Este oscar encontrado en el acuario de Rossendale, Lancashire tiene una marca en uno de sus costado que semeja la palabra «Mahoma». En e otro parece la palabra «Alá».
Construcciones ovni (53)
El Centro de Bienvenida Ovni de Bowman
Justo al lado de la autopista Interestatal 26, en Carolina del Sur, se encuentra el pueblo de Bowman. En ese lugar 1,200 habitantes, 16 iglesias, un restaurante, una gasolinera y un Centro de Bienvenida Ovni.
Ese es el lugar en donde vive Jody Pendarvis quien comenzó a construir su UFO Welcome Center en 1994. Para ello escogió el terreno que le había heredado su abuelo y luego de mucho trabajo, varios tablones de madera, miles de clavos y 20,000 dólares, logró hacer su platillo
volador.
Pendarvis es conocido como el embajador extraterrestre.
«En serio, estoy aquí para dar la bienvenida a los extraterrestres del espacio exterior».
El plato tiene cuatro pisos llenos de luces de Navidad y objetos relacionados con el espacio. Pendarvis dice que fue abandonado por los extraterrestres, junto a sus 13 gatos.
Jody quiere que la alcaldía declare su plato volador la mascota oficial de Bowman, pero para ello debe ganar las elecciones a Zelda Pelzer, quien ha ocupado el cargo
durante 7 años.
El plato puede ser visitado en el 4004 de Homestead Road en Bowman.
Cruci ficciones (10)
Queen. 39
39 – Queen.
In the year of thirty-nine
Assembled here the volunteers
In the days when lands were few
Here the ship sailed out into the blue and sunny morn
The sweetest sight ever seen
And the night followed day
And the story tellers say
That the score brave souls inside
For many a lonely day
Sailed across the milky seas
Ne’er looked back never feared never cried
Don’t you hear my call
Though you’re many years away
Don’t you hear me calling you
Write your letters in the sand
For the day I’ll take your hand
In the land that our grand-children knew
In the year of thirty-nine
Came a ship in from the blue
The volunteers came home that day
And they bring good news
Of a world so newly born
Though their hearts so heavily weigh
For the earth is old and grey
little darlin’ we’ll away
But my love this cannot be
Oh so many years have gone
Though i’m older but a year
Your mother’s eyes from your eyes cry to me
Don’t you hear my call
Though you’re many years away
Don’t you hear me calling you
Write your letters in the sand
For the day I’ll take your hand
In the land that our grand-children knew
Don’t you hear my call
Though you’re many years away
Don’t you hear me calling you
All your letters in the sand
Cannot heal me like your hand
For my life, still ahead, pity me.
Pedro Mártir, el primer reportero del Nuevo Mundo
PEDRO MÃRTIR, EL PRIMER REPORTERO DEL NUEVO MUNDO
Por Juan José Morales
Hoy en día, algunos escriÂtores se vuelven famoÂsos, pero pocos periodisÂtas lo consiguen, porque su trabajo se considera un oficio menor. Hace 400 años ocurrió lo mismo al que podría calificarse como el primer reporÂtero del Nuevo Mundo: Pietro Martire d’ Anghiera, o Pedro Mártir de Anglería como se le llama en español. Mientras Diego de Landa, Francisco López de Gómara, Antonio de Solís, Diego Durán, Bernal Díaz del Castillo, Antonio de Herrera y otros cronistas de la conquista de América son famoÂsos y frecuentemente citados, casi nadie conoce siquiera el nombre de Mártir de Anglería. Sin embargo, este prolífico humanista e histoÂriógrafo de origen italiano escribió fascinantes crónicas, con técnica y estilo periodísticos, sobre los viajes de Colón, Cortés, Hernández de Córdoba y otros exploradores y conquistadores. De hecho, fue el primero en llamar Nuevo Mundo a las tierras descubiertas al otro lado del Atlántico.
Sus descripciones -quizá un tanto desordenadas por el cúmulo de información que manejó y la celeridad con que se sucedían los acontecimientos en aquel entonÂces- son precisas, minuciosas, vívidas y detalladas, y constituÂyen una de las fuentes más importantes para conocer los suceÂsos de su tiempo y trazar la historia del descubrimiento y conquista de América.
