¿Sara Palien?

¿Sarah Palien?

4 de septiembre, 2008

Por Hideaki Tailor

palinalien

Tras la aparición de Sarah Palin en el escenario nacional, la blogosfera se iluminó con los informes que la gobernadora Palin en realidad no proviene de Wasilla, Alaska, sino de un planeta conocido como Wazeela.

El pequeño planeta, que está ubicada a unas 37,000 millas al Este del Sol, se sabe que es rico en combustibles fósiles que se encuentran debajo de los picos nevados.

Los informes de internet también se refirieron al particular período de gestación corto de 5 meses de las mujeres de Wazeela como prueba de que Palin, es de hecho, una Palien.

http://www.weeklyworldnews.com/celebs/sarah-palien/

Construcciones ovni (33)

MarsPA1 Si algún día llega a visitar Mars, Pensilvania, en el borde sureste del pueblo siga por Mars Valencia Rd/Irvine St., justo al norte de la autopista 228. Gire a la derecha (Este) en Brickyard Rd en el viejo cabus y la estación de tren, y encontrará un platillo aterrizado, a la MarsPA2 izquierda.

Mars o Marte es un municipio del Condado de Butler, Pensilvania, EU. Marte está situado a 40° 41″™48″ N, 80° 0″™44″ W (40.696594, -80.012205). La población era de 1,746 según el censo de 2000. Cuenta con una superficie de1.2 km² MarsPa3 (0.4 millas cuadradas).

Es un pueblo pequeño, pero encantador, que se encuentra en un pequeño valle a lo largo de Breakneck Creek. Fue fundado por Samuel Parks quien construyó ahí su casa y un molino de agua en 1873.

MarsPA4 Parks pidió a su amigo Samuel Marshall que le ayudara a establecer la Oficina Postal en su casa. Algunos dicen que de ahí le viene el nombre al pueblo: de una contracción del apellido Marshall. Otros dicen que el nombre se lo dio la esposa de Parks, a quien le gustaba la astronomía. Pero de acuerdo con una placa en el frente MarsPa5 de la sociedad histórica local el pueblo recibió su nombre por la «Estrella de Marte».

Mars está a mitad de camino entre Pittsburgh y Butler. La autopista 228 pasa a una milla al Sur y el Mars-Evans City Road está situado al Norte.

MarsPa6 En 1877, el Pittsburgh, New Castle and Lake Erie Railroad creó una parada en la zona, y la llamó Overbrook. Ya que el nombre de la estación de ferrocarril entraba en conflicto con el nombre del pueblo, el ferrocarril tuvo que cambiarla para que coincidiera con el del pueblo. Además, ya existía una comunidad en Pennsylvania con ese nombre, MarsPa7 «Overbrook». El 6 de marzo de 1895, Marte se incorporó como un municipio.

En 1904, el Pittsburgh and Butler Railway obtuvo el permiso de Marte para construir su vía a través del municipio. La línea se convertiría en parte de la Pittsburgh, Harmony, Butler and New Castle Railway. La línea se MarsPa8 cerró en 1931. Ahora sólo quedan la Estación de Marte, uno de los últimos depósitos del ferrocarril que sigue en pie del ya extinto Pittsburgh and Western Railroad.

A principio de los noventas se construyó el platillo volante, que fue pintado de gris plata con tonos violeta y amarillo. Pesa aproximadamente una tonelada. Está en el centro de la ciudad, justo fuera de la calle principal, en el parque. La lavandería Mars Laundromat se puede ver al fondo.

Al lado del platillo hay un poste de cuatro MarsPa9 caras con el letrero «Paz en la Tierra» en cuatro idiomas. El anuncio de la ferretería Mars Hardware está escrito en inglés e «idioma marciano».

Los negocios del pueblo tienen nombres orgullosamente «marcianos»: Mars National Bank, Mars Gourmet, Mars Animal Depot, Planet Pizza, Chuck Kennedy’s Cars from Mars o Mars Travel. Esta última es una agencia de viajes que tiene el anuncio un marcianito verde cargando una maleta.

Los residentes de Mars son a menudo llamados «marcianos», o MarsPa10 «planetas» debido al nombre del equipo de la secundaria.

