Lillith Dementia
Todo comenzó en noviembre de 1973, cuando Ronald DeFeo de veintitrés años, mientras consumía heroína, disparó y mató a sus cuatro hermanos y a sus dos padres. DeFeo fue enjuiciado, convicto y condenado a seis cadenas perpetuas por el crimen.
El año siguiente, 1974, otra vez en noviembre, George y Kathy Lutz compraron la casa de DeFeo, una propiedad colonial de seis dormitorios con una piscina y su propio muelle, situada en la comunidad de Amityville en Long Island. El precio de compra fue según se informa de ochenta mil dólares. El 12 de diciembre, los Lutz y sus niños se mudaron a la casa. Un mes más tarde, el 13 de enero de 1975; salieron de la casa, supuestamente temiendo por sus vidas.
Según los Lutz, fueron sacados de la casa por fuerzas sobrenaturales, que comenzaron a ocurrir el día que se mudaron. En ese día, un amigo de la familia, el padre Frank Mancuso, vino a bendecir la casa. Durante la bendición, se escuchó una fuerte voz masculina, ordenándoles «Â¡Salgan!» En las siguientes semanas, siguieron una extraña cadena de ocurrencias. La hija más joven de los Lutz encontró, en su dormitorio, un cerdo con los «ojos rojos que brillaban intensamente». Una pesada puerta misteriosamente fue arrancada de sus bisagras. George Lutz vio a su esposa, Kathy, levitando sobre su cama, y en otra ocasión Lutz escuchó una banda musical mientras estaba en la sala y fue a investigar. No pudiendo encontrar la fuente, volvió para encontrar que la alfombra de la sala estaba enrollada y los muebles se movieron alrededor del cuarto. Finalmente, durante una tempestad de lluvia torrencial, con vientos de la «fuerza de un huracán», y sin luz eléctrica, los Lutz huyeron de la casa, dejando atrás sus pertenencias.
Aproximadamente un año más tarde, el autor Jay Anson oyó hablar de los acontecimientos en Amityville, y entró en contacto con a familia Lutz. Le dieron los derechos exclusivos de la historia a cambio de una parte de las regalías. Anson recontó la historia. «The Amityville Horror», se convirtió en best seller tanto en pasta dura como en rústica, se hizo una película altamente exitosa, y más tarde, una secuela algo menos exitosa. El mes de terror de los Lutz los había hecho a Anson y a ellos relativamente ricos.
Pero entonces la burbuja comenzó a estallar. Resultó que Anson había desarrollado la historia no de entrevistas personales con los Lutz, sino a partir de cuarenta y cinco horas de entrevistas previamente grabadas proporcionadas por George Lutz. Lutz también había estado hablando con William Weber, abogado que no representaba a nadie con excepción de Ronald DeFeo. DeFeo, había fallado en hacer que lo declararan loco, intentaba conseguir un nuevo juicio diciendo «el diablo me hizo hacerlo», afirmando que las mismas fuerzas sobrenaturales que habían atormentado a los Lutz lo habían forzado a hacer su crimen. (No tuvo éxito.) Ni fue Jay Anson que el primer escritor con el que los Lutz se habían puesto en contacto.
Antes de que Anson hubiera oído hablar de los Lutz, ellos habían hecho el intento de negociar con el autor Paul Hoffman para contar su historia, pero el trato eventualmente se vino abajo, dando por resultado que los Lutz llevaran a Hoffman a juicio. Esto fue un gran error de su parte. Bajo juramento, George Lutz admitió que nunca habían sucedido los incidentes que implicaban la música y la alfombra enrollada y el movimiento de los muebles de la sala y la puerta arrancada de sus bisagras. Ninguna voz sobrenatural les pidió salir de la casa el día de su bendición. De hecho, la casa nunca había sido bendecida «formalmente», ni por el padre Mancuso ni por ningún otro sacerdote. Lutz indicó más tarde que él «pudo haber tenido sólo un sueño» cuando vio a su esposa levitando sobre su cama. Y no, él nunca había visto un cerdo, con los ojos rojos, o de otra manera, en la recámara de su hija. En cuanto a la lluvia tempestuosa con la «fuerza de un huracán» que apagó las luces el día que los Lutz huyeron de la casa, los reportes del tiempo informan que ese día indica solamente «trazas» de precipitación, sin reportes de cortes de energía.
Todo era obviamente un engaño o fraude, pero sigue habiendo una pregunta: ¿Por qué?
La verdad nunca fue revelada. No obstante cierta información, que salió a luz más tarde, permite hacer algunas conjeturas. Aunque la casa fue tasada en bastante más de los ochenta mil dólares, «People Magazine» encontró que los Lutz habían presupuestado solamente cuarenta mil para la compra de su casa. Además, cuando abandonaron la casa, los muebles que dejaron detrás fueron descritos como «baratijas». Con estos hechos, es fácil asumir que la solución más simple es la correcta: dinero. Los Lutz habían pensado aparentemente y ésta era la única solución que pudieron encontrar para salvar algo del inminente desastre financiero.
Después de un año, la casa tenía nuevos dueños, James y Barbara Cromarty y sus niños. «El libro es completamente falso» dijo Barbara a «People Magazine», «este es un hogar encantador.» Ninguno de los Cromarty ha visto o experimentado ningún fenómeno sobrenatural. Los únicos problemas que han tenido son de la gente que desea ver «The Amityville Horror.»
http://hauntingsandentities.blogspot.com/2007/04/amityville-hoax.html