El caso del niño perdido

ESCRUTINIO

El caso del niño perdido[1]

Juan José Morales

Creo que a muchos habitantes de Chetumal, Cancún, Cozumel, Isla Mujeres, Playa del Carmen, Carrillo Puerto, Holbox y otras ciudades y pueblos de Quintana Roo, les sorprenderá saber que cierto individuo de nombre Jorge Emilio González Martínez, mejor conocido como El Niño Verde, pretende representarlos como senador por ese estado en la próxima legislatura, que se elegirá el 1° de julio venidero en las elecciones federales junto con el presidente de la República.

clip_image002En el sitio de Internet El Abogado del Diablo aparece esta imagen satírica en la cual se liga a la familia de El Niño Verde «”propietaria del negocio llamado Partido Verde Ecologista de México»” con el título de una telenovela.

Y digo que seguramente les sorprenderá, porque aunque es candidato a dicho puesto de elección popular por parte de la coalición PRI-PVEM, y aunque estamos en plena campaña electoral, el personaje en cuestión ni siquiera se aparece por el estado. No asiste a mítines, no concede entrevistas de prensa, no se le escucha en programas de radio o televisión, no difunde ideas ni propuestas, no participa en foros, no visita mercados, sindicatos o comunidades campesinas. Es más: ni siquiera se ve su imagen en periódicos, revistas, carteles y anuncios espectaculares, como las de los demás candidatos, que se afanan por ser vistos y conocidos. Es el candidato ausente, una especie de niño perdido a quien nadie encuentra y que no quiere dar la cara.

Hay dos explicaciones a tan rara situación. Una, es que el verde infante confía en que la maquinaria electoral del PRI se encargará de llevarlo a la curul sin que él necesite mover un dedo, pues para hacerle el trabajo de conseguir votos están los priístas y en especial, el otro candidato a senador, el ex gobernador Félix González Canto, a quien tal parece que mira como su asistente o mayordomo.

La otra posible explicación es que el propio PRI le ha pedido que mejor ni se aparezca en los actos de campaña y no difunda su nombre e imagen, porque tiene tan poco prestigio «”o tanto desprestigio, si así prefiere decirse»” que si la gente lo identifica con el PRI, en lugar de sumar votos los restaría.

Sea como sea, el hecho es que, aún ausente, El Niño Verde se las ingenió para hacer que el PRI le garantice un asiento en el Senado.

En efecto, a él y no a González Canto se le dio la primera posición en las candidaturas por Quintana Roo de la coalición PRI-PVEM. De este modo, si el PRI, con su rémora verde, logra mayoría en la votación estatal para senadores, él y González Canto serán electos. Pero si «”como podría ocurrir»” queda en segundo puesto, quien irá a la cámara alta en calidad de senador de primera minoría, será El Niño Verde y no González Canto.

Como decíamos, se trata de un arreglo bastante extraño, que se cocinó en las más altas esferas del PRI en la ciudad de México, desconcertó a los priístas quintanarroenses y ha dado pie a todo tipo de especulaciones en el sentido de que tras él se esconden muy oscuros intereses.

También hay quienes opinan que ese regalo al heredero del PVEM, es parte de una estrategia que busca lograr votos para el PRI a través de ese partido, pero sin que el candidato pevemista dé la cara. El truco «”se dice»” consiste en que muchos ingenuos votarán de buena fe por el PVEM creyendo que es un partido que pugna por la protección del medio ambiente, aunque en realidad estarán votando por Peña Nieto y los candidatos a diputados y senadores del PRI.

Pero dentro del propio PRI hay tanto descontento por la imposición de la candidatura de ese individuo, que no son pocos los militantes que dicen que les encantaría ver a su partido caer hasta el tercer lugar para hacer fracasar la jugarreta de El Niño Verde y evitar que ocupe gratuitamente una curul en la Cámara de Senadores.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Miércoles 25 de abril de 2012. Reproducción autorizada por Juan José Morales

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