El padre chino de los globos espías (y los cazas de combate)
En 2019, Wu Zhe y su equipo salieron en la televisión china presumiendo de que habían enviado una de sus aeronaves alrededor del mundo
21 de febrero de 2023
Lucas de La Cal
Los observadores del cielo de Taiwan, siempre atentos al habitual ajetreo de cazas y drones que la vecina China suele enviar a las proximidades de una isla autogobernada que considera una provincia rebelde, vieron hace tres días un extraño objeto con forma de esfera caer desde la estratosfera. Las primeras comunicaciones internas, a falta de poder darle un nombre preciso, lo describían como un ovni.
Los mejores rastreadores del ejército taiwanés, que al principio pensaron que se podía tratar de basura espacial, peinaron todo el archipiélago de Matsu, controlado por Taiwan frente a la costa china de Fuzhou. En un campo de tiro en la isla de Dongyin, encontraron aquella esfera desparramada por el suelo que parecía en un primer plano un castillo hinchable deshinchado.
Se trataba de un globo fabricado en China de un metro de diámetro, a priori, dotado de un sistema de análisis meteorológico. Llegaron a esa conclusión cuando vieron en una caja que llevaba el aparato, caracteres en mandarín simplificados, que no se usan en Taiwan, donde se podía leer “Instrumento de sondeo atmosférico digital GTS13”. Los militares taiwaneses se llevaron todos los restos del globo para analizarlos y descartar que no fuera realmente un dispositivo de espionaje.
En otra parte del aerostato caído aparecía una identificación: “Taiyuan Radio No.1”. Taiyuan es una ciudad al norte de China donde nació hace 66 años el científico Wu Zhe, el mayor cerebro detrás de unos globos de vigilancia chinos que, según aseguraron altos funcionarios de Estados Unidos, llevan décadas espiando por los cinco continentes y que ahora se han convertido en el centro de la última trifulca en la nueva Guerra Fría que protagonizan las dos superpotencias mundiales.
Wu ha pasado las tres últimas décadas trabajando en las llamadas “aeronaves en espacio cercano”, aquellas que vuelan más alto que los aviones de aerolíneas comerciales, pero por debajo de los satélites en órbita. Un globo del tamaño de tres autobuses y con esas características de vuelo fue el que provocó la actual gran crisis diplomática entre Pekín y Washington, sobrevolando EEUU durante ocho días para acabar siendo derribado el 4 de febrero por un avión F-22 frente a la costa de Carolina del Sur.
Miembro del Partido Comunista desde muy joven y asistente del ejército chino en el diseño de aviones de combate, Wu saltó al ruedo mediático internacional esta semana después de que su nombre apareciera vinculado a tres de las seis empresas que Washington incluyó en su lista negra comercial por estar supuestamente conectadas al programa de globos espías de Pekín. “China tiene un programa de vigilancia a gran altura para la recopilación de inteligencia, que ha utilizado para violar la soberanía de los EEUU y de más de 40 países en los cinco continentes”. Esas fueron las acusaciones a principios de semana de Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Fuera del ciberespacio chino, en los navegadores en inglés, sobre Wu Zhe apenas salen unos pocos resultados con artículos de aeronáutica firmados por él en revistas científicas. Todo lo contrario que si uno bucea por las webs en mandarín, donde Wu aparece en decenas de páginas, empezando por su perfil como académico senior en la Universidad de Beihang, una institución con sede en Pekín a la vanguardia de la investigación espacial y de aviación. La entrada a ese perfil misteriosamente dejó de cargar hace un par de días, dando error en el servidor cuando se pretende entrar en la página. Al llamar el viernes a la universidad, de la que Wu fue vicepresidente antes de retomar la investigación, dicen que no pueden facilitar ningún contacto directo y que cualquier cuestión debe ser trasladada al centro por email.
