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Ovni fortuito 2

 

Durante sus vacaciones de verano la maestra Ana Luisa Campeador tomó esta fotografía de un paisaje en Oregon. Al momento de tomar la foto no se percató de la extraña presencia de un objeto discoidal que, por lo borroso de sus contornos, «parece que volaba a velocidades supralumínicas» (según informó el doctor en ciencias cuénticas y energía chi oscura, Jorge Guerrero). Guerrero, quien también es experto analista de fotografías ovni sometió a un set de pruebas a la fotografía de la maestra. Amplificando la foto por medio de un contador Geiger Müller encontró unos extraños símbolos en la panza del ovni. Rápidamente, como lo ordenan los cánones ufológicos, realizó una serie de análisis de ufología comparada, encontrando que este ovni fortuito tiene todas las características de ser un auténtico platívolo volador ya que, como el fotografiado por Helio Aguiar en Brasil (1961), muestra unos extraños símbolos en la panza. El doctor Guerrero mostró científica y rotundamente que los marcianitos verdes están intentando comunicarse con nosotros ¿Qué nos querrán decir?

El gas de los pantanos (final)

LA VERSIÓN DE QUINTANILLA

En 1963 la nueva cabeza del Proyecto Libro Azul era el Mayor Hector V. Quintanilla. A su cargo estaban un oficial (Hill Marley), un sargento (David Moody) y un civil, como secretaria (Marilyn Beaumer Stancombe). Casi al entrar Quintanilla comenzó a tener problemas con el doctor Hynek, e incluso le comenzó a llamar «Doctor problemas».

«Antes de abril de 1964, sólo había tenido unos cuantos problemas con el doctor Hynek. El se quejó de que Dave Moody no lo trataba de acuerdo con su nivel científico o alguna puerilidad como esa. Yo hablé con Dave acerca de esto un par de veces y él me dijo que, de ser así, estaría tan ocupado en ser su niñera o en besarle el trasero que no tendría tiempo en evaluar los casos que le llegaran, por lo que había decidido en olvidarse de la «estatura» científica del doctor. El doctor Hynek y Dave tenían que resolver sus propios problemas. Después de analizar la situación, estuve de acuerdo con Dave. El doctor Hynek venía a la oficina y pasaba las dos primeras horas socializando o chismorreando o contándonos muchas tonterías acerca de quién había escrito libros, artículos, etcétera. Fue en una de estas sesiones de chismes que le dije firmemente a Hynek que se limitara a estudiar los casos y dejara al resto del personal hacer su trabajo. Hasta este momento, Hynek no había tomado tan en serio los OVNIs ni los fenómenos relacionados. Pero así como el viento cambia el desierto, Hynek comenzó a cambiar y yo nunca supe lo que estaba por venir. El nos avergonzó a la Fuerza Aérea y a mí en varias ocasiones; pero me mantuve ecuánime ante el público, y no gasté palabras con él en privado. Varias veces le pedí que clarificara sus comentarios y observaciones y todo lo que obtenía era una débil explicación en un tono chillón. Comencé a preocuparme porque en varias ocasiones no podía creer lo que veía escrito. Por ejemplo: en abril de 1966, el doctor Hynek dijo, ante el House Armed Services Committee que tenía veinte casos que él podía «certificar como buenos reportes» que no tenían explicación. En una carta a la revista Science del 21 de octubre de 1966, escribió que «Tengo en mis archivos varios cientos de reportes que son realmente rompecabezas y fácilmente podrían ser sujeto de discusión entre físicos y científicos sociales». El 17 de diciembre de 1966, en un artículo en el Saturday Post, declaró que, «de los 15,000 casos que he revisado, cientos son enigmáticos, y algunos de los incidentes más raros, quizás 1 de cada 25, son aturdidores». De acuerdo con mis cálculos esto podría ser unos seiscientos casos. Eso no me sorprende, algunos de los casos que le maravillaron a él, no eran tan impresionantes para mi, Dave Moody, Hill Marley o el doctor Menzel. El artículo del Post, que fue firmado como «J. Allen Hynek» decía lo siguiente: «Por años la fuerza aérea los ha relegado como fraudes, alucinaciones o errores. Hoy el mismo consultor científico de la Fuerza Aérea declara que muchos de estos avistamientos no son tan fáciles de explicar». Yo quisiera reiterar que el doctor Hynek nunca fue un buen consultor de la Fuerza Aérea sobre OVNIs»¦ En varias ocasiones trató de minar mi posición. Envió una carta al doctor Harold Brown, secretario de la Fuerza Aérea, en la cual recomendaba que me reemplazaran por el teniente coronel Robert J. Friend, mi antecesor. Tengo una copia de la respuesta de Brown a Hynek, fechada el 7 de febrero de 1967, en la que le expresa estar satisfecho con mi trabajo y al año siguiente recibí dos cartas de recomendación del general LeBailley y del general Giller».

Hynek, quien inicialmente no quería saber nada de la prensa, pronto le encontró el gusto por aparecer en los encabezados de los periódicos. Cuando Quintanilla le envió a investigar el caso de Socorro, el reporte que redactó era muy pobre.

«»¦ era uno de sus típicos reportes que contenían pocos detalles técnicos y que no añadían nada a lo que ya me habían enviado Connor y Moody. Realmente Hynek añadió muy poco a la investigación, sin embargo, sus típicas entrevistas de prensa si añadieron más leña al fuego».

