Flying Saucers: Fact or Fiction (1)
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Max Miller fue un joven ufólogo que editaba una revista ovni llamada Saucers, en la década de 1950. Miller también publicó un libro, Flying Saucers: Facto or Fiction[1], que fue lanzado en 1957 en un formato de revista. El libro tiene muchas fotografías y está muy bien escrito, de una manera equilibrada.
En el capítulo 4: Space Communication and Detection cubre los hallazgos de Francis Galton, Tesla, Marconi y John Otto, quien intentó la comunicación espacial al aire en la radio, en octubre de 1955.
Al final de este capítulo Wilbert Smith ofrece una extensa declaración sobre cómo y por qué el Proyecto Magneto pasó a la clandestinidad.
Aquí está el capítulo cuatro del libro de Max Miller.
Comunicación y detección espacial
Desde que se ha teorizado que planetas distintos a la Tierra pueden estar habitados con vida inteligente, mente y mecánica se han combinado en un esfuerzo para detectar o comunicarse con estas inteligencias.
Uno de los primeros esfuerzos conocidos en esta dirección fue anunciado por el London Fortnightly Review en 1896. El primer número de 1987 de The Electrical Engineer resumió el relato, que más tarde fue despachado alrededor del país.
El científico británico, Sir Francis Gaulton «“ según el Review «“ declaró su creencia de que nosotros en la Tierra somos los receptores de señales concretas del planeta Marte.
«Es decir», dijo un informe condensado en el Evening Bulletin, de Providence, Rhode Island, del 1 de enero de 1897, «que uno de los grandes observatorios europeos ha preparado un aparato de grabación, que se ha encontrado que lleva a cabo su misión efectivamente». Una pieza de papel, dice el despacho, «es lentamente dibujada por un aparato de relojería, con un lápiz articulado, sobre el cual el observador descansa su dedo. Cuando se enciende un flash o cintila, él presiona su dedo y el lápiz deja una marca. Cuando el flash se apaga, él deja de presionar, un resorte levanta el lápiz y se deja un blanco sobre la trayectoria del papel.
«Se emplean tres y sólo tres señales diferentes», según la historia. «Estas señales sólo difieren en su longitud, y recuerdan los puntos y rayas del código telegráfico. Los puntos duran un segundo y cuarto. Las rayas duran dos segundos y medio. La línea, o rayas largas, duran cinco segundos».
Se informa que el intervalo entre letras es de uno y uno y medio segundos, tres segundos para palabras, y seis segundos para párrafos.
«Como sólo hay tres variedades de señales», continúa el Evening Bulletin de Providence, «el número total de palabras diferentes de una letra es tres, o dos letras nueve, o tres letras 27, o cuatro letras 81, o cinco letras 243, y así en una progresión geométrica. El tiempo promedio ocupado en señalar estas palabras, incluyendo la pausa de tres segundos y el final de cada una, son 6, 10, 15, 20 y 24 segundos respectivamente».
«Los amigos de Marte evidentemente intentan hablarnos en un lenguaje muy conciso y puntual», concluye el despacho.
Para el conocimiento del autor, nada ha sido publicado subsecuentemente sobre esta «comunicación». Tal vez fue un engaño. (Sin embargo, The Evening Bulletin sintió, que «el nombre de un científico británico distinguido le da una apariencia sobria»). ¿Y por qué estas señales «“ o «centelleos» «“ no han sido informados desde entonces? Es desafortunado que el nombre del observatorio, si existe, no fue incluido para darle alguna credibilidad.
Pero en cualquier caso, fue una historia interesante. E ilustra el interés en tales intentos de comunicación.
Varios años después un inventor famoso entro en la escena. Nikola Tesla nacido en Yugoslavia, quien creó el primer aparato en utilizar «“ y de alguna manera descubrió «“ la corriente alterna, dijo en 1900 que él había recibido señales, o «vibraciones», en series de tripletes con sus equipos sin cables. Él creía que emanaban de Marte.
Harry Walker mientras estaba en el mar, el 19 de mayo de 1919, informó que captó unos extraños mensajes inalámbricos «sin significado en los lenguajes de la Tierra». Estas señales fueron traducidas a las letras K U J y V K A J.
En 1921 el Signor Guglielmo Marconi «“ «padre del inalámbrico» «“ condujo algunos experimentos electrónicos en el Mediterráneo a bordo de su yate Electra. En septiembre de 1921 J. C. H. Macbeth, Gerente en Londres de la Marconi Wireless Telegraph Company anunció que el Signor Marconi creía que había interceptado mensajes de Marte.
