El Monstruo del Loch Ness. Los primos de Nessie (2)

EL MONSTRUO DEL LOCH NESS. LOS PRIMOS DE NESSIE (2)

ESCANDINAVIA

Al igual que en el reino Unido, en los países escandinavos existen le­yendas milenarias que hablan de unas criaturas parecidas a los caballos que, como las sirenas, atraen a los hombres que osan penetrar en sus dominios y que, como éstas, los matan.

Existen informes de que en el lago más profundo de la península escan­dinava, el Storsjön (el gran lago), en el corazón de Suecia, hay un monstruo de cuello largo y cabeza pequeña, parecida a la de una vaca o un perro, con algo semejante a una crin o unas orejas colgándole hacia el cuello.

El lago Storsjön cubre 450 kilómetros cuadrados, y los niveles medios son más fríos que el Loch Ness. En medio del lago se levanta la pequeña is­la Forso en donde se han encontrado diversas piedras grabadas con caracteres rúnicos. Una de esas piedras muestra el dibujo de un animal con un largo cuello y aletas.

En la playa oriental del lago esta la ciudad de Osfersund donde hay un museo en el que se guardan estas piedras además de algunos arpones y enor­mes trampas de resorte. El conservador del museo, en una carta a Tim Dinsdale le decía que esas trampas fueron utilizadas en 1894 en un colosal esfuerzo por capturar al monstruo. Este caballo del agua se mostró más activo desde 1820 a 1898 cuando «personas dignas de todo crédito» lo vieron 22 veces.

«Se dice que la cabeza es redonda y lisa -escribió el conservador-, con ojos grandes. Se describen las extremidades como patas o pies cortos, acha­parrados, posiblemente aletas grandes y torpes, quizá patas traseras largas y palmeadas».

Se describe su piel como lisa y brillante, con coloraciones que van desde el negro absoluto hasta varios tonos de café. Su longitud se calcula en unos cinco a doce metros. Es capaz de desarrollar velocidades de diez nudos.

En base a estas descripciones y a la piedra grabada del museo de Ostersund, el doctor Peter Olsson, zoólogo experto en mamíferos marinos, identi­fico al «monstruo» con un pinnípedo, es decir, una clase de foca gigante con un cuello bastante largo.

No lejos de ahí, dos cazadores islandeses aseguraron haber visto un extraño animal a la orilla del lago Keifarvatn, a noventa kilómetros de Rey­kjavik.

Julius Asgerisson y Olafus Olafsson cazaban pájaros a la orilla del mencionado lago, cuando fueron sorprendidos por esta criatura. «Era más grande que un caballo, se movía como un perro y nadaba como una foca» -dije­ron los cazadores[1].

En Suecia, Noruega e Islandia encontramos hasta 26 lagos diferentes en los que se dice que han visto monstruos. Dos de ellos incluso indican la presencia del monstruo en sus nombres: Ormsjon (lago del monstruo) y Hvaler Serpent, el primero en Suecia y el segundo en Noruega.

EUROPA CENTRAL

Nessie parece tener parientes por doquier. En diciembre de 1976 un monstruo serpentiforme «de aspecto de dragón» hizo su aparición en las aguas del lago Uri, en Suiza central.

Según refiere el periódico Blick, el monstruo apareció a unos 300 metros de la costa bufando y resoplando. Después de una breve permanencia en la superficie, volvió a sumergirse para reaparecer dos veces antes de per­derse definitivamente en las aguas.

Se le logró fotografiar. Las fotos muestran un objeto oscuro poco definido. El suceso fue aterrador para Kurt Mathis, un pescador que vio como emergía el monstruo a sólo treinta metros de su embarcación. Según Mathis, las dimensiones de su cuerpo serían de unos quince metros de longitud por sólo dos de diámetro.

Lo que no comprendemos es cómo si la fotografía se tomó a sólo treinta metros el monstruo se ve tan borroso y poco definido. Lo mismo ocurre con la fotografía tomada por una tal Mary McCarthy en julio de 1981 en Shelbur­ne (Inglaterra).

El 27 de agosto de 1976 un ser semejante emergía del lago Lucerna en la Europa central. También en este caso se obtuvo una fotografía.

