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La magia y el espacio

Debate Sideral

LA MAGIA Y EL ESPACIO

Por Mario Méndez Acosta

El pasado día 10 tuvo lugar en la Universidad de Stanford, en San Francisco, Cal., la conferencia titulada: Hechos científicos y mitos sobre las creencias paranormales, la cual fue organizada por el Comité de Investigación Científica sobre Supuestos Fenóme­nos Paranormales, con la intención de analizar críticamente algunas de las muchas doctrinas paranor­males y mágicas que con gran apoyo de los medios de comunicación han invadido a la sociedad moderna.

En el simposio participaron tanto proponentes y defensores de la existencia de distintas manifestaciones del fenómeno paranormal, como muchos de los más escépticos cuestíonadores del mismo.

LOS ASTROS Y LO PARANORMAL

Primeramente se efectuó una mesa redonda en la que se examinaron las principales creencias acerca de fenómenos extraordinarios relacionados con el espacio sideral, entre los cuales se encuentran la astrología, la explicación extraterrestre de los ovnis y la visita a la Tierra de astronautas extraterrestres durante la prehistoria y la antigüedad.

El astrónomo Andrew Frankoi presentó una relación de objeciones a la validez de la astrología como un fenómeno científico. Señaló Frankoi que la creencia en la astrología ha alcanzado gran extensión en Estados Unidos, al grado de que algunas empresas utilizan el signo zodiacal de los solicitantes de em­pleo como criterio para otorgarles o no el trabajo «“»escorpiones y sagitarios, absténgase»-. Planteó algunas preguntas sobre los criterios básicos de la astrología: ¿por qué es el momento del nacimiento y no el de la concepción el que cuenta para la elabora­ción del horóscopo? -¿Qué ocurre con los bebés prematuros?-. Señaló también la incongruencia que plantea el hecho de que los actuales signos zodiacales ya no coinciden con las constelaciones que les dieron origen. Esto se debe a un movimiento del eje de rotación de la Tierra, que hace que la posición de las constelaciones según los meses se modifique más o menos un signo cada dos mil años, motivo por el que todos los horóscopos que se han hecho en los últimos 700 años están técnicamente equivocados.

Frankoi pregunta también sobre la naturaleza de la fuerza con que los astros influyen en el individuo, la que no puede ser ni gravitacional ni electromagné­tica ya que, por ejemplo, ejerce más influencia sobre un recién nacido el cuerpo del médico que atendió el parto, o el edificio del hospital donde ocurrió el nacimiento, que la que podría ejercer el planeta más próximo.

Finalmente, Frankoi presentó diez pruebas científicas realizadas por astrónomos, periodistas y matemáticos que demuestran que los signos zodiacales o las fechas de nacimiento de un gran número de individuos no influyeron en su elección de carrera o en su destino. El más puro azar rige en todos los casos. También se mostró un experimento que vigilaba el cumplimiento de más de 3011 predicciones específicas realizadas por astrólogos. Solamente un 11% de las mismas mostraba un cierto grado de cumplimiento. Justo lo que se obtendría pronosticando al azar.

OVNIS, PRO Y CONTRA

hynek7 El astrónomo J. Allen Hynek, gran defensor de la realidad del fenómeno ovni, presentó una recopilación en las características esenciales de los principales avistamientos de ovnis en todo el mundo, señalando la presencia de varios factores en común en gran parte de ellas, lo que implicaría que tales observaciones reflejan un fenómeno real, indepen­diente de los observadores. Al respecto se señaló que, de manera similar, en varios países del mundo existe el fenómeno del avistamiento habitual de hombrecillos que, como los duendes o Leprechauns de Irlanda o los Chaneques de Yucatán, presentan varias características en común, como son su afición a los platos llenos de leche y la protección que brindan a las cosechas de sus amigos humanos, lo que puede llevar­nos a concluir la autenticidad del fenómeno duende.

