.

Los ufólogos dicen que no puede ser una lámpara de alumbrado público simplemente porque no hay postes ni líneas de transmisión. Bueno, el hecho de que no se vean en la foto no demuestra que no las hubiera. La foto puede estar recortada para que no aparezca ningún poste.

Aquí hay una foto de la calle Main en Wadenna, Minnesota en 1920. En este caso los ufólogos no pueden decir que no es una lámpara pues se encuentra en medio de la calle, colgada de alambres (aunque las ampliaciones muestran a un marcianito gris, con cuernos, sobre un disco volador).

La siguiente foto muestra un «ovni» fotografiado en Kaisui. No tenemos más datos, ni la fecha en que se tomó, ni el nombre del fotógrafo. No creemos que se trate de algún lugar en Japón, pues los autos se conducen a la manera occidental y hay por lo menos dos volkswagen.

Claramente se ve que es una lámpara de alumbrado público, a pesar de que la foto fue recortada.

De la que tampoco tenemos datos es de esta fotografía tomada en algún lugar de Alemania, antes de la década de los sesenta. La lámpara tiene todo el estilo adamskiano.

Pero la foto más famosa de un ovni lámpara es la de abajo. Fue tomada en la ciudad de Tientsin, China, durante el periodo de la Segunda Guerra Mundial. Apareció mucho tiempo después en un libro de ovnis japonés, rescatada de un álbum de fotos antiguas encontrado en la ciudad japonesa de Tomioka, provincia de Gunma.

Supuestamente muestra a un niño señalando al ovni, mientras el resto de la gente que se encentra en la calle parece no notarlo. Pero el «niño» es en realidad un hombre que carga un bulto sobre la espalda, mientras que el ovni es una lámpara, muy parecida a la que aparece en esta tarjeta postal de una ciudad china, probablemente la misma Tientsin, en la década de los cuarenta (note la similitud en los postes de alumbrado público).

A mí me parece que algún ufólogo japonés quizo fabricar una «prueba» de la existencia de los ovnis.

Luego tenemos la siguiente foto que fue tomada en Burbank, California, en 1945, en los establos de Pickwick Riding.

El hombre que aparece en la foto escogió el pseudónimo de Jack LeMonde, pues no quería que se le relacionara con los ovnis.

LeMonde le envió la foto al ufólogo y abogado Peter Gersten, en febrero del 2000, y éste, a su vez, se la entregó a John Alexander, del National Institute of Discovery Science (un grupo ufológico con pretensiones científicas).

LeMonde informó que la foto fue tomada por su padre con una cámara Voightlander, con una lente Carl Zeiss f3.5, con una longitud focal de unos 10 centímetros. Se utilizó una película Kodak 120, ASA 25, con una velocidad de 1/50 de segundo y f-11.

Alexander no encontró nada sospechoso en la foto y la dio como un auténtico ovni. Pero otros análisis han encontrado un cable que sostiene el ovni, por lo que se presume que es otra lámpara de alumbrado público.

Finalmente está esta foto que la ufóloga mexicana Zitha Rodríguez publicó en el número 59 de la revista Reporte Ovni. Se trata de una foto de Jacques Vallèe en una de sus visitas a Brasil mientras estaba investigando el caso de los «Chupa-Chupa». Al lado del ufólogo francés vemos uno de los testigos, pero lo importante es el objeto brillante que aparece en el extremo superior derecho. Según Elizabeth Kempt (uno de los pseudónimos de Zitha) se trata de un ovni.

En la foto original vemos que se trata de una lámpara de alumbrado público. La ufóloga mexicana recortó la foto para engañar a sus lectores. Esto es algo común entre los ufólogos. Imágenes en fotos y videos son sacados de contexto para que sean irreconocibles.

Lo anterior nos indica que a los aficionados a los ovnis y a los ufólogos se les puede vender cualquier cosa como ovni, y que nunca aceptan las hipótesis más sencillas. Para ellos el mundo está repleto de naves extraterrestres.

El Monstruo del Loch Ness. Los primos de Nessie (8)

EL MONSTRUO DEL LOCH NESS. LOS PRIMOS DE NESSIE (8)

Las historias de los monstruos lacustres de Utah son menos conocidas que las de otros monstruos de Norteamérica. Sin embargo el historiador Robert D. Carter[1] se ha encargado de documentarlas.

Los indios Shinob, Timpanogos y Uintah-Ouray Ute hablan de monstruos llamados Pawapicts o «Bebés de Agua». El origen se remonta a un combate legendario entre Pahahpooch, un enorme guerrero indio, y un Gato Salvaje[2]. Pahahpooch era invencible y ya había derrotado a todos sus oponentes hasta que llegó el Gato Salvaje. El animal fácilmente lo lanzó al lago y le dijo: «Vas a permanecer en el agua todo el tiempo y ahora la gente te llamará Indio del Agua».

Parece que Pahahpooch se aburría de estar sólo en el lago por lo que se dedicó a ahogar a todo aquel que se atreviera a cruzar sus aguas. De esa forma se fueron creando los Pawapicts o «Indios de Agua».

Muy probablemente esta leyenda es la forma que encontraron los indios Ute para explicarse lo que ocurría con las personas que morían ahogadas. Las leyendas informaban que estos seres, que habitaban el fondo de los lagos, adoptan distintas formas. También eran conocidos como Bebés de Agua, pues algunos de ellos parecían niños menores de cuatro años de edad y emitían un grito que sonaba como el llanto de los bebés: «Walla-la-loo-loo».

Otros medían no más de 30 centímetros o adoptaban la forma de jóvenes seductoras de cabellos largos. Anne M. Smith, en su libro Ute Tales[3], refiere la historia de un joven que fue al río a bañar sus caballos. Al terminar, fatigado, se fue a dormir en la ribera del arroyo.

Cuando el hombre despertó, se dio cuenta de que alguien estaba acostado a su lado. Abrió sus ojos y vio una mujer seductora en un vestido verde acostada junto a él. El hombre se enamoró de ella, y ella le pidió que la siguiera bajo el agua para presentarlo a su pueblo. Su familia nunca lo volvió a ver.

