El misterio de las centellas (511)

El misterio de las centellas (511)

Hace muchos años (en 1970) mis dos hijos y yo estábamos de pie delante de nuestra casa hablando, junto con el niño que vivía al lado. Había una especie de bochorno, era un día de verano un poco nublado. No había habido lluvia, truenos o relámpagos.

De repente, hubo una enorme bola de relámpago azul que pasó por arriba el olmo de grandes hojas, pero no tocó el tronco. (De hecho, el árbol sigue viviendo en el 2006) El trueno simultáneo me hizo saltar dos metros de altura, una hazaña que no hubiera creído posible. Hubo un destello de luz azul que ocultó todo. En realidad yo no podía ver nada, sólo el color azul brillante por un instante.

Los tres niños corrieron adentro, pero yo parecía clavada en el suelo. Cuando el niño vecino salió corriendo de mi casa para ir a su casa, fue entonces cuando me di cuenta de que podía moverme, y me tranquilicé al ver que mis hijos estaban bien, al igual que yo.

Fue una experiencia horrible, espantosa. A pesar de que no vi la centella (estaba de espaldas a ella y los niños me miraban), mis hijos lo describieron vívidamente, y busqué una explicación del fenómeno. Esa fue la primera vez que oí de centellas, y espero sinceramente que nunca lo experimente de nuevo.

Penny

USA

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