Klass7 Philip J. Klass, editor de la revista Aviation Week & Space Technology, y posiblemente la persona que más casos de avistamientos de ovnis ha explicado como causados por simples fenómenos naturales, artefactos de manufactura humana o viles engaños, pre­sentó una evaluación histórica de las investigaciones sobre el fenómeno ovni. Señala Klass que a lo largo p de 47 años todos los avistamientos a los que se les ha sometido a una investigación cuidadosa han re­sultado ser fenómenos terrestres perfectamente explicables. Los casos sin explicación son aquellos en los que no es posible interrogar a los testigos o examinar directamente la evidencia.

Otro fenómeno extraño reportado por Klass, resul­ta ser la inconsistencia de los teóricos del fenómeno ovni acerca de la posible explicación del mismo. El propio Hynek se muestra dudoso de la explicación extraterrestre y aventura otras posibilidades, como serian un caso de siquismo colectivo o la «intersección de nuestro universo con otras dimensiones».

En 47 años no se ha presentado una sola pieza de evidencia concreta, como serian una muestra de material extraterrestre; una sola fotografía no truca­da o alguna información tecnológica novedosa obtenida de los extraterrestres. Cita Klass al investigador Hendry, creyente sincero en los ovnis, quien en su libro El Manual de los Ovnis, afirma que de más de 1307 casos investigados el 91% tenían una explicación prosaica y el resto no podían ser investigados adecua­damente; lo que no eliminaba la posibilidad de que también tuvieran una explicación prosaica: «No he podido con confianza hallar la distinción entre un fenómeno real y una falsa percepción muy compleja o fantasía».

LA ANTIGUEDAD

Uno de los temas favoritos de quienes, como Eric Von Daniken, proponen que la Tierra fue visitada en la antigüedad por astronautas extraterrestres, legán­donos de paso grandes conocimientos, es la noción de que las pirámides de Egipto sólo pudieron ser construidas usando antigravedad o algún otro artilugio avanzadísimo, proporcionado por los visitantes del espacio.

RogerCulver El físico Roger Culver presentó un estudio acerca de cómo los egipcios fueron desarrollando, a lo lar­go de cientos de años, la tecnología para fabricar ellos mismos sus pirámides. Al principio, por utilizar inclinaciones excesivas en las caras de las mismas, las pirámides se derrumbaban.

Existe un caso de una pirámide inconclusa, la cual por ese motivo, tuvo que rematarse con un prisma rectangular, dejándola así truncada. En otra ocasión la inclinación de las caras tuvo que modificarse a me­dia construcción, haciéndolas menos empinadas en la mitad superior. La pirámide aún muestra esta curio­sa característica.

En la construcción de la gran pirámide de Gizeh se presentaron -durante el proceso de edificación­- varios cambios radicales de proyecto. Resulta así muy difícil que seres espaciales avanzadísimos hubieran estado experimentando y fracasando en diversas oca­siones en algo tan primitivo como construir unas vulgares pirámides de piedra.

Similares explicaciones existen para otras supues­tas hazañas de los ovninautas de la antigüedad.

La ruina de la parapsicología

LA RUINA DE LA PARAPSICOLOGÍA

Por Mario Méndez Acosta

Callejón sin Salida

JBRhine La parasicología surge como disciplina organizada en los años 20, impulsada por el investigador J. B. Rhine, quien diseña los primeros experimentos para detectar la posible existencia de poderes tales como la psicoquinesis y la percepción extrasensorial.

Durante más de tres décadas, Rhine realiza miles de experimentos en la universidad norteamericana de Duke. Obtiene lo que a su juicio considera algunos buenos resultados y, unos pocos, realmente excelentes, que en apariencia demuestran la existencia de fenó­menos fuera de lo normal.

Todo su trabajo es puesto en tela de juicio, ya en la década de los setenta, por investigadores que le descubren profundas fallas en los controles y en el registro de los resultados.

A partir de 1960, la investigación de lo paranormal se extiende a multitud de universidades por todo el mundo. Los soviéticos le dedican enormes presupuestos a la búsqueda de posibles aplicaciones bélicas de los poderes de la mente.

MargaretMead En los años setenta, la parapsicología conquista respetabilidad. A instancias de Margaret Mead, los parasicólogos son admitidos en la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAC), la organización científica más prestigiada de Estados Unidos.

