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Fuegos Fatuos (4)

ITALIA

El aventurero Giacomo Girolamo Casanova de Seingalt, en el capítulo primero del tomo VIII de su Storia della mia vita, publicado en Italia en la segunda mitad del Siglo XVIII, relata cómo una flama piramidal lo siguió en un área rural, cuando viajaba de Castel Nuovo a Roma la noche del 31 de agosto de 1743.

«Una hora después de Castel Nuovo, con el viento en calma y el cielo sereno, advertí a la derecha y a diez pasos una llama piramidal de un codo de altura y a cuetro o cinco pies por encima del nivel del terreno. Esta aparición llamó mi atención porque parecía acompañarme. Intenté aproximarme a ella con ánimo de estudiarla; pero cuanto más me acercaba, más se alejaba la llama de mí. Se detenía en cuanto yo me paraba, y, cuando la parte del camino por la que la luz pasaba estaba rodeada de árboles, dejaba de verla; pero la volvía a encontrar en cuanto el borde del camino quedaba libre. También intenté volver sobre mis pasos, pero entonces siempre desaparecía, y no volvía a mostrarse más que cuando de nuevo me dirigía hacia Roma. Tan singular fenómeno no me abandonó hasta que la luz del día disipó las tinieblas».

«Â¡Qué maravilloso campo para la superstición ignorante, si, contando con testigos del suceso, hubiera hecho carrera en Roma! La historia está llena de bagatelas de esta importancia; y ewl mundo está repleto de gentes que todavía les presta atención, a pesar de la pretendida ilustración que las ciencias proporcionan al espíritu humano. He de confesar que, a pesar de mis conocimientos de física, la visión de aquel pequeño meteoro no ha dejado de darme singulares ideas. Pero tuve la prudencia de no decir nada a nadie».

El físico Alessandro Giuseppe Antonio Anastasio Volta vio gas de los pantanos en el Lago Maggiore, al Norte de Italia, en 1776.

Varios científicos boloñeses se interesaron en estas luces. En 1728 Francesco Orioli y Giacomo Becarri recogieron muchos testimonios. Lo mismo hizo Quirico Barilli Filopanti en 1841. Muchos de estos testimonios e investigaciones se publicaron entre 1835 y 1873 en la revista alemana Annalen der Physik und Chemie y en la revista científico literaria inglesa Notes and Queries, que en su número de abril de 1875 publicó las primeras explicaciones científicas al respecto.

Antonio Vallisneri, escribió algunas cartas a sus amigos en las que menciona casos de combustión humana espontánea relacionados con fuegos fatuos. También relata el caso de un «scarafaggio lucente» (escarabajo luminoso, una luciérnaga), o «insecto feroz» que, de acuerdo con el autor fue falsamente relacionado con una serie de fuegos ocurridos en la región italiana de Veneto.

En esa misma área pantanosa de Veneto, se habla de «la cabeza de caballo ardiente».

En Verona se le conoce como «le lumere», y se creía que era un incubo, un demonio macho.

Los «Cules» eran las luces de las provincias de Tronio, Cuneo y Novara. Una «luce vagante» era el guardián de un tesoro en el Bosco dell»™Oro, en Livinallongo, Belluno; mientras que en Milán se le llamaba «cagnolitt». En Morra, Perugia, se cuentan casos de luces que han recorrido cerca de un kilómetro de distancia. En cementerio Trentino di Banano, Modena se dice que de noche se ve una luz que se atribuye a un espíritu burlón que arrastra un bastón que termina en bombilla.

En Liguria se cuenta la historia del «Chiaro dei fichi mori», una especie de globo luminoso de color azul lechoso que se observa en el cementerio. En el cementerio de Tidone, Oltrepo Pavese se observa un fuego fatuo tan grande como una pelota. En Emilia Romagna (Ferrara, Rabean, Forlí, Rimini) existe una gran tradición de la «lumazze», «lumere», «Piligreina», «Pulo»™una». Y en Lucca se habla de la «lumetti», «luminotti», «folletti dal lumicino», «Cecco linterna»«¦

Pero no sólo en tierra se veían las luces. Lenguas de luz fueron vistas salir del Mar Adriático.

Una luz amarilla se veía todas las noches, durante la Primera Guerra Mundial, en la provincial de Cuneo, cerca de un pequeño riachuelo.

En Val d»™Aosta, en la provincial de Reggio Emilia, al Norte de Italia, en la década de los sesenta se habló mucho de «lumini», «processioni dei morti» e ignes fatui.

RESTO DE EUROPA

En la Europa medieval, los daneses y los germanos las llamaban «luces del tesoro», pues afirmaban que señalaban el lugar exacto donde había riquezas enterradas.

Johann Wolfgang von Goethe menciona en sus obras un caso de Ignes Fatui observado en 1768.