Aún más frustrante fue lo que ocurrió en Dexter.

«Hynek llamó temprano en la mañana1 y me dijo que los reporteros y camarógrafos de la televisión le estaban siguiendo por doquier que él iba. Le dije que debía parar eso y hacer su mejor trabajo, pero me di cuenta que hizo un mohín. Me dijo que no podía hacer el trabajo con tanta gente alrededor. Me preguntó si podía dar una conferencia de prensa y yo le dije que no. Esto ya había ocurrido anteriormente y a mí no me gustaba. Al día siguiente2 Hynek llamó de nuevo, y me informó que tenía una posible solución al avistamiento de Frank Mannor, y yo le pregunté los detalles. Mi secretaria, Marilyn Beaumer Stancombe, estaba en la línea tomando toda la información en taquigrafía. El me dijo que la solución era «gas de los pantanos». Le dije que verificara eso con sus colegas en la universidad y luego me dijera su reacción. Al mismo tiempo yo lo checaría con los químicos y botánicos de la base. De nuevo me pidió que arreglara una conferencia de prensa en la Oficina de Información de la Base de la Fuerza Aérea de Selfridge. Yo estaba en contra de esto desde el principio, pero él insistió y yo le dije que lo verificaría con el Pentágono. Hablé con el mayor Davis y Sara Hunt del SAFOI sobre la conferencia de prensa y ninguno de ellos les pareció una idea apropiada, aunque, en este caso particular podía tener algunos méritos. Ya que esto iba a sentar precedente, la decisión debía venir de los altos mandos. Esa tarde, a las 6:30 p.m. tuve una llamada del Pentágono. Era el mayor Davis, quien me dijo que el general Garland había aceptado la conferencia de prensa, con ciertas recomendaciones. En esta ocasión él haría una excepción, pero yo no volvería hacer solicitudes de este tipo en el futuro. Hynek me llamó a mi casa alrededor de las nueve de la noche y yo le di la noticia. A primera hora de la mañana llamé a Selfridge y les dije que arreglaran la conferencia. Alguien sugirió el Club de Prensa de Detroit como el sitio para la conferencia y no tuve ninguna objeción al respecto. La razón para cambiar el sitio fue por conveniencia de los reporteros. El Club de Prensa de Detroit es mucho más accesible que la Oficina de Información de Selfridge. «Le di instrucciones específicas a Hynek de que quería ver una copia de su declaración a la prensa antes de que la distribuyera a los reporteros. También le pedí que leyera ese documento a Sara Hunt para el SAFOI, dos horas antes de la conferencia, para que así se prepararan copias para la Prensa Nacional de parte del Departamento de Defensa. Hynek leyó su comunicado a Sara y se distribuyeron las copias al tiempo asignado. Mientras Hynek llevaba a cabo su conferencia en Detroit3, el Pentágono enviaba las copias a los periódicos de Washington D.C. «El proyecto tuvo sus contratiempos porque mucha gente no había oído sobre «el gas de los pantanos», Miasma, Fogtails, Jack o»™ Lanterns, Will o»™ the Wisp, Foolish Fire, o Ignis Fatuees. Los periódicos pusieron este avistamiento en la primera plana. La publicidad que recibió el avistamiento fue increíble. Hynek se transformó en una celebridad y los avistamientos comenzaron a derramarse a cántaros por todo el país. Tuvimos un total de 1,112 avistamientos en 1966 y ese total nunca ha sido igualado desde entonces».

El flap de Michigan llegó hasta el congreso con el resultado de que tanto Quintanilla como Hynek fueron llamados a reunirse con el general Corbin y con el Secretario de la Fuerza Aérea. De acuerdo con Quintanilla, el general le pidió a Hynek que hiciera una declaración pública durante su audiencia en el Congreso, pero Hynek le dijo que no. Sin embargo, en la audiencia, Hynek inició su plática con una declaración pública.

«El general Corbin estaba sentado detrás mío y a mi izquierda. Cuando Hynek anunció que quería hacer una declaración, oí que el general dijo «Â¡Oh demonios!». No lo dijo fuerte pero supe que estaba disgustado. Nadie maldijo mientras Hynek hacía su declaración. Recuerdo que estaba muy disgustado. No estaba disgustado por su declaración; la verdad es que, desde que estuve en el programa, Hynek nunca hizo una observación profunda o con sentido, con respecto a los OVNIs. Estaba enojado porque sentí que Hynek estaba siendo desleal al general Corbin. Le había dicho al general que no iba a hacer una declaración y luego leyó una de cinco páginas. Del modo en que lo entiendo, él tenía motivos premeditados y deliberados para mentir al general Corbin. Perdí la confianza en Hynek y él nunca la recuperó».

Los continuos esfuerzos de Hynek para que tanto el mayor Quintanilla como la USAF se vieran mal, llevaron a que no renovaran su contrato en junio de 1969. Antes de la comparecencia de Hynek había hablado Quintanilla. El mayor utilizó un mapa y señaló los puntos en donde se habían visto los OVNIs.

«Hubo dos avistamientos: uno en Hillsdale y otro en Dexter. Tomando en cuenta los reportes originales de la Oficina del Sheriff, éste comenzó a las 8:35 P.M. Del 20 de marzo, cuando Frank Mannor llamó a esa oficina y reportó un objeto extraño sobre el área del pantano, al final del camino».