El Pentágono se empieza a preocupar por un posi­ble retraso en la investigación síquica con respecto a la URSS, y empieza a financiar programas de búsqueda paranormal en los laboratorios de las grandes universidades.

APOGEO Y CAÍDA

En 1974 aparece Uri Geller en el mundo de la parapsicología internacional.

El joven prodigio israelí ocasiona una conmoción avasallante entre la comunidad de investigadores sobre los poderes mentales.

Casi sin excepción, los parasicólogos aceptan a Uri como un síquico genuino y de múltiples habilidades. Universidad tras universidad le rinden pleitesía y ava­lan sus poderes… empero, un grupo muy especial -los magos de escenario y prestidigitadores- empieza a dudar de tanta maravilla. Las habilidades de Geller resultan ser muy similares a los trucos clásicos que dominan la mayoría de los conjuradores escénicos.

Randi2 Uno de ellos, James Randi, se convierte en la sombra de Geller, y comienza a aconsejar y a capacitar a quienes lo entrevistan, ya sea en los medios ó en los laboratorios.

Asesorado por Randi, Johnny Carson -mago aficionado él mismo- presenta a Uri en su programa y lo somete a controles rígidos. Geller falla en todos sus intentos.

Todas las presentaciones de Geller en diversas universidades son revisadas por los escépticos, encontrando éstos graves fallas en los controles de experimentación o hasta complicidad por parte de los parasicólogos.

Los trucos de Uri Geller, antiguo mago en Israel, son expuestos en libros de investigadores sobre la charlatanería como el propio Randi (La Magia de Uri Geller) y Martin Gardner (Confesiones de un Síquico).

No obstante, todo esto no arredra a los estudiosos de lo paranormal, quienes continúan investigando a cualquier jovencito que afirme poder doblar cucharas con la mente y, sin mucha averiguación, siguen presentándolos como síquicos auténticos.

En vista de lo anterior, Randi, en su ya famoso Proyecto Alta, infiltra dos magos de escenario en los laboratorios de parasicología de la Universidad Wash­ington, en San Luis Missouri, a los que el Departamento de Defensa norteamericano había concedido medio millón de dólares para su proyecto. Después de tres años de estudio, los parasicólogos determinan que los prestidigitadores son verdaderos síquicos con pasmo­sos poderes.

Los magos citan a una conferencia de prensa y re­velan toda la verdad: todo es un engaño. Los parasicólogos, en su afán de hallar un genuino fenómeno pa­ranormal son capaces de avalar cualquier cosa.

Proyectos similares, para infiltrar magos en los programas de distintos laboratorios parasicológicos, se inician en muchos lugares. Sólo esperan los magos a que los investigadores publiquen sus sensacionales descubrimientos para, a su vez, descubrir su engaño y el descuido de los parasicólogos.

La Asociación Parasicológica Americana admite al fin, en 1983, que para investigar todo supuesto fenómeno paranormal es necesario contar con un ilusionista experto que vigile que no, se haga trampa.

EL FIN DEL CAMINO

Randi recorre el mundo examinando supuestos pro­digios mágicos. Desde 1964 ha hecho la apuesta de entregarle 10,000 dólares a quien le presente el primer fenómeno paranormal que pase sus estrictas pruebas.

Se han examinado más de 600 casos y probado a más de 60 individuos. Nadie ha cobrado.

En Filipinas, Randi descubrió a los falsos cirujanos síquicos que estafan a miles de personas en todo el mundo con otro sencillo truco mágico.

En México y en Japón, ha desenmascarado a quie­nes explotan a gran cantidad de padres de familia pretendiendo enseñar a leer a sus niños con los ojos vendados, utilizando supuestamente la piel de la cara. El esquema se repite siempre: los presuntos videntes espían por la orilla inferior del vendaje o utilizan otros antiquísimos trucos de magia de escenario.

Este año sé cumple una década de que los parapsicólogos fueron admitidos en la AAAC. En este tiempo, no han presentado un solo testimonio fehaciente, un experimento replicable o, siquiera, una explicación teó­rica acerca del funcionamiento del fenómeno para­normal.

