BILLY MEIER
EL MÃS POLÉMICO FRAUDE FOTOGRÃFICO
Eduard «Billy» Meier nació el 3 de febrero de 1937 en el pueblo suizo de Bulach. En su juventud se dedicó a viajar (durante doce años) por Ãfrica, Asia y Europa. Aunque sus aduladores afirman que su primera experiencia contactista fue la del 28 de enero de1975, en realidad la primera fotografía de Meier publicada en un medio alemán (de cinco luces en formación), apareció en 1959 en la revista UFO Nachrichten, en donde se decía que la foto había sido tomada por «Eduard Meier, del Grupo UFO_IFO de Uitikon, Suiza».
Un periodista de Nueva Delhi llamado S. Venkatesh publicó, en The Statesman del 30 de septiembre de 1964, el que tal vez sea el primer artículo, en inglés, sobre Billy Meier. Los encabezados de la nota decían: «El hombre de los platillos volantes se va de Nueva Delhi. El suizo alega que ha visitado tres planetas».
En esa nota se le identificaba con sus nombres de pila: Eduard Albert. Se menciona que el contactado había vivido en cuevas desde su llegada a la India, hacía de eso cinco meses. Venkatesh le encontró «desnudo sentado en uno de los monumentos rupestres de Mehrauli, cerca de Buda Vihara».
«No sólo he visto las naves del espacio exterior «“dijo Albert-, sino que las fotografié e incluso viajé en ellas». Para demostrar esto enseñó al reportero un álbum con ochenta fotos (aunque afirmó haber hecho más de cuatrocientas, pero la mayoría se las habían robado en Jordania y la India) pero no quiso proporcionar ninguna para ilustrar el artículo, antes bien pidió que no se le hiciera publicidad.
De acuerdo a la descripción de Venkatesh: «Los objetos fotografiados varían en tamaño y forma. Uno de ellos es un objeto globular con un disco redondo en el centro; otro tiene forma de embudo; un tercero se parece a un tubo de neón; un cuarto es una gran luz brillante, y otros líneas luminosas en zigzag. Algunos han sido fotografiados en el suelo y otros volando en el cielo».
Pasó cerca de 8 meses (entre 1963 y 1964) estudiando las prácticas budistas de meditación con V. B. Dharmawara, también conocido como Ananda Mahatma, del Ashram de Ashoka, en Mehrauli, cerca de Nueva Delhi.
Meier afirmaba haber viajado a otros planetas. En uno de ellos «todos los objetos eran blancos» (¡¿?!). Los habitantes eran como nosotros, aunque mucho más altos y utilizaban la telepatía para comunicarse.
Tiempo después de la entrevista, Meier fue expulsado del país. Fue acusado de vagancia y de haber estafado a incautos vendiéndoles fotos trucadas de ovnis construidas con maquetas (lugar común en su vida).
DE REGRESO A SUIZA
A finales de otoño de 1964 el primer violín de la Orquesta Sinfónica de Londres, Timothy Good, llegó a la India, y al leer el artículo del Statesman intentó establecer contacto con Albert, pero éste ya había partido hacia Turquía en donde, a causa de un accidente de tráfico, le fue cortado el brazo izquierdo por encima del codo (1965).
En vista de su fracaso, Good contactó con la famosa ufóloga suiza Louise Zinsstag, de Basilea, preguntándole si conocía algún dato sobre un tal Eduard Albert. Lou recordó que en una revista ufológica de 1956 alguien había escrito un artículo de un muchacho llamado Eduard Meier que decía haber tenido su primer contacto a los cinco años, en 1942. Y a partir de entonces mantenía contacto con «ellos» cada once años.
La señora Zinsstag logró establecer contacto con Meier hasta 1976, y entonces le escribió a Good:
«Por unos cien francos conseguí 50 fotos en color, y el joven me prometió la más representativas. Además de las fotos de ovnis y de una espléndida película de veinte minutos, nos mostró algunas fotos más que me resultan difícil describir.
«… hay una foto que causa sensación. En el platillo volante, él y sus compañeros observaron el último acoplamiento Soyus-Apolo a una distancia de tres metros. En esas fotos se podía ver la espalda de un cosmonauta ruso, su casco y las tres COI de su uniforme. En otra, se contemplaba la maniobra de acoplamiento en acción mucho mejor que en la tele. Las otras fotos no voy a describirlas en la carta. Resulta demasiado difícil».