Luego leyó parte del reporte del Sheriff, que decía:

«Atendiendo al llamado, me dirigí, sobre el camino Dexter Pinckney hacia el camino Territorial y luego di vuelta en el camino Quigley… En donde se tenía un buen punto de observación… En línea directa con la casa. En este punto bajé del vehículo y me adentré en el bosque, en un intento de localizar el límite del pantano y el objeto. «Lejos de los límites del área boscosa se veía una luz brillante. Mientras me acercaba, la luz disminuía su brillo. Cuando llegué al límite del bosque, en la parte superior del risco, volvió a aparecer la luz, y luego desapareció. Se realizó una búsqueda continua en el área, sin ningún resultado. «Cuando regresé a la patrulla me informaron que uno de los objetos estaba sobre el área a donde apuntamos nuestros reflectores, pero que se había alejado hacia el Oeste a gran velocidad»

Quintanilla continuó con los antecedentes del caso:

«Una entrevista con Frank Mannor reveló la descripción del objeto: El objeto observado tenía un color café, y parecía tener una superficie aborregada. Parecía tener un fondo plano y terminaba en una especie de cono, sin embargo, cuando estaba mas bajo se podía ver una especie de ventana en el centro. En ambos extremos parecía tener dos pequeñas luces, destellando con luz azul verdosa y de un tono rojo intenso. Otros reportes concuerdan con el de Mannor».

Poco después de que el OVNI dejó de ser visto en el área de Dexter, el Departamento de policía de Chelsea recibió reportes similares de un objeto que se movía a gran velocidad sobre el pueblo. El patrullero Robert Huniwell reportó:

«Los objetos voladores que vi tenía luces rojas y verdes y uno bajó hasta unos 3 metros de mi patrulla. Cuando se volvió a elevar, se juntó con otros objetos similares…»

El policía de Milan, John Stewart dijo que el objeto siguió a su patrulla y cuando intentó comunicarse a su base «no pude utilizar la radio… El aparato continuaba a unos 25 metros sobre mí durante media milla. Parecía un enorme pastel, bien iluminado con luces rojas, azules y blancas que giraban a su alrededor. Quintanilla añadió:

«Debido al gran número de reportes de diversas fuentes respetables, le pedí al doctor Hynek fuera al lugar a investigar el caso».

RESUMEN Y CONCLUSIONES El excelente The New York Times siempre ha evitado, en lo posible, el tema de los OVNIs, pero en el caso de Michigan tuvo que enviar a sus reporteros para que investigaran el asunto. En uno de sus editoriales, escrito por Russell Baker, se puede leer lo siguiente:

«Los entusiastas de los platillos volantes muestran debilidades humanas que probablemente seguirán siempre entre nosotros»¦ La posibilidad de los platillos volantes es un sano antídoto contra el aburrimiento humano. Los cuidadores de los zoológicos de Pittsburg y Nueva York han estado buscando recientemente un antídoto similar para sus gorilas enjaulados».

En el flap de Michigan, todo comenzó con algunos rumores sobre luces que maniobraban en los pantanos de Dexter (14 de marzo). Mannor se enteró de ello a través de unos amigos. Era una persona muy sugestionable. Campo fértil para convertirse, el mismo, en testigo OVNI. No tardo en ocurrir un hecho fuera de lo común que, para la mente condicionada de Mannor se transformó en una nave de otro planeta. Las condiciones eran adecuadas: informes previos que prepararon el terreno, psicosis de OVNIs, un pantano con materiales putrefactos (según el informe de los patrulleros de Dexter), pésima visibilidad (había bruma), y una distancia de observación mayor a los 500 metros.

La descripción de los objetos coincidía, según Hynek, con la de los fuegos fatuos: forma de «pirámide o de gota de agua invertida», fulgor rojizo, blanco o azul, desaparición súbita»¦

Pero existe un suceso al que se le dio poca difusión y que podría dar un giro a la interpretación del avistamiento de Mannor y al flap de Michigan. Varios vecinos de Whitcomb, cerca de North Campbell observaron tres objetos circulares con una cola luminosa que se movían en forma de espiral, circundándose unos a otros. Un reportero del Daily Tribune of Royal Oak también vio los objetos pero dijo que eran anuncios luminosos del Universal City Shopping Center. Se trataba de reflectores que anunciaban la apertura del Key Oldsmobile, en el ala Este del centro comercial. Dick Hodges, gerente de la agencia de autos, dijo que efectivamente tenían en operación esos reflectores el día de la observación, pero que uno de ellos se apagó. Los reflectores consistían de luces blancas, rojas y azules. Si recordamos la mayoría de los avistamientos hablaban de, precisamente, luces blancas, rojas y azules.

Quien ha tenido oportunidad de ver este tipo de reflectores en días nublados o con bruma, puede confundirse fácilmente. En esas fechas los cielos en los alrededores de Ann Arbor tenían bruma. Los giros, subidas, caídas, movimientos espirales, paradas abruptas, etcétera son típicos de las luces de los reflectores. La apariencia, «como de waffle» o «como un coral» podría ser la reflexión de los conos de luz sobre la superficie irregular de las nubes o en la bruma misma. Las velocidades increíbles no tendrían mayor complicación en una velocidad angular pequeña en el reflector: mover ligeramente el reflector produce un movimiento acelerado en el cono de luz. Las desapariciones abruptas se obtienen con sólo apagar la luz.