Muchos de los parasicólogos son gente completa­mente honrada y ellos comprenden que han llegado al final del camino. No hay nada… han perdido décadas enteras investigando un fenómeno inexistente y han desperdiciado millones por todo el mundo. Cientos de vivales los han tratado de engañar y en muchos casos han tenido gran éxito.

Pronto -quizás este mismo año-, un grupo de parapsicólogos de primer orden formularán una impor­tante declaración al respecto: es inútil seguir buscando. El mundo mágico siempre está al otro lado de la esquina, siempre queda atrás de la colina siguiente.

La lucha racionalista en la India

LA LUCHA RACIONALISTA EN LA INDIA[1]

Por Mario Méndez Acosta

Contra Gurús y Avatares

La India es, sin duda, cuna de una de las grandes civilizaciones de la humanidad. A lo largo de su historia han surgido en ella diversas religiones y ha sufrido la invasión de otras más. Es origen también de una co­rriente de pensamiento filosófico que ha tenido considerable influencia en occidente, sobre todo en los últi­mos dos siglos. Quizá el pensador occidental Que con más profundidad ha estudiado este influjo ha sido el teólogo y filántropo francés Albert Schweitzer.

EL LADO OSCURO

Lamentablemente, el atractivo que ha despertado el pensamiento indostánico en el resto del mundo ha facilitado que multitud de individuos, bajo el disfraz de maestros, gurús e iniciados, se lancen de lleno a establecer perniciosas sectas seudomísticas, cuyo único ob­jeto es brindarle a su creador grandes utilidades mone­tarias y poder político y explotar hasta límites inconce­bibles a sus afiliados.

Muchos de estos presuntos maestros ni siquiera son de origen indio, pero adoptan rimbombantes seudónimos indostánicos.

Si en occidente estos individuos llegan a lograr cierto arrastre e influencia, en la India su poder llega a ser impresionante.

Hasta hace poco tiempo, la opinión goenera1izada en occidente ha sido en el sentido de que cualquier ciuda­dano de la India será, sin duda, una persona creyente, simpatizante, o al menos indiferente, a la multitud de creencias místicas que -apegadas más o menos con cierta fidelidad a la tradición filosófica indostana- ­han surgido en los últimos años en esa nación, o aún en países occidentales amparadas acá bajo un matiz orientalista.

Sin embargo, así como occidente ha sufrido la influencia filosófica indostánica la India ha recibido ampliamente la influencia recíproca de las corrientes filosóficas occidentales, sobre todo el materialismo, humanismo y racionalismo contemporáneos.

De la misma manera en que la India se ha conver­tido en una de las naciones subdesarrolladas más avanzadas en el campo de las ciencias, en su seno han surgido numerosos pensadores que rechazan las corrien­tes místicas, sobre todo aquéllas que pretenden la manipulación total de sus seguidores.

TENAZ LUCHA

Agrupados en sociedades como la Unión Racionalista de la India, muchas personas preocupadas por la creciente influencia de los hombres dioses como llaman en la India a los gurús fundadores de sectas proselitistas, han iniciado auténticas campañas de movilización y concientización popular en contra de estos nuevos explotadores. En algunos estados se han llegado a organizar marchas y manifestaciones en contra de los santones negociantes y se ha instalado un servicio de protección y orientación para los discípulos de las diversas sectas que, por haber intentado desertar o por haber denunciado a los gurús, sufren presiones o represalias de parte de los sectarios.

Quizá el ejemplo más representativo del tipo de santones con los que se enfrentan los racionalistas in­dostanos, sea el célebre gurú Sai Baba, el cual no se conforma con manifestarse como enviado o confidente de la deidad, sino que se declara abiertamente ser él mismo un dios.

Sai Baba, un individuo regordete de enorme melena ensortijada y de una estatura de metro y medio, pro­clama ser el actual avatar o encarnación en la tierra del dios Vishnú. Avatares humanos de Vishnú fueron los dioses Rama y Krishna de la mitología hinduista. A su vez, Kali, la diosa de la muerte, es un avatar del dios de la destrucción. Siva.