John Duncan, un indio Ute cuyo nombre era Red Sunrise, cuenta otra historia de un Bebé de Agua que vivía cerca de Provo. Cierto día Duncan y un amigo, que no creía en los Bebés de Agua, fueron de pesca al río Provo, en Utah Valley. Ahí, sobre una roca, estaban varios Bebés de Agua secando sus cabellos. Aunque Duncan y su amigo estaban temblando, se acercaron más para poder ver a los Bebés de Agua. Estos eran del tamaño de un niño de tres años de edad.

De pronto se dieron cuenta de la presencia de los dos muchachos y rápidamente se sumergieron en el río. Luego las aguas comenzaron a crecer y en ese momento Duncan y su amigo salieron corriendo.

Con el tiempo estas leyendas indias fueron adoptadas por los primeros pioneros europeos que llegaron a estas tierras. Se trataba de mormones que buscaban tierras para poder practicar su religión. Entre ellos estaba Parley P. Pratt, que dirigió la Southern Exploring Expedition, en noviembre de 1849 y que llegó al sur de Utah Valley cruzando la cordillera en Juan Valley. El 29 de noviembre llegó a Punjan Spring y acampó a la orilla de Burraston Ponds. Según los indios ese lago no tiene fondo. En The Journal History podemos leer:

«Los indios tienen una tradición de que estas aguas están habitada por un ser peludo, parecido a un niño de 8 años de edad… se levanta por las noches, hace un ruido como una rana y trata de asustar y captura indios y ahogarlos en las aguas sin fondo de este lago».

Como muchos de los colonos que llegaron a Great Basin provenían de países europeos con tradiciones de monstruos marinos como el Kraken o los dragones, fue fácil que asimilaran las leyendas indias y las adaptaran a su cultura. Así el Millennial Star del 15 de septiembre de 1851 contiene una descripción de Brigham Young, ex gobernador del Territorio de Utah, y líder de los mormones (Iglesia LDS), quien visitó algunas de las colonias en el sur del territorio de Utah, y menciona el estanque «sin fondo, y por la noche a menudo reportan leves gemidos de un bebé que parece proceder del mismo».

A través de los años, la narrativa sufrió aún más cambios. Una versión actual de esta antigua leyenda de los Bebés de Agua la podemos leer en una entrevista Karen Thorn, una vecina de Springville y bisnieta de Richard James Burraston, aparecida el 27 de enero del 2001 en el Daily Herald. Thorn dice, «Una historia cuenta que un bebé cayó en el estanque y nunca fue encontrado. La leyenda dice que si vas a los estanques en el momento oportuno se puede oír llorar a un bebé».

Incluso algunos de los primeros colonos de Utah Valley cambiaron las leyendas indias adaptándolas a los relatos de la Biblia. Este fue el caso de William S. Robinson, que era un niño cuando su familia se llegó a American Fork durante la era de los pioneros.

Robinson escribió: «Cuando llegamos aquí, oímos que había un gran monstruo en el lago. Le preguntamos a un indio acerca de este gran reptil y dijo que era un pez, y contó que cuatro indios que estaban nadando escucharon un ruido y vieron a este gran pez siguiéndolos. El pez se los tragó pero ellos tenían un cuchillo y lo cortaron y salieron. Puede conectar esa historia con la historia de Jonás, (de la), que creo fue sacada».

EL ORIGEN DEL MITO MODERNO

Aunque estos relatos tuvieron cierta difusión en el siglo diecinueve, la verdadera explosión de las leyendas de monstruos en los lagos de Utah ocurrió el 3 de agosto de 1868. En esa fecha, el Deseret News publicó una carta que decía:

«MONSTERS IN BEAR LAKE»

«Todos los lagos, cuevas y madrigueras tienen sus historias legendarias. Las tradiciones aman arrojar su varita mágica sobre pozos y lagos hermosos y los llenan con hadas, gigantes y monstruos de diversa índole. El Monstruo de Bear Lake tiene también su historia para contar, y cuando la cuente, dejaré que usted juzgue si se trata más que una leyenda».

La carta fue escrita por Joseph Rich, hijo de Charles C. Rich, y continuaba diciendo que los indios locales creían que Bear Lake albergaba un monstruo. Afirmaba que muchos años antes el animal se había llevado indios que nadaban en el lago. A pesar de que el monstruo no se había visto durante muchos años, los indios recordaban su apariencia. Decían que el monstruo tenía piernas de 18 pulgadas de largo y lanzaba agua hacia arriba desde su boca.

Rich informaba que un domingo del verano de 1868, tres hombres y seis mujeres vieron un enorme animal, de color marrón, de entre 40 y 90 pies de largo nadando en Bear Lake. Nadaba más rápido que una locomotora, y otros diez monstruos de distintos tamaños nadaban detrás.

Veinte años más tarde, Rich escribió, «Descubrí y me hice famoso por la publicación en el Deseret News de una maravillosa mentira de primera clase – The Bear Lake Monster».

Entre los que se creyeron la mentira de Rich estaba el exgobenador Brigham Young, que leyó el relato del Monstruo del Bear Lake en el Deseret News. Young también recibió varias cartas de muchas personas del norte de Utah y el sur de Idaho. Una carta del 18 de mayo de 1874, de William Budge, que vivía en París, Idaho, contaba un avistamiento del monstruo de Bear Lake.

Budge, William Broomhead, y Molando Pratt regresaban de una conferencia general en Salt Lake City cuando vieron el monstruo a cerca de tres millas de Lake Town. Budge informó que nadaba en el lago a unas 100 yardas por delante de ellos y a 20 yardas de la costa. Al principio el hombre pensó que la criatura en el lago podría ser un gran pato, pero a medida que se acercó, el hombre pudo darse cuenta que la criatura era un animal de unos cinco o seis pies de largo.