Desde 2007 el platillo volador desaparece «misteriosamente», y se le puede encontrar en un parque más allá de las vías férreas. Resulta que se ha escogido el mes de septiembre, durante el Festival anual de las Manzanas, para trasladarlo.

Moby. We are all made of stars

Moby – We are all made of stars

Growing in numbers

Growing in speed

Can´t fight the future

Can´t fight what I see

People they come together

People they fall apart

No one can stop us now

´Cause we are all made of stars

Efforts of lovers

Left in my mind

I sing in the reaches

We´ll see what we find

People they come together

People they fall apart

No one can stop us now

´Cause we are all made of stars

People they come together

People they fall apart

No one can stop us now

´Cause we are all made of stars

Slow slow slow, come come

Someone come come come

Even love is goin´ ´round

You can´t ignore what is goin´ ´round

Slowly rebuilding

I feel it in me

Growing in numbers

Growing in peace

People they come together

People they fall apart

No one can stop us now

´Cause we are all made of stars

People they come together

People they fall apart

No one can stop us now

´Cause we are all made of stars

People they come together

(People they come together)

People they fall apart

(People they fall apart)

No one can stop us now

(No one can stop us now)

´Cause we are all made of stars

(We are all made of stars)

We are all made of stars

People they come together

We are all made of stars

(People they fall apart)

We are all made of stars

(No one can stop us now)

´Cause we are all made of stars

(We are all made of stars)

Los cuentos cuánticos del doctor Chopra

LOS CUENTOS CUÁNTICOS DEL DOCTOR CHOPRA

Juan José Morales

Deepak Uno puede preguntarse para qué tenemos médicos, medicamentos, hospitales, quirófanos, funerarias y cementerios si ya existe la medicina cuántica, un maravilloso y eficaz cúralo todo que permite a cualquier persona mantenerse sana y fuerte, curarse por sí misma si es necesario, y hasta burlar a la muerte con la pura fuerza de voluntad. Porque, según la medicina cuántica, la salud y la enfermedad son simple­mente decisiones y la gente enferma porque no tiene fuerza de voluntad para mantenerse sana, se cura por­que desea hacerlo, y muere porque no se esfuerza por seguir viva. Al menos eso asegura la pomposamen­te llamada medicina cuántica, a cuya popularización contribuyó una reciente película titulada ¿Y tú qué@#V!* sabes?, un mero batidillo de conceptos de la física moderna y filosofías orientales.

La supuesta medici­na fue ideada por Deepak Chopra, quien tiene en su favor el ser indo, y ya se sabe que para los devotos de las medicinas alternativas el solo hecho de que algo o alguien provenga de la India es como un sello de garantía.

Chopra nació en la India en 1947. Ahí estudió medicina, se gra­duó en 1968 y 12 años después emigró a Estados Unidos, donde llegó a ocupar cargos importantes como endocrinólogo en un afama­do hospital y fue catedrático en 2 reconocidas escuelas de medicina. Pero pronto descubrió que la charlatanería dejaba mucho más dinero y comenzó a embaucar pacien­tes con tratamientos de «medicina ayurveda» basada en energías espi­rituales, fuerzas internas, hierbas y brebajes supuestamente utiliza­dos por los santones hindúes hace 6,000 años y rescatados por él de antiguos textos védicos. Sólo que como eso de las terapias milenarias ya está bastante choteado, decidió darles un aire científico.

Así nació la medicina cuántica, adornadita con terminología to­mada de la rama de la física también conocida como mecánica cuánti­ca o mecánica ondu­latoria, que todo el mundo ha oído men­cionar pero conocida y realmente com­prendida por pocos. Entre otras cosas, la física cuántica per­mitió saber que la energía no es con­tinua pues se mani­fiesta en forma de pequeñísimas unida­des -denominadas cuantos- y que las partículas elementa­les integrantes de los átomos se compor­tan como diminutos paquetes de ondas.

Para los físicos esto no tiene nada de extraordinario o misterioso y manejan la dualidad onda-partícu­la sin problemas.