EL NUEVO DIOS

La filosofía de Sai Baba consiste en la colección usual de lugares comunes y vacuidades de todas las sectas seudo indostánicas; sin embargo, son otros aspectos de la actuación de Sai Baba los que han llamado la atención de los grupos racionalistas de la India.

Sai Baba afirma que puede obrar diversos prodigios. Ha sido un investigador indio, llamado Sam Daalal, quien se ha encargado de analizar críticamente los su­puestos milagros del santón.

Ante mu1titudes de sus seguidores, Baba pretendidamente materializa diversos objetos de la nada. A mu­chos de sus discípulos les obsequia anillos elaborados supuestamente de oro, con un retrato del gurú esmaltado en laca, los cuales aparecen prodigiosamente en sus manos. Daalal logró obtener uno de estos anillos y, después de examinarlo, determinó que no era de oro, simplemente estaba cubierto de un baño de este metal.

El retrato no era de la laca esmaltada sino que se trataba de una simple laminilla de estaño litografiada. Además, logró encontrar la fábrica donde se manufacturan los anillos mágicos, ubicada, curiosamente, a unas cuantas cuadras del cuartel general del gurú. Adicionalmente, averiguó que en una tienda situada en las oficinas centrales de la secta, dichos anillos pueden ser adquiridos a un no muy módico precio.

Sai Baba materializa de la nada regalos un poco más valiosos. Así, obsequia a sus amigos importantes relojes de oro, que extrae mágicamente del éter. Daalal se procuró uno de estos relojes y vio que eran de una marca japonesa y que contenían un número de registro de fábrica, Después de acudir a los fabricantes nipones, Daalal averiguó que ese reloj en particular había sido vendido a una joyería en la India, ubicada casualmente a muy corta distancia del cuartel general del santón.

De todo esto es fácil deducir que Baba utiliza simples trucos de magia de escenario para hacer aparecer las joyas que reparte.

Sai Baba también materializa cenizas que obtiene del otro mundo.

Daalal, incansable, logró hacer examinar las cenizas mágicas y determinó que se trataba de estiércol de vaca carbonizado. Estas cenizas, si son mojadas con gotas de agua, forman unas pequeñas píldoras que al secarse, son recogidas y almacenadas. Las píldoras de ceniza pueden ser fácilmente ocultadas entre las comisuras de los dedos de la mano. Al ejercer presión sobre ellas, se pulverizan otra vez y el truco queda consu­mado.

AMENAZA

BasavaPremanand Otro investigador, B. Premand, fundador de la Unión Racionalista de la India, señala que las actividades de Sai Baba no se reducen a embaucar incautos. Premand ha presentado evidencia de que Baba comercia con ar­mas de contrabando. Uno de sus clientes fue nada menos que el estimable Idi Amin, antiguo dictador de Uganda.

El poder político de Sal Baba es considerable. James Randi, notable desenmascarador de charlatanes síqui­cos, intentó visitar la India con el fin de entrevistarlo. La visa le fue negada y se le advirtió que no intentara forzar su entrada al país, ya que podría perder la vida.

Sai Baba es -recibido por la primera ministra de la India con honores de Jefe de Estado, Indira Gandhi conoce muy bien el considerable número de votos que controla el santón y obviamente prefiere no buscarse más problemas de los que ya tiene.

Difícil labor tiene por delante, a no dudarlo, la gente pensante de la India.


[1] Artículo publicado en Excelsior, México, domingo 8 de julio de 1984

El hombre de Piltdown ¿una broma de Conan Doyle?

EL HOMBRE DE PILTDOWN ¿UNA BROMA DE CONAN DOYLE?

Por Mario Méndez Acosta

CharlesDawson1 Una de las falsificaciones que más revuelo han causado en el mundo científico fue la perpetrada en 1912 en Piltdown, al sur de Inglaterra, en donde se descu­brieron unos restos que presuntamente pertenecen a uno de los ancestros más remotos de la humanidad en Europa. Este hallazgo le acarreó gran prestigio a Charles Dawson, naturalista aficionado quien encon­trara los valiosos fósiles.