En Alemania la única área en donde se ven luces misteriosas es en el bosque de Briselanger, cerca de Berlín. Se les conoce como la «Irrlichter» o «Irrlicht» o «luz loca», dos minúsculas bolas corren como antorchas. El periodista Jürgen Krumnow, encontró que estas luces, que fueron reportadas desde finales de los setenta, son simplemente luces de los automóviles que circulan por una carretera cercana.

Al norte de Holanda, en 1866, una epidemia de peste bobina fue adjudicada a la aparición de luces inexplicables vistas en los campos.

En Francia el siniestro «Moines des Narais» guiaba con una linterna a los viajantes. También En Francia encontramos «Ronda-dos-Lutinos».

En la península Escandinava se llaman «Lyktgubhe».

Los suecos creen que se trata de un niño sin bautizar que trata de llevar a los hombres al agua esperando ser bautizado.

En Finlandia se le llama «Omlatt» o «Liekkio» («el flamígero»), y es un niño enterrado en el bosque y que aparece sobre las raíces, plantas y árboles.

SUDAMERICA

En todas partes del mundo se encuentran tradiciones acerca de estas «misteriosas luces» o sobre fenómenos similares, y Sudamérica no es la excepción.

A 10 kilómetros de Peralta, Argentina, se encuentra el cerro llamado de las Animas. En él hay un cementerio particular y se ve una luz sobre uno de los panteones; por eso le pusieron el nombre de Cerro de las Animas. También están las luces del Cerro de Uritorco, o las de Victoria.

En Brasil, en el Amazonas, el «Cherrube» toma el nombre de «Mae do fogo», son luces que ya fueron observadas por el explorador italiano Ermanno Stradelli.

El ufólogo italiano Giuseppe Stilo tomó varias fotografías de las «Mae de Ouro», en Iporanga, estado de Sao Paulo.

Sobre los caminos, en los Andes peruanos, aparece «la luz del dinero». Sobre la cordillera brillan con tonos verdosos o blancos. Los nativos creen que indican los lugares en donde Francisco Pizarro y sus soldados enterraron el oro de Atahualpa. Al parecer también están relacionadas con los fuegos fatuos.

En algunas regiones de Colombia se habla del «automóvil fantasma», que aparece en las carreteras poco transitadas. Este mismo fenómeno es conocido en Ocaña, con el nombre de «Carro Fantasma de Carlos Bombita», que se le ve sobre el camino que lleva a Pueblo Nuevo.

En esa misma región de Colombia se habla de «La Luz Corredora», una especie de «Llorona» que dio muerte a su único hijo. Se dice que las luces (por lo regular dos), son los ojos de la mujer encapuchada, y los sonidos que emiten se interpretan como los lamentos y alaridos que suele pregonar por la muerte de su hijo. Muchos habitantes de Ocaña y de Cesar afirman haber escuchado esos lamentos que provienen del interior de las luces. En Antioquia y Casanare, la luz corredora se transforma en «Candileja o Luz viajera».

En otros sitios se habla de una columna de luz que cerraba el camino a los viajeros. Si estos iban a caballo, los animales se encabritaban y se negaban avanzar.

En Venezuela se pueden ver luces sobre la Montaña de Sorte, pero las más famosas son las de Catatumbo.

CATATUMBO

El explorador Alexander von Humboldt, fue uno de los primeros en mencionar las luces del río Catatumbo, Venezuela.

Se dijo que en 1886 nueve personas fueron quemadas por este fenómeno, también conocido como «La Luz de Maracaibo«.

El tema del «Relámpago de Catatumbo» se encuentra en el escudo y el Himno del Zulia, La letra es de Udón Pérez y la música de José Antonio Chávez. Fue decretado oficialmente como Himno del Zulia en 1909. La primera estrofa dice:

«La luz con que el relámpago

tenaz del Catatumbo,

del nauto fija el rumbo,

cual límpido farol;

el alba de los trópicos

la hoguera que deslumbra

cuando al cenit se encumbra

la cuadriga del sol….

No emulen de tus glorias

el fúlgido arrebol!»

Se le observa al Sur del lago de Maracaibo, Venezuela, por lo que también se le conoce como «Faro de Maracaibo«. En realidad no se trata de un relámpago, o por lo menos de uno convencional, ya que nunca se escucha el trueno, a pesar de su enorme fulgor y luminosidad.

«Este fenómeno puede ser apreciado a centenares de kilómetros de distancia, en los Andes, en la Ciudad de Maracaibo y desde el Mar Caribe, durante casi todo el año».

