Los niños salvajes (28)

LA MANZANA

Otro caso de abuso infantil, esta vez generado por el fanatismo y las normas religiosas, es el de las niñas gemelas Zahra y Massoumeh Naderi. Su padre, un anciano de 65 años sin empleo, llamado Ghorban Ali Naderi aplicó la ley musulmana de una forma cruel y estúpida. Mantuvo a estas niñas iraníes alejadas de todo contacto con cualquier otro ser humano. Incluso él mismo, la madre y otros familiares no tenían acceso a las niñas, mucho menos los vecinos.

Ghorban era un hombre estricto y religioso que estaba preocupado por su honor y no deseaba que sus hijas estuvieran expuestas a las pecaminosas influencias del mundo exterior mientras él estaba fuera de la casa. Su esposa, una mujer ciega, estaba de acuerdo y entre ambos decidieron mantener encerradas a las niñas en un cuarto de tres por cuatro metros. Las niñas crecieron tras las rejas y paredes de una casa pobre de Teherán, sin bañarse sin aprender a caminar correctamente y emitiendo solamente gruñidos inarticulados.

Durante años nadie se dio cuenta de esta atrocidad. Pero luego, en 1997 cuando las niñas tenían unos 10 años de edad, unos vecinos dieron parte a las autoridades, a la Dirección de Asuntos Sociales, la dramática situación en la que se encontraban las dos hermanas gemelas, encerradas por su padre desde su nacimiento, y las niñas, al fin, pudieron ser rescatadas. Eran una piltrafa. Apestaban, no podían caminar y emitían gruñidos y otros ruidos sólo comprensibles entre ellas.

La trabajadora social examinó la situación y se enfrentó a los padres que aseguraban protegerlas así del mundo exterior: esa fue la opción que tomaron para mantenerlas seguras del mundo, alejadas del ojo masculino. La asistente social advirtió a los padres que tomaría a las muchachas bajo su cuidado si sus circunstancias no mejoraban. Se permitió que el matrimonio conservara la custodia a condición de que quitaran las rejas y candados de su puerta delantera.

Cuando la trabajadora social volvió, las encontró de nuevo inmovilizadas por su padre. Ghorban se quejó, lloró e insistió inútilmente en que no había hecho otra cosa que cumplir con el mandato de lo que le enseñó la tradición. Para apoyar sus palabras sacó un vetusto libro de Consejos para los Padres que inspiró literalmente su política hogareña. En el libro se podía leer: «La mujer es una flor que se marchita al sol y la mirada de los hombres es ese sol».

Eventualmente ocurrió una inversión de papeles: mientras que las niñas consiguieron salir a la calle e interaccionar con otros niños, Ghorban fue forzado a permanecer en casa tras las rejas de la puerta.

La noticia apareció en todos los diarios y la televisión de Irán. Después de conocer sobre esta tragedia, la hija del director de cine iraní Mohsen Makhmalbaf, Samira Makhmalbaf, una joven de 17 años, se comenzó a interesar en el destino y futuro de las gemelas.

Samira Makhmalbaf entró en contacto con la familia y consiguió que actuaran en una especie de documental basado en sus vidas: La Manzana. Aunque escrita por su padre y con el trabajo de la madre (Marziyeh Meshkini) como asistente de director, La manzana es una pequeña obra de arte ganadora de varios premios: Premio del público del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires, así como también el de la OCIC, que nuclea a los críticos internacionales; el trofeo Sutherland para la mejor opera prima en el festival de películas de Londres; y obtuvo buenas críticas en el festival de películas de Nueva York y en Cannes 98.

La manzana relata el encuentro de las dos gemelas con el mundo exterior. El momento en que quedan libres, atraviesan el umbral, y se enfrentan a un nuevo mundo totalmente desconocido para ellas en donde todo las sorprende. Juntas, descubren lo que hay más allá de la puerta de su casa y se relacionan con otros niños.

También se le da voz al padre, quien insiste en decir que obedece a los preceptos tradicionales. No entiende porqué se le ha presentado como un monstruo. Se siente desconcertado y herido.

Esporádicamente aparece la silueta de la madre cuyo rostro jamás podrá verse, cubierto perpetuamente con el chador, maldice a la trabajadora social ante la impotencia de su ceguera.

Samira abordó la historia de las niñas en el intervalo que va desde su retorno al hogar (luego de un breve período de atención médica) y la disolución del sistema de encierro en que consistía la totalidad de su mundo.