Mártir de Anglería jamás puso un pie en suelo americano. Nacido en 1457 en Arona, Italia, descendía de una acaudalada familia y a los 20 años de edad, mientras estudiaba, se trasladó a Roma, donde se unió al mundo intelectual de la ciudad. Ahí conoció al embajador español, Diego Hurtado de Mendoza, quien lo invitó a formar parte de la corte de los reyes católicos, Isabel y Fernando. Aceptó y en Madrid tuvo una exitosa carrera como sacerÂdote, capellán y consejero de la reina, arcipreste de Ocaña, miemÂbro del Consejo de Indias, maestro de caballeros de la corte, embaÂjador especial ante el sultán de Egipto y, sobre todo, como cronista real, cargo que le confirió en 1502 el sucesor de Fernando, Carlos V.
Con ese carácter escriÂbió sus famosas obras De Rebus Occeanicis, De Orbe Novo Decades y Opus Epistolarum, aunque ya desde 1494 había iniciado su labor de cronista, la cual continuó ininterrumÂpidamente por casi un tercio de siglo, hasta su muerte.
RESONANTE ÉXITO EDITORIAL
A diferencia de casi todos los demás cronisÂtas, que se basaron en sus propias observacioÂnes y en los informes oficiales de las expeÂdiciones, Mártir entreÂvistó personalmente a cientos de capitanes, marinos, frailes y solÂdados, incluso al propio Colón, su piloto Antón de Alaminos, Juan de Grijalva -explorador de la península de YuÂcatán – y Alonso de Ojeda, quien recorrió el norte de SuÂdamérica. Examinó también direcÂtamente muestras de plantas, oro, joyas, vestidos, alimentos y otros objetos llevados a España por los conquistadores.
Su obra cumbre es De Orbe Novo Decades (Décadas del Nuevo Mundo), escrita en latín, según lo usual en la época, y cuyo título se debe a que lo editó en 10 décadas o grupos de 10 libros cada uno -100 en total-, publicados a lo largo de 20 años, entre 1511 y 1530.
Ésta fue la primera historia de la conquista de América y tuvo un éxito resonante. De ella se hicieron 22 ediciones en latín y varias más en lenguas vulgares. Su valor para justipreciar la magnitud del descuÂbrimiento de América – y sobre todo para conocer y comprender las culturas del nuevo continenÂte- fue tan grande que ya para 1555 se había hecho una primera traducción al inglés, con el título The Decades of the Newe Worlde or West India. En la versión ingleÂsa, su nombre aparece como Peter Martyr d’ Anghera.
En De Orbe Novo Decades, Mártir describe de manera notable las ciudades y los templos hallados por los conquistadores. Habla, por ejemplo, del gran centro ceremonial de Tulum y de la cadena de poblaÂciones encontrada por la expedición de Grijalva en 1518 a lo largo de la costa oriental de la península de Yucatán, en lo que ahora es la zona turística del Caribe mexicano.
Con espíritu antropológico escriÂbió también sobre las costumbres, tradiciones y creencias religiosas de los pueblos americanos de aquel entonces. Fue el primero en desÂcribir detalladamente el culto a los zemi, deidades domésticas adoradas por los indios taínos del Caribe. Recogió asimismo datos sobre el uso del curare, el famoso veneno de los indios sudamericanos. De hecho la suya -publicada en 1516- fue la primera descripción de esta susÂtancia, sus propiedades y efectos, y la manera en que la usaban los nativos. Incluso habla del célebre «día perdido» de la expedición de Magallanes y lo explica dicienÂdo que, al circunnavegar la Tierra hacia el oeste, se viaja en la misma dirección aparente en que se mueve el Sol y por tanto, al dar una vuelta completa al globo se gana un día.
Murió en octubre de 1526 en plena labor. Más que un historiador, podría considerársele un reporÂtero, pues además de su minucioso trabajo documental, realizaba todo tipo de observaciones y asediaba a sus informantes con verdadeÂras granizadas de preguntas para obtener de ellos relatos, historias y anécdotas que enriquecían la información.