El animal se sumergió bajo el agua y llegó hasta unos 100 pies de distancia de los tres hombres, dándoles la oportunidad de verlo mientras nadaba en el agua tan rápido como un hombre caminando. El texto de Pratt es el siguiente:

«Su cara y parte de la cabeza se veía claramente, cubierta de piel, o pelo corto de un ligero color tabaco. La cara del animal era aparentemente plana, muy amplia entre los ojos, y afilándose hacia la nariz, con ojos muy grandes y orejas prominentes. Las orejas eran parecidas a las de un caballo, pero no tan grandes. Toda la cara, en su forma, era como la de un zorro, pero tan grande que el espacio entre los ojos era igual a la distancia entre los ojos de una vaca».

Todas esas cartas hicieron que Young se pusiera en contacto con Phineas W. Cook y entre ambos diseñaran un plan para capturar al animal. Young proporcionaría el equipo, y Cook haría el trabajo. Cook contrató a un herrero para fabricar un gran gancho de hierro, y lo cebó con una buena porción de carne. El gancho se pegó a una cadena de veinte pies de largo que estaba asegurada a una boya. La cadena se hundía 20 pies en el agua.

Luego Cook unió uno de los extremos a una cuerda de una pulgada, de 300 yardas de largo, a la boya y el otro extremo de la cuerda a una boya más grande. Insertó una pequeña bandera en el polo superior de la boya más grande y ahí colocó la «Old Glory». Un lastre atado a la parte inferior de la gran boya mantenía el asta y la bandera en posición vertical.

Como toque final, Cook ató un extremo de una cuerda de tres cuartos de pulgada por 300 pies de largo, a la boya más grande. El otro extremo de la cuerda lo amarró a un árbol en la orilla del lago. Pero todos sus arreglos resultaron infructuosos.

El 24 de agosto de 1876, Young, evidentemente decepcionado, escribió una carta a Cook pidiendo la devolución de la línea de pesca. En respuesta, Cook escribió que él había pedido a Young en varias ocasiones discutir la situación. Cada vez había esperado en vano una media hora a 45 minutos. Ya que Cook tenía otros negocios en la capital, finalmente abandonó la búsqueda del monstruo para hacerse cargo de ellos.

TIERRA DE MONSTRUOS

El propietario mormón del Deseret News decía que la historia de la serpiente era cierta, mientras que el Salt Lake Tribune, el periódico que representaba a los no mormones de Utah, atacó la veracidad de la historia de Rich. El Tribune escribió burlonamente que el monstruo, «Es el hermano gemelo del diablo y primo de Brigham».

El Tribune y el Corinne Reporter sabían que las historias del monstruo que ellos habían impreso eran ficticias, y, en general, las usaban para atacar a la iglesia mormona, pero el Deseret News y el Utah County Enquirer seguía aceptando la validez de las historias que imprimían.

La historia de Rich sobre el Monstruo de Bear Lake desencadenó una avalancha de cuentos de monstruos de agua en Utah. El poder de la sugestión es una cosa increíble. Hace que muchas personas honestas vean monstruos de agua en muchos lugares de la naturaleza.

No pasaron muchos años antes de que todos los grandes lagos de Utah tuvieran monstruos, y sus historias también fueran reportadas en los periódicos. El tono de algunas de las historias era sarcástico, pero otros artículos las tomaban en serio.

El Corinne Reporter informó sobre un monstruo acuático en el Gran Lago Salado. El periódico dijo que en 1870 mucho del ganado perteneciente a la Iglesia LDS había desaparecido de Antelope Island donde la iglesia tenía su rebaño. El Reporter sugirió que algunas personas pensaban que una caverna subterránea conectaba el Bear Lake y el Gran Lago Salado, y que un Bear Lake Monster migratorio era responsable de la desaparición del ganado. El artículo termina con esta declaración de Young: «Los fieles dicen que (el ganado) fue devorado por el monstruo del Lago Bear (pero algunas personas) piensan que todo el asunto es una invención del profeta para mantener al pueblo en la oscuridad mientras él se fue con el ganado de la isla».

Esperando ganar para Corinne parte de la publicidad, el Corinne Register publicó el informe de un monstruo localizado fuera Monument Point en la costa norte del Gran Lago Salado. El periódico afirmó que los operadores de las calderas de Barnes & Co., que trabajaban el turno de noche, escucharon ruidos en el lago y salieron a ver:

«Una enorme masa con una aleta se acercaba rápidamente, y cuando estaba a pocos metros de la orilla elevó su enorme cabeza y profirió una terrible bramido… (Era) un gran animal como un cocodrilo o caimán,»¦ pero mucho más grande. Debe haber medido setenta y cinco pies de largo, pero su cabeza no era como la de un cocodrilo – era más como la de un caballo».

Los hombres corrieron a la montaña y no regresaron hasta el día siguiente. Cuando regresaron vieron grandes rocas movidas y el terreno destruido a lo largo del camino tomado por el monstruo. La historia termina con este comentario editorial imitando la primera historia de Joseph C. Rich: «La historia es probablemente un fraude, sin embargo, el editor del Register aboga por el corresponsal como «un hombre cuya veracidad no puede ser impugnada».

El Salt Lake Tribune también uso la historia original de Rich escribiendo que un señor que había regresado recientemente de Sevier Lake dijo haber visto varios monstruos en el mar salado de Central Utah. El animal más grande era de 50 pies de largo y 20 pies de circunferencia. Su espalda era visible 10 pies sobre el agua. El escritor sugirió que, dado que alguna vez un gran mar interior cubrió Utah, todos los monstruos de lago del territorio están sin duda relacionados.

Si bien algunos habitantes de Utah Valley creían estas historias de monstruos de lago, también había muchos escépticos. Peter Madsen, un pescador pionero del Lago de Utah, era uno de esos incrédulos. Su opinión fue reportada el 30 de octubre de 1868, en el Deseret Evening News

Según Madsen, en el Utah Lake vivía un peculiar tipo de aves parecidas a patos que él llamaba «buzos del infierno». Los pájaros, que probablemente eran unas negretas estadounidenses, tenían las alas cortas con muy pocas plumas y no volaban ni caminaba muy bien. No obstante, podían permanecer buceando unos 15 minutos.