¿Pudieron haberse confundido los testigos? Tal vez sí, ya que este tipo de publicidad no era muy conocida por entonces.

Mannor, aunque confundido, actuó de buena fe, sin tratar de mistificar. Esto no ocurrió en el caso de la escuela de Hillsdale, en donde unos bromistas, aprovechando la psicosis, lanzaron luces de bengala, tratando de engañar a los estudiantes. Luego llegaron los locos: los que trataban de entrar en contacto con los OVNIs a través de fórmulas matemáticas o de tonos musicales. O también aquel otro que trató de hacer pasar una fotografía de exposición prolongada de objetos astronómicos como un auténtico OVNI. O el que mostró una foto de un reflejo en la cámara como si fuera una nave de otro planeta.

Por otra parte Hynek no actuó de buena fe, ni para con la Fuerza Aérea, ni para con la opinión pública americana. Se comportó como un oportunista. La idea del gas de los pantanos no fue de él sino de dos profesores de física, los doctores Chihua Wu Hsiung y Tyler Pett, del departamento de física de Hillsdale College, quienes supusieron que se trataba de fuegos fatuos o fuegos de san Elmo, cuyo efecto se había magnificado por una condición de inversión de temperatura. Su explicación apareció en The Hillsdale Daily News, del 23 de marzo. Alguien se lo comentó a Hynek o él mismo lo leyó en el periódico. Llamó a un amigo botánico de la Universidad de Michigan y luego a Quintanilla. A este último le pidió que organizara una conferencia de prensa. Ya había experimentado lo que era estar ante los micrófonos y las cámaras y eso le había gustado. Por el resto de su vida buscó ávidamente estos espacios. Se dejaba fotografiar tomando poses de gran científico o intelectual, con su inseparable pipa. Pero en su carrera profesional como astrónomo nunca hizo nada interesante, y de no ser por los OVNIs no hubiera pasado a la posteridad. Sin embargo, después de que todo mundo se burló de su explicación del gas de los pantanos Hynek invirtió las cosas, quiso dar a entender que por las prisas y presiones había dado esa declaración. Acusó a la Fuerza Aérea de ser ella la que le había obligado a dar la conferencia, pero la realidad fue otra. Los ufólogos pensarán que la culpa la tuvo la Fuerza Aérea y no Hynek, pero hay más datos que nos pueden orientar sobre la verdadera imagen del astrónomo. Su explicación sobre el caso de los policías que habían visto la estrella Arturo, tampoco fue de él. La doctora Helen D. Prince, del Observatorio McMath Hulbert, en Lago Angelus, atribuyó los avistamientos a la estrella Arcturus, una estrella de primera magnitud que en ese momento se encontraba a unos 20 grados sobre el horizonte. Hynek nunca dio crédito ni a los profesores de física, ni a la astrónoma. Por la burla que le generó, Hynek trató de desligarse del asunto echándole la culpa a la Fuerza Aérea. Sin embargo nunca se desdijo, a pesar de la presión de James McDonald, y siguió sosteniendo su idea del gas de los pantanos como explicación a los sucesos de Dexter.

Visto así, parecería una confrontación entre las versiones de Hynek y la de Quintanilla. Sin embargo, hay un hecho muy importante ha considerar. Allan Hendry, quien fuera el director de investigaciones del CUFOS, fue el mejor investigador de OVNIs de todos los tiempos. Su obra The UFO Handbook es un libro imprescindible para la comprensión del fenómeno OVNI. Hynek contrató a Hendry para hacer las investigaciones de campo. Cuando Hendry publicó sus conclusiones, que derrumbaban la hipótesis extraterrestre, Hynek lo corrió del CUFOS. Esta es la verdadera personalidad del «Galileo de la ufología» (sic).

Las luces de Michigan fueron una serie de confusiones, bromas y malas interpretaciones de hechos naturales como los fuegos fatuos, las estrellas, reflectores luminosos, luces de bengala y otros. Pero los lectores pro OVNI dirán: «Ninguna de esas explicaciones toma en cuenta la detección en los radares de la Base Selfridge». Pero la verdad es que eso también fue una mentira. Los periodistas del Daily Tribune of Royal Oak (25 de marzo) lograron entrevistar a los controladores aéreos de la base quienes informaron que los objetos nunca se detectaron en el radar. «Si, pero todos sabemos que los militares siempre ocultan la verdad». Tal vez, ¿pero los civiles? Los controladores del aeropuerto de Willow Run dijeron no haber captado nada anormal en el radar (The Hilsdale Daily News, del 21 de marzo).

Los avistamientos de OVNIs se siguieron presentando, en Grand Haven, Macomb, Oakland, Bad Axe. Flint y Ann Arbor, (The Hillsdale News, del 29 de marzo), pero todos eran fraudes obvios que copiaban el avistamiento original, incluyendo los «avistamientos» del ex sheriff de Ann Arbor, Richard Sober, y del jefe de policía Ford Wallace de Linden. O como el del globo de cantoya que construyeron unos bromistas en Yipsilanti.

En abril se vieron unos destellos marinos en Frankfort y Marquette. Van Horn dijo que para ese entonces su organización se había concentrado en los objetos que se movían, ya que los estacionarios habían sido identificados como estrellas.