«Aún sigo sin saber cómo juzgar éste hombre. Su formación es incluso más pobre que la de George (Adamski), pero eso no importa. Sin embargo, no me gustan sus modales… Es antirreligioso, y según me he enterado por un opúsculo suyo, defiende a las brujas y ataca a la iglesia católica por ignorarlas».
Viajando en un camión de segunda hacia el puerto de Iskenderun, en Turquía, Meier sufrió el accidente en el que perdió el brazo izquierdo. El autobús en el que viajaba chocó con otro y Billy salió volando por una ventanilla. Estuvo dos semanas hospitalizado y al dársele de alta viajó a Tesalónica, en Grecia, donde en la fiesta de navidad del 65 conoció a Kalliope Zafrireou, una chica griega de diecisiete años con la que se casó y regresó a su país natal, Suiza.
Billy Meier se retiró a la vida familiar y durante algunos años los círculos ufológicos no supieron nada de él. En diciembre de 1971 llegó al pueblo de Hinwil, 50 Km al sudeste de Zurcí, en medio de colinas verdes y bosques de treinta metros de altura. Ahí, por una suma simbólica, alquiló al Ayuntamiento una vieja granja en medio de varios departamentos. En ese entonces la familia Meier estaba constituida por Billy, Kalliope, a la que llamaban familiarmente Popi, y sus tres niños: Nina, Atlantis y el bebé Bashenko. La familia Meier era atípica y sólo mantenía relaciones con una vecina: Erika Mägi, que tenía una niña de la misma edad que Nina, de quien era muy amiga.
LOS PRIMEROS CONTACTOS
La vida de Meier siempre estuvo inmersa en el escándalo. A los catorce años el Tribunal de Menores le mandó al correccional de Albisbrunn, por cometer pequeños hurtos durante sus escapadas de la escuela. Allí pasó tres años antes de que las autoridades le devolviesen a sus padres, y abandonó la escuela sin haber completado la enseñanza primaria. En otra ocasión, con otros varios jóvenes, fue detenido por la policía por robo y enviado al centro de detención preventiva de Aaburg, de donde escapó para enrolarse en la Legión Extranjera Francesa. Unos meses después de completar su entrenamiento desertó y regresó a Suiza, donde lo atraparon y le enviaron nuevamente a Aaburg.
Meier afirmaba haber tenido contacto con entidades extraterrestres desde hacía mucho tiempo… desde una encarnación anterior.
Para el padre de Meier el avistamiento de 1942 había sido un arma secreta de Adolfo Hitler. Era una esfera luminosa que descendió, pasó por la torre de la iglesia y desapareció a continuación hacia el Oeste. Dos meses después, mientras jugaba solo, Meier tuvo otro avistamiento, pero en esa ocasión comenzó a tener los contactos telepáticos con un ser, Sfath, de «hablar suave y armónico».
El 3 de febrero de 1953 el contacto con Sfath cesó para siempre, para ser sustituido, meses después, por «una voz joven y fresca, plena de fuerza».
Se trataba de Asket, que procedía del Universo DAL. Fue ella quien le ordenó hiciese su periplo al oriente, con el fin de poder transmitirle el conocimiento oculto. Fue en la India donde Asket le permitió, por primera vez, fotografiar su nave espacial. El suceso ocurrió en las afueras de Mehrauli y en la fotografía, una de las menos nítidas de Meier, aparece un objeto discoidal con una pequeña cúpula en la parte superior. Eran sus inicios en el arte del truco fotográfico.
El primer contacto con Semjase fue la tarde del martes 28 de enero de 1975. Se encontraba solo en un prado a unos kilómetros de Hinwill. Su intención era registrar en cinta «las voces de los muertos», actividad de moda en los círculos metafísicos de aquella época. Repentinamente escuchó un sonido pulsante y, alzando la vista, vio un disco volante que estaba descendiendo «suavemente» sobre un prado a unos cien metros de distancia. Después de sacar varias fotografías del disco, trató de acercarse, pero «un campo de fuerza invisible» le había impedido proseguir. Después vio descender del disco una figura humana que parecía una estatua griega: se trataba de una mujer de aspecto nórdico, de cabellos rojizos y de un metro setenta de estatura. Lo único que la diferenciaba de los humanos eran los lóbulos de las orejas, ligeramente más grandes de lo normal. Se trataba de Semjase.