El barrido por los archivos sobre este científico en el censurado Internet chino lleva a una conferencia de 2007 en la universidad donde Wu expone la importancia del uso de los globos con fines militares. “Tales dispositivos de gran altitud podrían usarse para proporcionar alertas tempranas de desastres naturales, monitorear la contaminación o llevar a cabo vigilancia aérea”, dice el científico.
Más adelante, en 2019, los medios locales publicaron varias entrevistas con el científico en las que se jactaba de que su equipo había enviado “dispositivos de gran altura sobre América del Norte”. Se trataba del proyecto de una aeronave no tripulada, Cloud Chaser, que cruzó varios puntos del planeta, entre ellos EEUU. El dirigible estratosférico se vendió como una parte importante del sistema de observación de la Tierra de alta resolución de China.
Primeras fotos de la recogida el sábado de la semana pasada, después de que se abriera un conflicto diplomático entre ambos países US FLET FORCES COMAND
“Esta es la primera vez que una aeronave estratosférica controlada aerodinámicamente ha volado alrededor del mundo a una altitud de 20,000 metros”, presumía Wu en un vídeo con imagen fija en un mapa donde se ve el dedo del científico señalar una línea roja que sigue el trayecto del globo, que mide unos 300 metros de largo y con un peso de varias toneladas.
“MIRA, ESO ES AMÉRICA”
La ruta de vuelo en el mapa indicaba que la aeronave estaba sobre el Pacífico Occidental después de haber navegado hacia el oeste desde el sur de China, pasando por el Sudeste Asiático, India, la Península Arábiga, el norte de África y partes del sur de EEUU y el norte de México. Todo el viaje en menos de un mes. “Mira, ese punto rojo que rebota en el mapa es nuestro Zhuiyunhao (que significa cazador de nubes)”, dice Wu señalando el monitor. “Mira, eso es América”.
Desde la década de 1990, los trabajos de investigación de Wu han sido premiados en varias ocasiones por el Ejército Popular de Liberación de China, que también ha sido uno de los principales clientes de las empresas que Wu fundó junto a su socio Wang Dong, empresario conocido en el país asiático por sus grandes inversiones en empresas tecnológicas y que está detrás de la firma inmobiliaria Deluxe Family, que cotiza en Shanghái con una capitalización de 690 millones de dólares.
En los registros públicos, el nombre de esta empresa aparece al frente de una extensa red de compañías involucradas en tecnologías aeroespaciales y de globos en “espacio cercano”. Tres de ellas, de las que Wu es fundador y máximo accionista (Beijing Nanjiang Aerospace Technology, Eagles Men Aviation y Shanxi Eagles Men Aviation Science and Technology Group) han sido sancionadas por la administración Biden después del incidente con el globo espía que despegó de un aeródromo en Hainan, una isla paradisíaca en el Mar del Sur de China que es una de las bases de operaciones más importantes del ejército chino. Esto es lo que los funcionarios de inteligencia estadounidenses han asegurado al Washington Post.
Pekín reconoció que el globo era suyo, disculpándose incluso con Washington, pero sigue insistiendo que simplemente era una “aeronave no tripulada para uso civil” que funcionaba como un dispositivo de análisis meteorológico. Las fuentes del Washington Post señalaban que el globo espía chino se podría haber desviado por los fuertes vientos a gran altura de su ruta original de vuelo, que era el territorio estadounidense de Guam, donde aseguran que el ejército chino ya había enviado anteriormente globos espías para capturar imágenes de las instalaciones militares estadounidenses. En esa isla en el Pacífico Occidental, los Marines abrieron en enero su primera base militar en 70 años, que dará cobijo a 5,000 infantes encargados de detectar y contrarrestar el impulso militar de China en la región.
“En algún lugar a lo largo de esa ruta hacia el este, la nave giró inesperadamente hacia el norte”, dicen los funcionarios de inteligencia estadounidenses, partidarios ahora de la posibilidad de que China no tuviera la intención de violar su espacio aéreo, como aseguró Pekín cuando estalló la crisis.