Al año siguiente se dio el fraude de las fotografías de los hermanos Grant Jaroslaw y Dan Jaroslaw. Al poco tiempo Hynek regresó a Hillsdale y continuó sosteniendo su teoría del gas de los pantanos. Hynek le dijo a la periodista Vivian M. Baulch, que él seguía creyendo que el gas de los pantanos era la explicación lógica para este avistamiento.

Cuando Guillermo Bravo, director del CIIIFOP y organizador del Primer Congreso Mundial de OVNIs en Acapulco, trajo a Hynek a México, para promocionar el congreso, como redactor del boletín del CIIIFOP le pregunté sobre el asunto del gas de los pantanos. No cambio su opinión, pero con una sonrisa forzada me contestó que prefería olvidar el asunto.

NOTAS

1 del 23 de marzo.

2 el 24 de marzo.

3 el 25 de marzo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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14. Anonymous, More saucers are sighted, The Hillsdale Daily News, March 17, 1966.

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Este artículo es una versión actualizada de uno de los capítulos de mi tesis de maestría: Análisis Discriminante para una población de Fenómenos Aéreos Anómalos.

APÉNDICE

El teniente coronel Hector V. Quintanilla Jr. nació en Monterrey, México. A los seis años, su familia emigró a los Estados Unidos (San Antonio, Texas). Trabajó como empleado postal. En enero de 1943 entró a los Army Air Corps y fue enviado a la Escuela Técnica de Radio en Wisconsin y luego a la Escuela Técnica de Radar en Boca Raton, Florida. En 1944 ingresó al 72 Escuadrón de Bombarderos, de la 13 Fuerza Aérea y fue enviado al Pacífico (Samar, Filipinas), en marzo de 1945.

Al final de la guerra se le asignó al Fuerte Bliss, Texas y se integró a la Universidad Sainte Marie en enero de 1946. Obtuvo su nacionalización el 25 de octubre de ese año.

Estudió Física y obtuvo su título en 1950. En abril de 1951 se le dio el rango de teniente segundo y entró a los servicios de Seguridad, en donde pasó 9 años antes de ser enviado a San Antonio y luego a Alemania y Japón.

De 1959 a 1963 se desenvolvió como Oficial de Proyecto de Sistemas en el Centro de Desarrollo Aéreo en Roma.

En abril de 1963 fue enviado a Wright Patterson a dirigir el Proyecto Libro Azul (julio de ese año), sustituyendo al coronel Friend. Dejó el proyecto en 1969. Murió en 1998.

El coronel Quintanilla fue uno de los primeros escépticos de los OVNIs a nivel mundial, y el primer escéptico mexicano e iberoamericano. Escribió dos libros, The investigation of UFOs; y UFO’s: An Air Force Dilemma. Ambos volúmenes, sin publicar, se pueden consultar en el National Institute for Discovery Science, o con el hijo de Hector, Karl Quintanilla.

En el video escena de una película japonesa que muestra la pelea de un samurai con luces del pantano. A mi manera de ver, los sucesos de Michigan no fueron producto del gas de los pantanos sino al uso de reflectores en una campaña publicitaria.

Confirmado: "la bestia de Elmendorf" es un coyote

Profesora de UT refuta el mito del chupacabra para el Discovery Channel
Por Justin Ward
La profesora Pamela Owen de la Universidad de Texas puede agregar un título más a su curriculum vitae: educador, científico e investigador de lo sobrenatural. Los productores de «Mystery Hunters», un programa educativo de la TV para niños, le preguntaron a Owen si quería ayudar a identificar los huesos que se suponía pertenecían al mítico chupacabras. El chupacabra, cuyo nombre significa goat-sucker en español, es una criatura fabulosa que ataca y mutila el ganado, succionando la sangre de sus víctimas. Los huesos pertenecen al ranchero Devin Macanally que disparó al animal cuando atacaba los pollos de su rancho en Elmendorf. Las fotos del animal, que posteriormente sería conocido como «la bestia de Elmendorf» muestran una criatura pequeña, sin pelo, y parecida a un perro. Owen, que tiene un doctorado en mamíferos con especialización en carnívoros, dijo que cuando ella oyó hablar por primera vez de la «bestia de Elmendorf,» estuvo de acuerdo con los resultados iniciales de los biólogos de que era una cierta clase de coyote con tiña severa. Las suspicacias de Owen fueron confirmadas más adelante cuando los productores del show le enviaron por mail una foto del cráneo exhumado de la criatura. Owen, que ha estado identificando huesos para el Texas Memorial Museum durante seis años, pudo reconocer el cráneo casi inmediatamente. «Escribí en respuesta y dije, «bonito coyote». dijo. Owen dijo que ella podía entender cómo una persona común podía confundir a la criatura con una nueva especie. «Lo que (Macanally) describió no era ciertamente como ningún coyote», dijo. «Era esta cosa azul sin pelo con los dientes desfigurados. Esto era un animal enfermo». Los llamados fenómenos sobrenaturales se pueden explicar a menudo dentro del contexto de un mundo natural, dijo Owen. «Todavía pienso que las historias son grandiosas, pero están basadas en fenómenos naturales interesantes», dijo. La investigación de la «bestia de Elmendorf» era solamente una parte del episodio. Los investigadores adolescentes del show también fueron a Puerto Rico, en donde se originó el mito del chupacabras, dijo Stephen Lawson, un investigador de «Mystery Hunters». Owen dijo que ella estaba alegre de participar en el show, porque es una manera enseñar a los niños sobre el método científico. El programa pasará en el Discovery Channel for Kids al principio de otoño. http://media.www.dailytexanonline.com/media/storage/paper410/news/2006/06/15/TopStories/Ut.Professor.Debunks.Chupacabra.Myth.For.Discovery.Channel-2087330.shtml?sourcedomain=www.dailytexanonline.com&MIIHost=media.collegepublisher.com

