Kenneth Arnold y los contactados

Kenneth Arnold y los contactados

TheComingOfTheSaucersFue gracias a una invitación del editor de Amazing Stories (una revista pulp de ciencia ficción), Raymond Palmer, que Kenneth Arnold comenzó a investigar casos ovni. De hecho fue el primero en hacer esto. Palmer le envió $200 para financiar la investigación de un suceso que había ocurrido en el puerto de Tacoma, Washington, en donde, supuestamente, habían caído fragmentos de un platillo volador. La historia la cuentan Arnold y Palmer en su libro The coming of the saucers[1].

Pero no fue el único caso que investigó Arnold. También indagó sobre el misterio de las “luces fantasma de Nevada”[2]; el meteorito de Nyassa, Oregón[3]; el incendio de Salmon River[4]; y otros. Uno de los más curiosos fue el caso del primer contactado de la historia. No, no se trata de George Adamski sino de Samuel Eaton Thompson.

Arnold conoció la historia de Thompson a través de una nota en el periódico The Centralia Daily Chronicle[5], de Centralia, Washington, en su edición del 1 de abril de 1950. La fecha es importante pues se trata del día de los inocentes para los países de habla inglesa.

Arnold, en compañía de su esposa Doris Arnold se dirigieron a Centralia para entrevistar a Thompson. La entrevista fue grabada y Arnold le envió una copia a Palmer, con el fin de que fuese publicada en la revista Fate, de la que Palmer también era editor. El carrete quedó archivado y no fue sino hasta que el ufólogo e historiador de los ovnis Jerome Clark la encontró en los archivos de Clark Publishing Company, cuando se convirtió en el nuevo editor de Fate, que la historia salió a la luz[6].

Clark menciona que la historia era tan ridícula que en partes de la grabación se puede notar que los Arnold a duras penas logran soltar la carcajada mientras Thompson relataba sin rodeos los detalles improbables del episodio. Señaló que los Arnold pensaban que era sincero, pero que en realidad no creían que lo que él contaba fuera fáctico. Clark evaluó el testimonio como probablemente “una experiencia visionaria, que se inspiró y se basó en el folclore ovni y las historias bíblicas[7].

Samuel Eaton Thompson

SamuelEatonSamuel Eaton Thompson fue un hombre alto, corpulento, con ojos marrones y cabello castaño oscuro. Nació el 4 de septiembre de 1895 en Northfield, Rice, Minnesota. Hijo de Irvin Thompson y Emma Hawkins. Fue empleado como carpintero para Great Northern Railroad en St. Cloud, condado de Stearns, MN. A los 21 años se registró para el reclutamiento de la Primera Guerra Mundial, en junio de 1917. Sirvió como soldado raso en el ejército de los EE. UU., a partir del 29 de abril de 1918. Uno de sus primos de la familia Quinn escribió en una carta que el primo de su madre, Samuel Thompson, fue “chofer privado del general Jack Pershing en la Primera Guerra Mundial” y que “Sam estaba en el Batallón Perdido y resultó gravemente herido”. Esta tradición familiar no se ha confirmado a partir de los registros de servicio reales de Samuel.

En el momento del censo de EE. UU. de 1920, Samuel Thompson se había casado con Mabel I Thomson, de 18 años, y se había mudado al otro lado del río Mississippi, a Sauk Rapids en el condado de Benton, MN. Tenía 24 años y operaba una tienda de puros. Tuvieron un hijo, Melvin Thompson. En ese momento Otto Rasmusson también vivía en su hogar, según el censo.

Según el periódico Nashua Reporter de Nashua, Condado de Chickasaw, Iowa, del 26 de enero de 1927: “Samuel E. Thompson de Nashua ha presentado una demanda de divorcio contra su esposa, Mabel I. Thompson. Pide una sentencia de divorcio por crueldad y trato inhumano y abandono alrededor del 11 de noviembre de 1926, alegando que ella ‘buscó la compañía de otro hombre’ y dejó el hogar provisto para ella y sus hijos sin justa causa o excusa. El demandante alega problemas de salud. Pide divorcio absoluto, custodia de cuatro hijos menores y permiso para volverse a casar en el plazo de un año. W. G. Henke, abogado del demandante”.

El 23 de octubre de 1929, el mismo periódico anunció: “Durante la semana pasada, el juez Eichendorf ha escuchado cuatro casos de divorcio. Concedió el divorcio de Mabel Thompson, de Samuel Thompson, también el divorcio de Elizabeth Thompson de Charles Thompson, y John E. Berry de Gertrude Berry. El caso de Richard Stolz vs Emma Stols estaba en manos del juez pero hasta ayer por la tarde no había dado su decisión, parece que no hay dudas sobre el divorcio, pero hay una disputa sobre la pensión alimenticia”.

Mabel Thompson se casó con Andrew A. Johnston el 9 de abril de 1930 según el Nashua Reporter.

Cuando se realizó el censo de EE. UU. de 1930, Samuel E. Thompson, un “viudo” de 34 años, y sus cuatro hijos vivían en Port Angeles en el condado de Clallam, Washington. No tenía ocupación en ese momento. Sus hijos eran Melvin (12 años), Chester (8), Burr (7) y Verna (5). La madre de Samuel, Emma O. Wright (apellido de su segundo esposo), viuda de 75 años, también vivía en la casa de los Thompson.

Samuel Thompson se había mudado a Centralia en el condado de Lewis, WA, en el momento del censo de EE. UU. de 1940. Tenía 44 años, era viudo [sic] y era asistente en un boliche. Dos de sus hijos todavía estaban en casa con él: Burr V. (17) y Verna A. Thompson (15). Samuel y sus hijos vivieron en Centralia desde al menos 1935, según este censo. Al parecer vivió en ese lugar, por lo menos hasta 1950, donde en ese momento vivían las familias de varios de sus primos Quinn.

Thomson fue trabajador ferroviario y murió el 12 de diciembre de 1987, a los 92 años, en Salem, Marion, Oregón, y fue enterrado en Willamette National Cemetery, Portland, Multnomah, Oregón[8].

Contacto con venusinos

Pero regresemos al asunto del contacto. Según Thompson, la noche del 28 de marzo de 1950, conducía entre las ciudades de Morton y Mineral, Condado de Lewis, en el estado de Washington: había estado visitando a familiares en Markham y se dirigía a su casa en Centralia. Cansado y necesitado de un descanso, Thompson detuvo su vehículo a un lado de la carretera en un área densamente arbolada y caminó por un sendero forestal cercano.

Cuando llegó a un claro entre los árboles, Thompson vio frente a él un objeto grande, en forma de globo, con un borde alrededor de su sección media, que medía alrededor de 24 metros de ancho, 10 metros de alto, y flotaba muy ligeramente por encima de la superficie del suelo del bosque. El objeto estaba hecho de una “sustancia brillante del color del Sol similar al plástico”. Cerca de esta nave había dos niños parecidos a humanos, desnudos y muy bronceados por el Sol, jugaban felizmente cerca de la entrada de la nave, a la que se podía acceder a través de una pequeña rampa.

imageThompson no estaba asustado, sino “tan emocionado que no sabía qué hacer”. Se acercó a la nave y cuando llegó a unos 15 metros de esta, sintió mucho calor; momento en el que varios adultos, humanoides, “atractivos” y también desnudos, aparecieron en la puerta del extraño objeto y se quedaron en los escalones mirando a Thompson como si estuvieran asustados. Cuando Thompson logró convencerlos de que no pretendía hacer daño, lo invitaron a bordo de lo que rápidamente dedujo que era una nave espacial extraterrestre; pero no sin antes ser obligado a quitarse los zapatos y los calcetines.

Más tarde le dijeron que el calor que emanaba la nave se usaba en la propulsión de esta y también para mantener con vida a sus ocupantes. Este calor se sentía como los rayos del Sol, lo que explicaba las pieles bronceadas de los niños, pensó Thompson.

imageThompson afirmó haber pasado cuarenta horas con los venusinos y en el interior de la nave, tiempo durante el cual aprendió mucho. En el interior de la nave había varias habitaciones. Todas tenían forma cuadrada, y la mayoría de ellas brillantemente iluminadas. Las que estaban en la parte inferior de la nave eran transparentes alrededor de la nave, dejando ver el exterior en cualquier dirección. Una habitación servía como lugar para bañarse. Thompson dijo: “Simplemente entras en esta habitación y llueve allí de la misma manera que llueve afuera… Atraen la humedad del aire… y ahí es donde te bañarás… Y luego en la habitación donde guardan la fruta y cosas así, es una habitación fresca, a cierta temperatura”. Había habitaciones para dormir en donde los venusinos simplemente se acostaban en los asientos o en el suelo o en cualquier lugar para dormir. No supo si había baños ya que siempre que tenía que hacer sus necesidades, salía.

Thompson se enteró por la tripulación, que hablaba un “inglés sin educación”, que había veinte adultos (10 hombres y 10 mujeres) y veinticinco niños (de entre 6 y 15 años) a bordo de la nave, y que venían del planeta Venus. Thompson informó que aunque los venusinos sabían qué palancas tirar y qué botones presionar para operar su nave, todo lo hacían como loros, y sin ninguna comprensión real de sus acciones. Los comparó con animales: Los venusinos parecían operar “más por instinto que por intelecto”. “Incluso sabían muy poco de sí mismos. No sabían quién construyó sus naves, que les servían de morada incluso cuando estaban en Venus, y solo tenían una vaga idea de cómo se alimentaban”. Carentes de curiosidad, los venusinos nunca se sentían tentados a hacer nada malo. No tenían sentido del tiempo.

imageLos venusinos eran pacíficos. Tenían miedo de los terrestres porque los aviones terrestres habían derribado sus naves espaciales en varias ocasiones. Pero tenían más miedo de aterrizar en Marte que en cualquier otro planeta. Los marcianos son incluso más malos que la gente de la Tierra

Decían que existían doce planetas habitados en el sistema solar, cada habitante nacía bajo el signo del planeta en el que nacía, excepto la Tierra, cuyos problemas se derivan del hecho de que cada persona nacía bajo un signo diferente, mientras que todos los venusinos nacían bajo el signo de Venus; las personas amantes de la paz que vivían en los otros mundos del sistema solar también nacían bajo el signo del planeta que habitaban. El propio Thompson nació bajo el signo de Venus, un hecho que los venusianos reconocieron “‘en el momento en que me acerqué a esa nave’. Si viviera una vida lo suficientemente buena, se reencarnaría como venusino. Thompson supo que todas las personas que cumplen su ‘misión’ regresan al planeta de su signo cuando mueren”.