«La regularidad de las señales», declaró Macbeth, «desechó cualquier suposición de que las ondas pudieran haber sido causadas por disturbios eléctricos. Las señales eran ininteligibles, consistiendo aparentemente de un código. La única señal reconocible fue una que recordaba la letra «V» en el código Marconi».
Marconi dijo que recibió estas emanaciones a una longitud de onda de 150,000 metros. La longitud de onda máxima magnética transmitida en ese tiempo era de alrededor de 14,000 metros.
Tesla y Marconi no eran locos. Sin el vasto conocimiento y descubrimientos que le dieron al mundo, es cuestionable si ahora tendríamos el radar, la televisión y otras innovaciones electrónicas recientes.
Marte osciló cerca de la Tierra en 1924 «“ tan cerca, de hecho, que esta proximidad no se duplicará de nuevo hasta el siglo 21.
Aparentemente sintiendo que tal oportunidad no debería quedarse sin respuesta, el Dr. David Todd, entonces Profesor Emérito de Astronomía en el Amherst College, organizó un International Listening Post para interceptar cualquier señal de Marte. Él solicitó, bajo este programa, que todas las estaciones de radio de alto watage silenciaran sus transmisiones por cinco minutos cada hora desde las 11:50 p.m. del 21 de agosto hasta las 11:50 p.m. del 23 de agosto.
Más tarde R. I. Potelle, ingeniero en jefe de WOR (Newark, N. J.) contó en una conferencia de prensa que él había recibido una serie de «puntos» y «rayas», que no eran del código Morse ni del Continental, entre las 7:30 y las 10 p.m. del 22 de agosto. Estas señales, dijo, se repitieron de manera constante.
Después de horas de extensa investigación, el ingeniero Potelle decidió que Eunza fue la palabra que había recibido. No es necesario decir que Eunza no tiene ningún significado en los lenguajes de la Tierra.
C. Francis Jenkins, un inventor de Washington, D. C., había perfeccionado un aparato de foto-grabación-radio poco antes de la oposición de Marte. Se le pidió, y estuvo de acuerdo en cooperar escuchando el programa. Su invento fue adjuntado a un receptor «sintonizado» a 6,000 metros.
(El aparato de Jenkins convertía las señales de radio en patrones de luz. Entonces estos patrones eran expuestos a un rollo de cinta fílmica de 30 pies de largo y seis pulgadas de ancho).
Se grabó un total de alrededor de 30 horas durante los muchos «periodos de silencio». Cuando la película (ahora guardada a salvo en el Bureau of Standards) fue revelada, reveló una serie de «puntos» y «rayas».
Otro fenómeno fue grabado que resultó ser una gran anomalía, dijo el inventor Jenkins:
«La película mostró una repetición a intervalos de media hora de lo que parecía ser la cara de un hombre y es un fenómeno que no podemos explicar».
El organizador Dr. Todd dijo de la película, «Ahora tenemos un registro permanente que puede ser estudiado, y hasta que las hallamos estudiado ¿quién sabe lo que puedan ser estas señales?»
En la aldea Dulwich, Inglaterra, señales extremadamente claras parecidas a «puntos» del código Morse, y arregladas en grupos de cuatro y cinco, fueron recibidas por una «válvula-24 inalámbrica» durante las primeras horas de la mañana de la oposición. Ellas no pudieron ser identificadas como originadas en la Tierra.
En 1928 el abogado británico Mansfield Robinson intentó contactar con el Planeta Misterioso transmitiendo un mensaje en la banda de 18,700 metros. Mientras esperaba ansiosamente algún tipo de respuesta, el Profesor A. M. Low, un científico británico, informó que había recibido algo en esa longitud de onda.
«Fue un mensaje misterioso», dijo. «Es poco probable que pudiera haber venido de Marte. Sin embargo, debo confesar que no se quién lo envió. Fue una serie de puntos y rayas».
En 1930 Harry Price, Director del National Laboratory of Psychical Research, Londres, postuló la idea de encender algunas toneladas de magnesio, combinado con oxígeno, al nivel de 11,00 pies de Bernes Oberland. Él sentía que los marcianos podrían percibir fácilmente tal haz brillante si se dirigía al planeta por grandes reflectores. Sin embargo, por falta de fondos, el proyecto colapsó.
Aparentemente el interés en la comunicación extraterrestre no menguó. El Congreso de la British Association for the Advancement of Science se reunió en septiembre de 1931 en Westminster, Londres. El 20 de ese mes, el finado Bishop Barnes dijo a la concurrencia:
«Hay muchos otros mundos habitados»¦ y en algunos de ellos existen seres que están inmensurablemente más allá de nuestro nivel mental. Seríamos imprudentes al negar que pueden usar radiaciones tan penetrantes para transmitir mensajes a la Tierra. Probablemente, tales mensajes están llegando ahora. Cuando por primera vez se hagan inteligibles nacerá una nueva era en la historia de la humanidad. Al principio de la nueva era, esta oposición entre esos que dan la bienvenida al nuevo conocimiento y aquellos que lo estiman peligrosamente subversivo pueden llevar el mundo a la guerra»¦ Pero me gustaría estar viviendo, cuando comience esta nueva era. Podríamos conseguir un verdadero entendimiento sobre el inicio del universo».