Se asiste a la humanización de las hermanas con un regocijo que no puede dejar de trasladarse al espectador. En una entrevista Mohsen Makhmalbaf declaró: «Como ves en la película, estas dos muchachas al principio de la película parecen animales. Sólo hacen sonidos igual que los animales. Filmamos esto en 11 días, y durante estos 11 días, cambiaron más que durante esos 11 años, sólo debido a tener contacto con nosotros».

La «actuación» de las dos niñas es simplemente mágica. Su pureza e inocencia se ve en su comportamiento natural y genuinamente encantador vistos tan raramente en las películas. Zahra y Massoumeh ejecutan ante cámara la ínfima articulación de las escasas palabras que han aprendido. Aun cuando son liberadas, las muchachas no pueden inicialmente funcionar en un mundo del que no tienen ningún concepto y regresan al único lugar que les es familiar: su patio trasero. Pero poco a poco se van integrando. El encuentro con otros chicos o un animal, el simple hecho de cruzar la calle, de alejarse de la cuadra de casa o ir a comprar a algún negocio asume las formas del asombro propias de la infancia. Su sentido de descubrimiento en las calles diarias de Teherán se colorea con un temor encantador por los placeres simples. El sabor del helado, el encuentro con una cabra, las interacciones con los vendedores y los potenciales amigos dan lugar a situaciones cómicas y profundamente humanas.

Ficha técnica

Título original: Sib

Dirección: Samira Makhmalbaf

Guión: Mohsen Makhmalbaf y Samira Makhmalbaf

Fotografía: Mohamad Ahmadi y Ebrahim Ghafori

Música: Philippe Sarde

Producción ejecutiva: Iraj Sarbaz

Montaje: Mohsen Makhmalbaf

Intérpretes: Massoumeh Naderi (Massoumeh), Zahra Naderi (Zahra), Ghorban Ali Naderi (el padre), Azizeh Mohamadi (la madre), Zahra Saghrisaz (la asistente social).

Año 1998

Nacionalidad Irán

Estreno 26-11-98

Género Drama

Duración 85 m

Continuará…

UAVs extremos

Vuelo de UAVs extremos, desde el más pequeño al más mortal

Por David Hambling

Mientras que los vehículos aéreos sin tripulación, o UAVs, se convierten en los principales aparatos en las operaciones militares modernas, sus aplicaciones y formas han crecido y se han hecho más variadas. Hoy hay desde robots espías lanzados con resorteras a guardianes globales. De hecho, las siglas en sí mismas se pueden transformar en UAS (sistemas aéreos sin tripulación) para indicar que éstos no son sólo aviones, sino sistemas que incluyen estaciones en tierra y otros elementos.

No son sólo los militares quienes los utilizan «“ la policía usa la misma tecnología para vigilancia, mientras que los terroristas construyen bombarderos suicidas voladores.

http://www.wired.com/politics/security/multimedia/2007/10/gallery_uavs

Aunque Wired dice que el drone de arriba es el más pequeño, encontré una foto de otro aún más pequeño.

¿Maussán en "Misión Imposible?

¿Maussán en «Misión Imposible?

Kentaro Mori

No debería abrir espacio para Jaime Maussán pero su más reciente aventura tiene algunos elementos interesantes. Es su «Desafío Crop Circles 2007«, según el cual se debe reproducir una de las tres figuras en plantaciones definidas por él, en una sola noche. El plazo es de inicio de septiembre hasta el 3 de noviembre de 2007, y el premio para quienes consigan realizar la hazaña frente a sus cámaras, produciendo algo que él juzgue aceptable, es de 100,000 pesos mexicanos (algo alrededor de los 10,000 dólares).

¿Parece interesante y honesto? No si notamos que uno de los diseños que se exige que sea reproducido en una noche fue en verdad creado a lo largo de dos días.

Arriba, dos ejercicios de la formación de Silbury Hill, como estaban respectivamente el 2 y 3 de agosto de 2004.

También se debe notar que los circlemakers acostumbran ganar mucho más que algunos miles de dólares para crear obras comisionadas, y eso en Inglaterra. 10,000 dólares ni siquiera cubren los gastos de viaje. Un desafío de buena fe aceptaría inscripciones del país en que realmente se hicieron los modelos que pide sean reproducidos: Inglaterra. ¡Y no tendría un plazo de dos meses!

Si no es una «misión imposible», es claramente una jugada para, a partir de noviembre, clamar tener una «prueba» de que los círculos son hechos por extraterrestres. Si, porque si ningún mexicano se motiva a crear un círculo en la mitad de tiempo en que fue creado por los profesionales de Inglaterra, por un premio no garantizado de 10,000 dólares, entonces es obvio que los círculos son creados por seres alienígenas de Aldebarán. Es más fácil pensar así que presentar una única prueba de que los círculos son de hecho creados por extraterrestres.