Los venusinos vivían largas vidas porque comían bien, evitando la carne y comiendo sémola, hierbas, alcachofas, manzanas y nueces como “crecen en Minnesota y esos lugares”, aunque su comida se cultivaba en el propio Venus. Las plantas de Venus son muy parecidas a las de la Tierra, y Thompson comió un poco mientras estaba en la “nave espacial”, la palabra que los venusinos usaron para su nave. Ninguno de los alimentos estaba cocinado: los venusinos no comen alimentos cocinados, solo verduras y frutas crudas “‘en la forma natural’. Debido a sus hábitos dietéticos ejemplares, nunca se enferman. Cuando mueren, es de vejez”.

Los venusinos le dijeron a Thompson que han estado viniendo a la Tierra durante muchos años, pero nunca antes habían contactado a nadie. La gente del espacio no camina físicamente entre nosotros porque nuestro ambiente impuro los enfermaría o incluso los mataría. Él fue el primero de muchos terrícolas que conocerían a los venusinos. Esperaban contactar a otras personas de la Tierra de una en una. A través de este lento proceso, eventualmente establecerán la paz en este planeta. Y que después de que la humanidad hubiera visto la sabiduría de los caminos venusinos, Jesucristo regresaría en el año 10,000 d.C.

Hace mucho tiempo, los terrícolas y los venusinos eran iguales, compartían “‘la primera religión jamás conociday hablaban el mismo idioma. Pero la ‘corrupción’ destruyó la fibra moral de los terrícolas y finalmente se lanzó una maldición sobre el mundo, que se convirtió en un lugar donde los venusinos y otros habitantes de los planetas pacíficos fueron enviados en misiones para hacer el bien. No se envían físicamente aquí; están reencarnados”. Aparentemente, todos los terrícolas han vivido vidas en otros planetas antes de ser exiliados en la Tierra. Thompson, era nada menos que un venusino reencarnado y de pleno derecho.

Thompson pasó la noche en una silla en uno de los dormitorios de la nave y luego pidió permiso para ir a casa a buscar una cámara. Los venusinos no sabían lo que era una cámara, así que él les explicó y estuvieron de acuerdo, pero le pidieron que no trajera a nadie más. Thompson afirmó que se fue a su casa y regresó solo con su cámara. El experimento fotográfico fracasó, ya que era “como tratar de tomar una foto del Sol”, le dijo a Arnold. “Tiene un brillo. Esa película estaba en blanco. Quería colocar algunos de ellas directamente en el suelo para tomar algunas fotos de ellos, pero no salían”.

imageThompson dejó a los venusinos el 30 de marzo, un jueves, dos días después de haberlos conocido. Los venusinos le dijeron que podía contactarlos en cualquier momento que quisiera, pero que tenía que guardarse cierta información para sí mismo. “Si les dijera todo lo que sé”, comentó a los Arnold, “nunca podría volver a ver la nave. Me vigilarían cada minuto”. Los venusinos le prometieron a Thompson que podría viajar en su nave, pero “no podía quitarme la ropa… tendría que broncearme por completo… antes de poder subir a esa nave y soportar… lo que sea de tiempo”.

La noticia de su historia extraordinaria apareció en la edición del 1 de abril de 1950 de The Centralia Daily Chronicle. El domingo 2 de abril Kenneth Arnold, con su esposa Doris, entrevistaron y grabaron a Thompson, un día después del reportaje de su presunto encuentro, y nuevamente un mes y medio después.

Algunos dijeron que lo que Thomson había encontrado era una colonia de nudistas. Cuatro días después, el 3 de abril, regresó al sitio con su hijo y no encontró evidencia de una nave espacial cerca del aterrizaje. Quería demostrarles a sus amigos que no se había “unido a una colonia nudista… y tuvo una idea fantástica”.

1950-03-28-usa-centralia-dc2La historia de Thompson casi se olvidó. Solo en 1967 apareció una breve nota en The Centralia Daily Chronicle[9], con ligeros cambios con respecto a la versión original: ahora la nave no tenía forma de globo sino de dos platillos fusionados; había asientos que rodeaban por completo el interior de la nave, hechos de una sustancia suave, lo mismo que el piso; los tripulantes hablaban inglés, “pero su vocabulario no era tan grande como el nuestro y usaban algunas palabras que me eran extrañas”.

TheDailyChronicle-Centralia-Washington-25-3-1967En en 1981 Jerome Clark escribió sobre este caso. Luego, en la década de 2000, algunos ufólogos que desconocían las reuniones de Thompson con los Arnold, dijeron que debió haber sido una broma de April Fool, ya que apareció el 1 de abril en el periódico. Muchos de ellos fecharon erróneamente el caso al 1 de abril de 1947[10]. Pero no hay duda de que fue el 1 de abril de 1950. Un artículo del Centralia Daily Chronicle que reseña los eventos del año 1950, se refiere al caso de Thomson en estos términos: “1 de abril: Samuel Eaton Thompson, de Centralia, cuenta la historia de la extraña vista de un enorme platillo de plástico, completo con habitantes, que vio en el Este del condado de Lewis”.

La referencia más completa es el artículo de Jerome Clark en Fate[11] de enero de 1981. Aquí está una traducción:

Fate-January-1981La llegada de los venusinos

Por Jerome Clark

La historia más extraña en la historia temprana de los ovnis es prácticamente desconocida. En el momento en que supuestamente ocurrió, atrajo poca atención, incluso en la prensa local, que publicó un breve artículo al respecto y dejó pasar el asunto, aparentemente avergonzada por su carácter salvajemente extravagante.

Y la historia es extravagante. Pero Samuel Eaton Thompson, el hombre que la contó, parecía creer sinceramente que había pasado 40 horas a bordo de una nave espacial con 10 familias venusinas. Kenneth Arnold (bien conocido por los entusiastas de los ovnis como el piloto privado cuyo avistamiento de “platillos voladores” sobre las Montañas Cascade el 24 de junio de 1947 atrajo por primera vez la atención del público sobre los ovnis), quien entrevistó a Thompson un día después del presunto encuentro y nuevamente un mes y medio después, dice que el hombre era tan poco imaginativo que “no podría haber imaginado un sándwich de jamón si lo hubieras sostenido justo frente a él”.

Thompson, un hombre con poca educación de unos 70 años que vivía en Centralia, Washington, afirmó que había ido a visitar a amigos y familiares en la parte occidental del estado. El 28 de marzo de 1950, Thompson dejó Markham, WA, para regresar a casa. En el camino atravesó un área boscosa y decidió detenerse. Como explorador aficionado, no pudo resistir la tentación de seguir un antiguo sendero maderero para ver a dónde lo llevaba. Hizo retroceder su automóvil por el sendero, salió y siguió a pie. Unos minutos más tarde se encontró con algo que luego describiría como “algo inaudito”.

El algo inaudito no era la gran nave en forma de globo que flotaba justo encima de un claro en los árboles. Después de todo, ese era un platillo volador clásico, especialmente con el borde que rodeaba la sección media del objeto, y mucha gente lo había informado. Thompson estaba naturalmente sorprendido de verlo, pero estaba más sorprendido de ver a la gente, la gente desnuda.

Estaban jugando en los escalones que conducían desde una puerta en el costado de la nave hasta el suelo. Eran “más o menos del tamaño de un niño promedio, solo que tenían rasgos más finos. Eran simplemente hermosos”. Tenían un bronceado oscuro y un hermoso cabello rubio oscuro que les llegaba hasta la cintura.

Thompson no estaba asustado, solo “tan emocionado que no sabía qué hacer”. Se acercó a la nave y cuando llegó a 50 pies comenzó a sentir el calor que emanaba de ella. Thompson aprendería más tarde que este calor no solo se usaba en la propulsión de la nave, sino que también mantenía vivos a sus ocupantes. El calor se sentía como los rayos del Sol, lo que explicaba las pieles bronceadas de los niños, pensó Thompson.

Cuando llegó al final de los escalones, adultos, hombres y mujeres desnudos, bronceados, hermosos, se acercaron a la puerta y se pararon en los escalones mirándolo como si estuvieran asustados. Cuando les aseguró que no pretendía hacer daño, lo invitaron a subir a la nave, donde Thompson pasaría la mayor parte de las próximas 40 horas. Le dijeron que se quitara los zapatos y los calcetines antes de subir las escaleras.

La gente era de Venus. Hablaban un tipo de inglés “sin educación”. Eran extrañamente ignorantes; sin embargo, “parecían las personas más felices y alegres que jamás hayas conocido”. Incluso los niños eran amables en su juego, “sin rudeza ni volteretas ni cosas por el estilo”, y no era necesario decirles cómo comportarse o pensar.

Los venusinos eran totalmente benévolos. “Su idea no es destruir a la gente”, dijo Thompson a Ken y Doris Arnold. “Es para hacer buena voluntad entre la gente”. Sin embargo, la gente de la Tierra los asustaba porque en varias ocasiones los aviones terrestres habían derribado sus naves espaciales. Los problemas de la gente de la Tierra provienen del hecho de que nacen bajo diferentes signos planetarios, mientras que todos los venusinos nacen bajo el signo de Venus; las personas amantes de la paz que viven en los otros mundos del sistema solar también nacen bajo el signo del planeta que habitan. Marte, sin embargo, es un mal signo bajo el cual nacer; los marcianos son incluso más malos que la gente de la Tierra. Los venusinos tienen “más miedo de aterrizar allí que cualquier otro planeta”.

El propio Thompson nació bajo el signo de Venus, un hecho que los venusinos reconocieron “en el momento en que me acerqué a esa nave”. Si viviera una vida lo suficientemente buena, se reencarnaría como venusino. Todas las personas que cumplen su “misión” regresan al planeta de su signo cuando mueren.

Los venusinos, observó Thompson, viven vidas largas porque comen bien, evitando la carne por sémola, hierbas, alcachofas, manzanas y nueces como “crecen en Minnesota y esos lugares”, aunque la comida es de Venus mismo.

Aparentemente, las plantas de Venus son muy parecidas a las de la Tierra. Mientras estaba a bordo de la nave espacial, comió con sus amigos del espacio y la comida sabía “simplemente genial”. Ninguno de los alimentos estaba cocinado: los venusinos no comen alimentos cocidos, solo verduras y frutas crudas “en la forma natural”. Debido a sus hábitos dietéticos ejemplares, nunca se enferman. Cuando mueren, es de vejez.