Ella le informó que la civilización pleyadiana se habría originado muchos miles de años atrás, no en las Pléyades, un sistema estelar muchísimo más joven que el nuestro, sino en la constelación de Lira. Cuando se declaró la guerra, antes de que el planeta fuese destruido, gran parte de la población emigró a otros sistemas estelares, a las Pléyades, a las Híades y a un planeta que orbitaba cerca de una estrella llamada Vega.
La Tierra había tenido una historia similar. En dos ocasiones sus propios habitantes la habían destruido. La primera vez fue por los propios pleyadianos que se casaron con los primitivos seres humanos, y la segunda por una nueva invasión de pleyadianos. Las visitas actuales de Semjase no tenían intenciones hostiles, pues eran descendientes de los pleyadianos de Lira.
LA VIDA EN HINWILL
Meier mantenía su familia con los 700 francos que le pasaba cada mes el Gobierno por la pérdida del brazo. El accidente no había mermado sus facultades ni sus habilidades. El día en que el granero adjunto a la casa se hundió, uno de sus vecinos, Julio Kägi, vio a Meier reconstruir la pared sin ayuda, colocando las tablas en su sitio con el muñón mientras clavaba las puntas con su única mano.
«Era más rápido con una mano que otras personas con las dos», dijo Kägi.
Según los registros de Hinwill, Meier había sido criador de pájaros, entibador de minas y vigilante. Tenía permiso de portar armas porque, durante un tiempo, trabajó en una fábrica como vigilante nocturno. Para ayudar a sus ingresos criaba gallinas y Popi vendía los huevos en el pueblo.
En agosto de 1974 la publicación alemana Esotera publicó un anuncio de Meier en donde solicitaba le escribiese gente interesada en formar un grupo para discutir sobre metafísica. Pronto logró formar un club de personas interesadas en los paranormal y en los ovnis. Muchos de ellos venían de Munich y llegaban los sábados al número 10 de la Wihaldenstrasse, hogar de los Meier.
Al final de 1974 sumaban diez los miembros de su círculo ocultista.
Estas reuniones llegaron a oídos de la ufóloga Ilse von Jacobi, que de inmediato contactó con Billy, pero éste seguía reacio a que publicaran nada sobre él. Von Jacobi mandó su artículo al semanario Quick y el mismo fue publicado en el número del 8 de julio de 1976.
Los vecinos de Meier leyeron el artículo y quedaron sorprendidos. Meier alegaba haber entrado en contacto físico y telepático con seres de las Pléyades. Las visitas se habían dado en lugares cercanos a Hinwill, donde aterrizaban en una nave plateada de siete metros, desembarcaban y se encontraban con él cara a cara.
Los vecinos estaban seguros de que Meier había enloquecido. El alcalde comentó que los relatos eran pura fantasía. Meier era un «spinner» (chiflado) y «verrückte» (lunático). «¿Estamos ciegos o somos estúpidos, simplemente porque no vemos lo que él ve?» Uno de los concejales del pueblo, Rudolf Rüegg, creía que todos los relatos de Meier eran imaginarios y fantásticos. «Creo que se lo ha inventado todo».
Durante más de un año y medio habían visto gran actividad en la granja de los Meier. Durante las noches claras los vecinos de los edificios de apartamentos le habían visto de pie en el callejón que da al Oeste, observando el cielo con unos prismáticos durante horas. Y en las noches en que no salía de casa, veían una luz encendida en el segundo piso hasta altas horas de la noche. De vez en cuando lograban ver un destello de flash fotográfico. Frecuentemente salía al bosque guiando su motocicleta. A veces desaparecía a primeras horas de la tarde y no se le volvía a ver antes de la hora de la cena; en otras ocasiones se evadía furtivamente de la casa a la una o a las dos de la madrugada y no regresaba hasta el amanecer. Las salidas al bosque se daban hasta cinco veces por semana. Ninguno de los vecinos se había preguntado sobre su actitud ni acudido a aquellas visitas al bosque. Meier tuvo la libertad de acción para poder hacer sus fotografías sin la presencia indiscreta de los vecinos.