El problema para los supuestos reptiles que viven en las aguas de los lagos del Reino Unido, Suecia, Noruega, Islandia y Suiza es la baja temperatura de sus aguas. Un reptil de sangre fría difícilmente podría sobrevivir en las heladas aguas de esos lagos.

RUSIA

Las noticias que nos llegaron de la antigua Unión Soviética son más que confusas, pues del, casi, único informe que se posee existen muchas versiones.

De acuerdo con Erwin Moller[2] los sucesos ocurrieron en 1902 en el lago Vorota y el testigo fue Boris Tverdochlebov.

La fecha, el lugar y el nombre del testigo cambian para Peter Kolosimo[3]: 1953, lago Labynkyr, y V. Tyerdojerbov. Alan Landsburg[4] coincide con esta fecha (julio de 1953) y con el nombre (V. A. Tverdokhlebov), pero según él los sucesos se desarrollaron en el lago Vorota. Finalmente, para Anatoli Pankov, corresponsal de la APN[5], la fecha es el mes de julio de 1953, el lugar el lago Labynkyr, y el nombre del testigo Viktor Tverdojle­bov.

Los sucesos se desarrollaron de la siguiente manera de acuerdo con la versión de Moller:

Un estruendo llamó la atención del geólogo ruso Boris Tverdochlebov: «un extraño animal semejante a una serpiente y de color gris brillante, nadaba despreocupadamente y ruidosamente (sic). Después de evolucionar durante unos minutos, el animal se acercó cautelosamente a la orilla, y fi­nalmente, se hundió en las aguas. Según como describió Tverdochlebov al animal, éste mediría unos diez metros de longitud por unos dos de perímetro, con una cabeza pequeña y reptiliana, y dos ojillos perfectamente distingui­bles. Al darse a conocer el episodio en Moscú, la Academia de Ciencias decidió enviar a un grupo de investigadores altamente calificados a las orillas del lago Vorota».

Siguiendo con esta versión, pasaron muchos días sin que el monstruo diera señales de vida. Luego, de repente, «el biólogo N. Gladjik por poco cae directamente sobre el cuerpo de la criatura al ir a recoger agua a unas salientes rocosas. La bestia huyó de inmediato, sumergiéndose en las aguas del lago».

Gladjik describió al monstruo como un plesiosaurio: «su piel era com­pletamente negra y brillante, con un largísimo cuello y una cabeza minúscula -dijo Gladjik-. A lo largo de la espina dorsal vi algo como crines o aletas dorsales, y se desplazaba gracias a cuatro aletas semejantes a las del león marino».

Existen varios datos en esta versión que no concuerdan con las versio­nes de otros investigadores. El relato de Gladjik, por ejemplo, -si es que ocurrió-, ocurrió en el lago Khaiyr, en las profundidades de la tundra en la región Yanski de Siberia, según Landsburg.

«Un biólogo llamado Nikita Gladkikh «tropezó literalmente» con un monstruo en la playa, según un artículo (aparecido en Komsomolskaya Pravda) de G. Rukosuyer, jefe del equipo de reconocimiento geológico al que pertenecía Gladkikh. Aquella cosa inmensa se había arrastrado hasta la hierba. Tenía la cabeza pequeña y el cuello largo y lustroso, así como un enorme cuerpo de piel negra.

«Horrorizado, el biólogo corrió a avisar a sus colegas. Cuando llega­ron al lago armados de cámaras y rifles, aquella cosa había desaparecido, pero pudieron ver una ancha franja de hierba completamente aplastada. Como tratando de respaldar la credibilidad de Gladkikh, poco después un monstruo salió a la superficie en el centro del lago. Lo vieron el jefe de la expedición y dos ayudantes. Una cabeza que emergió a bastante distancia del agua ­y una agitada cola que levantaba grandes olas».

Alan Landsburg afirma también que los sucesos relatados por V. A. Tverdokhlebov ocurrieron en el lago Vorota al nordeste de Siberia y a unos 120 kilómetros de la aldea más cercana.

Según Landsburg los testigos fueron V. A. Tverdokhlebov y su ayudante Boris Bashkator (aquí esta el Boris Tverdochlebov de Möller). En ningún mo­mento se menciona un estruendo, sólo se dice algo sobre un «barril de petróleo flotando en el lago a unos trescientos metros de distancia».

