La «mujer pollo» de Chile
A Angélica Mancilla la encontraron comiendo con los pollos. Su madre, Adriana Mancilla la había mantenido confinada en un gallinero durante casi 20 años. La niña caminaba y se alimentaba «picoteando» el suelo.
La niña había nacido con retraso mental y su madre no quiso hacerse cargo de ella.
Las Mancilla vivían en el pueblo Gabriela Mistral de Chimbarongo. Pasaron varios años antes de que los vecinos denunciaran el maltrato a las autoridades. El juez ordenó el traslado de la entonces joven de 23 años al Hospital de Chimbarongo; y de la madre a la cárcel de San Fernando.
Adriana tan sólo pasó cuatro meses en la cárcel. Angélica lleva más de diez años en el Hospital de Chimbarongo.
Janny Baid Ken, enfermera del hospital cuenta: «Llegó cuando tenía cerca de 23 años. Le hemos ido enseñando todos los métodos para alimentarse en forma normal, pues llegó a este centro hospitalario tras vivir en el interior de un gallinero, donde su vida y hábitos era compartir sólo con las gallinas y pollos».
Un caso más de «niños salvajes».
Encuentro que el maltrato infantil es lo peor que le puede ocurrir a un ser humano. Si no pueden con un niño, hay muchas instituciones que se pueden hacer cargo. Pero encerrar a un menor, casi un angelito, es como para darle con su propia medicina a los padres abusadores.
El solo hecho de dormir, entre toda esa fetidez de excremento de pollo, hace a los padres completamente inhumanos.
Las leyes Chilenas deberían confinar a esos padres a muchos años de cárcel, ya que le privaron de toda libertad, a una niña inocente.
Y el papá?