LOS CHARLATANES DEL SIDA[1]
Mario Méndez Acosta
Se ha puesto de moda una forma de charlatanería seudocientífica que consiste en negar algunos hechos muy bien establecidos y aceptados por la comunidad científica, o bien por la cultura contemporánea. Así, hay quienes niegan el alunizaje de los astronautas estadounidenses en 1969 y 1970, o bien el fenómeno del calentamiento global que nos afecta. También hay quienes niegan la realidad del holocausto cometido por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Pero de igual manera afecta este tipo de superchería en cuestiones vitales de la salud humana, como es el caso de quienes niegan que exista el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Recientemente, la opinión pública en México ha sido otra vez sujeta a una camÂpaña de desinformación concerniente a la grave pandemia del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). En varias emiÂsiones del programa de Ricardo Rocha, Reporte 13, transmitidas en diciembre pasado por TV Azteca, se dio a conocer el libro Sida y agentes estresantes, de Roberto Giraldo, en el cual se afirma que el citado virus no existe, o bien que no es agente causal del sida.
Esta versión fue prontamente refutada por doctores del Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, encabezados por Gustavo Reyes Terán[2].
La divulgación de falsedades sobre el sida ha sido un buen negocio para comunicadores senÂsacionalistas e irresponsables en todo el mundo, que impulsan el movimiento de los autodenoÂminados disidentes del sida, quienes sostienen que no es el VIH el causante de la enfermedad. Esta tendencia se asocia muchas veces con movimientos esotéricos o bien con corrientes ultraderechistas religiosas y moralistas que afirman que el sida es efecto de la vida disipada y abuso de drogas.
El mal que pueden hacer los disidentes del sida y sus seguidores está muy claro, ya que extender la creencia de que el VIH no está en el origen del sida implica animar a la gente a relajar las medidas de protección que tan eficaces han sido a la hora de poner freno a la pandemia. ¿Para qué usar condones para evitar la transÂmisión sexual del VIH si éste no está detrás del sida?, ¿para qué buscar el virus en la sangre a transfundir? Parecía que esta disidencia era ya algo del pasado, algo digno hoy sólo de grupos marginales; pero resulta que no. Ha reaparecido hoy alimentada de creencias místicas, de un fanaÂtismo religioso que supone que la enfermedad es un castigo divino o bien que está impulsada por el simple oportunismo de algunos ignorantes.
Se repiten en torno al sida una serie de dispaÂrates, como es el hecho de que invariablemente se confunde el portar el virus con estar enfermo de sida. No tendría sentido ser seropositivo de un virus que no existe.
Haber sido infectado por el VIH no es lo mismo que sufrir el sida. De hecho, pueden pasar años desde que alguien resulta contagiado hasta que padece la enfermedad y cabe la posibilidad de que ésta nunca se declare, si el paciente vive en un país civilizado y toma la medicación presÂcrita por los médicos y no por los disidentes u otros charlatanes. La llamada prueba del sida no mide, como se ha llegado a afirmar, si existe algún tipo de enfermedad, sino si el VIH está o no en el cuerpo del paciente, algo que desata la presencia de antígenos, los cuales se detectan en el examen.
Si la prueba detecta el virus, el paciente es entonces seropositivo y podría llegar a desarroÂllar el sida; si no, no tiene que preocuparse, en lo que a esta enfermedad se refiere. Se afirma con insistencia que no existe ninguna foto del VIH, pero eso es falso, una búsqueda sencilla en internet basta para desmentir este aserto[3]. El virus del sida se fotografió por primera vez en 1985 y existen muchas imágenes de él. Hay una descripÂción completa de su genoma y características[4].
Las insensateces sobre el sida que alimentan los autores de libros como el mencionado y otros similares, y que antes han propalado otros venÂdedores de misterios, pueden hacer que mucha gente baje la guardia ante el virus por creerse esa patraña de que el sida no está causado por el VIH, una versión que causa ya muchos muertes en Ãfrica, puesto que grandes sectores dejan de practicar sexo seguro. Si fuera cierto que el sida no es causado por el virus quedaría pendiente determinar, de manera indiscutible, entonces qué lo causa. No existen los artículos científiÂcos que demuestren que miles de investigadores de todo el mundo están hoy confundidos y que lo que ven en el laboratorio es mentira, ¿cómo explican los disidentes que el VIH no cause el sida, aunque los fármacos diseñados para frenar el virus sí impiden, por otro lado, que se desate la enfermedad?
Existe además el terrible drama bien docuÂmentado de centenares de enfermeros, laboratoristas y médicos que se han contagiado del virus, por clavarse accidentalmente con agujas infectadas o por recibir sangre derramada en algunas heridas o en los ojos. Así un caso célebre es el de una enfermera de Utica, NY, quien recibió una indemnización de 5.4 millones de dólares por haber sido infectada por un recluso que le clavó una jeringa durante un motín en una cárcel de esa localidad[5].
[1] Publicado originalmente en Ciencia y Desarrollo, No. 205, México, marzo de 2007, Págs. 58-59.
[2] Critican Investigadores programas sobre sida en TV Azteca. La Jornada. 9 de enero de 2007.
[3] Imágenes en http://www.avert.org/photos.htm
[4] Véase http://colombiamedica.univalle.edu.co/Vol35No2/cm35n2a9.htm
[5] Infected Nurse Wins $5.4 Million From New York State in AIDS Suit by Sam Howe Verhovek. New York Times. Jul. 15. 1992.
Tanto el sida, como algunos tipos de canceres, alergias o algunas enfermedades mas raras que se empiezan a extender cada vez mas, como la alergia a los químicos o a los campos electromagnéticos, son producidos principalmente por nuestra forma de vida y el poco tiempo que hemos tenido para adaptarnos evolutívamente a unos cambios tan drásticos.
La industria farmacéutica no podría renunciar en cualquier caso a sacar tajada de todo ello y en el SIDA concretamente mas que en ningún otro.
El sida se cura con buena alimentación y una vida sana, igualmente es así como se evita su propagación. Es una enfermedad debida al agotamiento del sistema inmunológico.
Es falso que Giraldo, por ejemplo, promueva el no usar preservativos o no tratarse de la enfermedad (tratarla pero con otros métodos de acuerdo a la realidad de su naturaleza). Esta opinión, (la de Giraldo) es compartida por miles de médicos mas, ademas de los magufos y charlatanes que mencionas.
Aquí están los links que desmontan al viejo loco de Giraldo
http://americanloons.blogspot.mx/2013/09/707-roberto-giraldo.html
http://lacienciaysusdemonios.com/2012/02/23/historia-del-negacionismo-iv-el-elisa-de-roberto-giraldo/