El globo después estuvo flotando el 28 de enero sobre las Islas Aleutianas, en Alaska, luego se desplazó sobre Canadá, donde encontró fuertes vientos que lo empujaron hacia el territorio de EEUU, sobre Idaho el 31 de enero, un día antes de que los civiles los vieran en los cielos de Montana.
EL “CORO PARANOICO” ESTADOUNIDENSE
“No voy a entrar ahora en si era una aeronave equipada con un sistema de vigilancia avanzado o no. Pero que violara el espacio aéreo estadounidense fue un accidente. Se desvió de su ruta por factores meteorológicos que no dependen de nadie. Por eso China se disculpó. Pero lo que no entiendo es la fijación que hay estos días por mirar tanto al cielo. Todos nos hemos espiado de muchas formas. Por aire, mar y tierra. Eso siempre ha sido lo normal y no lo hacíamos público”, defendía esta semana en conversaciones con este diario un alto funcionario del Ministerio de Exteriores de Pekín. Es un veterano diplomático que ha hecho carrera en América Latina y que decía estar muy hastiado de lo que, para él, es un circo que ha montado Washington en torno a la última crisis entre los dos países para desviar la atención de otros temas más importantes.
Parte de su discurso se asemeja a la narrativa trazada estos días por los instrumentos mediáticos controlados por el régimen chino. “EEUU moviliza a sus aliados para unirse al coro paranoico de la amenaza de China”, rezaba un titular del editorial de uno de los canales de propaganda más ruidosos, el diario Global Times. “La paranoia de los globos de EEUU se agravó después de que este país derribó tres objetos voladores no identificados más y movilizó a sus aliados, incluidos Japón, Corea del Sur y la OTAN, para inventar una narrativa de amenaza de China. Pero cuanto más tiempo continúe con esa exageración, más vergonzosa será la conclusión de esta farsa escenificada”, sentenciaba.
Tras ese primer globo destruido por un misil Sidewinder, aviones de combate estadounidenses derribaron el pasado fin de semana otros tres “objetos voladores”. Uno al norte de Alaska, otro sobre suelo canadiense, en el territorio central de Yukón, a 160 kilómetros de la frontera con EEUU, y un tercero sobre el lago Huron, en Michigan. El jueves, el presidente Joe Biden aseguraba que no creía que estos tres últimos objetos fueran globos espías chinos como el primero, que estaba dotado de un sistema de reconocimiento según lo que dijeron desde Washington tras recuperar algunos restos.
El ejército estadounidense recuperó “escombros significativos”, según la expresión empleada por el Pentágono
Los comentarios de Biden llegaron después de que Pekín contratacara acusando también a EEUU de violar la soberanía de sus cielos enviándoles -cómo no- globos espía. Concretamente, una decena desde mayo de 2022. “Globos de gran altitud estadounidenses sobrevolaron regiones de Xinjiang, Tíbet y otras provincias”, dijo el portavoz de Exteriores chino Wang Wenbin. Unas horas después, las autoridades chinas anunciaron el avistamiento de un ovni, que más tarde resultó ser un globo, en los alrededores de Shijiazhuang, capital de la provincia de Hebei, al norte del país. Incluso se llegaron a retrasar algunos vuelos que debían despegar desde el aeropuerto de esa ciudad, mientras que otros fueron desviados.