Según Andrés Zavrostky, de la Universidad de Los Andes el relámpago es producido por una tormenta permanente, de índole esencialmente eléctrica, entre nubes y tierra, en la Gran Ciénaga al oeste del Lago de Maracaibo. La región de ocurrencia es una zona inhóspita, de 226,000 hectáreas de pantanos, casi permanentemente inundada con abundante nubosidad y pluviosidad durante todo el año, que conforma el Parque Nacional Ciénagas de Juan Manuel, ubicada al sur-oeste del lago de Maracaibo.

Varios especialistas de las universidades de Carabobo y del Zulia (Nelson Falcon, Williams Peter, Angel Muñoz y Dia Nader), intentaron poner a prueba la hipótesis de Zavrostky. Encontraron dos zonas en las que aparece con más frecuencia el fenómeno. Las regiones se encuentran entre las Lagunas la Estrella y la Belleza, colindantes con el río Bravo, al oeste del río Catatumbo.

El fenómeno es un constante destello nocturno (16 a 40 descargas por minuto) nube-nube. No hay contacto nube-tierra o tierra-nube.

En sus expediciones, los físicos venezolanos pudieron comprobar la ausencia de anomalías magnéticas, fuentes geotermales (fumarolas, géiseres), o fuentes radiactivas en el sustrato superficial.

Según Martínez J. Marcías la explicación a la falta de ruido y el intenso resplandor se debe a la presencia de metano (CH4), producido en los pantanos

«Como la molécula de metano (CH4) es indisoluble en agua, al generarse en las ciénagas y lagunas se eleva rápidamente por ser más liviana que el aire, incluso por encima de las nubes de vapor de agua. Este fenómeno se incrementa en las horas siguientes al ocaso, cuando la ausencia de irradiancia solar evita su fotodisociación; lo que podría explicar porqué el relámpago solo es visible en forma nocturna y nunca en horas diurnas.

«La generación de metano por descomposición de detritus y humus de los pantanos se incrementa durante el verano porque las aguas son menos profundas y la temperatura media aumenta, facilitando la descomposición del material orgánico. Ello parece explicar las razones por las cuales el «relámpago del Catatumbo» es más visible en épocas de sequía que en invierno.

«La fluorescencia observada, luego de la generación de rayos en el interior de las nubes altas, puede deberse a la existencia de estados metaestables de la molécula de metano y del radical metilo, cuyos enlaces s-p admiten este tipo de excitación.

«Debe notarse que los tiempos de vida de los estados metaestables son comparables a la duración de la descarga difusa (relámpago); en el rango de los nanosegundos a los milisegundos.

«Los cristales que se forman, a partir de la mezcla del metano y el agua, se polarizan espontáneamente debido a la simetría tetraédrica, ocasionando un gradiente de potencial eléctrico en las células de las capas altas de la nube. Cuando el potencial eléctrico de la célula de la nube supera el potencial de ruptura dieléctrica del aire, se genera la descarga, visible en forma de rayos en el interior de la misma

«Así, la presencia de metano en las nubes bajas de la región, favorecida por la circulación cerrada de vientos y por enormes extensiones de pantanos (cerca de 300,000 hectáreas) permite explicar la microfísica de las descargas gaseosas (relámpago o fluorescencia y rayos o descargas de arco nube-nube) y el mecanismo de autopolarización eléctrica de la nube».

Para Martínez la explicación se encuentra en los cristales de hidratos de carbono, que se forman al elevarse el metano y combinarse con pequeñas cantidades de agua a bajas presiones y temperaturas. Estos microcristales tienen un peso molecular menor al del agua y del aire, por lo cual se mantienen suspendidos y reflejan los rayos dando la intensidad que le es característica al fenómeno.

Nos parece que el planteamiento de Martínez esta muy cercano a la verdad, sin embargo no creemos que los microcristales funcionen como espejos para reflejar la luz de los rayos. Recordemos que estos microcristales están constituidos por hidrocarburos, principalmente metano. Estos productos seguramente se incendian al entrar en contacto con las descargas eléctricas, como día a día lo comprobamos en nuestras estufas. Suponemos que los pequeños rayos que se forman entre las nubes incendian los microcristales y forman la espectacular luz. Por eso no se escucha ruido algunos y por eso mismo no hay descargas nube-tierra.

LAS LUCES MIN MIN

Las «luces Min Min» que aparecen cerca de la Estación Alexandria, Australia, el rancho más grande del mundo con 11,000 millas cuadradas. Son de color blanco y de unos 15 o 20 centímetros de diámetro.

Se desconoce a que dialecto pertenece el término de Min Min, y mucho menos se sabe qué significa, pero a estas luces se les ha visto desde hace muchos años. Incluso se dice que las luces son anteriores al hombre blanco en Australia. Sin embargo, como en otros muchos casos de luces misteriosas, no hay una referencia escrita de estas afirmaciones. Se sabe sí, de algunos casos ocurridos a mediados del siglo XX.