Thompson pensó que los venusinos son algo así como “animales”, al menos en el sentido de que todo lo que hacen es instintivo. Saben muy poco, incluso sobre sí mismos. No saben quién construyó sus naves (que les sirven de morada incluso cuando están en Venus) y solo tienen una vaga idea de cómo se alimentan. Tal como lo entendió Thompson, la propulsión tiene algo que ver con corrientes de aire caliente disparadas a través de chorros; el calor desprendido por este proceso mal definido también calienta el interior de la nave, que está a 80 grados de temperatura[12]. Cada nave tiene cuatro conjuntos de controles, que consisten en poco más que palancas para hacer que la nave ascienda, descienda, acelere o desacelere. Son tan simples que cualquiera puede operarlas.

Carentes de curiosidad, los venusinos nunca se sienten tentados a hacer nada malo. No se les ocurre la idea de cometer un acto “prohibido”. No tienen sentido del tiempo; de hecho, todo el concepto de tiempo es extraño. Sin embargo, según Thompson, “Son realmente más inteligentes de lo que pensamos que son. Tienen un don que es mucho mayor que el nuestro y no hay comparación”.

Han estado viniendo a la Tierra durante muchos años, pero nunca antes habían contactado a nadie. Thompson fue el primer terrícola con el que hablaron. Hace mucho tiempo, ellos y la gente de nuestro planeta habían sido iguales, compartían “la primera religión jamás conocida” y hablaban el mismo idioma. Pero la corrupción destruyó la fibra moral de los terrícolas y finalmente se lanzó una maldición sobre el mundo. Se convirtió en un lugar donde los venusinos y otros habitantes de los planetas pacíficos fueron enviados en misiones para hacer el bien. No se envían físicamente aquí; están reencarnados. Aparentemente, todos nosotros vivimos vidas en otros planetas antes de nuestro exilio aquí. La gente del espacio no camina físicamente entre nosotros porque nuestro ambiente impuro los enfermaría o incluso los mataría.

Los venusinos le dijeron a Thompson que esperaban contactar a otras personas de la Tierra de una en una. A través de este lento proceso, eventualmente establecerán la paz en este planeta. Sus esfuerzos culminarán con el regreso de Cristo en el año 10.000 d.C.

Thompson dijo que la nave espacial (y “nave espacial” era la palabra con la que los venusinos llamaban a su nave) tenía una sola puerta, la que conducía al exterior, aunque había varias habitaciones en el interior. Estas habitaciones, la mayoría de ellas brillantemente iluminadas como por la luz del Sol, tenían forma cuadrada. Las que estaban en la parte inferior de la nave eran transparentes alrededor de la nave, lo que permitía al espectador ver en cualquier dirección.

Una habitación servía como lugar para bañarse. Como dijo Thompson: “Simplemente entras en esta habitación y llueve allí de la misma manera que llueve afuera… Atraen la humedad del aire… y ahí es donde te bañarás… Y luego, en la habitación donde guardan la fruta y cosas así, es una habitación fresca, a cierta temperatura. [En otra] habitación donde duermen, está bastante oscura pero no totalmente oscura. Simplemente entras allí y puedes acostarte en los asientos o en el suelo o en cualquier lugar… e irte a dormir”.

Cuando se le preguntó si la nave espacial tenía baño, Thompson dijo que no sabía. Siempre que tenía que hacer sus necesidades, salía. No tenía idea de cómo los venusinos lidian con esta función física porque el tema no había surgido en la conversación. Pero dijo que si lo hubiera hecho, los venusinos, que nunca se avergüenzan de nada, habrían discutido el tema sin rodeos.

Thompson durmió durante la noche en uno de los asientos del “dormitorio” de la nave espacial. A la mañana siguiente, afirmó: “Les pregunté si podía ir a casa a buscar mi cámara y no sabían a qué me refería. Dije que volvería y me preguntaron si traería a alguien más conmigo”. Dije: ‘¿Les importa?’, y no querían que trajera a nadie. Tenían miedo de que alguien les echara el aliento o algo y tratara de destruirlos”.

Thompson se fue a casa y regresó solo con su cámara.

Desafortunadamente, de hecho, tratar de fotografiar a los venusinos y su nave fue “como tratar de tomar una foto del Sol”. Hay un resplandor. Esta película estaba en blanco[13]. Quería poner algunos de ellos directamente en el suelo para tomarles fotos, pero no salían”.

Thompson y los venusinos se separaron el 30 de marzo, un jueves, dos días después de que él se encontrara con su nave en el claro. Los venusinos le dijeron que podía contactarlos en cualquier momento que quisiera, pero que tenía que guardarse cierta información para sí mismo. “Si les dijera todo lo que sé”, comentó a los Arnold, “nunca podría volver a ver la nave. Me vigilarían cada minuto”. Los venusinos le prometieron a Thompson que podía viajar en su nave, pero “no podía quitarme la ropa… tendría que broncearme por completo… antes de poder subirme a esa nave y soportar… lo que sea de tiempo”.

Sabemos muy poco sobre Samuel Eaton Thompson.

Arnold no investigó su afirmación más allá de las dos entrevistas que realizó con el hombre y la cobertura periodística de la historia fue superficial. Sin embargo, al escuchar las cintas de las entrevistas, uno comprende por qué Arnold cree que Thompson era perfectamente sincero. A diferencia de los contactados profesionales que iban a seguirlo, Thompson no intentó publicitar ni sacar provecho de la supuesta experiencia. Además, como un hombre sencillo aparentemente sin sentido del humor, no se dio cuenta de cuán absurda, incluso hilarante, sonaba su historia para quienes la escuchaban. Los Arnold, por ejemplo, lucharon (no siempre con éxito) por no reírse a carcajadas mientras Thompson relataba con franqueza los detalles cada vez más extraños e inverosímiles del episodio.

No es de extrañar que Thompson no encontrara evidencia de una nave espacial a punto de aterrizar cuando regresó al lugar cuatro días después, el 3 de abril, con su hijo. Thompson quería demostrarles a sus amigos que, como especulaban, no se había “unido a una colonia nudista… y se le ocurrió una idea fantástica”. Pero no había nada en el claro que sugiriera que un platillo volador había estado allí recientemente.

Probablemente nunca sabremos la naturaleza precisa de la “experiencia” de Thompson. Es posible que el hombre fuera un mentiroso patológico que podía contar una historia sin hechos mientras daba toda la apariencia de sinceridad. Esa explicación es menos probable, en mi opinión, que otra: que la de Thompson fue una experiencia visionaria, un sueño despierto tan vívido que le pareció un evento real.

Ciertos elementos en la historia apoyan esta interpretación.

Puede ser significativo que los venusinos, que se parecen mucho a los niños, coman las plantas con las que Thompson estaba familiarizado cuando era niño y crecía en Minnesota e Iowa. Hablan un tipo de inglés rural “sin educación”, tal como lo hizo Thompson. Estos detalles sugieren que Thompson, quizás en un nivel inconsciente, creó “venusinos” que de alguna manera se reflejaron en sí mismo.

Al mismo tiempo, es cierto que, en su relato, Thompson describe conceptos ocultos como la astrología y la reencarnación con los que aparentemente solo estaba vagamente familiarizado. De hecho, en ningún momento de sus conversaciones con los Arnold utilizó las palabras “astrología” y “reencarnación” o cualquier otra frase indicativa de interés en lo esotérico. Menciona, sin embargo, que había visto columnas astrológicas en varios almanaques, aunque “nunca lo pensé”. Aún así, dicha información podría haberse registrado en su mente inconsciente y puede haber resurgido para desempeñar un papel en una experiencia onírica elaborada.

La historia de Thompson no se parece en nada a esos informes que los ufólogos llaman “encuentros cercanos del tercer tipo”. En el CEIII típico, el testigo observa brevemente entidades parecidas a gnomos, poco comunicativas, cuya vista lo asusta muchísimo. Incluso en aquellos casos en los que se alega comunicación (principalmente en los casos de abducción), los mensajes no se parecen en nada a los que informó Thompson, ni tampoco los ocupantes de los ovnis.

Jerome Clark también se refiere a este caso en su UFO Encyclopedia[14]:

JeromeClark-TheUFOEncyclopediaVenusinos y platillos voladores

En una historia poco conocida publicada en un periódico de Washington, Centralia Daily Chronicle, el 1 de abril de 1950, un anciano relató su reciente encuentro, pocos días antes, con la tripulación de una nave espacial venusina. Independientemente de las apariencias inmediatas que puedan haber sugerido lo contrario, no fue una broma del Día de los Inocentes. Poco después, Kenneth Arnold (cuyo avistamiento en 1947 sobre el Monte Rainier trajo platillos voladores a la conciencia pública) y su esposa, Doris, entrevistaron al reclamante, un anciano trabajador ferroviario jubilado llamado Samuel Eaton Thompson, y grabaron su relato.

Thompson, un hombre poco sofisticado y con poca educación, regresaba de una visita a unos familiares cuando se detuvo para tomar un descanso en una zona boscosa entre Morton y Mineral, Washington. Mientras caminaba entre los árboles, llegó a un claro en el que una gran estructura en forma de globo flotaba justo por encima del suelo. Observó varios niños sorprendentemente hermosos que jugaban en los escalones que conducían desde una puerta en el costado de la nave. Tenían una apariencia profundamente bronceada y cabello largo y rubio que les llegaba hasta la cintura. Estaban desnudos. Pronto, adultos de apariencia similar llegaron a la puerta y lo observaron, aparentemente inquietos por sus intenciones. Thompson logró persuadirlos de que no pretendía hacer daño.

Terminó, dijo, pasando unas 40 horas (incluida una noche) en su compañía durante los siguientes dos días, interrumpido solo por un viaje rápido a casa para una cámara (que no registró nada excepto un brillo intenso como si fuera sobreexposición). Los venusinos eran tan inocentes que parecían haber salido de un Jardín del Edén interplanetario, sin pecado, sin vergüenza, ni siquiera conocimientos tecnológicos; todo lo que sabían de su nave era que sus cuatro botones llevaban uno hacia arriba o hacia abajo o hacia la Tierra desde Venus o al revés. Los venusinos habían venido a difundir la paz y la buena voluntad, aunque no la habían recibido de los terrícolas, cuyos aviones habían disparado contra su nave. Todos los planetas del sistema solar están habitados, le dijeron los venusinos, pero sólo los marcianos son más belicosos que la gente de nuestro mundo. Los compañeros de Thompson solo consumían nueces, verduras y frutas, y sus hábitos dietéticos ejemplares les impedían sufrir alguna enfermedad; sólo morían de vejez. No vivían por intelecto sino por instinto, pero “son realmente más inteligentes de lo que pensamos que son. Tienen un don que es mucho mayor que el nuestro que no hay comparación”. Según ellos, Jesucristo regresará en el año 10.000 d.C.