Eso ocurría mientras desde Japón reclamaban atención para decir que tenían sus sospechas de que tres globos espía chinos volaron sobre su territorio en 2019 y 2021. Globos como los que ha diseñado el científico Wu Zhe, quien antes de mandarlos a dar vueltas por el mundo, los probó en casa, en zonas políticamente sensibles como el Tíbet o Xinjiang. De ahí que, durante años, activistas de derechos humanos han denunciado que Pekín ha usado estos aparatos para monitorizar al pueblo chino.
https://www.elmundo.es/cronica/2023/02/21/63f35008fdddffdf968b4594.html
A medida que se profundiza en el misterio ovni, los científicos deben comprometerse con los datos
21 de febrero de 2023
Marik von Rennenkampff
Los fenómenos anómalos no identificados (FANI), que en lenguaje gubernamental se refieren a los ovnis, están en el punto de mira. Pero en medio de la atención de la Casa Blanca, la cobertura sin aliento de los “extraterrestres” y un enfoque poco común en las defensas aéreas de Estados Unidos, las nuevas revelaciones sólo están profundizando el misterio de los FANI.
Además, con seis ex candidatos presidenciales, un ex candidato a vicepresidente y el presidente y vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia del Senado exigiendo que el gobierno de Estados Unidos financie completamente un “plan científico” para estudiar los FANI que “superen el estado del arte conocido en ciencia y tecnología”, los científicos deben comprometerse con los datos realmente desconcertantes de los que disponen.
En 2014 y 2015, por ejemplo, al menos entre 50 y 60 aviadores navales que entrenaban en un espacio aéreo estrechamente controlado frente a la costa este de Estados Unidos observaron objetos desconocidos que mostraban características de vuelo extraordinarias. Y lo que es más importante, las tripulaciones aéreas observaban las misteriosas naves visualmente o a través de sensores a diario. Funcionarios del Pentágono descartaron que se tratara de tecnología secreta estadounidense, lo que llevó a algunos analistas a suponer que los misteriosos objetos eran plataformas de vigilancia extranjeras. Pero informes recientes parecen refutar esta teoría.
Según el Wall Street Journal, funcionarios de inteligencia monitorearon tres breves incursiones de la era Trump por presuntos globos de vigilancia chinos. Si los analistas consiguieron rastrear esos incidentes fugaces en tiempo real, resulta poco creíble que una potencia extranjera montara una compleja operación de vigilancia con cientos, si no miles, de globos (o drones) a diario, durante años, sin ser detectada.
Además, parece que el espectáculo diplomático y mediático provocado por el enorme globo de vigilancia chino se debe a una metedura de pata colosal. Los analistas de inteligencia que siguieron el lanzamiento de la aeronave creen ahora que unas condiciones meteorológicas atípicas la desviaron del rumbo previsto. (Al parecer, Pekín nunca quiso enviar su globo espía sobre el territorio continental de Estados Unidos.
No cabe duda de que futuros informes podrían demostrar que una potencia extranjera montó una operación de vigilancia descarada y logísticamente compleja que provocó encuentros diarios de “FANI” durante años frente a la costa este de Estados Unidos. Pero con los funcionarios de inteligencia monitoreando tres breves incursiones durante la administración Trump en tiempo real, junto con las revelaciones de que China probablemente nunca tuvo la intención de desencadenar una crisis geopolítica, esta teoría ahora parece cada vez más inverosímil.
Es importante destacar que los funcionarios estadounidenses no están impresionados por la tecnología recuperada del globo de vigilancia de China. Por el contrario, las características de vuelo de los misteriosos objetos observados a diario por los aviadores navales sugieren una tecnología muy avanzada (y claramente distinta de la de los globos).
Las tripulaciones aéreas encontraron objetos capaces de permanecer inmóviles con fuertes vientos o volar a velocidades considerables durante periodos de tiempo extremos. Curiosamente, las misteriosas naves eran a menudo invisibles a simple vista. Mientras que el radar y varios sensores infrarrojos de calor indicaban la presencia de objetos físicos reales, los aviadores que investigaban los extraños contactos -a menudo con la ayuda de pantallas avanzadas en los cascos- rara vez los veían visualmente.
En un caso documentado a unas 100 millas de la costa de Carolina del Norte, cuatro aviadores navales volaron hasta un objeto rastreado tanto por radar como por sensores térmicos. A pesar de los claros indicios de la presencia de un objeto real, las dos tripulaciones no vieron nada visualmente desde una distancia de solo 200 pies.