En 1954 se descubre, sin lugar a duda, que tales restos no eran más que una hábil falsificación y el deshonor cae sobre el pobre de Dawson.

No obstante, en estos momentos el mundo científico se conmueve a causa de una enconada discusión acer­ca de quién fue realmente el culpable del fraude.

Ya hemos reseñado en estas mismas páginas la acusación que en contra del Padre Pierre Teilhard de Chardin ha hecho y documentado el célebre biólogo Stephen Jay Gould, señalándolo como cómplice en el engaño. El conocido paleoantropólogo Louis Leakey, comparte también esta opinión.

Sin embargo, la situación se complica ahora en .for­ma por demás interesante, ya que otros prestigiados científicos, John Winslow, arqueólogo, investigador y museógrafo, junto con Alfred Meyer, editor de la revista Science 84, órgano de la Asociación Americana, para el Avance de la Ciencia (AAAS), han lanzado una espectacular denuncia que, aunque exime de toda culpa a Dawson y a Teilhard, involucra en el engaño nada ­menos que a sir Arthur Conan Doyle, notable escritor británico creador de las aventuras del genial detective Sherlock Holmes.

EVIDENCIAS ENDEBLES

Las evidencias que presentan Winslow y Meyer son, realmente de tipo circunstancial, aunque abundantes.

Primeramente, el propio descubridor del fraude, J. S. Weiner, afirma en su libro La falsificación de Piltdown que «después de todo Dawson bien pudo haber sido implicado en una broma -quizá no de su invención-, que fue llevada demasiado lejos».

Doyle tenia la preparación científica para realizar el engaño: era médico, experto en enfermedades de la, mandíbula -la parte esencial del falso hallazgo era una mandíbula de orangután, con los molares limados de manera que simularan una dentadura humana­ además, Doyle tenia una especial preparación en las técnicas criminalísticas y poseía gran interés en la geología, la arqueología y las teorías evolucionistas. Le encantaban las tretas y engaños complicados o las bro­mas pesadas.

Existió un antecedente a la falsificación de Pilt­down. En 1825, Charles Waterton, otro naturalista in­glés, aseguró haber encontrado un hombre mono en América del Sur y presentó una broma taxidérmica, conocida ahora como El Indescriptible. La intención de Waterton era totalmente festiva, y así lo anunció públicamente al poco tiempo. Lo curioso es que Conan ­Doyle asistió a la misma escuela preparatoria de Waterton, y conoció desde luego este engaño.

Doyle vivía a ocho millas del sitio en la excava­ción de Piltdown, lo visitaba con frecuencia y, al poco del hallazgo, se ofreció feliz a conducir a Dawson a donde quisiera en su nuevo automóvil.

DOYLE Y EL HALLAZGO

Pocas personas se han puesto a pensar en la complejidad de todo lo desenterrado en Piltdown.

La propia mandíbula de orangután tiene una anti­güedad de unos 600 años. ¿En dónde podría el falsi­ficador haber obtenido los restos de un orangután que vivió en Java o Sumatra en el siglo 13?

Pero Doyle trabó amistad con la frenóloga Jessie Fowler, poseedora de una enorme colección de restos de cráneos de primates de todo el mundo. Fowler acos­tumbraba vender o regalar algunos de los cráneos a sus amigos.

Junto con el cráneo falso se plantaron en el sitio de la excavación de Piltdown muchos otros fósiles provenientes de lugares muy lejanos. Gran parte de ellos de la zona del Mediterráneo. Sin embargo, Doyle conocía al arqueólogo Joseph Whitaker, poseedor de una gran colección de fósiles de Túnez y de la isla de Malta, incluyendo los restos de un hipopótamo… ¡En Piltdown yacía un diente de hipopótamo, originario de la misma cantera maltesa de los restos propiedad de Whitaker!