En los cincuentas, por ejemplo, todos los inviernos apareció un fenómeno en la granja de Della Lanahan, en Queensland, Australia. Era una luz que vagaba a pocos pies sobre el terreno, llegando a tener unos 5 metros de diámetro. En cierta ocasión Lanahan le disparó y la luz se contrajo al tamaño de una bola de golf, para luego volver a expandirse y brillar con más intensidad. Luego de una hora, la luz se volvió a encoger hasta desaparecer, para reaparecer a la distancia.

Los relatos son muy similares. Como el del granjero que arriaba sus ovejas cuando de repente apareció una de esas luces y se posó a pocos centímetros de su hombro. Por más que daba manotazos no pudo alejarla. Luego comenzó a perseguirla a caballo, pero la luz no se dejaba alcanzar. Cansado, decidió regresar, pero entonces la luz, como si se burlara de él, se volvió a posar sobre su hombro.

Otra noche un ranchero, cabalgando en su caballo, encontró una de estas luces. Decidió espiar la extraña luminosidad y, luego, la persiguió. En su excitación fustigó su caballo hacia una valla, y cayó violentamente al suelo. Días después murió por las heridas.

El relato de primera mano de un testigo, recogido por Fred Silcock (al que se le deben las historias ya mencionadas, entre las casi 500 que logró colectar en 1993) dice lo siguiente:

«La luz apareció cuando estábamos cazando canguros. Nos asustamos y le disparamos. No tuvo efecto alguno, por lo que subimos al auto y partimos. La luz nos siguió por veinte minutos, estábamos gritando y llorando».

Al parecer, los granjeros australianos son muy dados a disparar a todo lo desconocido que se mueva.

El primer, y único libro que se ha escrito sobre el asunto es el de Maureen Kozicka, The Mystery of the Min Min Light, 1994. Kozicka utilizó mucho del material de Silcock.

Pero las luces de Min Min no son las únicas que se ven en Australia. Otra luz fantasma australiana se ve frecuentemente sobre la Stork Rute, cerca de Bourke, al Noroeste de New South Wales. Se observa durante los meses de verano y los rancheros, que ya la conocen, no acampan en esa área porque la luz invariablemente asusta a sus caballos y ganado, con desastrosos resultados. Aparentemente estas misteriosas luces infunden terror en los corazones de los animales.

La región solitaria del río Murrumbidgee, en New South Wales, es famosa por su «Quinn»™s Light». Esta es una luz de forma singular, como un brillante destello de un águila inmensa con las alas completamente extendidas. Algunos describen la luz como «el destello más poderoso jamás visto». Fue observada por vez primera flotando a 1 metro de la superficie sobre los troncos de los árboles de goma, en los pastos de la propiedad de un granjero llamado John Quinn. Algunos le han disparado sin efecto alguno. Otros han tratado de aproximarse pero, siempre los elude. Una noche un recién llegado al distrito se maravillo al ver la forma de un águila brillante volando sobre su recién adquirida granja. Declaró a la policía local que estuvo en medio del aire por más de 10 minutos emitiendo una luz tan brillante que «todo el lugar parecía estar iluminado como de día». Se asustó tanto por esta experiencia que recogió sus cosas y volvió a vender la granja.

El Sr. Glenville Pike, de Mareeba, North Queensland, Australia, escribió que él vio una luz similar a las de Min Min, una noche, en el país pantanoso cerca de 65 kilómetros de St. Lawrence, en la costa central de Queensland. Lo primero que pensó era que alguien movía una linterna. Entonces la vio elevarse en el aire y danzando durante unos minutos, finalmente se acercó a unos 50 metros por sobre su cabeza. El tranquilamente se adentro en la oscuridad hacia la luz y llegó a estar a tan solo 20 metros. Le pareció «algo como una enorme, bola luminosa, a unos 2 a 2.5 metros sobre el terreno». Repentinamente se elevó a un lado y comenzó a retirarse, haciendo un movimiento de baile sobre el terreno pantanoso. Se dio cuenta que la luz lo estaba guiando hacia dentro del peligroso pantano, por lo que se paró. La luz también se paró, vacilando mientras brillaba un poco más cerca de él como si intentara que la siguiera. El Sr. Pike había platicado previamente con un compañero sobre el profundo abismo que estaba justo del otro lado del pantano, por lo que decidió no seguir. Cuando se dio vuelta y regresó a su campamento, la luz su fue hacia el abismo y se perdió de su vista.

Cuando regresó a su campamento sus compañeros le dijeron que se trataba, de acuerdo con la leyenda local, de un hombre que había asesinado a muchas personas antes de que fuera arrojado al abismo, por lo que su espíritu trata, persistentemente, de llevar a los que se acercan hacia un destino fatal.

