ESCRUTINIO
Los niños a quienes se les robó la infancia[1]
Juan José Morales
En una de mis recientes búsquedas de información estadística me topé con un dato impactante: hay en México 3.6 millones de niños, niñas y adolescentes que trabajan para obtener un ingreso. Y aclaro que se trata de cifras un tanto añejas, de hace más de seis años. A la fecha, sin duda es mayor el número de quienes se encuentran en tal situación, pues «”como reconoció oficialmente hace poco el propio Banco de México»”, la economía sigue estancada, no hay desarrollo económico, el desempleo y el subempleo siguen creciendo, la carestía ni qué decir, y si a ello y otras muchas cosas por el estilo se suman los nuevos impuestos, los «gasolinazos» y los callados pero efectivos aumentos en las tarifas eléctricas que ha comenzado a aplicar la CFE «”quizá como anticipo de lo que nos traerá la llamada reforma energética»”, se entenderá mejor por qué los mexicanos vivimos cada vez peor y por qué cada vez más menores de edad se ven obligados a incorporarse al mercado «”o al tianguis»” laboral para poder aportar algo de dinero a la economía familiar.
El estado de México, donde fue tomada esta foto y que por más de una década gobernó directa e indirectamente Enrique Peña Nieto, es uno de los tres estados donde se concentra la cuarta parte de los menores de 17 años que trabajan en todo el país, principalmente en la agricultura, el comercio y los servicios.
Ya en un comentario anterior señalamos que la crisis económica está golpeando sobre todo a las mujeres, y en especial a las que «”por su condición de viudas, divorciadas, abandonadas o madres solteras»” son jefas de familia. Pero, como nos revelan estas cifras, la crisis está golpeando severamente a la infancia. Materialmente, a millones de niños mexicanos les está siendo robada la infancia. En la práctica se les ha despojado del derecho, universalmente reconocido, a jugar, a divertirse, a disfrutar de sus primeros años de vida. En lugar de ello, se les obliga a cumplir con un trabajo.
Y el robo de esos años de infancia no lo cometen salteadores de caminos o pillos enmascarados, sino los políticos que durante tres décadas han impuesto en México una política económica cuyo resultado para el grueso de la población es la pobreza y la falta de oportunidades y, en cambio para las grandes empresas y los consorcios transnacionales significa pingües ganancias.
Pero volvamos a los niños trabajadores en México. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, de los 3.6 millones menores de edad que trabajan «”principalmente en el comercio y los servicios»”, las dos terceras partes son niños y el tercio restante niñas. Y todavía más impresionante es que de ese gran total de 3.6 millones, casi un tercio, 1.1 millones, no llegan siquiera a los 14 años, que es la edad mínima que la Ley Federal del Trabajo establece para que una persona pueda trabajar.
Y aquí hay que hacer un paréntesis para precisar que el INEGI sólo cataloga como trabajadores a quienes desempeñan regularmente un trabajo remunerado, pero no a esa legión de niños y adolescentes que cantan en autobuses o lugares públicos, la hacen de payasitos, limpian parabrisas en los cruceros, y, en fin, realizan otras actividades semejantes que pueden catalogarse como mendicidad disfrazada.
Los datos del INEGI muestran también que el trabajo infantil se concentra principalmente en tres estados: México, Jalisco y Puebla, en los cuales se registró a la cuarta parte de los menores de 5 a 17 años en condición laboral. Igualmente, el trabajo de infantes y adolescentes se da, en general, en las zonas rurales del país. Ahí viven siete de cada diez niños en tal situación. Pero, por supuesto, también en las áreas urbanas se da cada vez con mayor intensidad el fenómeno. Y a fin de cuentas no importa la distribución geográfica. Lo importante de esto es que a esos niños se les ha robado la infancia y a esos jóvenes se les ha privado de oportunidades de educación y superación.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Miércoles 16 de abril de 2014