A mediados de 1975 Meier le enseñó por primera vez las fotografías a su esposa. «¿Qué te parece esto?», le preguntó.
«Aquello me conmocionó porque vi algo totalmente nuevo y no quería creer que existiese. Él no me dijo nada en absoluto. Ninguna explicación. Ni una sola palabra».
EN LA CIMA
El artículo del Quick había causado sensación en los círculos ufológicos europeos. Pronto aparecieron nuevos artículos en Il Giornale dei Misteri, de Italia, Blick de Suiza, Echo del Frau y Neue Welt, de Alemania, y Contactos Extraterrestres, de México. Esto atrajo a miles de curiosos a la granja de los Meier. La mayoría de ellos eran pudientes que viajaban en Mercedes. Gracias a ellos Billy Meier logró comprar una granja en Herzog, en Schmidruti, por la nada despreciable suma de 300,000 dólares.
Meier comenzó a transmitir sus enseñanzas editando un boletín titulado Wassermannzeit (La era del barquero).
«Existen 8 razas de extraterrestres diferentes que poseen estaciones aquí en la Tierra. Exploran, estudian, están aquí para observar. Su fin no es hostil. Si una raza de esas cruza una distancia muy grande, tal vez años luz de espacio, no va a venir aquí para plantear problemas o para comenzar una guerra. El ser humano es una criatura combativa, toda su vida se basa en la lucha, por lo que cree que si hay aquí una raza procedente de otro planeta, esas criaturas harán exactamente lo mismo que él. Pero eso no es cierto».
«Si lo deseasen los pleyadianos destruirían la Tierra en cuestión de minutos y hubieran esclavizado a todos los terrestres hace miles de años. Si los pleyadianos u otras entidades se llevan a seres humanos, sólo es por satisfacer su legítima curiosidad. De vez en cuando se comete algún error y un humano secuestrado muere, lo mismo que los médicos de la Tierra cometen errores que originan alguna muerte, pero nunca han sacrificado a propósito la vida humana».
«Los pleyadianos realizan el viaje de su planeta natal, Erra, a la Tierra en siete horas».
En el verano del 76 Lou Zinsstag envió una serie de fotografías tomadas por Billy Meier al investigador americano Wendelle C. Stevens pidiéndole su opinión al respecto. En aquel entonces Stevens pertenecía a la APRO y realizaba algunas investigaciones de campo. Quedó sumamente impresionado por las fotos por lo que decidió viajar a Suiza para entrevistar a Meier. A su regreso, sin decirle nada a Jim Lorenzen (director del APRO), se puso en contacto con Tom Welch y los esposos Brit y Lee Elders, que habían formado una compañía especializada en seguridad con equipo electrónico, computacional y telefónico: Intercep. Juntos comenzaron a investigar el caso Meier. Haciendo continuos viajes a Suiza y colectando información, poco a poco se fueron quedando sin fondos, por lo que decidieron formar la editorial Genesis III Publishing y editar Ufo… contact from the Pleiades, un libro sobre Meier, unos ejemplos de las citas de Semjase, un breve resumen de las experiencias de Meier desde 1975, información astronómica y mitológica de las Pléyades, y algunos de los «análisis» hechos a las pruebas proporcionadas por Meier. La investigación de Intercep abarcó un periodo comprendido de 1976 a 1981.
En el otoño de 1979 un equipo japonés de producción de la Nippon Television Network Corporation, contactó con los Elders para usarlos como intermediarios en la realización de un documental de Billy Meier. El Suizo sufrió un golpe de angustia y no quiso recibir a nadie. ¿Tenía miedo de que los técnicos japoneses descubrieran sus trucos?
«No quería salir de su escritorio «“declaró Lee Elders-. No comía. Le llevaban una bandeja con comida, la dejaban delante de la puerta y quedaba sin tocar. Lo único que tomaba era una taza de café y sus cigarrillos».
Durante tres días, Meier se encerró en su despacho hasta que, convencido por los Elders, accedió a hacer el documental.
