La historia detrás de los avistamientos de ovnis de 1980 en el bosque de Rendlesham
30 de julio de 2025
Los ovnis fueron presenciados por militares. Foto: Getty
Por Andrew Millham
En los tranquilos bosques de Suffolk, donde los robles antiguos susurran historias al viento, una historia se ha arraigado más profundamente que la mayoría: el avistamiento de ovnis en el bosque de Rendlesham.
Los acontecimientos que tuvieron lugar a finales de diciembre de 1980, a menudo denominados «el Roswell británico», se han convertido en una leyenda definitoria del folclore de Anglia Oriental, mezclando la tensión de la Guerra Fría con una fascinación ancestral por las estrellas.
El bosque de Rendlesham, enclavado entre las bases militares gemelas de la RAF Woodbridge y la RAF Bentwaters, ya estaba sumido en el misterio. El terreno en sí ha sido durante mucho tiempo un lugar de senderos antiguos y cuentos susurrados, pero en 1980 se convirtió en el epicentro de lo que muchos creen un auténtico encuentro extraterrestre.
Todo comenzó la noche del 26 de diciembre, día de San Esteban, cuando se reportó que unas extrañas luces descendían sobre el bosque. Creyendo que un avión se había estrellado, militares estadounidenses estacionados en las bases cercanas se aventuraron al bosque para investigar.
Sin embargo, lo que encontraron era inexplicable. Uno de los aviadores, el sargento Jim Penniston, describió posteriormente haber visto un objeto metálico triangular con marcas extrañas, flotando silenciosamente entre los árboles. Al tocarlo, afirmó haber recibido una serie de códigos binarios, que transcribió en un cuaderno.
Durante las dos noches siguientes, los avistamientos continuaron. Más personal presenció luces extrañas, e incluso un rayo de luz que descendía del cielo. Un subcomandante de la base, el teniente coronel Charles Halt, grabó una cinta de audio, ahora famosa, mientras él y su equipo experimentaban el fenómeno.
El hermoso paraje del bosque de Rendlesham ahora tiene una historia inquietante que contar. Foto: Getty
En la grabación, Halt describe luces en el cielo que parecen moverse con inteligencia, se separan y flotan sobre la base. Su informe escrito, publicado posteriormente, solo agravó el misterio.
Lo que distingue a Rendlesham de otros avistamientos de ovnis es la gran cantidad de testigos creíbles. El personal militar, entrenado para observar e informar con precisión, ofreció relatos consistentes a lo largo del tiempo, y también se observaron pruebas físicas: hendiduras en el suelo donde supuestamente aterrizó la nave, niveles de radiación superiores a los del área circundante y daños a los árboles.
A lo largo de las décadas, han abundado las teorías. Algunas sugieren que las luces fueron causadas por el faro de Orfordness, visible desde partes del bosque. Otras apuntan a un experimento militar secreto o a pruebas de guerra psicológica.
Pero para quienes estuvieron allí, y para muchos de los que lo han visitado desde entonces, la historia sigue siendo inquebrantablemente sobrenatural. El legado del avistamiento ha crecido, convirtiéndose en parte del folclore moderno de Suffolk. El bosque de Rendlesham, antaño un tranquilo bosque, ahora atrae a visitantes de todo el mundo.
Se ha establecido un sendero ovni, con paneles informativos y una escultura inspirada en las descripciones de la misteriosa nave. Los caminantes siguen los pasos de los militares, observando entre los árboles y preguntándose qué sucedió realmente en esas extrañas noches de diciembre.
Sigue el rastro ovni a través del bosque. Foto: Colin Park
Para los amantes del folclore, Rendlesham ejerce una fascinación particular. A diferencia de los cuentos transmitidos de generación en generación, este es un mito contemporáneo: presenciado de primera mano, registrado, reportado y aún sin resolver. Sirve como recordatorio de que el misterio no se limita a un pasado lejano. En un mundo gobernado por la ciencia y la vigilancia, algunas historias aún se filtran.
Hoy, el Bosque de Rendlesham se alza como una apacible reserva natural y un monumento a lo desconocido. El susurro de las hojas parece resonar con secretos, y el juego de luz entre las ramas adquiere un nuevo significado.
En definitiva, creas o no en visitantes extraterrestres, la historia indudablemente invita a la curiosidad. Es en esa sensación de asombro y en el «¿qué hubiera pasado si…?» que el folclore perdura. No solo en viejos cuentos de fantasmas, perros negros y niños verdes, sino también en señales de radar, cuadernos codificados y el temblor de una luz inexplicable entre los árboles.