Aquella cosa se dirigía a la orilla y los geólogos treparon por la ca­ra de un acantilado para poder ver mejor y «vieron una inmensa cabeza con ojos muy separados demasiado grande para tratarse de una tortuga gigante».

Tverdokhlebov escribió:

«El animal se impulsaba a si mismo hacia adelante con rápidos saltos, la parte superior del cuerpo unas veces apareciendo sobre el agua y otras desapareciendo. Se detuvo a una distancia de cien metros de la orilla. Empezó a golpear sobre el agua vigorosamente levantando una cascada, luego se sumergió desapareciendo».

Otros dicen que el monstruo mide menos de ocho metros de largo, tiene una cabeza ancha y plana, y produce una especie de rugido fuerte.

Kolosimo pone las siguientes palabras en labios del geólogo: «El cuer­po, que, chorreando, salió del agua, parecía un enorme tonel de brillante estaño. El monstruo tenía dos protuberancias muy pronunciadas en la cabeza, separadas entre sí unos dos metros. Tuve la impresión de que se trataba de los ojos de la bestia».

Los dos geólogos llevaban cámaras fotográficas, pero ninguno de ellos las usó para obtener una prueba de su observación.

Los compañeros de Tverdokhlebov simplemente se rieron de él, pues conocían su fama de «cazador de monstruos» ya que había ­publicado varios artículos al respecto en algunas revistas de Moscú. Esta, su última experiencia, también la publicó pocos días después.

La noticia del monstruo atrajo la atención de aventureros y amantes de lo exótico. Se organizaron varias expediciones para darle caza al monstruo todas las expediciones estaban integradas exclusivamente Por aventureros y la Academia de Ciencias de la URSS no envió ningún grupo a investigar (como afirma Möller).

El lago Labynkyr se encuentra en la planicie de Sordonnoj en el distrito de Oimyakon, en Yakutia, considerado el punto más frío del hemisferio norte. Durante el invierno la temperatura desciende allí hasta 71 ºC bajo cero. El lago tiene quince kilómetros de largo por cuatro de ancho, superando los cincuenta metros de profundidad.

Las expediciones fracasaron en su intento de localizar al monstruo. Después de varios meses de vigilancia (día y noche), utilizando equipos de inmersión y cámaras subacuáticas, los aventureros, decepcionados, abandona­ron el lago. Anatoli Pankov se pregunta: «¿Acaso no hubo monstruo alguno? ¿Acaso el geólogo Tverdokhlebov sólo lo había soñado?», y es probable que esta última sea la respuesta.

Lo cierto es que en esa región abundan las leyendas que hablan de pe­ces gigantescos. Posiblemente estas l eyendas estén basadas en un esturión, pues es sabido que en la cuenca del Indigirka son comunes los esturiones gigantes. El nombre mismo de la comarca Sordonnoj (de origen yakústico) significa «tierra de esturiones». En el lago Labynkyr se han llegado a pescar esturiones de poco más de cuatro metros de largo.

Los lugareños tienen miedo de atravesar el lgo en pequeñas embarcaciones, pues creen que los esturiones pueden volcarlos. Una de las leyendas dice que un esturión arrastró y ahogó a un pescador. La esposa del pescador decidió vengarse para lo cual enrolló una espina de pescado en harina, la dobló, y la arrojó a las aguas. El esturión se tragó el cebo, que en su in­terior se enderezó y lo mató. El cráneo del animal -se dice- era tan grande que era posible pasar por debajo de él montado en un reno.

En la misma meseta Sordonnoj buceadores soviéticos exploraron otro la­go, el Vorota, utilizando equipo de sonar. Esta operación tuvo efecto en mayo de 1966, pero todo lo que se halló fue barro.

Boris Porshniev (quien luego se haría famoso por sus «investigaciones» con el Almasti -especie de supuesto Yeti soviético-) y L. Sienko declararon haber observado un rarísimo animal plateado brillante y serpentiforme, como de unos quince metros de longitud. El lugar fue el lago siberiano Sara Tchaleh y la fecha, 1960[6].

Nikita Gladkij, en el otoño de 1964, declaró lo siguiente: «Observé un gran movimiento en la superficie del agua -explicó al Komsomolskaia Pravda­- y luego vi emerger a aquel horrible animal, semejante a un ictiosaurio. Permaneció quieto durante algunos segundos, y luego nadó velozmente hacia la orilla y se adentró en tierra firme. Tenía una cabeza muy pequeña sobre un cuello largísimo, serpentiforme. Su enorme cuerpo negro estaba recubierto totalmente de escamas».

