Aterrizaje en Tlalmanalco

ATERRIZAJE EN TLALMANALCO[1]

Por Luis Ruiz Noguez, Héctor Escobar y Jorge Sánchez

Tlalmanalco1 A 2,312 metros sobre el nivel del mar y 33 kilómetros de la ciudad de México se encuentra el pueblo de Tlalmanalco, en el Estado de México. El lugar, a medio camino de Chalco y San Rafael, cuenta con 33,000 habitantes; su clima es templado con pequeñas oscilaciones térmicas; lluvias en verano y principios de otoño.

Centro de Tlalmanalco con el reloj municipal

Su economía se basa en la avicultura productos forestales e industria de fabricación de papel y celulosa.

Tlalmanalco2 Es famoso su monasterio franciscano dedicado a San Luis Obispo, por su capilla abierta. El monasterio, al igual que muchos otros templos religiosos coloniales, fue construido sobre un templo precolombino. En los Anales de Chimalpan se dice que el adoratorio indígena fue destruido en 1525.

Capilla abierta en el monasterio.

A unos 500 metros del monasterio, todavía se pueden ver los restos, en muy mal estado, de lo que fuera parte del complejo arquitectónico azteca. Los Tlalmanalco3 actuales moradores de Tlalmanalco cuentan de la existencia de pasadizos subterráneos que van desde esta construcción hasta la parte inferior de la capilla abierta.

Fue en este lugar donde se dieron los sucesos que pasamos a relatar.

Uno de los patios con la estatua de San Luis

¡LLEGARON LOS MARCIANOS!

Con este título apareció publicado un artículo en el periódico capitalino La Tarde[2] del día viernes 29 de abril de 1994, en el cual se mencionaba que LaTarde un ovni había aterrizado en las cercanías del cerro El Tenayo, dejando rescoldos que, al tocarlos, producían quemaduras leves, como las ocurridas a Adolfo García Mejía, a quien le salieron ámpulas en los dedos después de tocar la tierra quemada.

Recorte del periódico La Tarde.

Tres días después, el lunes 2 de mayo, el periódico La Prensa publicaba otra nota, esta con fecha 30 de abril, en la que se indica que existe un enorme círculo que demuestra que una gigantesca nave extraterrestre había Tlalmanalco4 aterrizado en Tlalmanalco. Reportes similares fueron presentados por El Universal así como en el programa Monitor, de Radio Mil.

El cerro El Tenayo, lugar del supuesto aterrizaje.

La noticia la conocimos por medio de la oportuna intervención de Jorge Sánchez (corresponsal de la revista política Mira y antiguo aficionado a la ufología). Rápidamente organizamos un nuevo viaje de investigación para el 7 de mayo.

Tlalmanalco5 Rsumiendo lo publicado y lo descubierto por noso­tros después de la en­cuesta hemos llegado al esiguiente posible desarrollo de los hechos.

A la izquierda del cerro se encuentra la entrada a la cantera de coke.

El jueves 28 de abril, a las 20:15, el joven Hugo Velázquez González, vecino de Tlalmanalco, caminaba rumbo a su casa junto con algunos en amigos, cuando observaron una luz en el cielo «Como un destello que nos Tlalmanalco6 deslumbró«, a un costado del cerro El Tenayo, y más allá del pueblo de San Cristóbal Tezopilo (a unos 2 km en línea recta de la casa de Velázquez).

Una de las supuestas huellas del aterrizaje.

Al día siguiente se dirigió al lugar y encontró varios puntos quemados que daban la impresión de pertenecer o formar parte de un enorme círculo calcinado (de unos 115 metros de diámetro según mediciones posteriores). De inmediato se puso en Tlalmanalco7contacto con uno de sus vecinos, un conocido político de la región: Adolfo García Mejía. Juntos regresaron al lugar. Cuando García Mejía, exregidor de Tlalmanalco, intentó tocar la tierra calcinada, sufrió algunas quemaduras en los dedos que le ocasionaron ámpulas…

Nuevamente regresaron a Tlalmanalco y se dirigieron al palacio municipal en donde comen­taron lo ocurrido a los miembros de la Policía Judicial. En ese Tlalmanalco8 lugar se encontraba el señor Hugo Martínez, cronista de Tlalmanalco, quien los acompañó de nueva cuenta al cerro. Al llegar encontraron 5 fragmentos de arco de círculo de terreno quemado, separados entre sí por zonas de 2 a 3 metros .de tierra sin calcinar.