Los Arnold no creían que Thompson tuviera un encuentro físico literal. Kenneth Arnold, que consideró absurda gran parte de la historia hasta el punto de la comedia, pensó que se trataba de algo así como un sueño vívido o una alucinación. Sin embargo, no dudaron de que Thompson creía cada palabra que decía. Es probable que cualquiera que escuche la entrevista grabada esté de acuerdo. Es difícil exagerar la ingenuidad de Thompson, evidenciada por ejemplo en su lucha por describir conceptos (vegetarianismo, reencarnación y signos solares) para los que carecía de vocabulario.

Después del artículo del periódico y la entrevista de los Arnold (cuyo contenido no se publicó hasta tres décadas después), Thompson desapareció de la historia, su visión, posiblemente tanto literal como metafórica, de los visitantes venusinos no ensombreció los cuentos de platillos que surgiría en los próximos años. A diferencia de Thompson, los venusinos del movimiento contactado serían tecnológicamente sofisticadas y científicamente avanzados.

Ninguna evidencia indica que George Adamski (1891-1965) haya oído hablar alguna vez de Thompson, […]

Reflexiones finales

Si bien es cierto que la historia de Thompson solo se publicó en un periódico local en un estado donde Adamski no residía, eso no demuestra que el contactado más famoso de la historia no le haya plagiado parte de su historia a Thomson. Hay muchos elementos que nos hacen suponer que hubo plagio.

Están, por ejemplo, los temas esotéricos y de New Age, como la reencarnación y la astrología. Esos tópicos estaban presentes hasta en el más humilde periódico de los Estados Unidos de aquella época (y aun hoy los podemos encontrar). La Teosofía y movimientos afines con sus “Superiores Desconocidos” y “Maestros Ascendidos” que secretamente guían a la Humanidad con benevolencia, simplemente se han convertido en venusinos que viajan en platillos voladores, pero el resto es esencialmente lo mismo. El nudismo también estuvo presente en algunas tradiciones “esotéricas”.

El saber “oculto y secreto” que sólo les es dado a ciertos iniciados está presente en el relato de Thomson. Aquí son los “hermosos” hermanos espaciales de Venus son los encargados de transmitir esas enseñanzas y solicitar que se guarde el secreto so pena de no volver a tener contacto.

Los temas de astrología, religión, vegetarianismo, reencarnación, la benevolencia de los “hermanos del espacio” también están presentes en la historia de Thompson. Luego, a partir de Adamski, se difundirán en casi todas las historias de los “contactados”. Todos hijos bastardos de los movimientos “esotéricos” como la Teosofía, con la que se relacionaron algunos “contactados” como el propio Adamski.

Al igual que las demás historias de contactados que siguieron a Thomson, la suya estaba llena de tonterías. Los detalles “técnicos” sobre la propulsión de las naves, por ejemplo, eran una mezcla de vaguedades y jerga pseudocientífica. Todos los contactados, sino la mayoría, hablaban de numerosos planetas habitados del sistema solar, que pertenecían a una “Confederación de planetas”, cuyos habitantes venían a salvarnos de que destruyéramos nuestro propio planeta. La falta de educación de Thompson, por ejemplo, explica muy bien que no supo inventar nada creíble sobre la propulsión de la nave. Tampoco es sorprendente que los venusinos coman vegetales que Thompson conoce y, como él, hablan un inglés poco sofisticado.

Como se dijo más arriba, la historia de Adamski es muy similar a la de Thomson en todos los aspecto citados, pero además de la historia en sí, está el detalle de la parte de la nave espacial que es “transparente” por dentro, aparentemente opaca por fuera. Esto también apareció en la historia de Adamski.

Todas estas cualidades extravagantes e incluso absurdas hicieron que Arnold especulara que había pasado por algún tipo de experiencia “psíquica”. Aunque la hipótesis más sencilla es que Samuel Eaton Thomson simplemente fue un contador de cuentos.

Referencias:

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Anonimo, “Last January’s Big ‘Cold Blow’ Gave Area Its Top News Story For 12 Months of 1950. April”, The Centralia Daily Chronicle, Centralia, Washington, December 30, 1950. p. 3.

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[1] Arnold Kenneth y Palmer Ray, The coming of the saucers: a documentary report on sky objects that have mystified the world, Boise, Idaho, and Amherst, Wisconsin, edición privada, 1952. 192 p.

[2] Arnold Kenneth, Phantom Lights in Nevada, Fate, Fall 1948, pags. 96-97.

[3] Arnold Kenneth, The Flying Saucer As I Saw It, edición privada, 1950. 16 p.

[4] The coming of the saucers.

[5] Anonimo, “Centralian Tells Strange Tale of Visiting Venus Space Ship in Eastern Lewis County”, The Centralia Daily Chronicle, Centralia, Washington, April 1, 1950.

[6] Clark también fue editor del International UFO Reporter, la revista de The Center for UFO Studies (CUFOS), Joseph Allen Hynek.

[7] Clark Jerome, “The coming of the Venusians”, Fate, Volume 34, #1, Chicago, Illinois, January 1981. pp 49-55. Este artículo se reprodujo en The World’s Strangest True Stories, by Phyllis Galde and the Editors of Fate magazine, Digital Parchment Press, Lakeville, Minnesota, 2015.

[8] Ver: https://web.archive.org/web/20200902150950/https://wc.rootsweb.com/trees/110702/I1009/-/individual

[9] Olson Elmer J., Sam Thompson Saw ‘Em — Saucer People”, The Centralia Daily Chronicle, Centralia, Washington, March 25, 1967. p. 6.

[10] González Manso Luis Reinaldo, Catálogo de los primeros casos de humanoides clasificados por países (FIRSTHUMCAT), Fundación Anomalía, España. 2004. Disponible en internet en: https://anomalia.hypermart.net/fhc_en.pdf

[11] The Coming of the Venusians.

[12] Aproximadamente 27°C. Nota de LRN.

[13] En realidad la película debería haber quedado toda negra si es que se estaba fotografiando una fuente de luz intensa. Las impresiones son las que debieron salir en blanco. Nota de LRN.

[14] Clark Jerome, The UFO Encyclopedia: The Phenomenon from the Beginning, Volume 2, L-Z, Detroit: Omnigraphics, 1998 (2nd edition, 2005).

Kenneth Arnold y la teoría criptozoológica de los ovnis

Kenneth Arnold y la teoría criptozoológica de los ovnis

16 de agosto de 2017

Tony Breeden

bac61884ca956e375436060edf701564-photo-manipulation-art-photography“Medusa del cielo” de Ted Chin

Lo creas o no, una de las teorías propuestas para explicar el fenómeno ovni es que son entidades biológicas aún por descubrir. Así es. ¡Criaturas en el cielo!

Lo que es más, el primer defensor conocido de la teoría criptozoológica de los ovnis, como se la llama, no fue otro que Kenneth Arnold, el tipo cuyo avistamiento el 24 de junio de 1947 de nueve objetos aéreos inusuales cerca del monte Ranier, Washington, marcó la declaración oficial del nacimiento del fenómeno ovni.

En 1950, Kenneth Arnold defendió la Hipótesis Extraterrestre. Le dijo a Edward R Murrow en una conocida entrevista ese año:

“Más o menos me he reservado una opinión sobre lo que pienso. Naturalmente, siendo un estadounidense nato, si no está hecho por nuestra ciencia o nuestras Fuerzas Aéreas del Ejército, me inclino a creer que es de origen extraterrestre”.

Media década después, había cambiado de opinión.

En correspondencia con John Keeling, Kim Purvis (hija de Kenneth Arnold) escribió:

La experiencia de mi padre fue de carácter espiritual, y él personalmente era creyente de un plan divino para la vida de cada persona. Creía en un Creador, pero creía que el universo y nuestro entorno eran ilimitados en pensamiento y creatividad.

Entonces, tal vez no sea una sorpresa que llegara a creer que los cielos eran igualmente ilimitados en tal creatividad. En un artículo del 29 de enero de 1955 en La Grande Observer titulado “Eerie Blue Light Said Live ‘Thing’”, Fred Schneiter informó por primera vez sobre la teoría de Kenneth Arnold:

“Arnold, que es un experto en los informes si alguien lo es, dice que cree que las cosas son en realidad organismos vivos ‘algo así como medusas del cielo… Mi teoría puede sonar graciosa, pero recuerde que hay muchas cosas en la naturaleza que no conocemos todavía’”.

20170718_132121Además, explicó en un artículo de amplia circulación de Arthur Edson impreso en el octavo aniversario de su avistamiento que creía que “bajan a la atmósfera inferior cuando son perturbados por terremotos, explosiones atómicas o cosas por el estilo”.

Lo interesante es que se informó sobre “medusas del cielo” en 1954. Por ejemplo, el LA Times publicó un artículo llamado “El Ministerio del Aire guarda silencio sobre las medusas del cielo” sobre un avistamiento de un corresponsal en Londres.

20170719_12290020170809_220120La explicación más probable para el Sky Jellyfish de la historia citada, especialmente dado el hecho de que “seguía cambiando de forma como una medusa” y estaba “acompañada por media docena de satélites más pequeños”, es que no era más que un murmullo de pájaros (es decir, un enjambre de pájaros).

jellyfish-shaped-murmurationEsta fue también la explicación más probable para el llamado Monstruo de Crawfordsville de 1891.

daily-journal-september-5-1891daily-journal-september-5-1891-2daily-journal-september-5-1891-3daily-journal-september-7-1891

daily-journal-september-7-1891-2crawfordsville-daily-journal-september-9-18911crawfordsville-daily-journal-september-11-18911crawfordsville-daily-journal-september-8-18911Por supuesto, ciertamente había otras explicaciones posibles si tenemos en cuenta el hecho de que la ciudad ya era famosa por enviar gatos en globos.

20170809_220212Algunos han dicho que Charles Fort sugirió la teoría criptozoológica de los ovnis en su libro de 1931, Lo! Él abre el Capítulo 10 de ese libro con estas palabras:

A menudo se han visto cosas o seres desconocidos y luminosos, a veces cerca de esta tierra y a veces en lo alto del cielo. Puede ser que algunos de ellos fueran seres vivos que ocasionalmente vienen de algún otro lugar de nuestra existencia, pero que otros fueran luces en las naves de exploradores, o viajeros, de algún otro lugar.