En otro incidente digno de mención de 2014, dos objetos con firmas de calor y radar revolotearon a altitudes de 12,000 y 15,000 pies. Mientras los aviadores observaban cómo una de las extrañas naves flotaba inmóvil en medio de fuertes vientos en el aire, otros dos objetos -ambos con firmas de calor- pasaron volando “a gran velocidad”. Estas características de vuelo son realmente desconcertantes y difícilmente atribuibles a los globos.
Lo mismo ocurre con el vídeo del FANI “GoFast”, que aviadores navales grabaron frente a la costa de Florida a principios de 2015. Dos modelos geométricos independientes del encuentro muestran que, incluso si una cifra clave en pantalla anunciada por los escépticos de los ovnis es exacta, el objeto tiene velocidad intrínseca. En otras palabras, la nave se movía significativamente más rápido que los vientos en el aire.
Dado que el objeto del vídeo “GoFast” es pequeño, sin alas ni medios evidentes de propulsión, su velocidad intrínseca sugiere una tecnología muy avanzada.
Y lo que es más importante, las meticulosas reconstrucciones tridimensionales del ya famoso vídeo del FANI “Gimbal” confirman que el objeto demostró unas características de vuelo realmente notables. Con un radar “estable”, los aviadores tienen “gran confianza” en que la nave se encontraba a menos de 16 kilómetros del avión que grabó el vídeo. (En última instancia, la tripulación “voló hasta” el misterioso objeto).
A esa distancia, la trayectoria de vuelo del objeto, reconstruida geométricamente, muestra que redujo su velocidad desde varios cientos de kilómetros por hora hasta detenerse en el aire antes de invertir bruscamente la dirección en un giro vertical en U. Aunque una maniobra tan poco ortodoxa le llevaría a un avión de combate casi un kilómetro y medio completarla, el FANI “Gimbal” la ejecutó en una fracción de esa distancia sin alas ni medios perceptibles de propulsión, una hazaña asombrosamente desconcertante, especialmente a gran altitud.
No se equivoquen: Tales propiedades, aparentemente incompatibles con la física y la aerodinámica, exigen un serio y sobrio escrutinio científico.
Cabe destacar que la teoría favorecida por los “desacreditadores” de ovnis -que la aparente rotación del objeto “Gimbal” es producto del movimiento de la cámara- adolece de un fallo importante. Tras hablar con aviadores navales en servicio activo, así como con un ingeniero superior íntimamente familiarizado con el sistema óptico, y revisar documentos públicos de patentes, no veo pruebas de que tales sistemas giren de la extraña manera escalonada que se observa al final del vídeo.
Por el contrario, todos los datos disponibles sugieren que el sistema de cámara se movió en una rotación suave y continua durante el encuentro con el “Gimbal”. Tal vez lo más intrigante sea que la rotación del objeto coincide con su trayectoria de vuelo, lo que asesta un duro golpe a la teoría del artefacto de la cámara.
Al mismo tiempo, la aplicación de las matemáticas básicas al vídeo del incidente de FANI más documentado del que se tiene constancia descarta de forma convincente las explicaciones prosaicas (como un jet lejano) del objeto con forma de “Tic Tac” observado por cinco aviadores navales. Además, las imágenes infrarrojas de la nave, junto con un sencillo experimento de garaje que tiene en cuenta la posición del Sol, demuestran que el misterioso objeto voló a gran altitud sin alas, superficies de control ni medios de propulsión perceptibles.
¿Cuándo rechazarán los científicos el estigma alimentado por el gobierno que durante tanto tiempo obstaculizó el estudio sobrio y objetivo del FANI y se enfrentarán a los desconcertantes (y convincentes) datos que tienen ante sí?