También se han dado varias explicaciones para estas luces australianas. Se dijo que era una colonia de insectos luminosos provenientes de Asia; un pájaro luminoso de Vietnam (en el caso de la Quinn»™s Light); centellas; trozos de basura ardiendo; etcétera. Como más adelante veremos, la explicación del pájaro luminoso no esta del todo alejada de la verdad, pero lo más interesante es que a finales del siglo pasado, el físico australiano Jack Pettigrew demostró que varios de estos eventos se debían a un efecto de inversión térmica que hacía que las luces de los automóviles parecieran estar más cerca de lo que estaban. Se trata, pues, de refracción de la luz sobre el horizonte.

Continuará…

Los ovnis eran luces de una fiesta de Navidad

¿Cuál ovni? Esas son nuestras luces de fiesta de Navidad

Los ovnis de Swindon no eran más que un show de luces de fiesta de Navidad, dice el hombre que reclama la responsabilidad.

Desde el 11 de diciembre, los residentes de Swindon han estado observando de cerca el cielo después que el estudiante Chris Moran y sus amigos reportaron ver un objeto brillante, plateado volar sobre la ciudad.

Pero ahora el director de eventos Simon Maddison ha dado un paso al frente para reclamar su responsabilidad.

El señor Maddison, de 39 años, de Purton, es director de Planet Pursuits, son base en Purton House.

Él dice que los ovnis eran luces dirigidas al cielo para guiar a los invitados a las fiestas de Navidad en el Steam Museum.

«Llevábamos a cabo una fiesta temática de 20 días en este taller y teníamos una luz exterior que irradia un haz masiva», dijo Maddison.

http://www.swindonadvertiser.co.uk/news/swindonnewsheadlines/display.var.1085534.0.what_ufo_thats_our_christmas_party_lights.php

http://www.thisiswiltshire.co.uk/news/headlines/display.var.1085534.0.what_ufo_thats_our_christmas_party_lights.php

Fuegos Fatuos (3)

BROWN MOUNTAINS

Las «Brown Mountain lights», se pueden ver a 13 kilómetros al Noroeste de Morganton, North Carolina, cerca de Blue Ridge Parkway. Son bolas luminosas rojas, azules, verdes y blancas. Se ven por lo regular en las noches parcialmente nubladas, cuando la luz esta muy bajo, sobre el condado de Burke. También se les puede observar desde el Wiseman»™s View, o la Linville-Grandfather Mountain.El primero en reportar las luces fue el ingeniero alemán William Gerard de Brahm en 1771. De Brahm también fue el primero en ofrecer una explicación. Escribió:«Las montañas emiten vapores nitrosos que se inflaman por el viento, y cuando chocan dos de estos vientos, las flamas se sulfuran y desaparecen».Una de las referencias más antiguas en los periódicos sobre las Brown Mountain Lights, se encuentra en The Observer, Charlotte, North Carolina, del 23 de septiembre de 1913.Ese mismo año, 1913, el U.S. Geological Survey realizó una investigación y concluyó que las luces eran producidas por los focos de las locomotoras y de los automóviles. Probablemente las luces que se vieron durante esta investigación sí eran debidas a focos de autos y ferrocarriles, pero las que vio De Brahm no, porque en ese entonces no había línea férrea, y mucho menos automóviles. Sin embargo el fenómeno puede atribuirse a reflexiones y refracciones de las luces de Hickory, Lenoir, uno de los pueblos cercanos.El contactado Ralph I. Lael, afirma que las «Brown Mountain Lights», son aparatos extraterrestres.El astrónomo Daniel B. Caton, escribió para The Observer, sus experiencias con las «Brown Mountain Light» (Close Encounters of the Skeptical Kind). Encontró que eran simples reflexiones en la atmósfera.OZARKLa «Ozark Spook Light», también conocida como «Hornet Light», es una atracción turística en el medio oeste. Por más de 50 años, especialmente desde que se inició la era de los automóviles, los turistas que llegan a las montañas Ozarks (Shepherd of the Hills o Central Missouri) han visto la «Luz Fantasma».Fue tanto el éxito de las luces que, incluso Leslie W. Robertson construyó el Spooksville Museum, en el pueblo de Hornet, cerca de Joplin, Missouri. La mejor zona de avistamiento es un viejo y polvoriento camino, a 400 metros al oeste del museo. Las luces aparecen cerca de ahí a distancias que van de 70 a 1,500 metros. Su tamaño va desde el de una manzana hasta una pelota de basketball. Se expanden y contraen, y se mueven de izqierda a derecha, de adelante hacia atrás o viceversa. Su color va de dorado, ámbar, amarillo a rojo. Sus movimientos parecen ser aleatorios, y nunca se separan del camino. Aparecen y desaparecen repentinamente. Frecuentemente se observan dos luces. Aparecen cuando la atmósfera es clara. Pero nadie sabe cuál es la mejor época para verlas y no existen dos descripciones que coincidan en su totalidad. Lo más común es que aparezcan como una luz brillante en lontananza, que aumenta y disminuye de tamaño, se mueve acercándose o alejándose o moviéndose sobre las montañas con gran destello de luz.