Madsen describe otra particularidad de las aves: «A veces van a través del agua con gran velocidad, batiendo sus alas cortas y sin plumas, y dejando una estela detrás lo que les da la apariencia de una serpiente». A su juicio, es posible que haya sido esto lo que llevó a algunas personas a creer que habían visto una extraña criatura.

Madsen añadió que en los 14 años que había pasado pescando en el lago, nunca había visto al monstruo.

ContinuarỦ


[1] Carter D. Robert, Mysterious monsters inhabited Utah Valley waters, Daily Herald, Sunday, April 30, 2006. http://www.heraldextra.com/content/view/177060/4/

[2] Conetah Fred, Denver Norma, Jenks Daisy, MacKay Kathryn & O’Neil Floyd, Stories of Our Ancestors. A Collection of Northern Ute Indian Tales, Uintah-Ouray Tribe, Salt Lake City, 1974.

[3] Smith M. Anne (editor), Ute Tales, University of Utah Press, Utah, 1993.

El Monstruo del Loch Ness. Los primos de Nessie (7)

EL MONSTRUO DEL LOCH NESS. LOS PRIMOS DE NESSIE (7)

Ogopogo es el nombre que actualmente se le da a un supuesto monstruo de agua que habita el lago Okanagan. El nombre original indio es Kel-Oni-Won, que luego se convertiría en N»™ha-a-itk, N»™ha-a-cti o Naitaka.

Dave Parker, un folklorista especialista en las tradiciones de los nativos americanos, cuenta que Kel-Oni-Won[1] fue un hombre poseído por los demonios que asesinó, con su maza, a un anciano indefenso. Los dioses decidieron castigar al asesino convirtiéndolo en una serpiente de lago que tendría que permanecer en la escena del crimen por toda la eternidad. Una bella diosa del lago se encarga de vigilar el cumplimiento de esta sentencia. Se dice que el único animal que tolera la compañía del Naitaka es la serpiente de cascabel[2].

N»™ha-a-cti significa «Demonio de agua» o «Monstruo del lago» y para apaciguarlo los indios le ofrecen sacrificios de animales, un poco de oro y tabaco, en su legendaria guarida en Squally Point[3], cerca de Rattlesnake Island[4], una pequeña formación rocosa en el lago Okanagan. Los que no hacían sacrificios corrían el riesgo de morir. Se decía que la rocosa orilla de la isla estaba plagada de los sangrientos restos de los que olvidaban hacer los sacrificios. Un ejemplo de lo anterior es la historia de Timbasket.

Timbasket era un jefe indio famoso por su cinismo e incredulidad. Cierto día que quiso visitar la isla Rattlesnake, los indios Westbank le dijeron que tenía que sacrificar un perro a la diosa del agua para poder salir de Squally Point. Pero Timbasket se burló de esas viejas tradiciones. Es más, desafiando todo consejo, decidió viajar cerca del cabo rocoso. Entonces surgió el demonio del lago y azotó la superficie del lago con su larga cola. La barca en donde navegaba Timbasket y su familia se hundió en el lago[5].

Una historia similar es la del descendiente de indios americanos, John MacDougall. MacDougall conocía las tradiciones de su pueblo y las respetaba. Acostumbraba arrojar al lago un pollo o un puerco antes de cruzarlo. Pero cierto día, en 1854 o 1855, cuando se dirigía al rancho de John y Susan Allison para ayudarlos con el forraje, se olvidó de hacer la ofrenda a la diosa del lago.

MacDougall llevaba un par de caballos amarrados a su canoa. Cuando iba a la mitad del lago, una gran fuerza comenzó a jalarlos hacia el fondo. MacDougall estaba aterrorizado, pero aún más cuando se dio cuenta de que su canoa, azotada por los caballos, estaba a punto de ser hundida. Él agarró un cuchillo, cortó las cuerdas y rápidamente remó hacia la orilla. Nunca más volvió a ver sus caballos. Quedó convencido que el monstruo del lago había tomado su parte del sacrificio.

Las leyendas y el miedo hacia el Naitaka continúan hasta nuestros días. En 1926 el gobierno de Kelowna anunció que el nuevo ferry que se estaba construyendo para los viajes a través del lago Okanagan también estaba equipado con «dispositivos especiales para repeler al monstruo». Se supone que el puente flotante tiene suficiente apoyo y fuerza para resistir cualquier roce o golpe de Ogopogo.

THE OGOPOGO. THE FUNNY FOX-TROT

No fue sino hasta 1924 que el monstruo adquirió su actual nombre. En ese año se reunió la Junta de Comercio de Vancouver en Vernon. Para amenizar la reunión contrataron a Hill Brimblecombe quien cantó una canción compuesta por Cumberland Clark: The Ogopogo. The Funny Fox-Trot. La canción decía que el Ogopogo era el resultado de una unión ilícita entre un ciempiés y una ballena. Los delegados a la convención decidieron poner ese nombre a la mítica bestia del lago Okanagan. Al día siguiente, el periódico de la provincia de Vancouver informaba que el nombre oficial del monstruo del lago era Ogopogo. La melodía pronto se haría popular en los salones de baile. Poco después, los avistamientos del Ogopogo aumentaron dramáticamente.

El Okanagan tiene una profundidad máxima de 300 metros. Según la leyenda, Ogie (el diminutivo para Ogopogo) habita en una cueva submarina cerca de Squally Point. Peter Costello[6], nos informa que «Los indios han dejado burdos dibujos sobre piedra de lo que se piensa es el Naitaka». Otro criptozoólogo, Roy P. Mackal[7], afirma que «Hay por lo menos tres burdas pictografías en las rocas alrededor del lago, ahora en un muy mal estado de conservación, que puede estar relacionado con un supuesto monstruo del lago», pero Benjamin Radford[8] ha demostrado que ninguna de estas inscripciones son del área del lago Okanagan.