En el hallazgo piltdowniano había varias piedras talladas muy antiguas, cuyo origen se ha detectado en una cantera en Gafsa, Túnez. En 1910, Norman Douglas, coleccionista de restos paleolíticos y amigo tam­bién de Doyle, visitó Gafsa y le llevó a su amigo Ar­thur un buen cargamento de piezas talladas.

EL MUNDO PERDIDO

ConanDoyle En su novela El Mundo Perdido, publicada en 1912, Conan Doyle escribe algunas líneas bastante reveladoras. Uno de sus personajes señala que: «Si uno es listo y sabe su negocio, puede trucar un hueso tanto como una fotografía». Esta broma seria «uno de los actos más elementales del ser humano».

Doyle ubica la acción en Sudamérica, exactamente donde, supuestamente, se descubrió el falso hombre mono conocido como El Indescriptible.

La plataforma en donde se halla el mundo perdido es descrita como «del tamaño del condado de Sussex» y con una geografía similar. Piltdown se encuentra en Sussex, condado sureño de Inglaterra.

Quedan dos preguntas que intentan responder Win­slow y Meyer: ¿Por qué se hizo el engaño?, y, ¿por qué Doyle nunca aclaró el asunto?

Ya en plena especulación los fiscales de Doyle señalan que el novelista tramó el engaño para demostrar que los científicos y, sobre todo los naturalistas, que tanto habían criticado sus aficiones y creencias espiritistas, eran susceptibles de ser engañados como cualquier hijo de vecino. A la segunda pregunta Winslow intenta responder señalando que Doyle dejó entre los supuestos hallazgos suficientes claves que podían fácilmente demostrar que todo era un timo. Ahí estaba, primeramente, un fémur de elefante tallado como un bate de cricket, el cual fue admitido sin chistar como una herramienta paleolítica, sin uso alguno imagina­ble. También, aunque la quijada de marras fue encon­trada en un cierto depósito llamado Piltdown I, un molar y un trozo de la misma mandíbula fueron halla­dos en Piltdown II, a dos millas del primer depósito, lo que sin duda resultaba tan improbable como para considerarlo en verdad imposible.

Los científicos no aprovecharon estas pistas. Doyle ha de haber aullado de risa.

Teilhard de Chardin y el Hombre de la Aurora

TEILHARD DE CHARDIN Y EL HOMBRE DE LA AURORA[1]

Por Mario Méndez Acosta

¿Embrollo o Fraude?

CharlesDawson1 El escándalo más grande que ha afectado a la co­munidad científica, y en especial a la paleoantropología, fue la falsificación perpetrada por el paleontólogo Charles Dawson a principios de este siglo.

Desde sus supuestos hallazgos, que ocurrieron en­tre 1911 y 1915, hasta su desenmascaramiento en 1953, Dawson dejó convencidos a sus colegas de que en las minas de grava de Piltdown, en el sur de Inglaterra, había encontrado los restos de un espécimen homínido de gran antigüedad, anterior a los neandertales, poseedor de características tanto humanas como simiescas, y que venia a representar el más antiguo antecesor del horno sapiens que se hubiera hallado en Europa.

Dawson cosechó fama y honores -en las ciencias no es frecuente cosechar fortuna- y murió en 1916 convencido de que su mistificación nunca sería des­cubierta.

DUDAS

Piltdown6 Dawson no contaba con que, gracias al desarrollo de nuevas técnicas de datación (determinación de la edad) de fósiles, sus hallazgos serian alguna vez so­metidos a algún análisis crítico exhaustivo.

Al ser examinados con cuidado los fósiles hallados por Dawson, se encontró algo horrible: se trataba de una revoltura de huesos humanos, no muy antiguos, con otros, incluyendo una mandíbula, de orangután. Además, los molares de la mandíbula habían sido limados para simular características humanas. Todo esto se había teñido con tintura de yodo y con óxido de hierro para aparentar gran edad.

De inmediato, el deshonor post mortem cayó sobre Dawson. Su atesorado Hombre de la Aurora (Eoan­tropus Dawson) no era más que un burdo timo que durante 40 años engañó a la ciencia.