A la caza de ovnis en el fin del mundo
Una plataforma de perforación en Deadhorse, Alaska. Tan pronto como comenzó la locura nacional por los objetos derribados, Estados Unidos suspendió la búsqueda, dejando respuestas encerradas en el hielo ártico y bajo las olas blancas del lago Hurón. | BRIAN ADAMS / THE NEW YORK TIMES
21 de febrero de 2023
Katie Rogers
The New York Times
DEADHORSE, ALASKA – El ejército de Estados Unidos es capaz de muchas cosas, pero encontrar los restos de un objeto volador no identificado esparcidos por una extensión cegadora de hielo ártico en un clima de -30 grados utilizando seis horas disponibles de luz diurna no es una de ellas.
La búsqueda de un ovni derribado comenzó y terminó cerca de esta ciudad petrolera en el confín helado del mundo, donde los pilotos de la Armada que volaban en P-8 Poseidons finalmente se rindieron el viernes, poniendo fin a su misión sin respuestas.
Horas más tarde y a unos 800 kilómetros de distancia, las fuerzas canadienses que buscaban los restos de un segundo objeto en el territorio de Yukón se retiraron con las manos vacías. Lo mismo ocurrió en el lago Huron, donde los capitanes de los guardacostas atracaron sus barcos sin encontrar lo que fuera que los pilotos del caza F-22 dispararon al cielo con un misil Sidewinder de 400,000 dólares. (En realidad, los pilotos dispararon dos misiles; el primero falló).
Los tres objetos fueron interceptados en rápida sucesión los días 10, 11 y 12 de febrero, pocos días después de que Estados Unidos derribara un gigantesco globo espía chino el 4 de febrero. Pero tan pronto como comenzó la locura nacional por los fenómenos aéreos, los militares hicieron las maletas y se fueron a casa, dejando las respuestas encerradas en el hielo ártico y bajo las olas blancas del lago Hurón.
En Deadhorse, con una población permanente de 25 habitantes, la vida ya había cambiado el sábado por la mañana. Los trabajadores del petróleo salían a sus turnos cuando aún era de noche, y volvían por la tarde para cenar temprano y acostarse pronto. Nancy Bremer, recepcionista del Hotel Aurora -donde se encuentra el único restaurante de la ciudad, una cadena de montaje tipo bufé que sirve filetes de atún y hamburguesas con queso-, dijo que la gente aquí estaba concentrada en el trabajo y no preocupada por la amenaza inminente de un objeto derribado sobre el hielo.
“Si lo encontramos”, preguntó, “¿te llamo?”
El Hotel Aurora en Deadhorse, Alaska | BRIAN ADAMS / THE NEW YORK TIMES
A pesar de la buena gente de Deadhorse, muchos de nosotros seguíamos teniendo muchas preguntas. Para una nación que ha estado fascinada por esta saga desde que comenzaron los ataques aéreos contra objetos misteriosos – ¡Pop! ¡Pop! El final parecía incompleto.
¿Hubo extraterrestres? (No, dice la Casa Blanca.) ¿Dispositivos de vigilancia de misteriosa procedencia? (No, dice la Casa Blanca.) ¿Globos de aficionados? (Puede que nunca lo sepamos, dice la Casa Blanca.)
Pero claro, esto es Estados Unidos. ¿Cuándo fue la última vez que dejó escapar algo?
Tal vez haya algunas respuestas en Illinois, donde, según dos personas familiarizadas con la investigación, los agentes del FBI han entrevistado a un equipo de aficionados a la aviación que dijeron que su globo había desaparecido en algún lugar sobre la costa suroeste de Alaska el sábado pasado, durante su séptimo viaje alrededor de la Tierra.
Ni el gobierno ni el club de aficionados han confirmado que ninguno de los objetos derribados fuera el globo del grupo, pero el club ha retirado su página web tras la avalancha de preguntas.
La Casa Blanca deja en manos del público la búsqueda de una respuesta. El Presidente de EE.UU., Joe Biden, aparentemente tratando de aliviar una ruptura diplomática con los chinos, dijo al público el jueves que los tres objetos no identificados probablemente no eran dispositivos de vigilancia.