Ciertamente, Fort menciona al Monstruo de Crawfordsville en el Capítulo 12.

En cualquier caso, la idea en sí es anterior a Fort.

En noviembre de 1913, el cuento de Sir Arthur Conan Doyle, “El horror de las alturas”, se publicó en la revista Strand.

Cuenta la historia de un piloto que asciende a más de 40,000 pies para descubrir selvas aéreas llenas de criaturas gelatinosas y semisólidas que se asemejan a serpientes, medusas e incluso un krakken. Regresa al suelo después de escapar por los pelos con la última criatura, pero decide regresar en busca de pruebas. La historia termina con la línea:

“Cuarenta y tres mil pies. Nunca volveré a ver la tierra. Están debajo de mí, tres de ellos. Dios ayúdame; ¡Es una muerte espantosa!

Luego se revela que el aviador desapareció aunque su avión se estrelló en la frontera de Kent y Suzzex.

cryptidz-wikia-comY para que no piense que fue una exageración, el historiador de la ciencia Willy Ley escribió en la segunda parte de su serie de cuatro partes “Cosas en el cielo” en la edición del 17 de diciembre de 1957 de Los Angeles Times que creía que la teoría criptozoológica de los ovnis estaba basada en la historia de ciencia ficción de Doyle.

20170720_144931La pregunta es: ¿Arnold desarrolló su idea de ovnis criptozoológicos con esta historia en mente? Es difícil determinar de dónde sacó Kenneth Arnold sus puntos de vista: de la ficción o de lo forteano, del murmullo de los pájaros o de su propia imaginación. Lo que sí sabemos es que en 1967, el Sr. Arnold declaró que se le ocurrió su teoría después de su segundo avistamiento de ovnis (no el más famoso avistamiento del Monte Ranier).

screenshot_20170719-131920Esto al principio parece poco probable. Su segundo avistamiento de ovni fue el 29 de julio de 1947, en ruta hacia el ahora infame asunto ovni de la Isla Maury, y sus puntos de vista inmediatamente después están bien documentados.

Como se mencionó, durante la entrevista del 7 de abril de 1950 con Edward R Murrow, Arnold todavía defendía la hipótesis extraterrestre:

“[S]iendo un estadounidense nato, si no está hecho por nuestra ciencia o nuestras Fuerzas Aéreas del Ejército, me inclino a creer que es de origen extraterrestre”.

En su libro de 1952, The Coming of the Saucers (en coautoría con Ray Palmer, editor de la revista Fate), dio su primer indicio de voluntad para considerar la teoría criptozoológica de los ovnis. En el Capítulo 7, cita una de las conclusiones del Informe del Proyecto Platillo del 27 de abril de 1949:

Se ha considerado remotamente la posible existencia de algún tipo de extraño animal extraterrestre, ya que muchos de los objetos descritos actuaban más como animales que como cualquier otra cosa. Sin embargo, hay pocos informes confiables sobre animales extraterrestres.

Cerca del final del capítulo, comenta:

“Una declaración de premio es la siguiente: ‘Hay pocos informes confiables sobre animales extraterrestres’. ¡Pero esos pocos, caballeros! ¡Esos pocos! ¿Dónde los conseguiste? ¿Están bien fundamentados? ¿Puedes probarlos? ¿Son tan reales como los platillos voladores? ¡P. T. Barnum te amaría!”.

Entonces, ¿qué lo llevó de considerar remotamente la teoría criptozoológica a abrazarla por completo? Para responder a eso, primero observamos su segundo avistamiento, del Capítulo 2 de The Coming of the Saucers:

“Recuerdo mirar el reloj de mi instrumento, que marcaba unos cinco minutos de las siete. Cuando levanté la vista del panel de instrumentos y me dirigí hacia el valle de La Grande, vi un grupo de unos veinte o veinticinco objetos de color bronce que parecían patos. Venían hacia mí de frente y a lo que parecía una gran velocidad. Agarré mi cámara y comencé a rodar la película. Aunque pensé que eran patos cuando los vi por primera vez, no me arriesgaba.

“El sol estaba a mi espalda y a mi derecha. Estos objetos estaban llegando al Sol. No estaba mirando a través del visor de mi cámara, pero estaba mirando a lo largo del costado. Cuando este grupo de objetos se acercó a 400 yardas de mí, viraron bruscamente alejándose de mí y hacia la derecha, ganando altura mientras lo hacían y revoloteando y destellando con un color ámbar opaco. Me sorprendió un poco y me emocioné un poco cuando me di cuenta de que tenían las mismas características de vuelo que los objetos grandes que había observado el 24 de junio. Estos parecían ser redondos, bastante ásperos en la parte superior y con un punto oscuro o claro en la parte superior arriba de cada uno. No podía estar absolutamente seguro de esto porque todo sucedió tan repentinamente. Intenté girar y seguirlos, pero desaparecieron hacia el Este a una velocidad muy superior a la de mi avión. Sabía que no eran patos porque los patos no vuelan tan rápido”.

“Después de unos minutos abandoné la persecución y continué bajando en La Grande. Llamé a Dave Johnson desde allí y le conté mi experiencia, pero le dije que no la publicara. Sabía que ahora tenía más que un interés periodístico en los discos voladores. Interrogué a toda la tripulación de la aeronave de Empire Airlines para ver si también habían visto este grupo de objetos. Si los hubieran visto, no lo admitirían, pero hay una buena posibilidad de que no los hayan visto. Estaban casi en su aproximación final al aeródromo de La Grande, su avión era mucho más rápido que el mío, y este grupo de objetos en ese momento habría estado entre doscientos y novecientos pies por encima de ellos”.

“Más tarde escuché que varios granjeros en las cercanías de Union habían observado lo que pensaban que era un grupo peculiar de pájaros esa misma mañana. No supe de esto hasta mucho después. En realidad, volaban en grupo más como mirlos que como patos, pero cada uno era más grande que un pato. Debo juzgar unos veinticuatro a treinta pulgadas de diámetro. Más bien giraban sobre el borde, dando vueltas a medida que avanzaban tan eficientemente como cuando estaban planos en referencia a la superficie del suelo. Esa mañana estaba bastante decepcionado de que nadie en el aeródromo los hubiera visto, que yo sepa”.

“Estoy completamente familiarizado con el valle de La Grande, los embalses, arroyos y lagos que se encuentran por toda esta área en el verano y pueden estar seguros, en el lado conservador, que sentí que estas cosas no eran aves”.

A mí me parece obvio que vio un enjambre de pájaros. Lo que sea que vio, parece haberse apegado a la Hipótesis ET desde 1947 hasta 1952 por lo menos. Es evidente entonces que algo lo hizo recapacitar, y que algo en este avistamiento lo convenció de cambiar su teoría.

Si observamos los eventos entre 1952 y 1955, cuando respaldó públicamente por primera vez la teoría criptozoológica de los ovnis, encontramos solo un posible catalizador. Las noticias muy repetidas de ovnis medusas voladoras a lo largo de julio de 1954. Si consideró su segundo avistamiento a la luz de los detalles que parecían sugerir detalles o comportamiento animal, tiene sentido que, a la luz de la oleada de ovnis medusas voladoras de julio de 1954, pudo llegar a la conclusión de que los platillos voladores eran organismos vivos.

20170722_124453La Teoría Criptozoológica de los ovnis ha perdurado como una visión minoritaria dentro del campo como posible explicación para algunos ovnis. Apareció en una edición de Gold Key Comics de 1968.

a4fe90ac1c9e20acc6a061f1343b1506-silver-age-comics-flying-saucerIncluso han aparecido en una película japonesa de kaiju como la criatura del título Dogora (1964).

dogora2-1dogora2Además, las medusas voladoras han seguido apareciendo en ufología. El 17 de septiembre de 1975, un observador de aves tomó una fotografía de “Der Flying Gople” sobre el lago Nørre Sø, Viborg, Jutlandia, Dinamarca. Por supuesto, el nombre simplemente significa “la medusa voladora”.

viborg-clEsta fotografía en particular había sido explicada como un “cielo húmedo”, o una bocanada de humo, en esencia, producida por uno de los conductos de escape de una fábrica cercana.

Asimismo, hubo un informe de una medusa voladora soviética en 1977.

20170809_220136Ese avistamiento se explicó más tarde como el resultado de un tipo de cohete especializado.

20170809_220156Personalmente, no creo que haya entidades biológicas aéreas desconocidas detrás del fenómeno ovni, pero si algo nos enseña la historia de la criptozoología es que podemos estar equivocados.

https://creationexotheology.wordpress.com/2017/08/10/kenneth-arnold-and-the-cryptozoological-theory-of-ufo/

Piloto de Boise sostiene que los vio

Piloto de Boise sostiene que los vio

En la edición del 26 de junio de 1947 del East Oregonian, Bill Bequette hace un artículo de seguimiento[1]:

EastOregonian-Pendleton-Oregon-26-6-1947Piloto de Boise sostiene que los vio

Kenneth Arnold se apega a la historia de haber visto nueve objetos misteriosos volando a una velocidad de 1,200 millas por hora sobre las montañas

Por Bill Bequette

Kenneth Arnold, un hombre de negocios piloto de seis pies y 200 libras de Boise, Ida. era casi la única persona hoy que creía haber visto nueve objetos misteriosos, tan grandes como aviones de cuatro motores, zumbando sobre el oeste de Washington a 1,200 millas por hora.

Los expertos del ejército y de la aviación civil expresaron educadamente su incredulidad o se burlaron abiertamente de la historia del Sr. Arnold, pero el una vez estrella de fútbol de Minot, Dakota del Norte, de 32 años, se aferró a su historia de objetos planos y brillantes que corrían sobre las montañas Cascade con un peculiar movimiento ondulante “como la cola de un papalote chino”.

Un inspector de la CAA en Portland, citado por Associated Press, dijo: “Dudo que algo esté viajando tan rápido”.

Un portavoz del ejército de Washington DC fue citado diciendo: “Hasta donde sabemos, nada vuela tan rápido excepto un cohete V-2, que viaja a unas 3,500 millas por hora, y eso es demasiado rápido para ser visto”.

NO HAY PRUEBAS DE ALTA VELOCIDAD EN EL ÁREA

Agregó que no se estaban realizando pruebas experimentales de alta velocidad en el área donde el Sr. Arnold informó haber visto los objetos misteriosos.