Mackal afirma que las descripciones de los testigos son muy similares («»¦fui golpeado por la coherencia repetitiva de las descripciones, casi hasta el punto de aburrimiento). Pero, al parecer sin darse cuenta, el mismo Mackal menciona una gran variedad de formas: «La piel se describe como de color verde oscuro a verde-negro o marrón a marrón oscuro y negro… (o) azul-gris a negro o incluso dorada. La mayoría de las veces la piel es lisa, sin escamas, aunque el cuerpo posee unas placas, escamas, o estructuras similares observadas por observadores cercanos… La mayor parte de la espalda es lisa, aunque una parte se ve dentada, con extremos rasgados, o aserrados. Se ha informado de la existencia de pelo escaso o estructuras de cerdas alrededor de la cabeza, y, en algunos casos, se ha observado una crin o estructura como de peine en la parte posterior del cuello»)

Además, se dice que la cabeza se parece a la de una serpiente, o una oveja, o un caballo, o un cocodrilo, o un bulldog, o una cabra con barba. Algunas veces hay orejas o cuernos, otras veces no. Su tamaño va de treinta a setenta pies de largo, dos pies de diámetro, con piel oscura y una serie de jorobas características.

Se le ha visto desde Squally Point hasta Mission Valley, a ambos extremos del lago. Algunos lo han descrito como un «tronco» que repentinamente vuelve a la vida: «Vieron lo que pensaron era un tronco, de seis pies de largo, flotando en el agua», y «Era como un gran tronco moviéndose, pero con vida, moviéndose un poco en el agua de arriba a abajo».

Para criptozoólogos como John Kirk del British Columbia Scientific Cryptozoology Club, Ogopogo es probablemente el más y mejor documentado de los monstruos lacustres. Según Kirk, «El catálogo de películas de vídeo de Ogopogo es más numeroso y de mejor calidad que cualquier cosa que he visto personalmente en Loch Ness, y creo que varias de ellas son muy convincentes de que existe una gran criatura desconocida que viven en el lago».

FOLKLORE Y CUENTOS MORALISTAS

La primera película de Ogopogo fue tomada en 1968 por un hombre llamado Arthur Folden es considerada entre las mejores pruebas, pero sólo se ve una mancha en el lago. Recordemos que al igual que otros monstruos de lago, el Ogopogo ha sido confundido con estelas de barcos, esturiones y otros objetos flotantes.

El 18 de julio de 1989, Clem Chaplin vio al Ogopogo nadando entre un grupo de troncos, en Bear Creek Provincial Park, no muy lejos de la costa (25-30 metros). Le avisó a Ken Chaplin y éste tomó su cámara y lo filmó. Chaplin describió la criatura como de pelo corto, de color verde oscuro, con la piel cubierta de manchas, y unos 3 metros de largo. La criptozoóloga local, Arlene B. Gaal cree que se trata de un Ogopogo bebé, pero los científicos creen que se trata de una nutria ya que en cierto momento el «monstruo» parece sacar la cabeza por encima del agua, y se puede apreciar que no es un tronco. Tampoco parece tener una cola como la de los castores. El color lo explican por algunas algas que pudiera tener el animal en el pelo. Si se trata de una nutria, el tamaño debe ser de poco más de un metro, y por lo tanto los cálculos de Chaplin deben estar equivocados.

Miembros del British Scientific Cryptozoology Club, fundado por el doctor Paul LeBlond y el escritor James Clark, han organizado varias expediciones al lago Okanagan, en la parte central sur de la provincia. Incluso pudieron filmar a Ogopogo en acción en varias ocasiones.

Las autoridades provinciales han promulgado leyes para protegerlo, declarando ilegal su persecución, capturar o caza.

W. Haden Blackman, señala que los indios Sushwap y Okanakane «consideran que es una entidad sobrenatural maligna con gran poder y malas intenciones». Celeste Ganassin, curadora en el Museo Kelowna de Columbia Británica, piensa que la leyenda de Ogopogo, tiene sus raíces en cuentos moralistas, no en criaturas reales descritas por los testigos. Es una criatura que no pertenece a la naturaleza, su reino es mitológico y comercial. Bajo el nombre Ogopogo se han desarrollado varias industrias. La criatura legendaria es ahora una popular mascota turística de Kelowna.

MEMPHRÉ EL MONSTRUO DEL LAGO MEMPHREMAGOG

They saw a monster dark and grim

Coming with coiling surge and swim,

With lifted head and tusk and horn,

Fierce as the spirit in Hades born.

Los versos pertenecen a la obra The Sea Serpent Legend, escrita a principios del siglo diecinueve por Norman Bingham. Se trata de un largo poema en el que cuenta una vieja leyenda india de dos enamorados que murieron en las fauces del monstruo del lago Memphremagog.

The Serpent e’re now in the depths did roam

Under Owl’s Head to his cavernous home,

After digesting this horrible meal

His snakeful majesty did out again reel,

Next to appear to Uncle Ri Jewett

In one of his visions that made him a poet

Este Uncle Ri Jewett, fue realmente Uriah Jewett, un poeta alcohólico que vivía en Georgeville a principios del siglo XIX. Su talento como orador era ampliamente conocido en la zona. Uno de sus poemas se refiere a un encuentro con un estafador que, luego de cometer sus fechorías, huyó a los Estados Unidos. El poema relata el momento de la fuga y el encuentro con la serpiente del lago.

I took a quick dive, caught the serpent by tail,

His speed was like lightening, or the swordfish in gale;

My passage was through Owl’s subterranean bluff,

I popped up with money enough.

Se dice que Memphré, el Monstruo del lago Memphremagog habita en una cueva localizada en la base de la montaña Owl»™s Head en la orilla del lago. Este es un lago de agua dulce de 50 kilómetros de longitud, que es compartido por EU y Canadá, y que fluye hacia el norte hacia el río Magog en Magog, Canadá. Estados Unidos posee cuatro de las veinte islas, incluyendo la isla más grande, Province Island, Vermont.