Varias de estas manchas calcinadas formaban un semicírculo. Ahí fue donde, supuestamente, se posó el ovni.

Según Martínez, «El área está cubierta de vege­tación que no parece haber Tlalmanalco9 recibido ninguna descarga Y todo sigue igual. No es la primera vez que ocurre algo así en la zona, toda vez que hay gente que determinados días ve como entrar y salen desde el volcán del Popocatepetl y del Iztacíhuatl, ovnis que llegan al cerro del Tenayo«.

Alrededor de los puntos quemados ha crecido la vegetación.

Martínez, quien también colabora con los perió­dico La Prensa, La Tarde y El Universal, entre otros medios, estuvo muy activo difundiendo y propalando el Tlalmanalco10 aterrizaje. Él fue la fuente principal de la noticia y quien originó el rumor, difundido por la prensa y posteriormente por Reporte Ovni, de que los ovnis estaban ahí pues pronto el Popocatepetl haría erupción y ellos venían a investigar. Los marcianos habían llegado.

PRIMERA VISITA

El sábado 7 de mayo, como ya hemos señalado, llegamos por vez primera a Tlalmanalco. Pre­guntamos en el monasterio y en el palacio municipal por el Tlalmanalco11 señor Martínez pero, al parecer, no se encontraba en el pueblo. Diversos vecinos de la localidad nos dieron señas que finalmente nos permitieron llegar a casa de Martínez. Este no se encontraba, pero una de sus hijas y algunos niños nos dieron diversas indicaciones para llegar al lugar de la huella ovni. Gran parte de estas indicaciones eran absolutamente contra­dictorias pues unos señalaban a un lado del cerro el Tenayo, otros al lado contrario, algunos más decían que había sido en otros Tlalmanalco12 pueblos, Tezopilo y Ayapango; otros más señalaban el rancho La Mesa. Algo quedaba en claro, casi nadie había oído del caso, excepto algunos niños, vecinos de Martínez. Nadie había estado tampoco en el lugar ni visto la supuesta huella. Todos los puntos mencionados se encontraban en un área de no más de 5 km cuadrados y vistamos cada uno de ellos sin encontrar el menor rastro de una huella ovni.

A un lado, Laura Martínez señala uno de los mayores arcos de círculo. Héctor Escobar remueve la Tierra y Jorge Sànchez observa. En la fotografía de arriba, Laura, Héctor y Jorge justo en medio de donde aterizó el ovni.

Luego de varios intentos infructuosos llegamos al Rancho La Mesa en donde nos dijeron que era en las cercanías de la cantera de coke, en las faldas del Tlalmanalco13 Tenayo. Al llegar a dicho lugar pudimos hablar con los obreros y con el velador. Descubrimos que no tenían la menor noticia del suceso ni jamás habían visto algo raro. Luego descubriría­mos que el lugar de las huellas se encuentra a no más de 500 metros de la casa del velador, el cual, de haber aterrizado un ovni, evidentemen­te lo hubiera notado…

Arriba, la sombra de la mano de Sergio señala unas huellas con residuos distintos a las demás. Abajo, más residuos de este polvo.

Tlalmanalco14 Tomamos distintos caminos de terracería pa­sando a no más de 50 metros del lugar de las huellas sin poder verlo. Esto se debió a que las huellas eran muy normales, (parecían huellas de fogatas hechas por pastores) de modo que sólo quien hubiera observado un ovni podría señalar que eran producto de una nave de las Pléyades. Es decir, consideramos muy difícil, por no decir imposible, que Hugo Velázquez, situado a más de 3 km. de distancia, durante la noche, pudiera haber de­terminado el lugar en el que Tlalmanalco15 aterrizara un ovni, ir al día siguiente y encontrar las huellas sin haber tenido el menor punto de referen­cia.