El hombre de Boise, propietario del suministro de control de incendios Great Western que maneja los sistemas automáticos de extinción de incendios, describió los objetos como «planos como un molde para pasteles y algo en forma de murciélago» y tan brillantes que reflejaban el sol como un espejo.

Dijo que el reflejo era tan brillante que lo cegó “como si alguien hubiera encendido un arco de luz frente a mis ojos”.

El Sr. Arnold informó que volaba hacia el Este a las 2:50 pm del martes hacia Mt. Rainier cuando los objetos aparecieron directamente frente a él a 25-30 millas de distancia a unos 10,000 pies de altitud.

Según el reloj de su avión, los cronometró en 1:42 minutos para las 50 millas entre el monte Rainier y el monte Adams. Dijo que luego calculó su velocidad por triangulación en “alrededor de 1200 millas por hora”.

ADMITE QUE PODRÍA HABERSE EQUIVOCADO

Admitió que pudo haber cometido un error de 200 a 300 millas en sus cálculos, pero agregó que “todavía eran las cosas más rápidas que he visto”.

Cuando los vio por primera vez, pensó que los objetos eran gansos de nieve.

“Pero los gansos no vuelan tan alto y, de todos modos, ¿qué estarían haciendo los gansos yendo al sur en esta época del año?”

Luego pensó que eran aviones a reacción. Dijo que había escuchado tantas historias sobre la velocidad a la que viajaba este tipo de naves que decidió cronometrarlas.

Sin embargo, rápidamente se dio cuenta de que “su movimiento era incorrecto para los trabajos de jet”.

“Supongo que no sé lo que eran, a menos que fueran misiles guiados”, dijo.

“Todos dicen que estoy loco”, agregó con tristeza, “y creo que yo también lo diría si alguien más informara esas cosas. Pero los vi y los observé de cerca”.

“Parece imposible, pero ahí está”.

El Sr. Arnold, que vuela de 60 a 100 horas mensuales a través de cinco estados del oeste, dijo que estaba entre 25 y 30 millas al oeste del Monte Rainier, en ruta de Chehalis a Yakima, cuando vio los objetos.

BUSCANDO AVIÓN PERDIDO

Explicó que había estado navegando por la ladera occidental de la montaña con la esperanza de encontrar un avión de la Infantería de Marina, desaparecido desde enero pasado.

“Escuché que se ofreció una recompensa de $ 10,000 a cualquiera que lo localice”, agregó.

Dijo que los “aviones” permanecieron visibles por los destellos de la luz del Sol reflejada durante algunos segundos después de que pasaron el Monte Adams, tal vez a una distancia de 50 millas.

El Sr. Arnold admitió que el ángulo desde el que veía los objetos dificultaría la estimación precisa de su velocidad, pero insistió en que cualquier error no sería grave “para esa velocidad”.

El DC-4 estaba más cerca que los objetos, pero a 14,000 pies y algo al norte de él. Dijo que podía estimar mejor la distancia de los objetos porque un pico intermedio una vez bloqueó su vista de ellos. Encontró que el pico estaba a 25 millas de distancia, relató.

El piloto de Boise dijo que volaron en los lados oeste de Rainier y Adams, y agregó que creía que esto dificultaría que los vieran desde el suelo.

Dijo que “midió” la formación por una cresta cubierta de nieve sobre la que pasaron y estimó que el “tren” tenía cinco millas de largo.

PENSÓ QUE LA CAUSA ERA LA VENTANA

Dijo que al principio pensó que la ventana de su avión podría estar causando los reflejos, pero que aún veía los objetos después de bajarla.

También describió los objetos como “como un platillo” y su movimiento “como un pez saltando al Sol”.

Sobre todo, dijo, estaba sorprendido por la forma en que giraban justo por encima de los picos más altos, casi pareciendo estar abriéndose paso a lo largo de la línea de la cordillera.

“Ningún avión ortodoxo volaría así”, comentó.

“Diez mil pies es muy bajo para cualquier cosa que vaya a esa velocidad”.

El Sr. Arnold volaba un avión monomotor de tres pasajeros a 9,200 pies en ese momento, informó. Su velocidad era de unas 110 millas por hora.

El hombre de Boise, que está casado y tiene dos hijos, aterrizó aquí ayer y dijo que se quedaría uno o dos días más antes de regresar a Boise.

Se describió a sí mismo como un “ingeniero de control de incendios” y enfatizó que no está empleado por el servicio forestal, sino que es un contratista independiente.


[1] Bequette Bill, Boise Flyer Maintains He Saw ‘Em, East Oregonian, Pendleton, Washington, June 26, 1947.

The Flying Saucer As I Saw It

The Flying Saucer As I Saw It

TheFlyingSaucersAsISawItEstas son las fotografías que aparecen en el folleto autoeditado de Kenneth Arnold, The Flying Saucer As I Saw It, publicado en 1950.

Foto 1

TFSAISI-Foto1La primera imagen se refiere a los artículos sobre platillos voladores de Sid Shallet en el Saturday Evening Post de 1949[1]. Arnold escribe:

Este es un extracto de una carta recibida del Secretario al Director de Inteligencia de la Cuarta Fuerza Aérea, Hamilton Field, California. Esto no debería dejar dudas en la mente del público sobre quién produjo y publicó los artículos desacreditadores de Sidney Shalett en las ediciones del Saturday Evening Post de abril y mayo de 1949.

Foto 2

TFSAISI-Foto2La segunda foto es de la búsqueda del C-46 y los 32 marines a bordo. Arnold no aceptó la historia oficial y creía que nunca se encontraron los cuerpos, aunque el avión sí. El pie de foto dice:

Fotografía oficial de la Marina de los EE. UU. NA13 No. 1047 Fecha 25 de julio de 1947. Esta es una fotografía del desastre del Marine Corps C-16 en el glaciar Tahoma a 9,500 pies de nivel en el Monte Rainer en el Estado de Washington. Se informó que treinta y dos infantes de marina perecieron en este accidente. Los cuerpos nunca se recuperaron de los escombros y nunca se han publicado pruebas pictóricas de los cuerpos, lo que deja sin resolver la gran controversia sobre si realmente se encontraron cuerpos entre los escombros. La recompensa de $5,000.00 ofrecida por la recuperación de los cuerpos nunca fue pagada.

Siendo un piloto de montaña experimentado, Kenneth Arnold participó en la búsqueda aérea de estos restos. Fue mientras Arnold estaba involucrado en esta operación de búsqueda aérea que nueve aeronaves tipo balsa cruzaron su camino a una velocidad superior a 1,700 millas por hora.

Foto 3

TFSAISI-Foto3La imagen es una fotografía muy conocida de Emil Smith, Kenneth Arnold y Ralph Stevens. El pie de foto dice:

Viendo la primera fotografía jamás tomada de un disco volador en Seattle el 5 de julio de 1947, están el capitán E. J. Smith (izquierda), el piloto de United Airlines Kenneth Arnold y el copiloto de United Airlines Ralph Stevens.

El 8 de julio, el Capitán Smith despegó de Boise, Idaho en el vuelo 105 a las 9:04 p. m. con las palabras, “Creeré en los platillos voladores cuando los vea”. Nueve minutos después, sobre Emmett, Idaho, el capitán Smith, su copiloto y la azafata vieron nueve enormes objetos circulares planos. Los extraños objetos estuvieron bajo observación más de diez minutos.

Foto 4

TFSAISI-Foto4Se trata de copias que la Base Aérea Hamilton le dio a Arnold de las fotografías de William A. Rhodes del 7 de julio de 1947. En Marcianitos Verdes le dedicamos una serie a estas fotografías que resultaron ser un fraude.

Estas son dos fotografías auténticas de un platillo volador. Frank M. Brown le habló a Kenneth Arnold sobre estas fotografías mientras estaba en Tacoma, Washington, el 1 de agosto de 1947. Frank M. Brown, que era un agente de contraespionaje de Mitchell Field, Nueva York, y operaba con la Inteligencia de la Fuerza Aérea del Ejército fuera de Hamilton Field, California, dijo y citamos “Tenemos dos fotografías en nuestra sede de Inteligencia Militar en Hamilton Field, California. son auténticas. Los negativos originales fueron enviados a Washington D.C. Si usted, señor Arnold, desea ver estas fotografías, lo invitamos a visitar nuestra sede”.

Kenneth Arnold fue a Hamilton Field a pedido del Teniente Coronel Donald Springer, Comandante de la 4ta Fuerza Aérea de Inteligencia, y recibió las impresiones anteriores como cortesía por la asistencia que había brindado a la Inteligencia Militar en la investigación en el asunto de Tacoma.

Nota: El teniente Frank M. Brown y el capitán Davidson, ambos oficiales de inteligencia, murieron la mañana del 2 de agosto de 1947, cuando su bombardero B-25 explotó y se estrelló mientras transportaba fragmentos supuestamente arrojados desde un platillo cerca de Tacoma, Washington. camino a Hamilton Field, California.

Foto 5

TFSAISI-Foto5Arnold argumentó que los “hombrecitos” eran parte de nuestra historia evolutiva y la de los primates relacionados. Su evidencia aquí es terrible. Confunde el descubrimiento del Dr. Henry Fairfield (en realidad, el Dr. Henry Fairfield Osborn) de una criatura a la que llamó Hesperopithecus con una “momia misteriosa”. Habla de “hombrecitos arbóreos” que coexistieron con los dinosaurios, etc.

Lo que observamos aquí es la así llamada momia de Pedro, de Casper, en Wyoming, de la que nos ocupamos en el libro “100 fotos de extraterrestres[2]. El texto de Arnold es el siguiente:

Has escuchado historias de “Hombrecitos” asociados con los PLATILLOS VOLADORES. Las muchas descripciones de personas responsables que han visto hombrecitos los describen de manera diferente a estas fotografías pero…

Este pequeño mono parecido al hombre una vez vivió y respiró… y caminó sobre la tierra como una de las criaturas de Dios. Los científicos y curadores no pueden determinar positivamente su origen, pero han concluido tentativamente que vino a la tierra durante el período post glacial. Se cree que el espécimen podría haber existido antes que los hombrecitos arbóreos, que existieron casi al mismo tiempo que el dinosaurio. Las grandes migraciones de tiempos prehistóricos anunciadas por las ilustraciones mapeadas del Instituto Smithsonian probablemente tengan alguna relación con la raza de personas de donde vino este espécimen.