El suceso ha sido recontado en la literatura criptozoológica en múltiples ocasiones [7]. Pero la historia del monstruo del Lago Khaiyr es falsa, como lo demostró el criptozoólogo Karl Shuker en un número de la revista Fortean Times.

El lago Khaiyr, dice Shuker, es un área de deshielo de permafrost, de 500 a 600 metros y sólo 7 metros de profundidad, es decir, demasiado pequeño para sustentar a grandes animales. Gladkikh nunca fue un biólogo, era un simple obrero contratado por la expedición de Rukosuyer. El propio Gladkikh admitió que había inventado la historia «para entretenerse a sí mismo y a sus amigos, o como una excusa para eludir su obligaciones en el trabajo», dijo Pravda.

Se dice que monstruos de este tipo habitan otros lagos soviéticos. Co­mo por ejemplo, el lago Jyeyr en Siberia y a 150 kilómetros al sur del Océano Glacial Ártico; el lago Baikal[8]; el lago Kazakhastan, y el lago Kha­yer. Pero nunca nadie ha logrado atrapar un sólo ejemplar de estos mons­truos[9].

ContinuarỦ


[1] Noticiero de lo insólito, Monstruo en los mares de Islandia, DUDA, (708), 1, 23 de enero de 1985

[2] Moller Erwin, El monstruo de Loch Ness existe, Editorial Posada, Co­lección La otra Realidad, México, 1978.

[3] Kolosimo Peter, El planeta incógnito, Plaza & Janes, S. A., Barcelo­na, 1976.

[4] Landsburg Alan, In search of myths and monsters, Corgi books, London, 1977. (traducido por Plaza & Janes, S. A.)

[5] Pankov Anatoli, El monstruo de Yakutia, Mundo Desconocido, (66), 19-21, Barcelona, diciembre de 1981.

[6] Moller Erwin, ¡Existen más monstruos fuera del lago Ness!, DUDA, (347), 5-28, 22 de febrero de 1978.

[7] Dinsdale 1966, Costello 1975, Bord & Bord 1981, Calkins 1982, Shuker 1995, 1997, 2008, Coleman & Huyghe 2003, Freeman 2003, Newton 2005

[8] Morales Juan José, Mitos y leyendas del Mar, Editorial Posada, Colección Omnia, México, 1984.

[9] Cable de la agencia UPI, Soviets claim a serpent too, New York, 30 de septiembre de 1963.

Cable de la agencia TASS, The Siberian serpents«, Moscú, 16 de octubre de 1966.

Anónimo, Unknown animals in Siberia, Priroda, noviembre de 1966.

El Monstruo del Loch Ness. La búsqueda se acerca a su fin

El Monstruo del Loch Ness la búsqueda se acerca a su fin

Por Billy Baker

Corresponsal del Globe / 11 de febrero de 2008

En 1972, Robert Rines se encontraba en una fiesta en una casa con vistas Lago Ness en Escocia cuando su anfitrión, el escocés oficial de la fuerza aérea de Basil Cary, vio algo moviéndose abajo del agua. Todo el mundo corrió al porche y, durante unos fugaces minutos, vieron lo que parecía ser una gran joroba con la textura de la piel de un elefante moviéndose hacia atrás y hacia delante a través del agua.

HOJA INFORMATIVA

Origen: Nacido en Brookline, ha vivido en Harbor Towers, desde que se inauguró en 1971.

Estudios: Licenciatura en Física en el MIT en 1942, licenciado en derecho por la Universidad de Georgetown en 1947, doctorado en física y tecnología de microondas de la Universidad Chiao Tung de Taiwán en 1972.

Familia: Su esposa, Joanne, es la ex editora y redactora de Inventors Digest. Rob hijo es abogado en Nueva Hampshire; la hija Suzie, dirige una clínica de animales ferales en Duxbury; su hijo Justice hasta hace poco dirigía una compañía en Nueva York.