PACIENTES ESTÚPIDOS

La pseudomedicina inventada por Chopra recurre al llamado principio de incertidumbre de Heisenberg, según el cual no se puede medir simultáneamente la posición y el impulso de una partícula elemental porque el dispositivo de medición influye sobre ella y altera su posi­ción o movimiento. De ahí Chopra sacó la peregrina conclusión de que la conciencia del ser humano que observa esos fenómenos deter­mina lo que ocurre. O, dicho de otro modo, la mente del observador dirige los fenómenos.

Conviene aclarar que según explicó el propio Heisenberg, los fenómenos ob­servados nada tie­nen que ver con su registro por la men­te del observador, pues existen por sí mismos, y añadió que «la teoría cuán­tica no contiene ele­mentos subjetivos genuinos, no intro­duce la mente del físico como parte del acontecimiento atómico».

Chopra, sin em­bargo, afirma que si la conciencia del observador puede determinar lo ocurrido con las par­tículas elementales (lo cual es erró­neo), la conciencia de un ser huma­no puede guiar cuanto ocurre en su cuerpo. Su conclusión: para curar­se basta y sobra con la decisión del propio enfermo, desde luego con cierta ayudadita de los libros, men­jurjes y terapias del propio Chopra. Y, planteadas las cosas en sentido inverso, si alguien enferma no es debido a bacterias, virus o defectos genéticos, sino a que el enfermo es demasiado estúpido o indolente para no ordenar a su cuerpo man­tenerse sano, o porque no supo aplicar las sabias instrucciones del gurú Chopra.

Así, en su libro Ageless body, timeless mind («Cuerpos sin edad, mentes sin tiempo»), sostiene que un paciente puede, por ejemplo, curarse del cáncer si salta «a un nuevo nivel de conciencia que prohíbe la existencia del cáncer (…) se trata de un «salto cuántico» de un nivel de funciona­miento a otro nivel superior».

Así de sencillito. Olvídese de la quimioterapia o la radioterapia. Basta ordenárselo al cuerpo para que el cáncer -o la diabetes, o el enfisema pulmonar, o la cirrosis hepática, no importa qué- desaparezca como por ensalmo.

EL BRINQUITO FALLIDO

La medicina cuántica viene a ser como las típicas recetas de los libros de superación personal nada más que aplicado a la salud y la vida eterna. Di «No tengo cáncer» y no lo tendrás. Di con toda firmeza «Estoy sano y fuerte» y lo estarás. Di «No moriré» y vivirás eternamente.

Cierto: la terminología pseu­docientífica de Chopra engaña a muchos, pero no tiene el menor fundamento. Los fenómenos cuánticos son reales, pero se manifiestan sólo a nivel subatómico, no en la esca­la macroscópica de células, tejidos y órganos. El cuerpo humano no puede pasar «de un nivel cuántico a otro», y decir que los fenómenos cuánticos determinan su funciona­miento es tan absurdo como supo­ner que uno vivirá más si viaja fre­cuentemente en avión, porque según explica la teoría de la relatividad el tiempo transcurre más lentamente a mayor velocidad. Eso es cierto, mas tal efecto sólo se manifiesta de mane­ra apreciable a velocidades cercanas a la de la luz, es decir, 300,000 kilómetros por segundo.

Chopra no se limita a escribir libros -lleva ya unos 25 títulos que se venden por millones-, dictar conferencias y organizar semina­rios: ha montado todo un sistema de comercialización de un amplio surtido de bebistrajos, aceites aro­máticos y pócimas cuyas «vibracio­nes» controlan la «vibración cuán­tica» del cuerpo.

Ninguna de sus afirmaciones ha sido sometida nunca a escru­tinio científico, pruebas clínicas o experimentos de laboratorio. Son simplemente cuestión de fe. Pero sobran ingenuos creyentes de tales patrañas, entre ellos famosos perso­najes como Demi Moore, Elizabeth Taylor, Michael Jackson y el ex Beatle George Harrison, aunque a éste último Chopra prefiere no mencionarlo: a fines de 2001 murió víctima del cáncer en el cerebro que había ofrecido curarle nomás con un brinquito cuántico.