En 1937, a la edad de 81 años, Nikola Tesla predijo la comunicación entre la Tierra y otros cuerpos planetarios dentro del futuro previsible.
Los años de guerra, como siempre, trajeron un cierre temporal sobre los pensamientos de otros mundos y otros seres. Regresamos a nuestra forma de vida mundana; a nuestros pensamientos y expresiones constreñidas. La imaginación fue sofocada.
Luego vinieron los Foo-Fighters, los Ghost-Rockets (plagando los cielos de los países escandinavos en la zona del Báltico) «“ y los Platillos Voladores»¦
Las mentes estaban sin cargas «“ y despejadas.
De nuevo estábamos libres.
La plática sobre el viaje espacial comenzó a permear el aire.
Y nació una nueva era.
Pocas cosas son más difíciles que transmitir una precisa o incluso ligera fotografía completa del trabajo e investigación que se está haciendo en un intento de comunicación extraterrestre. Esto es debido a los pocos esfuerzos grupales en esta dirección; la mayoría de los intentos son en una base completamente individual. En cuanto a cuán extensivos son estos programas, pocos pueden adivinar excepto para estimar que se extienden más allá de las mayores expectaciones.
La comunicación de radio amateur es incuestionablemente el primer medio de intento de establecer este tipo de contacto. Aunque está extremadamente confinada. Excepto para las licencias de noticias, toma meses y algunas veces años convertirse en un Amateur Radio Operator con licencia «“ un «Ham».
Pero incluso esto podría parecer no tan formidable si fuese el único obstáculo. La Sección 12.101, Parte 12, del Federal Communications Commissions Rules Governing Amateur Radio Service, generalmente estipula que los amateurs sólo pueden contactar otras estaciones con licencia, y ¿qué vehículo o cuerpo del espacio exterior tiene licencia?
Así que en lo que se refiere al radio, usualmente es un asunto de «escucha» paciente.
El chicaguense John Otto probablemente ha sido el responsable de más interés y actividad en este campo de comunicación electrónica en los años recientes que cualquier otro investigador ovni.
«Sin reclamar «primicias» de ningún esfuerzo, pues encontramos que donde quiera que miramos no hay nada nuevo bajo el sol», dice Otto, «Sin embargo fue el avistamiento de una gran nave en forma de cigarro cerca de Needles, California, hace varios años lo que me estimuló en un nuevo medio radical de un intento de comunicación. Sintiéndome bastante estúpido después de encender una lámpara hacia el cielo mientras me acurrucaba en un saco de dormir en el desierto esa noche, la idea de la comunicación por haces de luz había nacido para el uso de naves espaciales interplanetarias».
La comunicación mediante haces de luz, según Otto, es relativamente simple en principio, y ofrece ventajas adicionales sobre los aparejos ham. Básicamente, el transmisor convierte electrónicamente las ondas de sonidos «“ o de voz «“ a radiación luminosa, y, por el reflector que enfoca, se envían a cualquier dirección deseada. El receptor simplemente invierte el principio.
Pero las unidades de haces de luz alcanzan su mayor ventaja en la medida que concierne al FCC «“ no se requiere licencia. Igualmente, es altamente direccional y relativamente «privada». A menos que el procedimiento exacto del emisor se conozca de antemano, será imposible para una fuente externa monitorear las transmisiones.
John Otto y un grupo de ingenieros en electrónica y especialistas en comunicaciones del medio oeste sintieron que estas unidades de haces de luz eran más prácticas y portátiles que los pesados y caros equipos de radio amateur. Sin embargo, sus potenciales máximos todavía son desconocidos. Hasta recientemente estas unidades no estaban disponibles para el público, pero últimas modificaciones y recientes aplicaciones de fabricación han traído unos pocos modelos a una escala limitada.
Algunos investigadores pacientes han afirmado haber interceptado señales, o mensajes, vía estas unidades. Tales datos necesitan procesamiento intensivo, y puede ser necesario algo de tiempo antes de que sea conocida cualquier conclusión. Aunque muchos han admitido no haber tenido ninguna recepción.
