Ganando en traducción

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9 de noviembre de 2021

Gareth J. Medway

image2En los últimos años se han producido varios intercambios de libros, muchos de ellos en las entradas de las estaciones de metro de Londres. Cualquiera puede llevarse un libro gratis, con la solicitud de que, a cambio, deje alguno de sus propios volúmenes no deseados. El de la explanada del metro de Fulham Broadway, por ejemplo, tiene una alta rotación, aunque el personal tiene que sellarlo cada vez que el Chelsea juega en casa.

No hace mucho, en uno de esos lugares en Warwick Road en Earls Court, compré una copia de Des Signes dans le Ciel, (1967), de Paul Misraki, un músico popular francés. Ésta era una versión más reciente de Les Extraterrestres de 1962, que había escrito bajo el nombre de Paul Thomas. (Quizás usó un seudónimo por temor a que su interés en los ovnis, si se conocía, pudiera dañar su carrera musical). Esto había sido traducido al inglés por Gavin Gibbons (él mismo autor de The Coming of the Spaceships, 1956), y They Rode in Spaceships, (1957); también había traducido un libro sobre Nostradamus del italiano) bajo el título Flying Saucers Through the Ages. Da la casualidad de que fue el primer libro que leí sobre el tema.

Es mucho lo que se podría decir sobre estos temas, pero aquí solo deseo abordar un punto. Misraki relató un encuentro con una entidad, tomado de Mysterieux Objets Célestes de Aimé Michel, que fue reportado en septiembre de 1954. Según la interpretación de Gavin Gibbons, una mujer que estaba recogiendo moras cerca de un campo de maíz, a unas pocas millas al este de Valence, vio un “Objeto en forma de abanico”, que parece bastante extraño. Acercándose a él, percibió un traje de buceo, y dentro de él algo que la miraba con “tres ojos grandes”. Este detalle, hasta donde yo sé, fue único en los anales ovni.

Volviéndome como ahora podía del original de Misraki, descubrí que en realidad dijo que el ser tenía deux très gros yeux, “dos ojos muy grandes”. Evidentemente, Gibbons había malinterpretado très, “muy” como trois, “tres”. Del mismo modo, el avistamiento fue al principio de un épouvantail, que literalmente significa un espantapájaros, pero también puede significar algo antinatural o aterrador. Gibbons lo había tomado por éventail, “un fan”. John Harney una vez lamentó la tendencia de los escritores de ovnis a ignorar cualquier cosa que no esté en inglés. Este ejemplo sugiere que, incluso si algo se ha escrito en inglés, debe tratarse con precaución.

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