Hasta aquí termina la historia tal y como ha sido conocida a lo largo de los últimos treinta años dentro del mundo científico. Empero, muy recientemente ha surgido evidencia de que Dawson tuvo un cómplice… y uno muy eminente.

¿CÓMPLICE»¦ O INCOMODO TESTIGO?

TeilhardDeChardinM El antropólogo y filósofo jesuita Pierre Teilhard de Chardín, dejó una profunda huella en el pensamiento científico occidental. Sus trabajos antropológi­cos, paleontológicos y su muy particular filosofía evo­lutiva, con verdaderas implicaciones cósmicas, logra­ron que la Iglesia Católica cambiara radicalmente su postura ante la ciencia moderna. Aunque sus ideas no son consideradas muy ortodoxas que digamos, logró­ que la jerarquía católica dejara de considerar al estudio de la evolución de la vida como algo casi diabólico.

Sin embargo, Teilhard fue muy amigo de Dawson.

En multitud de ocasiones, el jesuita acompañó a Dawson en sus excavaciones por los arenales de Pilt­down y, reputadamente, participó en el hallazgo de alguna de las piezas del notorio homínido.

Ha sido el divulgador y escritor número uno de la biología moderna, Stephen Jay Gould (considerado por muchos como el Carl Sagan de las ciencias de la vida), quien ha emprendido una profunda investiga­ción acerca del papel que desempeñó Teilhard en el hallazgo del hombre de Piltdown.

Quizá la clave de todo el misterio se encuentre en la correspondencia de Teilhard con Dawson y otros de sus colegas. En la misma, Teilhard llega a StephenJayGould men­cionar con incomodidad su participación en el des­cubrimiento e incurre en contradicciones.

Por otro lado, nunca, en toda su extensa obra es­crita a partir de 1920, hace Teilhard mención de ese fósil que tanto apoyaba sus teorías y con el que tanto tuvo que ver en su descubrimiento.

Naturalmente, toda esta evidencia no es concluyente. Los seguidores de Teilhard han defendido vehementemente su inocencia, pero Gould ha continuado pre­sentando más datos que señalan que, por lo menos, Teilhard de Chardin sabia de la falsificación.

MOTIVOS

¿Qué pudo orillar a dos personas tan respetables y apegadas al ideal de la búsqueda de la verdad a cometer semejante engaño?

No fue, sin duda, el ansia de notoriedad, ya que Dawson sólo llegó a ser famoso entre el grupo de sus colegas paleoantropólogos, muriendo en 1916. Teilhard, por su parte, logró hacer que casi se olvidara su parti­cipación en el asunto Piltdown.

Piltdown28 Es posible que un factor importante haya sido el de la inseguridad sobre la firmeza de algunas de sus teorías. En aquella época se insistía demasiado en la nece­sidad de encontrar el famoso eslabón perdido que unie­ra al ser humano con sus antecesores antropoides. No obstante, ya en aquel momento existía suficiente evidencia fosilizada y embriológica sobre la vigencia ple­na de las teorías evolutivas darwinianas. Ningún cien­tífico importante dudaba de la evolución, y sólo queda­ban por dilucidar algunas cuestiones acerca de los me­canismos que la hacían funcionar.

Otra posibilidad pudo haber sido la frustración… El hecho de haber trabajado durante años en un yacimiento prometedor como Piltdown, sin encontrar ni una sola pieza de interés, pudo haber sido la causa de que, inicialmente quizá como una broma, se cometiera la falsificación. Empero, una vez hecha pública ésta, no había forma de hacerse para atrás.

Teilhard, quizá horrorizado, no se atrevió nunca a denunciar a su gran amigo y condujo su vida posterior como si, simplemente, no hubiera existido el hombre de Piltdown. El sabio jesuita muere en 1955.

Sin embargo, y sobre todo en el mundo científico, tarde o temprano se sabe todo. La verdad llega y nos obliga a contemplar a estos grandes científicos como los hombres que eran, comunes y corrientes y tan su­jetos al error y a la pasión como cualquiera de nosotros.


[1] Artículo publicado Excelsior, México, domingo 10 de junio de 1984.