El ovni-ladrillo de Alemania es un fraude

Dirk Vander Ploeg, del UFO Digest, presenta las pruebas de que el ahora famoso ovni «rectangular» fotografiado por Tushar Bhatt en Magdeburg, Saxon-Annhalt, Alemania, el 6 de mayo de este año, es simplemente una lámpara de alumbrado público que se intentó pasar como nave extraterrestre. La historia había dado la vuelta al mundo y aparecido en las principales webs plativoleras. Dudo mucho que informen a sus lectores que todo fue un truco.

http://www.ufodigest.com/germanhoax.html

El gas de los pantanos (II)

LA VERSIÓN DE HYNEK

En el del Saturday Evening Post, del 17 de diciembre, Hynek explicó los antecedentes de su teoría. Dijo que, cumpliendo órdenes de la Fuerza Aérea, llegó a Michigan, en donde el ambiente estaba tan caldeado que le fue imposible realizar ninguna investigación.

«»¦ A veces tuve que abrirme paso con grandes esfuerzos a través de enjambres de reporteros que rodeaban a los testigos clave a quienes tenía que interrogar. Además, toda la región se hallaba al borde de la histeria. En medio de esta confusión, recibí un mensaje de la Fuerza Aérea: se iba a celebrar una conferencia de prensa, y yo tenía que dar públicamente una explicación acerca de la causa de los fenómenos. De nada me sirvió protestar, decir que no tenía la menor idea de qué era lo que podía haber causado los fenómenos vistos en los pantanos. Lo quisiera o no, se celebraría la conferencia de prensa».

La noche del 24 de marzo, Hynek estaba dentro de una patrulla que le servía de guía, cuando escuchó un informe acerca de un OVNI en el radio de la patrulla. Rápidamente se dirigieron al lugar. Todos en la calle señalaban un objeto brillante en el cielo. «Â¡Allí está! ¡Se esta moviendo! ¡Lo veo, lo veo!», eran los gritos de los testigos. Hynek, astrónomo profesional, reconoció en el objeto a la estrella Arturo.

«No se estaba moviendo «“dijo Hynek a la prensa-. Era la estrella Arturo, innegablemente identificada por su posición en relación al mango de la constelación de la Gran Taza. Una soberbia demostración para mí».

Claramente se estaba viviendo una psicosis OVNI. Hynek tenía que dar la conferencia en medio de toda esta psicosis, y no estaba preparado. Para complicar más las cosas, la conferencia se pospuso varias veces. Originalmente estaba preparada para las 10:30 a.m., luego se pasó para las 12:00, las 13:00 y, finalmente, las 14:00. Hynek recordó una llamada telefónica de un botánico de la Universidad de Michigan, en la que le había llamado la atención sobre el fenómeno del gas de los pantanos. Hynek no sabía más que lo elemental sobre esas manifestaciones por lo que centro su investigación en este punto.

«Después de recoger más datos de otros científicos de Michigan a cerca del gas de los pantanos, decidí que era una «posible» explicación que podía ofrecer a los periodistas» «»¦Sin embargo la conferencia resulto ser un lugar en el que no cabían las discusiones académicas; fue un circo. Las cámaras de televisión me querían en una pose, los periodistas en otra, y durante un momento los dos grupos estuvieron tirando de mí. Todo el mundo reclamaba a gritos una explicación única y espectacular para los avistamientos. Querían pequeños hombrecitos verdes. Cuando ofrecí una declaración que consideraba el gas del pantano, muchos simplemente ignoraron el hecho de que yo dije que era una explicación «posible»».

Los periodistas no sólo ignoraron lo anterior sino que, además, dejaron entrever la posibilidad de aplicarla a todo el fenómeno OVNI, pero Hynek sólo la había aplicado para el caso de Mannors. Comprendo la situación de Hynek porque en lo personal me enfrentado al mismo asunto. Cuando intento una explicación para cierto caso, los ufólogos, muy orondos, me dicen: «sí, pero el caso fulano de tal no se puede explicar con lo que tu estas diciendo», y creen que con eso descalifican la explicación (pobres descerebrados). En ningún momento he mencionado que exista una explicación simple del fenómeno OVNI. Aquí hay que utilizar la explicación caso por caso.

«Demasiados reportajes el día siguiente no sólo dijeron que el gas del pantano era definitivamente la causa de las luces de Michigan, sino que daban a entender que también era la causa de otros avistamientos de OVNIs. Salí de la ciudad tan rápida y silenciosamente como pude».

Mucho tiempo después de los sucesos de Dexter, a principios de 1967, Hynek dio una conferencia en el acto de celebración del Día de los Fundadores de la Asociación de Alumnos de la Universidad de Nort Western. Ahí presentó varias diapositivas de los chistes que había dado lugar la famosa explicación del gas de los pantanos. Uno de ellos representaba una nave espacial en forma de disco y muy adornada, que había aterrizado en el campus de la universidad. Por una escotilla del aparato salían unos curiosos humanoides mientras otro, con una especie de arma extraña, corría por un sendero tras una pareja de asustados estudiantes, gritando:

«Llévenme con ese profesor que nos ha llamado gas de los pantanos».