No se sabe cuánto cobró por la producción del mismo, pero se conoce que todo en la granja de los Meier se había convertido en negocio. Cualquier persona que se quedase en ella más de treinta minutos debía trabajar en algo. Y si alguien deseaba hablar con Meier debía pagar con trabajo o en metálico.
Jun-Ichi-Yaoi y el equipo de producción japonés llegaron a Schmidruti a fines de septiembre para filmar durante tres emanas. ¿Obtuvieron algún beneficio los Elders de este documental? Lo preguntamos porque en 1987 los Elders suscribieron un contrato con Gary Kinder, autor de Años Luz, que indicaba que: «recibiría un porcentaje de los derechos de autor por presentarme a Meier, y por facilitarme archivos, correspondencia, cintas magnetofónicas con entrevistas y su investigación acerca de las Pléyades, más fotografías, grabaciones sonoras, cintas de video y otros materiales de su propiedad y con derechos de autor por parte de Elders».
¡EN CONTACTO! OTROS TESTIGOS
Se conocen sólo dos reportes en los que testigos independientes a Meier lograron ver algo. Uno de ellos fue el contacto del maestro de escuela Guido Moosbrugger que logró fotografiar una «luz con tentáculos», que en nada se parece a los bonitos modelos de Meier y que puede ser cualquier cosa, puesto que la toma se hizo de noche. El segundo es más interesante pues involucra a toda la familia Meier y a otros dos testigos.
A pesar de ser su esposa y de haber vivido con Billy durante muchos años, Popi sólo tuvo una experiencia visual, aunque muy poco convincente.
Cierta tarde Billy entró en contacto telepático y se le informó que debía acudir al bosque, junto con todos los presentes en la casa en ese momento.
Hans Schutzbach, uno de aquellos testigos, relata así el momento:
«Hice entrar a todos en mi coche como de costumbre y Billy fue delante con su motocicleta. Nos dijo que nos limitásemos a seguirle, y así lo hicimos. En las afueras de Hinwill, llegamos finalmente a una pequeña colina poblada de árboles. Era muy excitante».
Meier les dijo: «Esperen aquí». Luego se alejó.
«No recuerdo cuánto tiempo permanecimos en aquel lugar «“explicó Popi. De repente, Atlantis dio un salto y gritó: «˜Â¡Mira, mamá, mira allí!»™. Todos nos pusimos de pie, y allí estaba la nave, a unos mil metros de distancia. Era grande y esférica. Deseamos ver más, pero el navío desapareció enseguida».
Cuando el niño gritó, Schutzbach se incorporó y vio algo que ascendía desde atrás de los árboles por el aire.
«Supongo que pudo tratarse de un globo «“dijo-, pero no tengo ninguna prueba al respecto».
Intentó tomar una foto pero estaba tan nervioso y temblaba tanto que movió la cámara. La foto no es muy nítida y lo único que se ve es un puntito.
Continuara…
Billy Meier en Amman, Jordania, en 1963.
Un año después en Mehrauli.
Dos de las fotografías obtenidas en el ashram de Ashoka, en Mehrauli.
V. B. Dharmawara y dos de sus nietos.
Billy en el unifrme de la Legión Extranjera.
Billy con su familia.
Pasaporte con el sello de Jordania.
Dos fotografías de Billy Meier en 1977. Se ve extraño sin su barba.
El ufólogo inglés Timothy Good.
Louise Zinsstag, ufóloga suiza que había investigado a George Adamski e hizo lo mismo con Meier.
Kalliope Zafrireou (Popi), la esposa de Meier.
Billy Meier y Popi.
Los Meier y sus hijos: Nina, Atlantis, Bashenko y el pequeño Methusalem.
Billy Meier, sus hijos y Shirley Mcklein.
Dibujo de Sfath.
Fotografía de Asket.
Dibujos de Semjase.
La era del barquero (Wassermannzeit).
Wendelle Stevens.
De izquierda a derecha: Lee Elders, Stevens, Meier y Tom Welch.
Brit Elders y Popi.
Jim Lorenzen.
Gary Kinder.
Guido Moosbrugger.
Billy Meier.
Dos pinturas que relatan la historia de Billy Meiers.