Actualmente el propietario del museo es Garland «Spooky» Middleton, y hay una fotografía muy famosa de él afuera del museo, que fue publicada por la revista OK Magazine, del 28 de octubre de 1979.

John P. Bessor estudió las luces para la revista Fate en 1951. Entrevistó a varios de los residentes y encontró un operador de una estación de gasolina que tuvo un encuentro con las luces en la montaña. Cuando él y sus compañeros dejaban el trabajo, una fuerte luz tan larga como el brazo extendido de un hombre, se formó repentinamente a pocos metros sobre sus cabezas.
«Emitía un zumbido y se quedó sobre nosotros por algún tiempo. Entonces se agrandó y se encogió varias veces. Una de las chicas que estaba con nosotros se desmayó».

El Dr. George W. Ward, del Bureau of Standards, Washington, D.C., y socio del Midwest Research Institute, hizo una investigación en 1945. Escribió que vio la luz sobre las colinas. Tenían la forma de esferas de color amarillo verdoso de 1.5 metros de diámetro. La luz se dirigió a su auto y él, rápidamente cerró la puerta.

Se han tejido diversas leyendas en torno a esta luz. La Neosho, Cámara de Comercio de Missouri, publicó un librito en el que se menciona que los antiguos indios de la región ya hablaban de la luz antes de la construcción de la carretera. Otros dicen que se trata de un viejo minero que lleva su linterna y que cruza los campos y desaparce. También se menciona que el primer reporte que se conoce fue de 1886, pero hasta el momento no he encontrao tal reporte, ni se a qué se refiere el mismo.

Durante la Segunda Guerra Mundial el Cuerpo de Ingenieros de las Fuerzas Armadas estuvieron en el área durante semanas con equipos sofisticados. Se examinaron cuevas, depósitos minerales, autopistas y carreteras y se intentaron varias explicaciones sobre el origen de estas luces. Posteriormente varios científicos han visitado el área con el mismo propósito. Sus resultados han probado que la refracción de la luz de los autos que viajan por la ruta 66, 8 kilómetros al Oeste, son las causantes de las luces.

Quedaría la duda de casos como los del empleado de la gasolinera o el de George Ward. Si bien el primero fue dado a conocer en una revista sensacionalista (además que no se menciona su nombre), en el segundo se trata de un físico. Pero las nuevas investigaciones, como la siguiente, nos hacen suponer que tal vez Ward sufrió alguna confusión.

Incluso Joseph Allen Hynek, el padre de la ufología, escribió sobre las Tri-State Spook LightsNew Horizons. (como también se les conoce porque se pueden ver desde tres estados: Missouri, Oklahoma y Kansas), en la revista

New Horizons.

Según Leslie Kennon, de la Division of Resources and Development, del Estado de Missouri, la historia oficial de las Luces Fantasmas Hornet no es del todo cierta. En primer lugar, apunta, «existen varias fotografías de las luces y yo mismo he tomado algunas». «Mirando hacia el oeste, por el camino de la luz fantasma, con unos binoculares, se puede ver la autopista. Si se examina el mapa topográfico de Joplin, se puede observar parte de la Ruta 66 que corre del Este de Commerce a Ouapaw, en Oklahoma, después gira al Norte (coloreado de amarillo en el mapa). Desde mi locación sobre el Camino de la Luz Fantasma (con una X roja en el mapa) estaba a 9.7 millas al Este de la parte oriental de la autopista. Los binoculares revelan claramente la parte estrecha de la Ruta 66 y los ocasionales flashes de luz reflejante sobre los carros de la autopista causados por la puesta del Sol en el Oeste. Cuando abrió el museo, a las 6:00 PM, me quedé unos 40 minutos hablando con el Viejo Garland «Spooky» Middleton (de 70 años), sobre las luces y leyendo los recortes de periódico sobre las luces fantasma que él ha pegado sobre las paredes del museo. «Después de la puesta de Sol 6:40 regresé a mi punto de observación y pude ver una de esas famosas luces directamente del Oeste sobre el camino. Mis binoculares me probaron que esas luces no eran otra cosa que las luces de los autos que viajaban sobre la Ruta 66 a unas 10 millas de distancia. Ocasionalmente son visibles varias luces, vistos a través de binoculares, pero a ojo desnudo sólo se ve un punto luminoso. La presencia de uno o más autos puede explicar el aumento y disminución del brillo. Mis mejores fotos las tomé al ocaso con un rollo Kodachrome 64, a 1/15 de segundo con una Minolta de 50 mm a una abertura de lente de F 1.4. «Las luces que se reportaron antes de la era del automóvil se pudieron deber a luces de campamentos en las vecindades de lo que, en el futuro, serían los pueblos de Commerce y Ouapaw. Todas las fotografías de estas luces están en el mismo sitio, justo en el centro en forma de V de los árboles en el camino, exactamente en donde se verían al ser producidas por las luces de los automóviles sobre la autopista». Actualmente en el sitio en donde aparece la luz hay un contenedor en el que se ha pintado de naranja la leyenda No Tresspassig. Phil Campagna tomó ahí sus fotos (que aparecen en el clip de abajo), el 15 de abril del 2000.