Los caricaturistas llamaron a Michigan «El estado del gas de los pantanos». EL CONGRESO Las burlas llegaron al Capitolio, el entonces líder de la minoría republicana, Gerald R. Ford (que posteriormente llegaría a ser presidente), y el representante de Michigan (Segundo Distrito del Congreso), Weston E Vivian, pidieron una investigación del Congreso, y otros legisladores apoyaron su petición. Un comunicado interno de la Fuerza Aérea muestra que el congresista Vivian fue muy persistente en sus demandas:

DE: FTD, Wright Patterson AFB, Ohio. PARA: AFSC, Andrews AFB, Md. INFO: USAF, Wash, D.C., Unclass FM TDEW/UFO 14644 Marzo 1966. Para SAFOI-CC, para SCFA (Mayor Gregory). De acuerdo con la comunicación entre el Mayor Gregory (SCFA) y el Mayor Quintanilla (TDEW). El congresista Vivian (Michigan) llamó al Mayor Quintanilla el 24 de marzo de 1966 a las 11:20 y le pidió le informara si se iba a realizar una conferencia de prensa por parte del doctor J. Allen Hynek. Vivian pidió que le informaran al menos tres horas antes de la conferencia de prensa. SAFOI-CC fue informado de la conversación con Vivian y ellos dijeron que se ocuparían del asunto. El 28 de marzo, a las 15:20 Vivian llamó al Mayor Quintanilla y preguntó porqué no le había informado de la conferencia de Hynek. El Mayor Quintanilla informó al senador que SAFOI quedó en avisarle. El senador comenzó a molestarse y pidió el número telefónico del SAFOI. Luego le preguntó al Mayor Quintanilla si tenía estudios universitarios, y de ser así, en qué campo. El Mayor Quintanilla le dijo que tenía una BS en física. Luego el senador preguntó por cuánto tiempo había estado a cargo del Proyecto Libro Azul el Mayor Quintanilla. El Mayor dijo que tenía 32 meses en el cargo. Nuevamente Vivian preguntó a quién reportaba Quintanilla, y se le informó que al Coronel Eric T. De Jonckheere. El senador preguntó a quién reportaba el Coronel De Jonckheere, y se le dijo que al B/G Cruikshank. Luego Vivian preguntó quién asistía al Mayor Quintanilla en sus investigaciones. El Mayor informó que el Sargento Moody, que tenía un grado en psicología, con un trabajo de postgrado de 24 horas. El Mayor Quintanilla informó al senador Vivian que le asistían también otros departamentos de la Fuerza Aérea. El senador pidió que se le enviara el número de personas trabajando para el proyecto y sus credenciales, y de que manera hacían sus reportes. (Firmado) Mayor H. Quintanilla, Jr. 29 marzo 1966.

Ford escribió una carta fechada el 5 de abril:

Congresista L. Mendel Rivers, Director, Comité de Servicios Armados, Congreso de los estados Unidos Washington, D.C. Querido director Rivers: No dudo que haya notado el reciente torbellino en los periódicos sobre los objetos voladores no identificados (OVNIs). Yo tengo un interés especial en estos casos porque muchos de los que se reportaron últimamente ocurrieron en mi estado natal, Michigan. La Fuerza Aérea envió a un consultor, el astrofísico doctor J, Allen Hynek, de la Universidad Northwestern, a Michigan a investigar esos reportes; y le concluyó que todos eran debidos a bromas estudiantiles o gas de los pantanos o a una impresión creada por la elevación de la Luna y el planeta Venus. Yo no estoy de acuerdo con que esos reportes se puedan explicar tan fácilmente. Ya que creo que en esos reportes puede haber algo sustancioso, y porque también creo que los ciudadanos americanos requieren de una explicación más profunda que las dadas por la Fuerza aérea hasta la fecha, propongo que el Comité de Ciencia y astronáutica o el Comité de Servicios Armados, del Congreso, realicen consultas sobre los OVNIs y pidan el testimonio tanto de la parte ejecutiva del Gobierno como de algunas personas que afirman haber visto OVNIs. Incluyo materiales que creo le ayudarán en estimar la viabilidad de una investigación de los OVNIs. Quiero llamar su atención a la columna de Roscoe Drummond, publicada el pasado domingo en la que el señor Drummond dice, «Tal vez todos estos avistamientos son errores, imaginarios o irreales; pero necesitamos un acercamiento más creíble de lo que se nos ha dado». El señor Drummond va al punto, «Necesitamos tener todos los datos juntos en un solo sitio para examinarlos más objetivamente de lo que nadie lo ha hecho antes. Se obtendrá una opinión pública estable observando con detenimiento la evidencia, y no menospreciándola. «Ha llegado el momento en que el Presidente del Congreso nombre un panel objetivo y respetado, que investigue y reporte todas las evidencias presentes y futuras para saber qué es lo que está pasando». Estoy completamente de acuerdo con las declaraciones del señor Drummond. También sugiero que revise la serie de seis artículos, que incluyo, de Bulkley Griffin, del Griffin Larrabee News Bureau. En el último de estos artículos, publicado en enero, el señor Griffin dice, «Se puede establecer una conclusión principal. Que la Fuerza Aérea está engañando al público en su continua campaña de producir y mantener la creencia de que todos los avistamientos pueden explicarse como malas identificaciones de objetos familiares tales como, globos, estrellas y aviones». Hoy recibí varios telegramas urgiéndome a una investigación por parte del Congreso sobre los OVNIs. Una es del Coronel de la Fuerza Aérea (retirado) Harold D. Brown, de Ardmore, Tenn., quien dice, «Yo he visto OVNIs. Estoy disponible para testificarlo». Otro, de la señora Ethyle M. Davis, de Eugene, Oreg., dice, «9 de cada 10 personas quieren OVNIs verdaderos. Presione para que se investigue hasta el fondo». Ronald Colier de Los Angeles, quien se identifica a sí mismo como «un científico del MIT», me apremia para que usted haga todo lo que este a su alcance para que los archivos del Proyecto libro azul de la Fuerza Aérea (el nombre del estudio de la Fuerza aérea sobre los reportes OVNI), los conozca la gente». ¿Debemos suponer que todo aquel que diga que ha visto OVNIs es un testigo no confiable? Una historia publicada por la UPI, del avistamiento del 21 de marzo de 1966 en Ann Arbor, Michigan, dice que: «al menos 40 personas, incluyendo 12 policías, dijeron hoy haber visto un objeto volador extraño, cuidado por dos naves hermanas en un pantano cerca de aquí, la noche del domingo». Matt Surrell, de la estación WJR, de Detroit, cita un testigo presencial de un reciente avistamiento OVNI. Emile Grenier, un ingeniero aeronáutico de Ann Arbor, empleado en la Ford Motor Company Co. Y dice que un ingeniero aeronáutico no se puede considerar como un testigo no confiable. En la firme creencia de que el publico americano merece una mejor explicación que la hasta hoy dada por la Fuerza Aérea, recomiendo encarecidamente que se forme un comité de investigación sobre el fenómeno OVNI. Creo que se lo debemos a la gente para establecer la credibilidad de los OVNIs y producir el mayor conocimiento posible sobre este tema. Con mis más sinceras consideraciones, Atentamente Gerald R. Ford, Miembro del Congreso.