“La evaluación actual de la comunidad de inteligencia es que lo más probable es que estos tres objetos fueran globos vinculados a empresas privadas, instituciones recreativas o de investigación que estudian el clima o realizan otras investigaciones científicas”, dijo Biden. También dijo que no se arrepentía de haber derribado el primero. (El sábado, el principal diplomático chino, Wang Yi, calificó la reacción estadounidense de “absurda e histérica”).
Sam Lyman, un piloto que viaja a Deadhorse desde Albuquerque, Nuevo México, dijo que la explicación del gobierno para derribar los objetos voladores -que viajaban a una altitud que los convertía en una amenaza potencial para los aviones civiles- tenía sentido para él.
El objeto que flotaba sobre Alaska viajaba a unos 40,000 pies cuando fue derribado.
Sam Lyman, un piloto que viaja a Deadhorse desde Albuquerque, en Deadhorse, Alaska. Lyman dijo que era posible que un objeto flotando a 40,000 pies interrumpiera los viajes aéreos; el de Alaska viajaba a esa altura antes de ser derribado. | BRIAN ADAMS / THE NEW YORK TIMES
Durante 30 años de vuelo, Lyman, de 47 años, dijo que había visto innumerables globos meteorológicos y de fiesta – un cementerio de FELICES CUMPLEAÑOS y BIENVENIDOS PRONTO en el cielo – y dijo que un gran globo meteorológico podría interponerse en el camino de un avión, causando resultados “desastrosos”, como el colapso sobre la parte delantera de un avión.
Si, de hecho, realmente era un globo – que la Casa Blanca dice que no puede confirmar.
“La única información que tenemos es la que ponen en Internet”, dijo Lyman. “Lo dejaré así”.
He aquí algunos datos, según un alto cargo militar estadounidense que no estaba autorizado a hablar públicamente:
– NORAD, la organización de defensa aérea quizás más conocida por su sitio web de seguimiento de Papá Noel en Nochebuena, escanea los cielos cada día, en busca de amenazas graves. Los tres objetos, del tamaño de un Volkswagen Escarabajo, fueron detectados después de que el NORAD ajustara sus sistemas tras el globo espía para captar una gama más amplia de objetos a diferentes velocidades y altitudes.
– Los pilotos que derribaron el objeto sobre el Ártico dijeron que era metálico y se rompió en pedazos – se desconoce si eran pedazos blandos o duros. Los pilotos perdieron de vista el material mientras caía entre las nubes.
– Fueran lo que fueran esos tres objetos, eran mucho más pequeños que el globo espía chino, que fue recogido en un campo de escombros de una milla cuadrada frente a la costa de Carolina del Sur, y contenía miles de kilos de material.
Los oficiales militares dijeron que dejar que el globo espía chino flotara a través del país y hacia el mar les dio tiempo para evaluarlo con fines de contrainteligencia.
Pero los legisladores de Alaska, que creen que su estado, la última frontera, se ha convertido en la primera línea de defensa contra una serie de amenazas a la seguridad nacional -incluidas las flotantes-, han criticado al gobierno de Biden por no haber derribado antes el globo chino.
El océano Ártico helado, donde se sospecha que se encuentran los restos de un globo cerca de Deadhorse, Alaska. | BRIAN ADAMS / THE NEW YORK TIMES
“¿En qué momento decimos que un globo de vigilancia, un globo espía procedente de China es una amenaza para nuestra soberanía?”, dijo la senadora Lisa Murkowski, republicana por Alaska, durante una audiencia del Subcomité de Asignaciones de Defensa del Senado el 9 de febrero. “Debería serlo en el momento en que cruza la línea, y esa línea es Alaska”.
Al día siguiente, un Sidewinder derribó un ovni sobre Deadhorse.