El primer documento no ficticio que describe las apariciones de la criatura se remonta a 1816 y está firmado por Ralph Merry IV. Ferry sólo describe cuatro avistamientos de ciudadanos de Georgeville, ya que él no fue testigo de ninguno de estos fenómenos. Las descripciones coinciden en cuanto a la duración y la forma de la serpiente.

A partir de 1847, The Stansted Journal comenzó ha publicar varios artículos sobre este monstruo. Los avistamientos han continuado a lo largo de los años. Hasta la fecha, se han reportado más de 215 avistamientos cuidadosamente documentados. Cada relato está firmado y registrado. Hay, en promedio, ocho avistamientos al año, que han sido confirmados por una veintena de testigos.

Por ejemplo, en 1961, dos pescadores, viajando en dirección a Newport observaron por unos cuarenta segundos una criatura negra, de unos 7 metros de largo, nadando parcialmente sumergida. Según estos hombres la criatura que estaba a unos 70 metros de distancia de su barco, tenía una espalda redonda y una indescriptible cabeza. El animal emitía un extraño sonido.

Nunca se ha visto completa a la criatura, pero los testigos calculan que su tamaño va de 7 a 27 metros. Algunos han visto la cabeza, otros, la sección central y, por último, algunos han visto la cola de la serpiente.

En 1995 el famoso criptozoólogo doctor Bernard Heuvelmans, autor de Le Grand Serpent de Mer, entrevistado por la revista Québec Insolite, declaró lo siguiente:

«Yo mantengo que Memphré es parte de la familia de cuellos largos. Es la única explicación lógica, considerando todos los avistamientos de animales ondulando en un plano vertical. Los que, en realidad, son la mayoría».

El doctor Heuvelmans sostiene que los cuellos largos son una serpiente de mar que vive habitualmente lejos de la costa, en alta mar. Tienen alrededor de 18 metros de largo, con un cuello largo y delgado y pueden nadar a una velocidad de hasta 55 km/hr.

Uno de los investigadores más conspicuos de Memphré es Jacques Boisvert, fundador de la International Society of Dracontology, con sede en el lago Memphrémagog. Boisvert además de criptozoólogo es buceador, habilidad que ha aprovechado para investigar diversos avistamientos del monstruo. En 1983, escribió un artículo para el Newport Daily Express. Poco después, la señora Barbara Malloy de Newport se puso en contacto con él para informarle de su propio avistamiento. Como resultado de esto, ella comenzó a trabajar en estrecha colaboración con Boisvert para investigar otros casos. A partir de eso, en 1986, decidieron fundar La Société de Dracontologie du lac Memphrémagog[9], catalogando todos los relatos. Boisvert bautizó a la criatura «Memphré», y registró el nombre y el logotipo con un copyright internacional.

Pero Ogopogo y Memphré no son los únicos monstruos de lagos americanos. Se dice que hay monstruos habitando otros lagos de la región, como el Massawippi, Bowker Larouche y Brompton.

ContinuarỦ


[1] También conocido como Old Kan-He-K, nombre del que se deriva Okanagan.

[2] Gaal Arlene, In Search of Ogopogo. Sacred creature of the Okanagan Waters, Hancock House Pu. Ltd., Blaine, WA, 2001.

[3] Sitio en el lago Okanagan de aguas especialmente turbulentas, al otro lado de Peachland.

[4] Rattlesnake Island, La isla Serpiente de Cascabel. Es precisamente lo que describe la leyenda: el único animal que acepta la compañía del Ogopogo es la serpiente de cascabel.

[5] Buckland M. Frank, Ogopogo»™s Vigil. A History of Kelowna and the Okanagan, Okanagan Historical Society, Kelowna Branch, Kelowna, 1948.

Moon Mary, Ogopogo. The Okanagan Mystery, J. J. Douglas Ltd., North Vancouver, 1977.

[6] Costello Peter, In Search of Lake Monsters, Berkley Medallion Group, New York, 1975.

[7] Mackal P. Roy, Searching for Hidden Animals, Doubleday, New York, 1980.

[8] Radford Benjamin, Ogopogo the Chameleon, Skeptical Inquirer, 30 (1), Pags. 41-46, Enero-Feberero 2006.

[9] Con sede en 446 Principale ouest, Magog, J1X 2ª9.

El Monstruo del Loch Ness. Los primos de Nessie (6)

EL MONSTRUO DEL LOCH NESS. LOS PRIMOS DE NESSIE (6)

CHAMP, EL MONSTRUO DEL LAGO CHAMPLAIN

El lago Champlain se encuentra en la frontera entre Vermont y Nueva York. Es un lago que llega al mar a través del río San Lorenzo. El lago se formó hace sólo unos 10,000 años cuando un estuario del Océano Atlántico, el Mar de Champlain, se transformó en lago en el momento en que los glaciares comenzaron a retroceder. El lago tiene unos 200 kilómetros de longitud y su profundidad máxima es de 140 metros. En sus aguas se dice que habita el así llamado «Monstruo del Loch Ness de Norte América».

Se supone que el primer avistamiento fue justo de Samuel de Champlain, el explorador francés que descubrió el lago que lleva su nombre, en julio de 1609. Los criptozoólogos dicen que en su diario describió un animal al que los indios llamaban Chaousarou: «una serpiente de 6 metros de largo, con una cabeza parecida a la de un caballo y un cuerpo tan grueso como un barril». Dijo que medía unos tres metros de largo, pero que él había visto algunos de metro y medio, «tan gruesos como mi muslo», que se parecían a un lucio con un hocico muy largo y «dientes peligrosos».