Análisis posteriores mostrarían la verdadera naturaleza de este polvo.

Nosotros, con muchísimas dificultades y finalmente auxiliados por otra de las hijas del señor Martínez, la señorita Laura Martínez pu­dimos llegar al lugar luego de varios intentos infruc­tuosos.

LA ENTREVISTA

Héctor Escobar (HE) – ¿Quién dijo que aquí había aterrizado un ovni?

Laura Martínez (LM) – Un señor de aquí, al que le dicen el Popo (Adolfo García), se lo comentó a mi papá. Le dijo que un muchacho (Hugo Velázquez) había visto unos objetos, platillos. Entonces fueron y se quemó las manos.

HE – ¿Él tocó las huellas? ¿El Sr. o el mucha­cho?

LM – El muchacho.

Luis Ruiz (LR) – ¿Cómo se llama?

LM – No sabría decirle.

LR-¿Cómo se enteró tu papá?

LM – Mi papá también fue y vio las huelas.

LR – ¿Tú también las has visto?

LM – Si, ya las vi. Más o menos son así (Haciendo una señal con el dedo, formando un arco de círculo). Están como quemadas, pero lo más extraño es que (el terreno) está quemado pero las plantas no.

HE – ¿Es la tierra la que está quemada?

LM- Si, la tierra, lo verde no se quemó para nada.

LR – ¿Cuándo fue eso? ¿Recuerdas la fecha?

LM – No, pero hace poco.

LR – Una semana…

LM – Si, una semana poco más o menos. Enton­ces también se interesaron de otra revista de ovnis. Vino un señor grande de aspecto ex­tranjero.

HE – ¿Cómo era?

LM – Alto, rubio…

HS – ¿Te dijo cómo se llamaba?

M – No, bueno la verdad si, pero yo soy muy mala para los nombres.

LR – ¿Vieron la huella?

LM – Si, primero dijo que estaba muy interesado en eso, luego cambió de parecer.

LR – ¿Por qué?

LM – Dijo que habían quemado.

LR – ¿Por qué dijo que habían quemado?

LM – Porque hay varios lugares en donde está quemado (las fogatas de los pastores a las que antes nos referimos) y hay mogotes quemados (troncos de árboles talados). Entonces, él co­mentó que posiblemente fue quemado de la misma manera.

LR – ¿En qué basaba esa conclusión?

LM – Hicieron la prueba de la brújula (sic) y esta no se movió. Se levaron algunas piedras que se ven como redondeadas (algunos pedruscos con marcas de quemaduras), pero no sé qué resultados obtuvieron. Ellos pensaban ir hasta la cima del Tenayo, pero con este calor y caminando yo no los quise guiar…

LR – ¿Ha llovido desde entonces? (Suponiendo que la huella se hubiera destruido por las lluvias.

LM-Si.

LR – ¿La huella se ha visto afectada por las lluvias?

LM – Ese es un poco el problema; como empie­zan las lluvias los campesinos comienzan a barbechar.

LR – ¿La huela está sobre un campo de cultivo?

LM, – Si; por eso no sé si ahora la vamos a encontrar o no. Es posible que ya hayan comenzado a sembrar.

LR-Más o menos ¿de qué diámetro son? ¿Son grandes?

LM – No, no muy, grandes, pero son varias, en diferentes lados, separadas.

LR – ¿Alguna otra persona del pueblo ha visto ovnis?

LM-Si.

LR – ¿En el día o en la noche?

LM – En la noche. Desde hace mucho tiempo.

LR- ¿Cómo son?

LM – Como las luces de los aviones.

LR – Los han visto en el día.

LM-No, sólo en la noche porque está despejado.

LR – ¿Tú los has visto?

LM – No.

LR – Cuando tu papá les comentó ¿ya habían sanado las quemaduras?

LM- Me parece que aún tenía quemaduras, eran como ampollas.

JS – ¿Lo tuvieron que hospitalizar?

LM «“ No, nada más se quemó los dedos.

LR – Tu papá ¿si vio las quemaduras?

LM – No se. La verdad no sabría decirle. El Popo asegura que si se quemó y que fueron ovnis.

