ESCRUTINIO
La acupuntura bajo escrutinio científico[1]
Juan José Morales
Si un procedimiento curativo se somete a más de tres mil pruebas clínicas y no da resultados concluyentes, lo menos que puede decirse de él es que no se ha probado su eficacia.
Pues bien, eso es lo que ha sucedido con la acupuntura, ese método «alternativo» que mucha gente considera eficaz simplemente porque data de hace más de dos mil años, y ya se sabe que hay quienes piensan que todo lo antiguo, como las sangrías y los vomitivos, es mejor que lo moderno, como los antibióticos y las vacunas.
Las pruebas con que se puso a prueba la acupuntura se realizaron en la Gran Bretaña a lo largo de más de tres décadas y «”dice un informe recientemente publicado en la revista científica Anesthesia and Analgesia por los investigadores David Colquhoun y Steven Novella«” no pudo comprobarse que ese procedimiento tuviera resultados tangibles y convincentes, y que en todo caso la mejoría que pudieran haber experimentado los pacientes fue demasiado leve y pasajera como para considerarse clínicamente importante o resultado de algo más que la fuerza de la sugestión y el llamado efecto placebo.
Representación de los supuestos meridianos por los que circula el imaginario qi. Según los acupunturistas, insertan do agujas en ciertos puntos del cuerpo, se puede curar las hemorroides la eyaculación precoz, la impotencia, la fatiga, la rigidez del cuello y hasta el entumecimiento del brazo(?).
La acupuntura «”hay que recordarlo»” se originó en la antigua China allá por el siglo II antes de nuestra era y se basa en el principio de que hay una misteriosa fuerza vital llamada qi, que circula por el cuerpo humano a lo largo de una especie de canales llamados meridianos. Si por alguna razón «”una lesión, mala nutrición, infecciones, tensión nerviosa o cualquier otra causa»” se entorpece el flujo del qi, sobreviene una enfermedad. Pero, dicen los acupunturistas, basta aplicar finísimas agujas en determinados sitios del cuerpo, para desbloquear la energía vital y devolver la salud.
De más está decir que el concepto de fuerza vital corresponde a la etapa de la medicina precientífica, que el qi nunca ha sido detectado en ninguna forma, y que jamás estudio anatómico alguno ha revelado la existencia de los tales meridianos, sobre cuya ubicación «”por lo demás»” ni los propios acupunturistas logran ponerse de acuerdo.
El auge actual de la acupuntura fue consecuencia de un gran engaño al cual se sometió al presidente norteamericano Richard Nixon durante su visita a China en 1972. En aquellos tiempos, bajo el gobierno de Mao Zedong, y ante la dramática escasez de recursos para dar atención médica moderna a la población china, se había recurrido provisionalmente a las prácticas tradicionales, entre ellas la acupuntura, con lo cual, además, se lograba reforzar la identidad nacional china. Pues bien, a Nixon se le hizo una demostración de esa técnica, haciéndole creer que servía para anestesiar a los pacientes, y la difusión que los medios internacionales de prensa dieron al hecho desató en occidente un furor por la acupuntura entre los partidarios del naturismo y las llamadas medicinas alternativas.
Pero la realidad es que durante los más de 40 años transcurridos desde entonces, nunca se ha podido demostrar científicamente cómo la inserción de agujas pueda atenuar la sensibilidad al dolor ni, mucho menos, curar o aliviar alguna enfermedad. Todo se reduce a esas vagas referencias al qi, y en los casos en que se ha intentado alguna explicación científica «”por ejemplo que las agujas estimulan la producción por el organismo de ciertas sustancias llamadas endorfinas que actúan como analgésicos»”, no se ha podido demostrar experimentalmente.
Hasta ahora, en fin, no se ha comprobado sin lugar a dudas y con todo el rigor del método científico, que la acupuntura tenga sobre los pacientes algo más que el llamado efecto placebo. Es decir, la mejoría que se experimenta al recibir una sustancia o un tratamiento inocuos pero que se cree son eficaces.
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[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 8 de agosto de 2013