IMPACTO AMBIENTAL
Una prima de las cornudas de la cocina[1]
Juan José Morales
Seguramente usted ha visto en su cocina ciertas hormigas de color negro, grandes y delgadas antenas, patas muy largas, y rápidos y erráticos movimientos. Popularmente se les conoce como hormigas cornudas por sus grandes antenas, que se antojan cuernos, y hormiguillas locas por esa forma peculiar de desplazarse, cambiando constantemente de dirección en forma errática e imprevista, como si estuvieran desorientadas, hubieran enloquecido o no supieran bien qué está haciendo. Su nombre científico, Paratrechina longicornis, también alude a la apariencia de cuernos de sus antenas. Miden entre dos y tres milímetros, y ese tamaño, sumado a su color negro, las hace fácilmente visibles. Su mordedura puede ser bastante dolorosa, no tanto por el tamaño de la herida, sino porque segregan sobre ella ácido fórmico, que es irritante.
Hormigas cornudas. Son muy comunes en los hogares, y al igual que algunas otras especies, se les conoce como hormigas polizones, porque su expansión a todos los rincones del mundo se debe principalmente a que viajan ocultas en buques, camiones, autobuses, aeroplanos y cualquier otro medio de transporte.
Y seguramente también, ignora que esas hormigas, aunque son muy comunes y abundantes, hasta hace poco no existían por estos rumbos peninsulares. Ni siquiera en América. Es una de esas especies que se han propagado a todos los continentes y prácticamente a todos los climas «”aunque especialmente a las zonas tropicales y subtropicales»” pero cuyo origen se desconoce, aunque algunos indicios permiten suponer que proviene, o bien de las islas de la Melanesia en el Pacífico sur, o del sureste de Asia. Sea como sea, el hecho es que ahora tienen una distribución universal, y se le considera una de las plagas agrícolas y domésticas más ampliamente extendidas.
Su buen éxito como colonizadoras de todos los continentes se debe esencialmente a dos factores: su gran adaptabilidad y su dieta omnívora. Establecen sus hormigueros prácticamente en cualquier lugar, lo mismo en sitios secos que húmedos, en árboles huecos, bajo la corteza, entre madera descompuesta, bajo piedras, en suelo arenoso, en grietas de formaciones rocosas y, desde luego, en lugares ocultos en el interior de los edificios. Por eso se les considera una plaga en tiendas, restaurantes, hospitales y hogares.
Y para alimentarse no desdeñan nada. Comen lo que se les ponga enfrente, desde insectos hasta carroña, secreciones de plantas, frutas, animales muertos y cualquier otro material orgánico. También acostumbran «pastorear» áfidos «”unos pequeños insectos»” para obtener sus secreciones azucaradas.
Los entomólogos, los biólogos especializados en el estudio de los insectos, no tienen problema para identificar a la hormiga cornuda. Su forma es tan característica, que resulta casi imposible confundirla con alguna otra especie. Y por mucho tiempo se consideró que era la única de su género. Pero en el Ãfrica oriental acaba de ser descubierta otra, a la que se bautizó Paratrechina zanjensis. Este último nombre deriva de la palabra árabe con que se denominaba a aquella región del continente africano, que comprende las actuales naciones de Kenia, Tanzania y Mozambique.
Sin embargo, a diferencia de su prima longicornis, que vive prácticamente en cualquier lugar y se alimenta prácticamente con cualquier cosa, la recién descubierta zanjensis es muy específica. Habita únicamente los bosques de ciertos árboles y hasta ahora no se le ha encontrado en ningún otro lugar más que en aquel sector de Ãfrica.
La importancia del hallazgo, dicen los científicos, es que permitirá ampliar los conocimientos sobre la biología y hábitos de estos insectos y determinar qué características han permitido a la hormiga cornuda ser tan exitosa en la ocupación de nuevos territorios en todos los continentes. Tratándose de una plaga, estos conocimientos resultan de gran valor para combatirla y controlarla.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 25 de septiembre de 2015