Para ayudar a encontrar el objeto, los soldados de la Guardia Nacional de Alaska han volado Chinooks y Black Hawks sobre islas frígidas, aterrizando y caminando sobre el hielo para buscar en lugares que parecían prometedores. Pero las condiciones eran extremas.
“Irak era un entorno agotador”, dijo la coronel Elizabeth Mathias, directora de asuntos públicos del NORAD y del Mando Norte de Estados Unidos. “Pero no era el Ártico”.
Los lugareños estuvieron de acuerdo: “Es como 100 pajares y encontrar una aguja”, dijo Lyman.
En un intento magistral de ver el lado positivo, John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, abordó lo absurdo de la situación -en la que los pilotos de combate bien podrían haber utilizado misiles aire-aire para derribar un globo de aficionados- diciendo a los periodistas que se trataba de un “mejor resultado” que una alternativa más siniestra.
“Si resulta que, de hecho, eran globos meteorológicos de uso civil o recreativo y, por tanto, benignos -que es lo que piensa la comunidad de inteligencia-, ¿no es un resultado mejor que tener que pensar en la posibilidad de mayores amenazas para nuestra seguridad nacional?”, preguntó Kirby a los periodistas el viernes.
Kirby añadió que Biden había pedido un “nuevo conjunto de normas” para que el gobierno evalúe los objetos flotantes, “de modo que ahora podamos tratarlos de una manera quizás diferente en el futuro”.
El senador Dan Sullivan, republicano por Alaska, dijo en una entrevista que no está tan seguro de que los ovnis fueran inocuos.
“No hay ninguna sesión informativa en la que yo haya estado, o que yo haya recibido, que apoye lo que John Kirby está diciendo por ahí”, dijo Sullivan. “Debería ser la posición por defecto cuando no sabes cuál es la respuesta sobre los objetos más pequeños, es asumir inicialmente lo peor hasta que tengas la respuesta correcta”.
Otros expertos afirman que este episodio es la prueba de que debería haber un esfuerzo más formalizado para identificar qué está pasando exactamente en el cielo.
Los aficionados pueden lanzar globos de seguimiento meteorológico a bajo coste. El Servicio Meteorológico Nacional envía más de 180 globos al cielo cada día. (Ninguno de ellos ha desaparecido, según un portavoz.) China envía más de globos espía, incluidos al menos tres durante la administración Trump de los que no se informó. (Uno de ellos ha desaparecido definitivamente.) Y luego otros fenómenos quedan sin explicación.
Robert Powell, miembro del consejo de la Coalición Científica para el Estudio de los FANI -la abreviatura que ha sustituido a ovni y significa “fenómenos aéreos no identificados”- ha estado presionando para que el Congreso financie la investigación formalizada de las naves. En enero, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional publicó un informe que documentaba 366 avistamientos recientes de objetos no identificados, muchos de los cuales eran drones, pájaros o basura.
Personas como Powell se centran en obtener respuestas sobre los numerosos avistamientos que no tienen explicación. No considera que los tres objetos derribados pertenezcan a esa categoría. En su opinión, en este caso el gobierno ha facilitado información suficiente sin ofrecer una explicación exhaustiva.
Aunque es muy exigente con las respuestas, entiende por qué.
“Si resulta que el segundo, tercero y cuarto objeto eran globos de aficionados o de investigación de alguna universidad o lo que sea”, dijo Powell, “no quedaría bien que los derribáramos con un misil de medio millón de dólares”.
https://www.japantimes.co.jp/news/2023/02/21/world/inside-ufo-hunt/
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22 de febrero de 2023
Rob Beschizza
Spy Balloon Simulator te permite hacer clic en un punto del mapa y ver cómo tu globo virtual flota en las olas de viento sobre el mar y la tierra. Naturalmente, si se lanza desde territorio chino, tiene muchas posibilidades de acabar en el espacio aéreo estadounidense, pero ninguna garantizada.
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