MACO

La «Luz de Maco» aparecía a lo largo de una antigua vía férrea, de donde se han removido los rieles. Esta parte del camino es muy recto y se eleva lentamente entre una valla de madera y arbustos. La luz aparecía como un destello que se hacía cada vez más brillante hasta alcanzar el brillo de la estrella más brillante. Aparecía estática en el lado derecho del camino y luego se movía hacia el centro. Se tenía la impresión que subía por la colina en una trayectoria curva. Luego de pocos segundos la luz desaparecía. La distancia hacia la luz era difícil de determinar, algunos la estimaron en unos 500 metros. Algunas veces, luego de esta luz aparecía una de color rojo que se movía erráticamente de derecha a izquierda.

Maco se encuentra en el condado de Brunswick, Carolina del Norte, a 20 kilómetros al Noroeste de Wilmington, sobre la carretera 74/76, entre los pueblos de Saratoga y Bragg.

Se le veía sobre el Bragg Road, en Saratoga, Texas. Durante las noches de verano se puede ver otra luz misteriosa, sobre los pantanos. En 1960 el sheriff Whit Whitaker inició una campaña impidiendo el uso de armas de fuego en el área, ya que varios testigos habían disparado a la luz, sin ningún resultado.

A la luz de Maco también se le ha embellecido con una leyenda. Los creyentes de lo oculto dicen que en 1867 la Atlantic Coast Line Railroad tenía una ruta que pasaba por la pequeña estación de Farmer»™s Turnout (ahora llamada Maco). Joe Baldwin era uno de los conductores de la línea. Una noche en que el tren estaba parado, inexplicablemente el último vagón se soltó y comenzó a caminar colina abajo. Baldwin saltó al vagón para tratar de detenerlo, pues atrás venía otro convoy. Al no poder detenerlo, sacó su linterna e hizo señales al otro tren, pero no pudo evitar la colisión. Joe murió decapitado. Desde entonces los residentes comenzaron a ver las luces cerca de Hood»™s Creek. Se les veía sobre los rieles del Atlantic Coast Line. A veces eran dos luces, una encima de la otra. «Es el viejo Joe buscando su cabeza», decían los lugareños.

Pero la verdad es que la Atlantic Coast Line Railroad nunca tuvo una ruta que llegara a Maco en 1867, simplemente por que en ese año no existía. La que sí tenía una ruta era la Wilmington, Manchester and Augusta Railroad, pero se desconoce si en ese entonces trabajaba para esa línea alguien llamado Joe Baldwin.

Tal vez porque no se ha logrado demostrar la existencia del tal Joe, otros dicen que la luz es el espíritu de un guerrero indio muerto en batalla, mientras otros afirman que es el fantasma de una bruja negra.

Pero el hecho es que la gente veía luces, y existen muchos testimonios al respecto. Uno de los que le dieron mayor nombre fue el del presidente Grover Cleveland.

No se si el relato sea verídico, pero se afirma que en octubre de 1894 el presidente Cleveland vio las luces desde su Pullman. Maravillado, el presidente llamó al conductor del ferrocarril y le preguntó sobre la misteriosa luz. El conductor sonrió y dijo:
«Lo que usted acaba de ver, señor, es la Maco Station Light».

Se ha estimado que las luces Maco tienen una intensidad de un foco de 25 watts. Por eso es incomprensible la reacción de algunos conductores del ferrocarril que, según los defensores de las luces de Maco, han incluso detenido el tren creyendo que iban a chocar con otro viniendo de frente. Esto los ha llevado a adoptar dos linternas, una blanca y la otra verde.

A las luces también se les conoce como «Big thicket ghost light» y duran de pocos segundos (30, lo más común) a varios minutos. En una ocasión se trajo una ametralladora desde el Fuerte Bragg y se disparó hacia la luz. Pero esta siguió apareciendo.

Parte de los rieles fueron desmantelados en 1934. En 1977 se quitaron por completo las vías, y desde entonces se dejaron de ver las luces.