Y aunque alguien venciera el desafío de Maussán, ¿eso probaría algo nuevo? No, porque el hecho de que seres humanos consiguen producir intrincadas obras en las plantaciones se prueba año con año desde hace más de dos décadas, de forma documentada, en formaciones definidas arbitrariamente (de Hello Kitty a Firefox). Nada de eso ha convencido a quienes quieren creer o los que quieren ganar dinero vendiendo un misterio que no existe. Maussán, por ejemplo, vende estampas de círculos de las cosechas.

PS Para el primero (o primera) que comente comparando el desafío de Maussán con el de Randi, sólo un detalle: Randi no promueve vídeos de «caballos voladores». Y su desafío está claramente identificado, con términos minimamente razonables, no se limita a dos meses por ejemplo.

http://www.ceticismoaberto.com/news/?p=1019

Kentaro: El problema radica en que una persona como Maussán, que durante años ha demostrado su total desprecio por la ciencia, obviamente no tiene idea de cómo hacer un diseño de experimento (que él llama desafío), mínimamente aseado.

Por principio de cuentas ni siquiera sabe qué es lo que quiere probar. Bueno en realidad todos nos damos cuenta, como ya lo dijiste, que se trata de una maniobra hecha con las patas para decir, al término del plazo, que los cropcircles son hechos por marcianitos verdes.

No creo que los escépticos organizados acepten esta trampa.

Pero si ningún escéptico conocido se inscribe en ese circo, ¿quién nos garantiza que Maussán no vaya a presentar diseños fallidos como producidos por los escépticos? Yo no dudaría de esto, pues claramente se ve que uno de los fines es desprestigiar al movimiento escéptico.

El que los escépticos critiquen la idea de que los cropcircles son producidos por extraterrestres como una mafufada o maussanada, no quiere decir que sean capaces de crear cropcircles. Claramente se ha dicho una y mil veces que quienes hacen estos diseños son los circlemakers. Que vaya Maussán a Inglaterra y les pague a ellos para que hagan los diseños que a él le de la gana. Nosotros, los críticos y escépticos no tenemos que demostrar que los cropcircles NO son hechos por extraterrestres, es Maussán, y los que como él afirman que son obra de los ET, los que tienen que demostrarlo. De esa forma funciona la ciencia y no como lo quiere retorcer Maussán.

Los niños salvajes (27)

OXANA MALAYA

Oxana Malaya nació en 1983 en una granja de la aldea de Novaya Blagoveschenka, en Ucrania. Sus padres eran alcohólicos que constantemente discutían y gritaban. Su madre la golpeaba y ella se orinaba por el terror. Una noche, cuando Oxana tenía tres años, sus padres completamente borrachos la dejaron en el exterior. «Se olvidaron totalmente de mí», cuenta a los 23 años. Ella se arrastró a un cobertizo en donde guardaban perros.

Pasó el tiempo y nadie se preocupó en buscarla. Es más, parecía que no habían notado su desaparición. Oxana permaneció donde había calor y alimento. Los perros la adoptaron como una más de la jauría y compartían con ella los restos de comida y la carne cruda.

Poco a poco fue perdiendo su humanidad. Olvidó el lenguaje, adoptó la forma de caminar de los perros y aprendió a sobrevivir entre los animales. Al parecer se acercaba a las casas con sus amigos perros para conseguir alimento, pero los humanos ya no eran más de su especie.

Cinco años después un vecino reportó un niño que vivía con los perros callejeros. Cuando la encontraron, en la edad de ocho años, en 1991, Oxana apenas podía hablar y se comportaba exactamente como un perro. Su caso es idéntico a los anteriores: jadeaba, olía la comida antes de comerla, andaba a cuatro patas, enseñaba los dientes al sentirse cercada, ladraba y gruñía. Bebía el agua directamente de las charcas con la lengua. Cuando se mojaba sacudía la cabeza y el cuello para librarse de las gotitas, exactamente como lo hacen los perros. En el 2001 el Discovery Channel emitió un documental sobre Oxana. «La niña perro» vivía en una clínica para discapacitados mentales. Aunque en la clínica la enseñaron a caminar verticalmente, a comer con las manos y a comunicarse como un humano, seguía mostrando su extraño comportamiento canino. Estas características hicieron que tuviera su primera desilusión sentimental. Cuando ella le contó a su novio lo que había ocurrido en su vida y le mostró que todavía era capaz de gimotear, ladrar y correr a cuatro patas, el chico se asustó y nunca más volvió con ella.