Fue descubierto en octubre de 1932. En las montañas Pedro… una cadena de las Montañas Rocosas a unas 65 millas al suroeste de Casper, Wyoming. Fue encontrado por dos buscadores de oro que dinamitaban en un barranco al pie de una cadena de estas montañas… y una de las explosiones abrió una cueva natural de unos quince pies de largo y unos cuatro pies de ancho y cuatro pies de alto. Dentro de la cueva en un saliente de roca se encontró a este hombre marchito tan realista como si hubiera estado vivo.

Lo más sorprendente de esta momia es la perfección de todas las características. Su piel de bronce, frente baja, nariz chata, cabeza torcida y poco inteligente con una franja de cabello se identifican fácilmente. Tiene una dentadura completa y sus ojos, aunque vidriosos, parecen mirarte claramente. Las autoridades afirman que el hombre tenía aproximadamente 65 años cuando murió, y las radiografías de la momia han revelado vértebras humanas y todos los demás huesos identificables del cuerpo humano.

El departamento de antropología del museo de la Universidad de Harvard dice que no hay duda sobre la rareza de la criatura. El curador del departamento egipcio del Museo de Boston dice que la momia tiene la apariencia de especímenes egipcios. El Dr. Henry Fairfield, destacado científico, llama a la criatura Hesperopithecus por una forma de antropoide, que vagaba por el continente norteamericano a mediados del período Plioceno. Todos dicen que es la momia más perfecta, prehistórica jamás descubierta.

Altura en posición sentada 6 1/2 pulgadas. Peso 3/4 de libra.

Propiedad de Iván P. Goodman. 1419 East 2nd St., Casper, Wyoming.

Foto 6

TFSAISI-Foto6Se trata de la historia del leñador John E. Ostrom cuyo camión, al parecer, fue golpeado por un meteorito[3]. Las fotografías tomadas por Dewey Bowman del incendio de Salmon River no aparecen en este folleto, pero sí en el libro de Arnold y Raymon Palmer, The Comig of the Saucers.

John E. Ostrom, de Nyassa, Oregón, (izquierda) señalando el punto del techo de la cabina de un camión pesado de acero del ejército que fue golpeado por un misterioso objeto incandescente que cayó en picado del cielo mientras viajaba desde Council, Idaho, a las 4 p. m. el 30 de julio de 1947. El objeto con forma de bola plateada golpeó y cayó hacia la carretera. El contacto del objeto con la cabina, que fue solo una fracción de segundo, fue de un calor tan terrible que se derritió a través de la pesada placa de acero del golpe. Se estima que el calor del objeto debe haber superado los 6000 grados F para derretir esta pesada placa de acero en tan breve instante de contacto. Se recuerda un incidente anterior que ocurrió el 24 de julio de 1947, donde todo un puente colgante del gobierno que cruzaba el río Salmon cerca de Riggins, Idaho, se incendió por un calor tan intenso que los cables de acero, como se ve en una fotografía en la escena, tomada por Dewey Bowman, ardían con la misma intensidad que las vigas de madera. Todo el puente se consumió en cuestión de minutos. El clima en esta fecha en esta vecindad estaba despejado, visibilidad de más de 50 millas.

Foto 7

TFSAISI-Foto7Es la carta de Velma Brown, la viuda del teniente Frank Brown, el agente especial del CIC que vigilaba a Arnold, Dave Johnson y Emil Smith, y que investigaba avistamientos relacionados, incluido el de Dick Rankin. Brown murió en el accidente del B-25 junto con otro agente, su socio, el Capitán William Davidson, después de que abandonaron Tacoma, después de haber entrevistado a Arnold, Smith, Harold Dahl y Fred Crisman con respecto a Maury Island. Para citar a Arnold, “Esta carta se explica por sí misma”. Arnold no creía que la caída del B-25 fuera un accidente, ni recibió la información que le habían prometido sobre la investigación de la Fuerza Aérea sobre el accidente o el incidente de Maury Island.

2317 Earl Avenue

Long Beach, California

18 de diciembre de 1948

Sr. Kenneth Arnold

Box 387

Boise, Idaho

Estimado Sr. Arnold

No hace falta decir que, me sorprendí de escuchar de usted, pero también fue muy agradable. Conozco muy poco sobre el accidente de Frank, y lo que sé lo encontré por mi cuenta. El Departamento de Guerra nunca me ha dado ningún tipo de declaración en cuanto a lo que pudo haber pasado la noche en que murió Frank. He tratado de repasar los escasos detalles que tengo desde todos los ángulos, pero no hacen una imagen muy completa.

Esta revista Fate que usted menciona en su carta es ciertamente ajena a nuestros quioscos aquí en el Sur de California. Debe ser una revista local o una que es relativamente nueva porque ni siquiera la guía de revistas de la biblioteca la tiene listada. ¿Podría enviar por favor una copia de la revista? Me gustaría mucho leer el artículo. Frank había discutido el asunto de los discos voladores conmigo con gran extensión, y me había dicho porqué iba a McChord Field la noche en que fue asesinado.

Nunca he pensado que la muerte de Frank fue un accidente.

Frank dijo que usted vuela por todo el país. Si está en esta vecindad estaría más que feliz de verlo y hablar con usted. Asegúrese de hacérmelo saber cuando esté aquí y haré los arreglos para contactarlo ya que tengo mi tiempo bastante bien programado. Estoy tomando un curso pre-médico en Long Beach City College y soy presidenta del club médico de mujeres pre-profesionales en el campus además de mantener un apartamento, así que como puede ver no tengo mucho tiempo libre. He tratado de mantenerme lo más ocupada posible desde la muerte de Frank y lo he logrado bastante bien.

Cualquier información que tenga relativa a este asunto será muy apreciada por mí.

Con la esperanza de saber de usted muy pronto. Quedo

Atentamente,

Foto 8

TFSAISI-Foto8La carta a Arnold de George Gorman, como evidencia del secreto que la Fuerza Aérea impuso a sus oficiales y hombres con respecto a los platillos.

Esta carta recibida del teniente George F. Gorman, Fargo, Dakota del Norte, borrará cualquier duda sobre la importancia de la experiencia del teniente Gorman en el aire con un objeto iluminado en forma de disco esférico, que reaccionó con maniobras evasivas a su pensamiento en lugar de a la actitud física de su avión.

Foto 9

TFSAISI-Foto9Un collage de titulares y recortes de periódicos.

Foto 10

TFSAISI-Foto10Recortes de periódico sobre el accidente en Kelso donde murieron los oficiales Brown y Davidson. Arnold escribe:

Esta es la identificación del Departamento de Guerra del Teniente Frank M. Brown, el jefe de investigaciones del oeste para la Inteligencia Militar. Aun suponiendo que asumió el titulo de 2nd Teniente como un oficial de inteligencia A-2, Frank M. Brown en realidad fue un agente de contraespionaje, recibiendo sus ordenes directamente de Mitchell Field, Nueva York, y tenía la autoridad de asumir el rango de un general de cinco estrellas.

Esta identificación personal se le dio a Kenneth Arnold después de que fue recuperado el cuerpo del Teniente Brown de los restos de un B-25 cerca de Kelso, Washington.

Foto 11

TFSAISI-Foto11Dibujo sobre el caso de Isla Maury, acompañado de un recorte de periódico sobre el uso del titanio para naves espaciales.

Arnold despliega todas las “habilidades” que encontraremos en los ufólogos que le siguieron. Miente o está malinformado sobre Harold Dahl y Fred Crisman, quienes no eran operadores ni capitanes de la Patrulla del Puerto de Tacoma (se trataba de lancheros dedicados a recuperar troncos de árboles en los ríos y la bahía, mismos que posteriormente vendían en el puerto). También escribe sobre “misterios misteriosos”, como que los oficiales (¿del Ejército?) fueron incapaces de determinar qué causó la muerte de Paul Lanz; o que Crisman fue llevado a Alaska por el mismo Ejército (¿para evitar que declarara?). Aunque esto último bien pudo ser otra de las tantas mentiras de Dahl y Crisman, quienes tiempo después declararían que habían inventado todo y que los supuestos restos del plato volador no eran más que escoria de fundición de una acerera cercana. En ese sentido la sugerencia de Arnold de que una aleación de titanio-calcio era imposible para la tecnología de la época también cae dentro del sensacionalismo con el que escribió Arnold sus obras.

El caso de Tacoma

El caso del platillo volador como es descrito por Harold Dahl y Fred Crisman de la Patrulla del puerto de Tacoma, en Tacoma, Washington, el 1 de agosto de 1947.

La investigación conducida por Kenneth Arnold, piloto y descubridor de los platillos voladores, de Boise, Idaho, y el Capitán E. J. Smith, piloto veterano de United Air Line, junto con Frank M. Brown y William L. Davidson de la Inteligencia Militar. Resultado… tres hombres muertos y uno desaparecido.

Nota: El tercer hombre en morir asociado con el incidente de Tacoma fue Paul Lanz, reportero de noticias as para el Tacoma Times. Por más de treinta horas su cuerpo permaneció en la funeraria, los oficiales fueron incapaces de determinar la causa de su muerte. Fred Crisman, operador de la Patrulla del puerto de Tacoma, en medio de la investigación supuestamente fue llevado a Alaska a bordo de un transporte del ejército.

Harold Dahl, Capitán de la Patrulla del puerto de Tacoma envió muestras de los fragmentos arrojados del Platillo de Isla Maury, a R. A. Palmer, Editor de Chicago, quien a su vez publicó un análisis de este metal, que está compuesto principalmente de Calcio y Titanio fundidos bajo un calor extremo. Se informó que tal aleación es una imposibilidad bajo los actuales métodos científicos. El siguiente recorte es un descubrimiento interesante en cuanto al posible uso del titanio. Nota: En 1947 Aviation News Beacon periódico en noticias para aviadores informó que poco después del asunto de Tacoma el gobierno de los EE.UU. mostró extremo interés en los depósitos de titanio no sólo en los Estados Unidos sino en todos los territorios en su posesión.

Foto 12

TFSAISI-Foto12Aparentemente, Arnold investigó los ángeles del radar Arcata. Vuelve a su hipótesis favorita: no identificado. Parece que no habló con físicos, meteorólogos, radaristas y otros científicos que le podrían haber dicho que se trataba, entre otras cosas, de retornos en termales, efectos en los aparatos de radar, etc.