El Comité de Servicios Armados de la Cámara (House Committee on Armed Services), presidido por el congresista de Carolina del Sur, L. Mendel Rivers, se había reunió aquel 5 de abril y ahí, como veremos más adelante, comparecieron: Harold D. Brown, secretario de la USAF; el comandante Hector V. Quintanilla Jr., director del Proyecto Libro azul; y J. Allen Hynek, asesor del mismo. Con un juego de palabras Rivers les espetó:

«Veamos si ustedes pueden arrojar alguna luz sobre estos objetos tan iluminados»

El panel de consultores científicos del Proyecto Libro Azul había recomendado que se iniciara un nuevo estudio sobre el tema OVNI. Este comité era dirigido por el doctor Brian O»™Brien. El congresista Rivers concluyó haciendo públicas las recomendaciones del Comité O»™Brien: se debía organizar un estudio, independiente de la Fuerza Aérea, que investigara lo que eran los OVNIs. Había nacido el Proyecto Condon.

Continuará…

La foto del molino: lensflare.

Foto de lo que se supone es un foxfire o ignus fatuus (gas de los pantanos).

El doctor Hynek y el jefe de la policía de Dexter, Robert R. Taylor, viendo en un mapa la localización de los avistamientos.

La actitud de autosuficiencia y prepotente que adoptó Hynek en la conferencia de prensa, le quitó puntos ante los reporteros.

Hynek muestra el dibujo que hizo Mannor sobre el lugar en donde observó las luces.

Blandiendo la fotografía tomada por el policía Fitspatrick, Hynek explicó a los reporteros que se trataba de una foto de larga exposición, de la Luna y Venus.

El astrónomo también mencionó casos documentados de fraudes, como las fotografías de George Adamski.

Gerald R. Ford Harold D. Brown.

Para aquellos que piensan que la USAF se gastó enormes recursos para tratar de ocultar la verdad sobre los OVNIs les podemos informar que el Proyecto Libro Azul estaba constituido tan sólo por cuatro personas: un oficial (Hill Marley), un sargento (David Moody) y un civil, como secretaria (Marilyn Beaumer Stancombe) y el propio Hector Quintanilla.

Una de las fotos más conocidas de Quintanilla examinando restos de OVNIs.

El equipo de físicos de la Fuerza Aérea que conformaban el Proyecto Libro Azul. El sargento Charles R. Sharp, el teniente coronel Robert J. Friend, y el capitán Hector Quintanilla.

Foto histórica en la que el teniente coronel Robert J. Friend (sentado a la derecha), sede el mando del Proyecto Libro Azul al coronel Hector V. Quintanilla (de pie en el centro) en presencia del General Brigadier Roger M. Ramey (a la izquierda), Comandante de la Octava Fuerza Aérea, el mismo del asunto del globo de Roswell.

El doctor Edward U. Condon y el único platillo volador real que pudo tener en sus manos.

El jefe de la policía del la Universidad Eastern Michigan, John E. Hayes, examina el OVNI de Yipsilanti que se transformó en una bolsa para lavado en seco, con una cruz de plástico en ambos extremos, para sostener pequeñas velas.