Hasta al perro se comió el mago chino
Pekín, (EFE) noviembre de 1981. Cuando el mago chino Sun Yaoming tenía hambre, acudía a una familia campesina y sentenciaba: «Esa gallina os traerá la ruina, sólo os libraréis de una epidemia si me la como yo».
Para amar, le bastaba con decir: «Si la joven no viene conmigo, morirá el año que viene de penosa enfermedad».
Obtenía dinero en metálico por sus conjuros para expulsar los malos demonios de las casas humildes.
A un vecino de una comuna del distrito de Xinxing, en la provincia sureña de Guandong, el brujo le comió todas sus gallinas.
Cuando éstas se acabaron, empezó con el cerdo y, no conforme, le devoró también el perro.
Cuenta la revista china «Época de oro«, que a pesar de que China ha salido ya del feudalismo, 10 familias de esa comuna creían todo lo que les decía el brujo y le pagaban y alimentaban sin una sola protesta.