Unido a Broadway: Rines ha compuesto la música para diversos espectáculos de Broadway, incluyendo «Drums Under the Windows» de Sean O’Casey, «Creditors» de August Strindberg, y «The Long Voyage Home» de Eugene O’Neill, en 1987 compartió un Emmy por su composición para la producción de televisión «Hizzoner The Mayor«.

Otras distinciones: En 1963, fundó la Academia de Ciencias Aplicadas, en 1973, fundó el Franklin Pierce Law Center, en 1994, participó en el National Inventors Hall of Fame y el US Army Signal Corps Wall of Fame.

Cuando la joroba se sumergió, la esposa de Rines le dijo que tenía que encontrar el animal de nuevo, no importaba el tiempo que le tomara.

Este verano, como casi todos los veranos desde entonces, Rines vuelve a buscar al legendario monstruo del Loch Ness. Él ahora tiene 85 años. El resto de la fiesta se ha ido. Y él piensa «Nessie» también se ha ido.

Rines cree que hubo al menos dos Nessies vivos en el turbias profundidades del Lago Ness en los años 70, cuando tomó una serie de fotografías submarinas que son tal vez la mejor prueba física aún para apoyar la existencia de un gran animal no identificado. Pero desde mediados del decenio de 1980 el sonar de Rines no ha captado ninguno de los grandes objetos móviles, y los relatos de testigos oculares han disminuido significativamente.

Así que ahora, él persigue esqueletos, o por lo menos puntos en un mapa de sonar que espera se conviertan en los grandes restos de la bestia.

Cuando él señaló un mapa de sonar del loch, y lo dejó en una mesa de conferencias en la «Sala de Nessie» de su apartamento en Harbor Towers, Rines señaló 100 puntos sospechosos. Verificó cinco el año pasado, antes de que tuviera un accidente cerebro vascular. Su recuperación va bien y está dispuesto a volver y mirar el resto. Pero él dice que es su última oportunidad.

Él ya no tiene ideas. «Y también estoy demasiado viejo», dice.

Rines es probablemente la persona más apropiada para tratar de demostrar a la comunidad científica que Nessie es – o fue – real.

Algunas de las habitaciones en su apartamento están rellenas de cintas de vídeo, carpetas, fotos, y diversos reconocimientos por su carrera como abogado de patentes, físico, inventor, profesor del MIT, compositor de Broadway, fundador de la escuela de derecho, y veterano de la Segunda Guerra Mundial.

Rines señala que sus expediciones han sido no sólo sobre la búsqueda «de una aguja en un pajar», la oscuridad y la extrema profundidad de las aguas de Loch Ness han proporcionado un gran número de pruebas para las nuevas tecnologías.

«Cuando tienes un montón de gente que están buscando un objetivo difícil de alcanzar, las mentes se unen y acaban por descubrir un montón de otras cosas», dijo Alex Slocum, un profesor de ingeniería mecánica en el MIT que acompañó a una expedición de Rines en los años 90 para construir marcos de cámaras que les permitan fotografiar el fondo.

Las expediciones de Rines han fomentado «toda una plétora de nuevas ideas en áreas como la forma realizar videos submarinos y la manera de mirar a través del laberinto de agua», dijo Slocum. «En ese sentido, no importa si Nessie existe o no».

A 15 minutos de poner el equipo de sonar en el loch, se detectaron grandes objetos en movimiento. Rines, intrigado, regresó de nuevo el año próximo, que es cuando, dice, «tuve la desgracia de ver a una de estas cosas con mis propios ojos».

El Monstruo del Lago Ness ha cautivado al mundo desde la década de 1930, cuando los testigos reportaron un gran animal como dinosaurio y comenzó la difusión de una zona remota en Escocia. Desde entonces creyentes y refutadores han realizado peregrinaciones a las Highlands escocesas, y la leyenda ha sufrido más fracasos que éxitos, incluyendo una confesión en el lecho de muerte en 1992 que reveló que la más famosa fotografía, de una criatura parecida a la trompa de un elefante saliendo del agua, fue un fraude.

Rines mismo no estaba seguro de que había algo que encontrar cuando un colega del MIT, Harold «Doc» Edgerton – que obtuvo reconocimiento internacional por sus avances en la fotografía con flash «“ le pidió a Rines que hiciera experimentos con el sonar en su expedición de 1971.

