El día a día de Raymond Fowler con el metafenómeno
12 de febrero de 2024
Por Sean Casteel
Una teoría cada vez más popular en los campos de los ovnis y la investigación paranormal postula que fenómenos como los ovnis, la abducción extraterrestre, las Experiencias Cercanas a la Muerte, la Comunicación Después de la Muerte, la Sincronicidad y las Experiencias de Vidas Pasadas son todos elementos de un todo unificado, lo que el autor e investigador Raymond E. Fowler llama el “Meta Fenómeno”, que también sirve como título de su libro más reciente.
Raymond E. Fowler
“Meta Phenomenon” consiste en el diario de Fowler de “sucesos increíbles”, un registro de sus muchas experiencias paranormales que abarcan los años 1990 a 2023 y está destinado a su propio estudio personal, así como para los lectores interesados y otros investigadores. Fowler escribe que comenzó el diario en 1990 después de descubrir que tenía su propia historia de encuentros con extraterrestres, cuyos recuerdos habían sido reprimidos durante mucho tiempo, como es habitual en la mayoría de los abducidos por extraterrestres.
Metafenómeno por Raymond E. Fowler
En su camino hacia esa realización, Fowler había sido un investigador ovni durante décadas, comenzando por perseguir informes de avistamientos en su Nueva Inglaterra natal y escribiendo una serie de libros muy bien recibidos sobre sus esfuerzos, como “Casebook of a UFO Investigator”. Tanta era la confianza y el respeto que se había ganado, que las investigaciones de Fowler incluso se incluyeron en las actas del Congreso cuando se celebraron las audiencias sobre platillos volantes del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes en la década de 1960.
Fowler también trabajó con el ama de casa de Massachusetts Betty Andreasson, que tuvo una larga y compleja relación con los extraterrestres grises que llegaría a implicar también a sus hijos. Bajo hipnosis regresiva, Andreasson relató muchas historias fascinantes del tiempo que pasó a bordo de naves espaciales alienígenas, muchas de las cuales veía a través de la lente de sus devotas creencias cristianas.
Betty Andreasson Luca
En 1990, ciertos recuerdos reprimidos de sus propios encuentros con abducciones alienígenas afloraron a la superficie de la mente de Fowler y, cuando se combinaron con otros sucesos recordados conscientemente, los recuerdos le obligaron a concluir que él mismo era el mismo tipo de abducido que había estado investigando durante tantos años. Relata esta historia en su libro “UFO Testament, The Anatomy of an Abductee”. Fue entonces cuando comenzó el diario que nos ocupa.
Las entradas del diario en “Meta Phenomenon” ofrecen una montaña de datos en bruto sobre lo que es vivir en un estado constante de contacto paranormal. Uno de los aspectos más sencillos es algo que Fowler llama “el fenómeno del reloj”, que es un hilo conductor a lo largo de todo el libro.
Se trata de algo que todo el mundo ha experimentado, echar un vistazo a un reloj digital y ver los mismos tres números alineados juntos, como las 4:44 o las 5:55. Que ocurra de forma aleatoria y ocasional es normal, pero a Fowler empezó a sucederle con tanta frecuencia que superaba con creces lo que la ley de los promedios nos haría esperar. Fowler se despertaba constantemente por diversos motivos y, al mirar el reloj de su cabecera, veía que tres números idénticos estaban alineados. Registró el fenómeno en su diario durante varios años, hasta que se convirtió en algo tan habitual que dejó de tener la urgencia de antaño.
Se cree que los números triples pueden expresar mensajes subliminales a nuestro consciente y subconsciente, la mayoría de las veces ocultos a plena vista, pero no a nuestra mente.