LR – ¿Este señor, el Popo, en qué trabaja?

LM – Es de un partido político; Pero la verdad no sabría decirte a qué se dedica.

LR – ¿Es la Primera vez que se ven huellas?

LM – Si, es la primera vez.

HE – ¿Cual es la historia que cuenta él?

LM – Nos comenta que fue un muchacho de arriba el que vio las huellas. En la noche anterior había visto algo que se bajó.

LR – ¿Un día antes?

LM-Si.

LR – ¿Sabes quién es el muchacho?

LM – No, la verdad no… Nada más lo que nos comentó mi papá…

LR – ¿Sabes de alguien más que haya visto algo?

LM – No, sólo hay rumores…

LR «“ La gente ¿qué dice?

LM – Algunos dicen que no es cierto, otros que sí.

HE – Tú ¿qué crees que haya sido?

LM – Pues yo si creo que son los ovnis. Mi papá vio una especie de triángulo. Al día siguiente en el programa de Nino Canún dijeron que habían visto eso también en el DF. (Se trata aquí de una confusión pues en el programa de Canún se habló del ovni de Bélgica, que probable­mente se trata de un avión).

LA HUELLA

Tlalmanalco16 No se trata en realidad de una huella en el sentido clásico de la huella ovni, sino de una serie de quemaduras de 1 a 2 metros de longitud que con mucha imaginación podrían considerarse fragmentos de un arco de circunferencia, sepa­rados entre sí por pedazos de terreno sin quemar también de uno o dos metros.

Sobre la tierra calcinada crece algo de vegeta­ción como pasto y tréboles. Esto fue lo que maravilló a Hugo Martínez y a su hija ¿Cómo era posible -se Tlalmanalco17 preguntaron- que el calor que calcinó la tierra no hubiera dañado a las plantas?

Arriba y en la foto de la izquierda, el tal Noguez entrevista a Laura Martínez.

La explicación la tendríamos ese mismo día, pocos minutos después de la entrevista con Laura. En la ladera del cerro había numerosos zonas de terreno quemado por incendios forestales o por la caída de rayos. El terreno se veía exactamente igual a las huellas ovni, incluyendo la yerba sin Tlalmanalco18 quemar. ¿La naturaleza había duplicado la alta tecnología extraterrestre? No, simplemente la hierba creció a los pocos días del incendio. Aquí es necesario precisar que el terreno, en esta época del año presentaba dos tipos de vegetación. Por un lado pasto seco y restos de cultivo también secos (no olvidar que la zona de la huella es un campo de cultivo- y vegetación silvestre joven, que habría apenas germinado. Esto nos da otra hipótesis: en tanto el pasto seco se quema muy fácilmente Tlalmanalco19 dada su deshidrata­ción, una planta joven y recién germinada tarda­ría mucho más tiempo en quemarse y probable­mente resistiría fácilmente la caída de un rayo en los alrededores, en tanto el pasto seco ardería rápidamente.

Arriba y a la izquierda. Sobre la huella han caído restos de los árboles de pino y, en medio de las zonas calcinadas ha comenzado a crecer la vegetación.

Encontramos un total de 5 segmentos de arco. Uno de ellos estaba bajo un Tlalmanalco20 pino. Las ramas de este se encontraban que­madas en la parte que daba al suelo pero frescas y sin quemaduras en la parte superior. Esto indicaba que el fuego había venido de abajo hacia arri­ba ¿Una fogata quizá?

Otra de las zonas con residuos con olor a azufre.

Los segmentos tenían una forma curiosa, había una banda de unos 15 o 20 centímetros de ancho de terreno quemado en cuyo centro se encontraba una Tlalmanalco21 banda más pequeña (3 a 5 cm. de ancho) de una zona que al parecer había estado sometida a una mayor temperatu­ra. Esto indicaba la posibilidad de distintos orígenes para cada quemadura. Un área quemada en el centro y zonas de calor menos intenso en la periferia (lo que ocurriría por ejem­plo en el caso de fogatas). El fuego se había propagado hacia los lados desde esta zona.