Pero la cita es falsa, como lo demostró el ufólogo Jerome Clark, quien la rastreó hasta el artículo de Marjorie L. Porter aparecido en la revista Vermont Life del verano de 1970. Marjorie la cambió y la sacó de contexto. La verdadera descripción de Champlain se puede leer en el Volumen 2, Capítulo IX de su diario (citado por Michel Meuger[1]):

«… aquí hay también una gran abundancia de muchas especies de peces. Entre otras cosas hay uno que los nativos llaman Chaousarou, que tiene varios tamaños, pero los más grandes, según me han dicho los miembros de estas tribus, son de ocho a diez pies de largo (2.5 a 3.3 metros). He visto unos de cinco pies de largo (1.6 metros), que son tan grandes como mi muslo, y tenía una cabeza tan grande como mis dos puños, con un hocico de dos pies y medio de largo, y una doble fila de dientes muy fuerte y peligrosa. Su cuerpo se parece mucho a la forma de los lucios, pero está protegido por escamas de un color gris plateado, que son tan fuertes que no las puede penetrar un puñal».

Parecería que estaba describiendo a un esturión, en particular un Longnose gar, una de las subclases de Ganoidei (del griego ganos, «brillante»), que incluyen a los esturiones.

Otro supuesto avistamiento de Champ ocurrió en 1760 cuando un soldado lo describió como «una gran criatura parecida a un dragón», según informa Joseph W. Zarzynski[2].

El Plattsburg Republican del sábado 24 de julio de 1819 informaba a sus lectores del avistamiento del «Capitán Crum» que se encontraba en un bote en Bulwagga Bay el jueves 22 por la mañana. Crum vio un monstruo negro de unos 60 metros de largo con cabeza plana, «semejante a la de un caballo de mar», que sobresalía unos 5 metros fuera del agua. La criatura estaba a unos doscientos metros de distancia y «viajaba a gran velocidad», mientras perseguía a «dos grandes esturiones y un Hill-fish». Crum debió haber tenido una vista excepcional pues a esa distancia el capitán pudo observar que el monstruo tenía tres dientes, grandes ojos de un color parecido al de «una cebolla pelada», una estrella blanca en su frente y «un cinturón rojo alrededor de su cuello». Muy probablemente se trata de una historia inventada.

Lo mismo se puede decir de la supuesta oferta de P. T. Barnum. Algunos escritores dicen que entre 1873 y 1887 ofreció una recompensa por el monstruo (vivo o muerto).

Zarzynski rescató 224 reportes de avistamientos de Champ, que son la base de su libro. La mayoría son del siglo veinte. Zarzynski fundó el Lake Champlain Phenomena Investigation a mediados de los setenta; bautizó al monstruo con el nombre de Beluaaquatica champlainiensis (la enorme criatura acuática del lago Champlain); y descubrió la foto de Sandra Mansi, de Connecticut, tomada durante sus vacaciones.

LA FOTO MANSI

La foto más famosa del monstruo del lago Champlain es la tomada por Sandra Mansi el 5 de julio de 1977. Ese día Sandra, sus dos hijos (de un matrimonio anterior) y su novio Anthony Mansi, estaban de vacaciones en el lago. Al medio día iban conduciendo sobre un pequeño acantilado con vista al lago. Los dos niños bajaron del auto y se dirigieron al agua. Anthony regresó al auto por su cámara. En eso, Sandra notó una perturbación en el agua a unos 50 metros de distancia. Al principio pensó que se trataba de un banco de peces, luego creyó que era un buzo, pero «entonces, apareció la cabeza y el cuello sobre el agua. Vi salir la cabeza, luego el cuello y finalmente la parte de atrás».

«No estaba asustada. Trataba de averiguar lo que estaba viendo. Luego, cuando Tony llegó y lo vio, comenzó a gritar: «˜Â¡saca a los niños del agua!»™»

Inmediatamente los niños salieron del lago y se dirigieron al auto. Luego Anthony ayudó a que Sandra subiera a una barda de dos metros y le dio la cámara. Ella, arrodillada, tomó una foto y luego bajó la cámara para ver a la criatura. Alcanzó a ver cómo se hundía en el agua.

Los Mansi estiman que el cuello, de color oscuro, sobresalía unos 2 metros fuera del agua y que el animal mediría unos 4 a 5 metros en total (de 5 a 27 metros según Paul H. LeBlond[3]). El avistamiento duró unos cuatro a siete minutos.

Mansi nunca ha proporcionado los negativos para su análisis, dijo que los tiró. Tampoco ha querido señalar el sitio exacto en donde tomó la foto, lo cual podría ayudar a determinar el tamaño del objeto (en la foto no aparece nada que pueda ayudar, como barcos o seres humanos). Además, Mansi mostró su foto cuatro años después de ocurridos los hechos por temor al ridículo, según dice.

Las sospechas de fraude fueron desestimadas por Alan Neigher, abogado de los Mansi. A la misma conclusión llegó Richard D. Smith, un cineasta que produjo un documental sobre Champ. En 1981 B. Roy Frieden del Optical Sciences Center de la Universidad de Arizona, estudió la foto a pedido de Zarzynski. Sus resultados fueron publicados en el Apéndice 2 del libro de Zarzynski. Frieden también cree que la foto no ha sido trucada, sin embargo encuentra un detalle sospechoso. Frieden escribe:

«Cuando le mostré la foto a una mujer que había vivido en el lago Champlain, ella notó inmediatamente una mancha horizontal de color marrón que iba de izquierda a derecha hasta el objeto en cuestión. Ella dijo que parecía un banco de arena».

Si fuese un banco de arena, «entonces hay una clara posibilidad de que el objeto haya sido puesto allí por alguien»¦ El problema del banco de arena debe ser investigado».

Eso fue precisamente lo que hicieron Benjamin Radford, editor del Skeptical Inquirer y Joe Nickell, investigador y autor escéptico, en su expedición de julio del 2002. Encontraron que por lo general las orillas del lago no son muy profundas. La profundidad promedio en esa zona es de 4.5 metros, por lo que es difícil que un monstruo de grandes dimensiones pueda nadar en estas zonas, o más aún, ocultarse.

A través de una serie de mediciones y fotografías, establecieron sin lugar a dudas que el tamaño del objeto es de poco menos de un metro de altura, con lo que los posibles candidatos podrían ser, árboles, pájaros y otros animales.