ESPAÑA

Otro país en donde también abundan las tradiciones de luces fantasmas es España. La «Luz Mala» o las»Luces Populares», recorren España.

En el siglo XII un grupo de soldados vio como una «estrella» caminaba sobre los cuernos de un toro que se encontraba en una colina en la que luego se fundaría la ciudad de Teruel. En el escudo de la ciudad aparece la imagen del toro y la luz, recordando su origen.

Es probable que estos fenómenos estén de alguna manera relacionados con la electricidad ambiental, del mismo modo como los Fuegos de San Telmo.

En Manresa, Barcelona se celebra la fiesta de la «Misteriosa Llum». Se trata de una misteriosa luz que se dice apareció el 21 de febrero de 1345, en las cercanías de la Iglesia del Carmen, para luego atravesar las paredes del templo y «bailar» ante los testigos.

En los bosques catalanes de Queralbs, Tregurá o Freixenet se han visto luces desde antaño, vulgarmente conocidas como «follets delfoe», añadiendo la leyenda que en el lugar donde éstas nacen se esconde un tesoro oculto. Para el folclore, estas luces representaban a seres sobrenaturales que bien podían corresponder a fantasmas, almas en pena de antepasados, dragones, duendes, hadas… y que solían adoptar esta especial forma ígnea para manifestarse.

También en Cataluña, en el monte Turó de I’Home, tiene sus luces, pero las más interesantes desde el punto de vista ufológico son las luces que aparecen en la montaña de Montserrat, y que le han dado gran fama al contactado Luis Grifol, quien ha desarrollado un método para descubrirlas.

En los países vascos se habla de Mari, una especie de hada que se transforma en bola de luz. En Galicia aparecen sobre el Pico Sacro, mientras que en Vizcaya, sobre el monte Amboto. Cádiz tiene su tradición de los «diablos luminosos».

Las islas Canarias tienen muchos lugares con luces fantasmas. En Jandía, por ejemplo, cuenta una leyenda que un par de esclavos, que tenían reputación de blasfemos y ateos, escaparon y huyeron con rumbo a la montaña Cuesta de Pedrea. Ahí encontraron un carnero que mataron y arrastraron para poder comerlo. En la montaña no había leña con qué cocinarlo, pero encontraron una cruz de madera que señalaba el cementerio que se encontraba en la cúspide. Tomaron la cruz y con ella hicieron la hoguera. Esta profanación, según cuentan, les fue fatal ya que a poco se cayeron despeñados por un barranco. Como castigo final Dios los condenó a vagar en la montaña en forma de bolas de luz.

Estas luces o llamas son de color y brillo metálico, en colores azules o rojas. A veces es diminuta, como la luz de un cigarro encendido, y otras más grandes, como una hoguera. Su rapidez de movimiento es muy grande. Cuentan que da saltos hasta de kilómetros en fracciones de minuto, hasta el punto de dar la sensación de estar a la vez en ambos extremos del salto.

Cuentan también que tienen el don de la palabra, aunque hay quienes dudan de su autenticidad.

Cerca de ahí, en los llanos de la Concepción y la charca de Los Molinos, se habla de la «Luz de Leme»; y en la Gran Canaria se encuentra el Puerto de la Luz, cuyo nombre tuvo su origen en una de estas luces. En Güimar, Tenerife, se aparece una luz en las partes altas de la localidad.

Un fenómeno similar se desarrolla en la Isla de Fuenteventura, Canarias, en un lugar conocido como Mafasca. Las gentes lo conocen como «Las luces de Mafasca». El fenómeno, que se desarrolla en el pueblo de Betancuria, esta rodeado de una leyenda.

En el actualmente deshabitado pueblo de Mafasca, en las islas Afortunadas, aparece una luz de color azul que termina tornándose rojo. El tamaño es el de una bola de brillar. Por lo regular se acerca a las personas y los guía en su camino.

En otra de las islas Canarias, en Tenerife, existe «La misteriosa luz de Martela», como la conocen en el pueblo de Granadilla de Abona, al Sur de la isla.

Según los habitantes de ese pueblo, esta luz sale de un lugar descampado en la carretera que va de Granadilla a Vilaflor. Sale en días y horas determinadas de la noche (a las 11), y dos a tres veces a la semana.

Esta luz, cuentan las gentes que se han topado con la misma, es clara, silenciosa, muy potente, e incluso, al paso de los coches y camiones, la han visto echarse fuera de la carretera y desplazarse por sobre un barranco volviendo de nuevo a la misma. En ocasiones llega hasta las primeras casas del pueblo de Granadilla, y allí da vuelta regresando por el mismo itinerario hasta el lugar de donde salió y allí de nuevo desaparece.

Continuará…