John Otto, un ingeniero desarrollador de patentes quien ha investigado extensivamente y dado conferencias sobre el enigma ovni en los años recientes, relata un resultado interesante vía comunicación con haces de luz. El incidente, involucrando un radio ham, es registrado como sigue:
«Un operador de radio amateur continuamente modulaba algo de música «enlatada» y la enviaba en una jerga confusa de palabras, siempre cerrando con «˜¿Cómo es mi legibilidad?»™»
«Después de dos semanas él tuvo una recepción del mismo tipo de material, confuso, palabras ininteligibles, y luego algo de música. Finalmente llegó, «˜¿Cómo es mi legibilidad?»™ Adelante»¦»
«El ham no obtuvo nada de importancia listo para conversar con su comunicador invisible, por lo que de alguna forma lo derribó».
«»™Esto»™, señala Otto, «˜debe ser considerado y planeado antes de cualquier esfuerzo de transmisión»™»
El principio de los 1950 vieron el establecimiento de varias redes ham platillo (llamadas «nets»). Sin embargo, estos grupos han seguido la ley bajo la Federal Communications Commission, y específicamente no han intentado comunicaciones no terrestres.
Una excepción fue un grupo de Arizona en 1952-53 quienes afirmaron haber recibido varios mensajes (por telegrafía rápida y acoplada con muchas letras y frases sin significado) de los ocupantes de los platillos voladores en 405 y 450 kilociclos. Estas frecuencias están extremadamente cercanas al tráfico aéreo y a las bandas de predicción del clima.
Uno de los primeros intentos de comunicación con naves espaciales por medios públicos y comerciales fue iniciado por WGN, Chicago, el domingo 28 de noviembre de 1954.
El Disc-jockey Jim Mills anunció un «periodo de escucha» de 15 segundos para las 11:25 a.m. Su programa comenzó a las 11:05, y en este momento repetido constantemente. John Otto y varios asociados transmitieron simultáneamente la solicitud de Mills a los habitantes del espacio exterior, por haces de luz.
A las 11:15 «“ 10 minutos antes de cero «“ el disc jockey solicitó:
«Habitantes del espacio exterior, este es Jim Mills. Los invito a ustedes y a los que están en los discos voladores escuchando este programa «“ y sobreentendiendo que ustedes comprenden el inglés «“ a esperar un mensaje de la gente amistosa de la Tierra. Deseamos comunicarnos con ustedes, si esto está dentro del alcance de sus planes de operaciones actuales».
«Nuestra sinceridad, acoplada con su cooperación, me siento seguro de que abrirá la puerta a una nueva forma de vida para nosotros, la gente de la Tierra».
«Formalmente deseamos unir bandas ahora. Tal relación beneficiará a la humanidad a través de todo el planeta. Por lo tanto, exactamente a las 11:25 a.m., de hoy «“ tiempo de la Tierra en Chicago «“ mantendremos un periodo de 15 segundos de silencio, para que ustedes entren y nos hablen a través del transmisor de WGN».
Hubo varios cortes y anuncios adicionales. Entonces «“
«Tres segundos. Dos-uno-cero».
«Â¡Adelante espacio exterior!»
Si el espacio exterior contestó, pocas personas lo escucharon. Se informó interferencia variada por radioescuchas distribuidos irregularmente dentro del rango de transmisión de WGN. Pero hubo un informe que John Otto siente que puede tener valor.
Dos chicaguenses habían grabado el segmento de escucha de la transmisión. Varios segundos después que comenzó el periodo de silencio, «una explosión terrible de código» llegó en la frecuencia de 720 kilociclos de AM «“ y duró exactamente 15 segundos, atropellando el regreso del disc jockey al show normalmente programado.
El «código» se asemejaba mucho a una transmisión de teletipo de onda corta y fue, de acuerdo con Otto, casi inmediatamente descartado por esta razón. Pero los códigos de onda corta no llegan a través de la frecuencia AM. Otto se sintió seguro de que la grabación no era falsificada.
El siguiente paso fue correr el código tipo multiplex de alta velocidad en un receptor de teletipo, y determinar si su coherencia indicaba fraude por parte de los receptores.
Al completar la prueba, no se notó ninguna palabra o frase de algún lenguaje familiar. El código permaneció como un misterio hasta este día, a pesar del hecho de que muchos expertos en electrónica y comunicación y criptógrafos lo han estudiado sin resultados aparentes.
Reproduciendo la grabación reduciendo mucho su velocidad, se encontró que el código se parece mucho a una serie de notas musicales inusuales, comparables a distintas combinaciones de cornos orientales y gaitas escocesas.
Continuamos en otra entrega.
[1] Flying Saucers: Fact or Fiction? – Twelve Year Research of U.F.O.’s in Our Skies Revealed by the Top Scientists, Astronomers, Airforce Personnel, and Technical Observers por Max B. Miller