El desafortunado suceso ocurrido el miércoles 14 del presente mes en la Ciudad de México en el que un joven celoso asesinó a su novia porque una vidente le dijo que lo engañaba, no es el primero y desdichadamente no será el último.
Miguel Ãngel Pérez Reyes, de 36 años, ahorcó a su novia Yadira Pscicil Marín, de 24 años, pues una de las videntes que «laboran» en el mercado de Sonora le confirmó que ella le era infiel. Este asesinato me trajo a la memoria varios casos similares de personas que han asesinado por «órdenes de seres superiores».
Guardo un fólder con varios recortes de periódico que relatan historias muy parecidas a las de Miguel Ãngel. A veces es Dios mismo quien ordena el «sacrificio»; en otras ocasiones es algún «espíritu del más allá», un alto jerarca de algún grupo religioso, e incluso los extraterrestres.
No me extenderé mucho en esto y sólo mencionaré dos ejemplos.
En septiembre de 1975 una mujer de Ribeirao Preto, en el Estado de Sao Paulo, Brasil, mató a cinco niños de entre 3 y 5 años de edad en cumplimiento de «un mensaje divino».
Nerci Beletti Tananezzi, de 35 años, miembro del centro espiritista del padre Xangoh de Peña Branca, dio veneno para ratas a seis niños y niñas (los médicos lograron salvar a una de las niñas).
La orden fue dada por Emeraldo Vorda, director del centro espiritista. Desconozco el fin de Beletti y el de Vorda.
El 23 de febrero de 1981 fue capturado Rubén Estrada, de 19 años, en la ciudad de San Antonio, Texas. Se le acusaba de la muerte de una niña de 14 años: Gloria González.
Al ser capturado, Estrada dijo que lo hizo por orden de «Dios y de los marcianos», quienes además le habían ordenado la muerte de otras cinco personas más.
La policía de San Antonio averiguó que Estrada era aficionado a los ovnis y en su declaración aseguró que «los marcianos me empujaron a cometer este asesinato».
Tampoco sé lo que le ocurrió a Rubén. Supongo que ingresó a la cárcel para pagar el asesinato. También supongo que Miguel Ãngel tendrá una suerte similar a la de Rubén, aunque en realidad no me intensa gran cosa. Lo que realmente me interesa es saber cuál será el destino particular de la vidente del mercado de Sonora. ¿Se le fincará alguna responsabilidad en este asesinato? ¿Las autoridades deberían prohibir las actividades de estas videntes y de las brujas, tarotistas y astrólogas que se anuncian en la televisión?
Es cierto, la vidente sólo dijo que la novia era infiel, pero nunca ordenó su asesinato. Pero Emeraldo Vorda sí lo hizo. ¿Fue castigado por aquel crimen de infantes?
¿Qué podemos decir de Dios y los marcianos? Más allá de la chacota y el desmadre, considero que se debería fincar responsabilidades. Claro que no a Dios y los marcianos, puesto que no existen, sino a los que promueven el pensamiento mágico, llámense sacerdotes, ufólogos, astrólogos, médiums o cualesquiera que se aproveche de la credulidad de los seres humanos.
creo que no se puede culpar a los que ordenan..o informan de ciertas situaciones…creo que se debe de culpar a la ignorancia de las personas…por que no creo que una persona sin ignoracia sea capaz de obedecer a ordenes o comentarios de algun vivales…