Rines tuvo cierto éxito con la fotografía submarina, incluyendo una imagen de 1975 de lo que parece ser el cuerpo, aleta, el cuello y la cabeza de un gran animal, pero el rastro de Nessie se enfrió en el decenio de 1980 y Rines cree la última de las criaturas, ya ha muerto.

Joe Nickell, coautor de «Lake Monster Mysteries» y un escéptico de Nessie, dice que está seguro de que Rines cree que su imagen de 1975 muestra Nessie, «pero se necesita una buena dosis de imaginación para ver lo que él quiere que veamos. Es como una prueba de Rorschach. Podría ser cualquier cosa».

Aunque Rines todavía tiene que encontrar la prueba irrefutable que demandan los escépticos, se han producido algunos puntos brillantes para apoyar su teoría de que Nessie existe. Hace seis años, descubrió pruebas de que una vez el mar alcanzaba las aguas dulces del loch, lo que apoya las teorías de que Nessie es el descendiente de un gran animal del océano. Y luego, el año pasado, sus cámaras subacuáticas capturado una inesperada forma de vida – un sapo común, 324 pies abajo, sobreviviendo fuera de su hábitat conocido. Encontrar el sapo notablemente fuera de lugar, dice, sugiere que quizás Nessie podría haber vivido lejos de su hábitat nativo – y le dio un nuevo sentido q su búsqueda.

«El Almirante (Robert) Peary tuvo que hacer 28 viajes, antes de llegar al Polo Norte», dijo Rines, con un poco de fuego en sus ojos, mientras mira hacia una mesa cubierta con su historia de Nessie. «¿Qué debo hacer, olvidar lo que vi?»

Rines se apoya de nuevo en su silla y revisa las fotos delante de él.

«Hay un montón de relatos de testigos oculares. ¿Son todos mentirosos? ¿Todos son borrachos? No creo eso de la naturaleza humana», dijo. «Lo que me molesta como abogado es que podemos demostrar casos con el testimonio de testigos. El cerebro humano no es 100 por ciento preciso, pero tampoco es cero».

http://www.boston.com/news/science/articles/2008/02/11/loch_ness_monster_quest_nears_end/

Indiana Jones y los… extraterrestres

Indiana Jones y los… extraterrestres

A finales del año pasado Greg puso de relieve algunas crípticas declaraciones hechas en una entrevista con el productor de Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, que sugiere que, así como es evidente en el título, podría estar involucrado cierto tufillo de extraterrestres. Ahora io9 han encontrado el trailer, y parece que pueden tener razón. Aquí está el trailer – ¿pueden detectar las pistas?

OK son escenas que pasan muy rápido así que aquí esta una de las tomas:

Parece que el almacén apilado con tesoros, que vimos al final de la primera película (y parece ser el set de una de las grandes escenas en el trailer), podría contener algo de otro mundo.

Se pueden encontrar otros indicios en otros lugares – io9 también investigó la portada de la versión cómica buscando pistas, y la nota «molestos extraterrestres de aspecto de cráneos de cristal mirándote, preguntándote la razón por la que dejaste de leer las novelas de Whitley Streiber«.

Que parecen a varios de los cráneos de Grises que se pueden encontrar a la venta en la red:

Que incluso han aparecido en las «noticias»:

A decir verdad que ya me habían vendido esta película, pero ahora estoy empezando a entusiasmarme con ella.

http://www.wunderkabinett.co.uk/damndata/index.php?/archives/1282-Indiana-Jones-and-the…-Aliens.html

Platillo volador en la NASA

Titulo

¿Platillos voladores? ¿Extraterrestres?

Descripción completa

No, no es un platillo volador, es la tapa de un tanque de vacío de 70 pies de largo en el Lewis Research Center’s Electric Propulsion Laboratory, Cleveland, Ohio. Los tres técnicos mostrados aquí con ropa de protección acaban de salir del tanque donde limpiaron la tóxica atmosfera de mercurio, dejada después que se probó un motor iónico en el tanque. Anteriormente el centro se llamaba John H. Glenn Research Center.

http://grin.hq.nasa.gov/ABSTRACTS/GPN-2000-001993.html

(Éstos de la NASA nos quieren hacer creer que es la tapa de un tanque de vacío, de un depósito:

http://grin.hq.nasa.gov/ABSTRACTS/GPN-2000-001993.html, pero a nosotros no nos engañan…)

Manuel Borraz