El panorama religioso en los Estados Unidos

ESCRUTINIO

El panorama religioso en los Estados Unidos[1]

Juan José Morales

La religión ha sido un elemento fundamental en la vida social y política de Estados Unidos. De ella echan mano políticos y empresarios, es la inspiración de leyes y reglamentos, los gobernantes juran sobre la Biblia, y hasta en los billetes de banco aparece la leyenda «In God we trust» (en Dios confiamos).

Pero la avasalladora influencia que por más de dos siglos ha tenido la religión sobre los norteamericanos parece estar debilitándose cada vez más aceleradamente. Un estudio realizado por investigadores de dos universidades norteamericanas arrojó el sorprendente resultado de que en la actualidad uno de cada cinco estadounidenses dice no tener religión alguna. Ese 20% es más del doble de los que declararon no seguir ningún credo religioso hace poco más de 20 años, en 1990, cuando sólo el 8% de los encuestados respondieron en tal sentido.

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La vieja tradición familiar de formar parte de una congregación religiosa y asistir regularmente al templo, que era parte de la vida norteamericana, se halla en decadencia. Cada vez son menos los jóvenes que la siguen, y la feligresía consiste sobre todo en personas de edad madura y avanzada.

Sencillamente, el número de seguidores de alguna religión se encuentra en el punto más bajo desde 1930, cuando comenzó a registrarse de manera regular y sistemática la filiación religiosa de la gente. Y, como señalábamos, la tendencia a abandonar las prácticas religiosas se ha venido intensificando durante los últimos 40 años.

En efecto, en 1972 tan solo el cinco por ciento de los entrevistados dijeron no tener religión. En 1990, el porcentaje se había incrementado a 8%, para 2010 ya era de 18%, y dos años más tarde, 20%.

La investigación es obra de los sociólogos Mike Hout y Claude Fischer, de la Universidad de California en Berkeley, y Mark Chaves de la Universidad Duke, de Carolina del Norte. A la pregunta, «¿Cuál es su preferencia religiosa? ¿Protestante, Católica, Judía, otra, o ninguna?», la quinta parte de los encuestados respondió que ninguna. Y para corroborar su dicho, los investigadores cotejaron la respuesta con otros datos personales del entrevistado.

Cabe precisar, sin embargo, que lo que se buscaba en la indagación era saber si la persona era o no seguidora de una religión, entendida como tal. Es decir, en el sentido de doctrina organizada y oficial. Otra cuestión distinta, aunque a simple vista pueda parecer casi idéntica, es si la persona cree o no en Dios. En este punto las cosas cambian. Sólo el tres por ciento de los entrevistados dijeron ser ateos.

En cuanto a la distribución geográfica y demográfica de los no seguidores de religión alguna, la investigación reveló algunos detalles interesantes. En primer lugar, que quienes se declararon sin religión son sobre todo hombres (24% contra 16% mujeres) y anglosajones: 21% contra 17% afroamericanos y 14% latinos. También, entre la gente joven hay una alta proporción de personas sin religión. Más de la tercera parte de las personas de 18 a 24 años de edad dijeron no tener ninguna. En cambio, entre los mayores de 75 años únicamente el 7% dieron tal respuesta.

Como era de esperarse, los porcentajes más bajos de personas sin religión se encontraron entre la población de los estados del sur del país «”considerado un bastión de la Iglesia Bautista»” y del medio oeste, al que incluso se conoce como «el cinturón bíblico». En cambio, los porcentajes más elevados se dieron en los estados del oeste, como California, y del noreste, que son los más desarrollados económica, social y culturalmente.

Los norteamericanos, en fin, son cada vez menos religiosos, aunque la religión sigue teniendo todavía un enorme peso en la vida de su país.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Miércoles 19 de junio de 2013

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