Otro fenómeno paranormal que Fowler experimenta con frecuencia se llama “deslizamiento temporal”. Aunque hay numerosos momentos de este tipo en el libro, el siguiente es un excelente ejemplo:
“29 de abril de 2003. Otro incidente en el que pude haber visto el pasado o el futuro en el presente. Llegué para ir a pescar al río Merriland y encontré tres coches aparcados en el río. Esperaba que quien estuviera pescando no estuviera en uno de mis lugares favoritos. Supuse que había al menos tres pescadores, así que decidí contarlos mientras avanzaba por el arroyo. Vi al primero y seguí caminando por el sendero. Entonces me encontré con el segundo. Estaba de pie en el agua, a unos 70 o 100 pies de mí. Me detuve a observarlo y conté hasta dos. Empecé a caminar, pero volví a mirar para ver qué hacía. Allí no había ningún pescador. La zona estaba muy abierta y no había ningún lugar al que pudiera haber ido en varios segundos. Seguí mirando y mirando río arriba y río abajo, pero no había nadie y, sin embargo, ¡varios segundos antes le había visto claramente!”
Los viajes en el tiempo son sucesos paranormales en los que las personas parecen viajar en el tiempo por medios desconocidos y por razones desconocidas.
Es cierto que no se trata de una historia especialmente profunda o significativa, pero si se combina con la frecuencia con la que Fowler vive esos momentos, es innegable que a veces se despega del tiempo y que el pasado y el futuro se inmiscuyen en su momento presente con una especie de “juego” espeluznante. Relata muchos momentos similares ocurridos con su esposa Margaret en la casa familiar, incluido uno en el que ella aparece como una niebla casi transparente mientras está ocupada en el salón. Volvió a aparecer poco después y realizó exactamente los mismos movimientos, esta vez en su forma sólida y corpórea. Fowler había recibido algún tipo de visión precognitiva de Margaret en forma de niebla, a la que poco después siguió un momento repetido de realidad “normal”.
El 1 de mayo de 2003, un par de días después del deslizamiento temporal en el río Merriland, Fowler registró lo que él llama “un sincronismo increíble”.
“Miré por las puertas correderas de cristal que dan a nuestra terraza exterior y vi un zorro grande y hermoso haciendo cabriolas por el patio trasero. Llamé a Margy para que mirara. Mientras mirábamos, se detuvo frente a la terraza y empezó a rascarse. Corrí escaleras arriba y cogí una cámara, pero cuando miré por la ventana de arriba, estaba corriendo por el patio otra vez. Hice algunas fotos a través de la ventana antes de que huyera, pero me decepcionó no fotografiarlo sentado y rascándose.
“Varias horas más tarde miré por casualidad por las puertas correderas de cristal y me sorprendió ver al zorro corriendo por el patio como antes. Cogí la cámara y me quedé de piedra al verle llegar al lugar exacto frente a la terraza, sentarse y volver a rascarse. Ni que decir tiene que hice la foto que antes se me había pasado”.
Una vez más, hay que admitir que la historia del zorro no tiene implicaciones filosóficas trascendentales, pero ayuda a ver que la realidad y nuestros propios deseos a veces pueden estar en deliciosa comunión con una fuerza benévola que nos guía. El zorro regresa al patio de Fowler y posa exactamente para las fotos que Fowler esperaba obtener, lo que hace pensar en un niño al que se le concede un pequeño capricho de forma totalmente inesperada. Fowler consiguió lo que quería, no porque lo exigiera, sino porque el poder se “dignó” a dárselo de una forma que seguía patrones sincronísticos ya establecidos en el pensamiento de Fowler.
El hecho de que el deslizamiento temporal y el sincronismo del zorro se produjeran con dos días de diferencia ilustra una verdad fundamental del “Meta Phenomenon”, ya que demuestra la rutina diaria de Fowler, una experiencia paranormal tras otra con una regularidad y una uniformidad que asombran.
Sueños precognitivos, un poltergeist que mueve objetos de un lugar a otro, contactos después de la muerte del difunto padre de Fowler, y la lista continúa. Todas las casillas están marcadas por las fuerzas que guían la existencia cotidiana de Fowler, aunque es difícil extraer un nombre apropiado para esas fuerzas dentro de los confines del lenguaje humano. ¿Extraterrestres? ¿Ángeles? ¿Entidades sobrenaturales innombrables?
El Dios bíblico respondió una vez a una pregunta sobre su identidad diciendo: “Soy el que soy”. Esa puede ser, por el momento, la respuesta más directa que obtendremos.
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