Ramonales para evitar la hambruna

IMPACTO AMBIENTAL

Ramonales para evitar la hambruna[1]

Juan José Morales

Difícilmente podría encontrarse otro período de la historia de México en que la situación en materia de alimentos fuera tan preocupante como la actual. Al gravísimo problema de la pérdida de cosechas por efecto de la sequía «”que, además, parece ser la primera de muchas»” hay que sumar otros dos factores que empeoran las cosas: la continua baja en la producción nacional de alimentos «”que se suple con importaciones»” y el aumento generalizado de precios de los cereales en los mercados internacionales debido a la mayor demanda y a su uso para producir biocombustibles.

clip_image002El Dr. Larqué Saavedra. Sugiere que para elevar la producción de alimentos volvamos la mirada a los tiempos prehispánicos y aprovechemos las semillas del ox o ramón como lo hacían los antiguos mayas.

En tales condiciones, si no queremos caer en una verdadera catástrofe, hay que encontrar medios para producir suficientes alimentos en México, y una solución puede ser cierto árbol al cual nos referimos recientemente en esta columna: el ox, como se le llama en maya, o ramón en español; Brosimum alicastrum en la nomenclatura botánica.

El ramón «”como decíamos en aquella ocasión»” produce semillas de alto valor nutritivo que pueden mezclarse con maíz para fabricar una harina con la cual se elaboran tortillas, atoles, purés y guisos diversos. También podría emplearse para manufacturar pan y galletas. Por ello, el Dr. Alfonso Larqué Saavedra, del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) ha propuesto fomentar la siembra de árboles de ramón, tanto en plantaciones «”donde podría entreverársele con otras especies arbóreas útiles, a modo de selvas artificiales»” como a nivel doméstico en la forma que se acostumbra ahora. Es decir, en los patios de las viviendas campesinas, donde usualmente se encuentran entre uno y seis de ellos.

El Dr. Larqué «”hay que subrayarlo»” es un renombrado científico, miembro del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República, con un historial de 35 años como investigador. Recientemente fue galardonado con el Premio en Ciencias Agrícolas de la Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo (The Academy of Sciences for the Developing World) por sus trabajos sobre la influencia del ácido acetilsalicílico «”la bien conocida aspirina»” en el desarrollo de las plantas. Su idea, por lo tanto, merece ser tomada muy en cuenta.

La alta calidad nutritiva de las semillas de ramón, dice el Dr. Larqué, ha sido plenamente demostrada en numerosas investigaciones. Y la productividad biológica de este árbol es notable. Se estima que en plantaciones podrían obtenerse anualmente entre 40 y 70 toneladas de semillas por hectárea, cantidad muy superior a los rendimientos de un sembradío de maíz o trigo. Por otro lado, su follaje «”abundante todo el año»” puede servir como forraje para engordar animales domésticos. Y, desde luego, el hecho de tener arboledas de ramón contribuiría a la reforestación y al combate al calentamiento global y el cambio climático, ya que los árboles eliminan dióxido de carbono atmosférico, el principal gas causante del calentamiento.

Para la península de Yucatán, la propuesta del Dr. Larqué es particularmente interesante, ya que en esta región la pobreza de los suelos hace que la agricultura milpera de temporal sea muy difícil y de bajos rendimientos. En cambio, el ox crece muy bien, como lo demuestran los tupidos ramonales que hay en todas las zonas arqueológicas, testimonio de que los antiguos mayas supieron aprovechar muy bien este árbol.

Ciertamente, si se inicia un programa intensivo de plantación de ramones, habrá que esperar varios años a que entren en producción. Pero precisamente por ello, conviene comenzar cuanto antes.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 27 de enero de 2012. Reproducción autorizada por Juan José Morales.

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