“Ángeles” del radar. Esta es una fotografía oficial, con exposición de tiempo, de la pantalla de radar en el Landing Aids Experiment Station en Arcata, California. Este proyecto es patrocinado por el Ejército, la Marina y la Administración de Aeronáutica Civil y operado por Trans-Ocean Airlines. Esta fotografía fue tomada bajo la dirección de Kenneth Ehlers, líder del departamento de electrónica y radar. La antena de radar escanea todo sobre el nivel del mar dentro de la vecindad inmediata de esta estación de radar. Las grandes áreas de manchas blancas indican montañas y barreras terrestres. Los pequeños retornos de objetivos blancos indicados por flechas son lo que han sido llamados “Ángeles” de Radar. Son invisibles al ojo humano pero devuelven indicaciones en la pantalla de radar de objetos de densidad y sustancia tan brillante como ciertos tipos de nuestras aeronaves estándar. Se mueven con un propósito inteligente y en un curso casi constante a través de esta zona a aproximadamente 180 grados. Sus rangos de altura están cercanos a los 3,000 pies sobre el nivel del mar. Por más de cuatro años estos retornos de radar no identificados han sido estudiados por científicos en este proyecto así como en muchos otros proyectos. Cada explicación posible y plausible ha sido minuciosamente investigada en un intento de determinar qué pueden ser estos “Ángeles”.

Resultado… No identificado

Foto 13

TFSAISI-Foto13Otra fotografía de “Ángeles” de radar.

El retorno del radar circulado en la fotografía indica un avión de transporte de pasajeros más grande, identificado y observado desde tierra. Esta fotografía fue tomada en un día claro. Las flechas indican Ángeles.

Fotografía oficial. Las flechas indican cuatro Ángeles de radar fotografiados en la pantalla de radar en un día claro. Altura entre 1,000 y 2,000 pies sobre el nivel del mar. Velocidad aproximadamente 30 millas por hora. Dirigiéndose a 180 grados. Los objetos cruzaron la trayectoria directamente sobre la estación de radar. Nada se avistó visiblemente por los operadores fuera del remolque del radar – incluso con la ayuda de instrumentos con alto poder óptico. En muchas ocasiones los Ángeles de Radar han llegado a lo que se puede suponer como un alto completo visto desde la pantalla del radar. Un solo Ángel puede dividirse en dos objetivos de alrededor de la mitad de intensidad del objetivo original viajando en direcciones opuestas, luego paralelamente uno del otro en los 180 grados dirigiéndose continuamente en la atmósfera por tres a seis millas, algunas veces fusionándose de nuevo en un Ángel y continuando su curso original.

Kenneth Ehlers, científico, descubridor de los Ángeles de Radar, en repetidas ocasiones ha colocado aeronaves conocidas en cursos directos de colisión con estos objetos extraños.

Nada fue perceptible a los sentidos normales del personal de la aeronave o los instrumentos de las aeronaves o la altura del vuelo.

Se mencionó públicamente solo brevemente el 6 de marzo de 1948, en el Saturday Evening Post, la grabación de entidades no identificadas vistas por el retorno de radar desde la atmósfera inferior, pero llamó la atención del público de manera más directa cuando una transmisión de Kenneth Ehlers entrevistado por Kenneth Arnold fue puesta al aire por la estación de radio KFXD de Mutual Network el 24 de abril de 1950. El siguiente recorte es una revelación muy interesante para este escritor.

Foto 14

TFSAISI-Foto14Fotografía de Rhodes de la Fuerza Aérea. La fotografía fue recortada para eliminar el poste de teléfono. Este recorte de la foto fue publicado en el Top Secret Analysis of Flying Object Incidents in the US por un grupo combinado de inteligencia de la Fuerza Aérea y la Armada con fecha del 10 de diciembre de 1948.

Esta es la segunda impresión de la fotografía del Platillo Volador dada a Kenneth Arnold por la Inteligencia Militar de la Cuarta Fuerza Aérea. Esta muestra una identificación positiva del objeto extraño en referencia al poste telefónico y el árbol a la izquierda. La distancia real del objeto desde el terreno cuando fue tomada la fotografía, no se pudo determinar, por lo tanto, no tenemos distancias conocidas en las que basar su tamaño.

Copyright, 1950, por Kenneth Arnold

Todos los derechos reservados, el uso de cualquier material de aquí está prohibido sin el permiso expreso del autor.


[1] Shalett Sidney, What You Can Believe About Flying Saucers, Saturday Evening Post, April 30 and May 7, 1949.

[2] El libro se puede conseguir en Amazon: https://www.amazon.com/-/es/Luis-Ruiz-Noguez/dp/1716224608

[3] Anónimo, Ostrom Reports Cab Struck By Red Hot Meteor, Nyssa Gate City Journal, Oregon, July 3, 1947. Pag. 1.

Kenneth Arnold fue un “UFO Repeater”

Kenneth Arnold fue un “UFO Repeater”

Un “UFO Repeater” o “Repeater Witness” es alguien que afirma ver ovnis regularmente más que cualquier otra persona. Dentro del mundo ovni, alguien que informa un ovni o platillo volador más de una vez es etiquetado como “repeater”. Estos “UFO Repeaters” despiertan muchas sospechas, pues se piensa que son personas que confunden regularmente objetos convencionales con ovnis; o que su preparación es muy básica y no tienen parámetros para identificar fenómenos naturales u objetos materiales hechos por el hombre; o simplemente son personas fantasiosas y/o mentirosas que tratan de engañar. Philip Klass, en UFOs Explained, dice, “Investigadores de ovnis con experiencia, incluso los que creen en las naves espaciales extraterrestres, sospechan de los informes que vienen de “repeaters” – un termino aplicado a personas que afirman ver ovnis frecuentemente”.

Kenneth ArnoldKenneth Arnold fue un UFO Repeater. Informó haber visto platos voladores en, por lo menos, 7 ocasiones. En una entrevista que le dio a, Bob Pratt, el reportero estrella del National Enquirer, dijo que había visto ovnis “siete u ocho veces”[1]. Aquí reproducimos los informes de sus avistamientos 2 y 3:

El segundo avistamiento de Kenneth Arnold – 29 de julio de 1947

En las propias palabras de Kenneth Arnold:

Era una hermosa mañana de verano el día que salí de Boise y rápidamente subí mi avión a una altitud de 7,000 pies, volando la ruta aérea a Pendleton, Oregón. Solo tenía medio tanque de gasolina cuando me fui y planeaba detenerme en La Grande, Oregón, para repostar. Cargar combustible en La Grande me llevaría hasta Tacoma, Washington. No almacené gasolina en el pasto de las vacas que había estado usando como campo de aterrizaje y las 5:30 a. m. de la mañana era demasiado temprano para obtener gasolina en Boise.

Era un día perfecto para volar. El aire era cortante, húmedo, claro como el cristal, suave como la seda. Hay algo realmente emocionante en volar en un día como ese, con el zumbido interminable de su motor que le dice que todo funciona perfectamente. En una hora estaba sobre Baker, Oregón. Puedo recordar cómo la ciudad brillaba a la luz del Sol, yacía debajo de mí, enclavada entre dos enormes cadenas montañosas. Comencé a descender sobre North Powder, Oregón, en preparación para aterrizar en La Grande, cuando noté sobre mí, a unas diez millas a la derecha, el viejo Boeing de Empire Airlines, que también se acercaba para aterrizar en La Grande. Hay algo en tener compañía en el aire que siempre parece agradable y amigable. Sacudí mis alas hacia él en un gesto de saludo y continué bajando hasta que estuve directamente sobre Union, Oregón a 5,000 pies.

Recuerdo mirar el reloj de mi instrumento, que marcaba unos cinco minutos antes de las siete. Cuando levanté la vista del panel de instrumentos y me dirigí hacia el valle de La Grande, vi un grupo de unos veinte o veinticinco objetos de color bronce que parecían patos[2]. Venían hacia mí de frente y a lo que parecía una gran velocidad. Agarré mi cámara y comencé a rodar la película. Aunque pensé que eran patos cuando los vi por primera vez, no me arriesgaba.

El Sol estaba a mi espalda y a mi derecha. Estos objetos estaban llegando al Sol. No estaba mirando a través del visor de mi cámara, pero estaba mirando a lo largo del costado. Cuando este grupo de objetos se acercó a 400 yardas de mí, viraron bruscamente alejándose de mí y hacia la derecha, ganando altura mientras lo hacían y revoloteando y destellando con un color ámbar opaco. Me sorprendió un poco y me emocioné un poco cuando me di cuenta de que tenían las mismas características de vuelo que los objetos grandes que había observado el 24 de junio. Estos parecían ser redondos, bastante ásperos en la parte superior y con un punto oscuro o claro en la parte superior arriba de cada uno. No podía estar absolutamente seguro de esto porque todo sucedió tan repentinamente. Intenté girar y seguirlos, pero desaparecieron hacia el Este a una velocidad muy superior a la de mi avión. Sabía que no eran patos porque los patos no vuelan tan rápido. Después de unos minutos abandoné la persecución y continué bajando en La Grande.

El tercer avistamiento de Kenneth Arnold – 1952

Esta vez es su hija Kim quien cuenta la historia.

En 1952, Kenneth Arnold volaba en su avión CallAir sobre Susanville, California. Dos ovnis volaron directamente debajo de su avión. Creo que estos dos ovnis fueron identificados como del mismo tipo. Describió que la primera nave, mientras volaba por debajo, era tan sólida como un automóvil Chevrolet. La segunda nave era transparente en el medio y podía ver a través de ella.

Para Kenneth Arnold, este avistamiento sobre Susanville fue uno de los más intrigantes. Estaba convencido de que los ovnis tenían la capacidad de cambiar su densidad y volverse completamente invisibles.

En 1967, la revista Look publicó un número especial para conmemorar el vigésimo aniversario de los platillos voladores. Este artículo especial se titula “El hombre que lo empezó todo”. Describe a mi padre como un ciudadano sólido que fue el primero en informar sobre objetos misteriosos que “volaban como un platillo”. Sigue y dice: Hoy cree que los ovnis están “vivos en lugar de máquinas”. Aquí está la cita de mi padre al final de este artículo:

“La impresión que tuve después de observar estos extraños objetos por segunda vez fue que eran algo vivo en lugar de máquinas – un organismo vivo de algún tipo que aparentemente tiene la capacidad de cambiar su densidad similar a los peces que se encuentran en nuestros océanos sin perder su aparente identidad”[3].

Mi padre se refería a las extrañas características invisibles de las medusas simples en nuestros océanos.


[1] Ver: https://web.archive.org/web/20060117123604/http://www.bobpratt.org/kenarn.html

[2] Nuevamente describe sus objetos como aves volando. En su primer avistamiento habló de gansos; esta vez de patos.

[3] Esta sería la base de su teoría criptozoológica de los platos voladores, de la que hablaremos en otro artículo.