Oxana pudo aprender a hablar otra vez porque ella ya tenía cierto discurso infantil antes de que la abandonaran. Los expertos están de acuerdo en que a menos que un niño aprenda hablar a la edad de cinco años, el cerebro pierde su ventana de oportunidad de adquirir un lenguaje, una característica que define a los seres humanos.

Cinco años después del programa de Discovery Channel, la televisora británica Channel Four contrató a la psicóloga británica y experta en niños salvajes, Lyn Fry, para dirigir otro documental sobre Oxana. Deseaban ver si se había integrado a la vida de la comunidad. El documental, Feral Children, de 48 minutos, se centra en Oxana pero presenta otros casos de niños ferales y ahonda sobre la función del lenguaje humano en la construcción de la identidad.

«Esperaba alguien mucho menos humano», dijo la psicóloga Fry. «Había oído historias de que no era muy cooperativa, que era inepta socialmente, pero ella hizo todo lo que le pedí.


«Su lenguaje es raro. Habla de corrido y llanamente como si fuera una orden. No hay cadencia o ritmo o música en su discurso, ni ninguna inflexión o tono. Pero ella tiene sentido del humor. Le gusta ser el centro de atención, hacer que la gente se ría. Muestra una habilidad que sorprende cuando consideras su pasado.

«Ella me impresionó mucho. Cuando le regalé algunos animales de madera de juguete que habíamos utilizado en pruebas, ella me lo agradeció. Superficialmente, nunca sabrías que ella fue una mujer criada por los perros.

«Como un perro con un hueso, su primer instinto es ocultar cualquier cosa que le dan».

La cosa más rara es cuán poca atención pone a su mascota. «A veces, lo empuja lejos», dice la señora Fry. «Esta mucho más orientada a la gente». Pero es feliz mirando las vacas en la granja insalubre de la clínica de Baraboy, fuera de Odessa. «Era sucio, terriblemente reducido y primitivo» dice Fry, «pero en términos ucranianos, muy deseable».

Sus cuidadores son buena gente con los mejores intereses, aunque no hay terapia como tal. Oxana está haciendo cosas en las que ella es buena.

Después de una serie de pruebas cognoscitivas, Fry concluyó que Oxana tiene la capacidad mental de un niño de seis años. Puede contar pero no sumar. No puede leer o deletrear su nombre correctamente. Tiene dificultades de aprendizaje, pero no es autista. Ella está orgullosa de su enorme reloj con sus numerosos tonos – pero no puede decir la hora.

Tiene solamente 1.52 metros de altura pero cuando juega con sus amigos, hay un aire palpable de amenaza y de fuerza bruta.

La escena inicial del documental muestra a Oxana a cuatro patas y ladrando. Lisa Plasco, productora ejecutiva, dijo: «La han educado lejos de todos esos aspectos de su pasado. Pero en privado, pienso que ella puede (ladrar). El nivel de sonido se puede haber realzado en la película, pero ella hizo ciertamente esos ruidos».

En la película, Oxana se ve sin coordinación. Cuando camina, se nota su extraño paso tambaleante, el movimiento de los hombros, el intermitente escudriñar y los dientes deformes. Ella dice que todavía va al bosque cuando está trastornada. Uno se puede preguntar qué voz utiliza cuando va allí: animal o humana.

En el documental, al igual que sus amigos presentes, pero desde la distancia, presenciamos la reunión de Oxana con su padre y su hermana (de la madre no se sabe nada). Plasco informa: «Sabíamos que ella deseaba mucho reunirse con él y eso nos facilitó la escena pero no la orquestamos».

Fry estaba ansiosa por la manera que la reunión fue conducida: «Pienso que era una buena idea para ellos reunirse pero una manera muy aventurada. Sentía que cualquier cosa podría suceder. Habría podido separarlos permanentemente. Era muy tenso. Allí necesitaba alguien a su lado, tomando su mano».

Oxana estaba parada frente a su padre y hermanastra, Nina, con la que ella nunca se había reunido. Caminó lentamente hacia ella, sin hablar. Oxana rompe el silencio. «Hola», dice ella. «He venido», contesta su padre. «Te agradezco que hayas venido. Quisiera que me vieras ordeñar las vacas». Nina comienza a sollozar y Oxana la abraza.

Oxana tiene una noción romántica de volver a vivir con su pobre padre, pero es dudoso que eso suceda. Es poco probable que Oxana deje la institución ya que carece de las habilidades para sobrevivir. Según Fry: «Ella no tiene las habilidades sociales o personales. Ella ha tenido novios pero no tiene la capacidad de formar relaciones a largo plazo o de entender el dar y tomar. Es una persona muy vulnerable y esa institución no le ha enseñado a protegerse del exterior».

Continuará…