EL MONSTRUO DE LAS MIL CARAS

Los escépticos atribuyen los informes a avistamientos de grandes peces como el esturión, o cardúmenes de peces. Entre los grandes peces del lago está el esturión que ahora está en peligro de extinción. Son, por lo general, de cinco a seis pies de largo pero pueden crecer al doble de ese tamaño. Muchos testigos describen al monstruo justo como un esturión. Además el tamaño puede ser sobrestimado.

Varios peces pueden aparecer como un solo monstruo. El 7 de julio de 1988, Walter y Sandi Tappan vieron «una serie de jorobas» que grabaron en vídeo diciendo que se trataba de una gran criatura. El video fue incluido en uno de los programas de Misterios sin resolver. Incluso un entusiasta de los monstruos, John Kirk[4], reconoce que el vídeo muestra «peces alimentándose cerca de la superficie».

Ronald Binns cuenta que de joven, en 1857, vio una serpiente de mar frente a la playa de Brighton, Inglaterra. El animal medía unos 50 pies de largo. Tiempo después, cuando se convirtió en biólogo marino, se dio cuenta de que había visto varios delfines «nadando en fila». De esta manera, dos o más grandes peces, esturiones, u otros peces fácilmente podrían aparecer como un único monstruo de múltiples jorobas.

Otras criaturas, como nutrias nadando en fila, pueden dar la apariencia de una criatura en forma de serpiente o con jorobas. Las nutrias son juguetonas y disfrutan de perseguirse la una a la otra, por lo que son especialmente propensas a crear este tipo de ilusión y, en general, ser confundidas con monstruos lacustres.

Otros sospechosos incluyen otras muchas posibilidades como: manchas de viento, estelas de barcos, aves de cuello largo, troncos flotantes. Quizás algunos avistamientos del monstruo del lago Champlain se puedan explicar de esta manera. Uno de alrededor de 1886, por ejemplo, dijo que el monstruo se veía «como un gran tronco o palo», mientras que un informe de 1954 describe la criatura «como parecido a un poste de teléfono».

«Champ», como se le dice cariñosamente, es un monstruo de las mil caras. Se le ha descrito de color blanco, negro, gris, marrón, verde musgo, rojo, bronce»¦ Los testigos dicen que mide entre 10 y 187 pies de largo. Tiene de una a cuatro jorobas. Su cabeza está coronada con un par de cuernos, como «astas de alce», u «orejas de elefante», y una crin bronceada o roja. Sus ojos son brillantes, y tiene aletas. Sus «mandíbulas son como las de los cocodrilos». Parece «una gran serpiente», o un «gran perro Terranova», «un barco de vapor», un caballo, un manatí, el periscopio de un submarino, una ballena»¦ En fin, no hay una descripción única y confiable, parece que cada testigo tiene su propia versión.

ATENCIÓN ESPECTANTE

Parece que muchos avistamientos se reducen a lo que Rupert T. Gould[5] llamó «atención expectante». Esta es la tendencia de las personas que, con la esperanza de ver algo, son engañadas por cualquier cosa que tenga algún parecido con lo que esperan ver. Por ejemplo, una estela se puede confundir con una serpiente de lago bajo las condiciones adecuadas.

En efecto, una característica particular del lago Champlain – un efecto llamado seiche – puede ayudar a producir este tipo de avistamientos. Una seiche submarina es una gran ola que se mueve hacia atrás y hacia delante, a pesar de que la superficie del lago parece suave. El movimiento puede desalojar residuos depositados en el fondo – troncos o vegetación – que salen a la superficie como «monstruos».

Están también los mentirosos que hacen lo que sea para «aportar pruebas a su causa» o aparecer en los periódicos.

Uno de los testigos que ha visto más veces la criatura es Dennis Hall, que la ha fotografiado y filmado en varias ocasiones. Incluso, en la década de los 70, descubrió un extraño reptil, de 30 centímetros de largo, en el área pantanosa que bordea al lago. El animal tenía una lengua bífida. Según Hall llevó el animal a la Universidad de Vermont en donde le dijeron que era una especie de reptil no clasificada, y luego lo perdieron. En la Universidad nadie sabe de esta historia. Según Hall en un libro encontró un dibujo de un animal prehistórico que se parecía mucho a su reptil. Se trataba de un Tanystropheus, un dinosaurio acuático que se extinguió hace millones de años.

Dos hombres Vermont, Dick Affolter y su hijastro de 34 años, Pete Bodette filmaron al monstruo en el verano del 2005 mientras estaban pescando en el barco de Bodette. Éste declaró que la criatura era «tan gruesa como mi muslo», aunque Affolter admitió que nunca vio el cuerpo entero, dijo que calculaba que medía de tres a cinco metros. En un informe sobre el vídeo, el Burlington Free Press observó, «En una escena casi se puede ver algo como la cabeza de un cocodrilo que sale de la superficie».

Michel Meurger llega a la conclusión de que «… la reciente fama de Champ es el producto de los aficionados locales a los monstruos en sus esfuerzos por promover su propia leyenda al estilo del Loch Ness». Una leyenda que ha generado una floreciente industria: llaves, tazas, camisetas, revistas, periódicos, libros, «Champburgers» (hamburguesas de mariscos con pan de semillas de sésamo).

Pero no hay una sola evidencia sólida como un hueso o restos de estos animales. Para que la especie haya llegado hasta nuestros días debería haber una población de estos animales, pero nunca se ha encontrado ni un solo hueso o restos en las playas.

ContinuarỦ


[1] Meurger Michel, Lake Monster Traditions: A Cross-Cultural Analysis, Fortean Tomes, Londres, 1988.

[2] Zarzynski W. Joseph, Champ. Beyond the Leyend, Bannister Publications, New York, 1984.

[3] LeBlond H. Paul, An estimate of the dimensions of the Lake Champlain Monster from the length of adjacent wind waves in the Mansi photograph, Cryptozoology, Vol. 1, Pags. 5-61, 1982

[4] Kirk John, In the Domain of the Lake Monsters, Key Porter Books, Toronto, 1998.

[5] Gould T. Rupert, The Loch Ness Monster and Others, Citadel Press, New Jersey, 1976