Héctor Escobar examina uno de los árboles quemados.

Sobre la banda central rescatamos muestras de un extraño polvo gris, mismo que se hallaba sobre las piedras y que les daba el aspecto de haber sido golpeadas. Se tomaron muestras de terreno, del polvo gris, de las piedras y de la tierra sin quemar para ser analizadas.

En nuestra primera visita al lugar no pudimos medir la huella debido a la Tlalmanalco22 forma de la misma. Posteriormente se midió el segmento de arco, así como la cuerda subtendida entre ellos, y utilizando la siguiente fórmula se procedió a determinar el radio del círculo.

Rama seca del árbol. Sólo las puntas están calcinadas.

e = 2 R q / 2 (q medida en radianes)

El valor obtenido fue de 57.5 metros. Lo que implica que el círculo debería tener 115 m. de diámetro. Si verdaderamente hubiera aterrizado un objeto de esas dimensiones, seria casi impo­sible que hubiera habido un solo testigo.

ANÁLISIS DE LA EVIDENCIA

Tlalmanalco23 Un sencillo análisis de laboratorio nos indicó que el polvo grisáceo encontra­do en el lugar del aterrizaje no era sino pólvora que­mada. Alguien ¿Hugo Velázquez? ¿Adolfo Gar­cía? había intentado ha­cer la huella ovni más grande que se hubiera encontra­do en México, pero, literal­mente se le había acaba­do la pólvora.

Tratamos de hablar con Velázquez y con García para aclarar el caso pero se negaron a hablar. De lo que si nos enteramos fue que Velázquez trabaja Tlalmanalco24 como albañil para García que está remodelando su domicilio. ¿El político había obligado al peón a mentir e inventar la historia? ¿Con qué fin? ¿Las quemaduras de García -si las hubo- fueron una invención para embellecer el relato? ¿Martínez, vecino de García, estaba al tanto del engaño o fue una víctima más? ¿Por qué promocionó tan ampliamente el caso?

Las respuestas de su hija nos parecen honestas y es seguro que ella no estaba involucrada.

En esta ocasión llegamos a la misma conclusión que los ufólogos crédulos. La huella se había hecho quemando el terreno.


[1] Este artículo se publicó originalmente en Perspectivas Ufológicas, Año 2, Número 5, mayo de 1995, Pags. 5-11.

[2] Anónimo, Llegaron los marcianos, La tarde, México, viernes 29 de abril de 1994, Págs. 30 y 32.

7 pensamientos en “Aterrizaje en Tlalmanalco”

  1. no manchen eso que
    miren yo soy de tlalmanalco en la colonia tezopilo
    estoy muy cerca del tenayo y eso no paso
    no sean mentirosos

  2. Soy profesora universitaria con 30 anios de vivir en el centro deTlalmanalco y no he sabido nada de este caso……….. El cronista municipal mas reconocido es el Prof Agustín Galicia…….

  3. yo soy de san rafael y aunque radico en puebla desde hace casi 25 años,mi infancia y parte de mi juventud la pase por estos pueblos y en aquel entonces no se oia nada de esto,de cual fumaran los nuevos politicos de ahi…..

  4. Hola, yo soy de Tlalmanalco, tengo muchos anos de recidir en los Estados Unidos, pero mientras vivi en mi pueblo nunca escuche absolutamente nada acerca de marcianos, mucho menos de ovnis. Yo creo ke esta gente solo keria llamar la atencion y lucrar con algo ke no existe.

  5. naci en tlalmanalco en el ano 1962 , vivia en la avenida palomas y hace mas o menos 40 anos yo vi una bola del tamano de un balon de fut-bol cruzar el cielo a la altura de la cima del tenayo , eran como las nueve de la noche se dirigio del oeste al este lo que me impresino y aun me pregunto que era, es que era toda de lumbre dejando tras desi una pequena estela de llamas.

  6. hola soy horiginario de tlalmanalco y recuerdo en mi infancia muchas veses mirar luzes serca de el tenallo por la noche y sierta vez que andavamos cazando conejos miramos una luz mui de serca por el rumvo del tenallo yo lo mire nadie me lo conto.

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