Limón, guanábana y timadores

ESCRUTINIO

Limón, guanábana y timadores[1]

Juan José Morales

Un apreciado lector, Francisco Villarreal, me escribe desde Mérida renviándome una información que le llegó por Internet acerca de las maravillosas propiedades anticancerosas del limón y que entre otras cosas dice que ese fruto «es un remedio probado contra el cáncer de todo tipo… contra las infecciones bacterianas y hongos, contra los parásitos internos, regula la presión arterial y combate los trastornos nerviosos.»

Y para que no haya duda de lo anterior, añade el texto: «La fuente de esta información es fascinante: se trata de uno de los mayores fabricantes de drogas en el mundo, dice que después de más de 20 pruebas de laboratorio desde 1970, los extractos revelaron que destruye las células malignas en 12 tipos de cáncer, como el de colon, de mama, próstata, pulmón y páncreas… Los compuestos de este árbol demostraron que es 10.000 veces mejor que el producto Adriamycin fármaco quimioterapéutico normalmente utilizado en el mundo para frenar el crecimiento de células cancerosas. Y lo que es aún más asombroso: este tipo de terapia con extracto de limón, sólo destruye las células malignas del cáncer y no afecta a las células sanas.»

clip_image002Asegurar que con jugo o cáscara de limón o de cualquier otra fruta puede curarse cualquier tipo de cáncer es un engaño criminal que atenta contra la salud y la vida de los ingenuos enfermos que lo crean, pero sirve a ciertos timadores para atraer clientes a su negocio de productos milagro.

Escéptico ante tantas maravillas, el amigo Villarreal comenta: «Pienso que esto también es charlatanería, como tantas y tantas recomendaciones que por distintos canales recibimos con harta frecuencia».

Es muy cierto lo que piensa. En efecto todo esto es puro cuento. Tan prodigiosas cualidades del limón se le han atribuido igualmente a la guanábana y a otras frutas, y los mensajes en los cuales se hacen tales aseveraciones tienen la misma fuente, aunque no se menciona en el caso del mensaje que llegó al amigo Villarreal. Esa fuente es el llamado Instituto de Ciencias de la Salud de Baltimore, Estados Unidos (The Health Sciences Institute en inglés), que a pesar de su rimbombante nombre no es un centro de investigación sino un simple negocio de productos milagro y terapias «alternativas».

La información «”que circula desde hace años»” es la misma en todos los casos. Lo único que cambia es el nombre de la fruta. Y el propósito de su difusión es llevar a los incautos lectores que busquen más información, hacia el portal de Internet de esa empresa.

Ya hace más de dos años, en agosto de 2010, escribimos algo al respecto. En concreto sobre las supuestas propiedades curativas de la guanábana, exactamente iguales a las atribuidas al limón, y sobre el dizque instituto que difunde tales informaciones. Decíamos en aquella ocasión:

«En esa especie de mercado de merolico que es en realidad el pomposamente llamado Instituto de Ciencias de la Salud, se puede encontrar también una diversidad de remedios mágicos para curar el cáncer, la artritis o la calvicie, multiplicar el deseo sexual, reducir la presión arterial, bajar de peso sin dejar de comer, tener los mejores orgasmos de su vida, evitar enfermedades hepáticas, proteger la próstata de todo género de enfermedades y muchos etcéteras más, incluso un programa, diseñado por un cierto Cambridge Institute «”que nada tiene qué ver con la afamada Universidad de Cambridge sino es un negocio privado»”, que en sólo ocho semanas le permitirá corregir «”usted solitito, sin tener siquiera que verle la cara a un oculista»” cualquier problema de los ojos, lo mismo miopía que hipermetropía, astigmatismo, mala visión nocturna, vista cansada y hasta el estrabismo o bizquera.»

Ciertamente, como dice el Sr. Villarreal «”a quien agradecemos su mensaje»” eso de las propiedades anticancerosas del limón (o la guanábana, o el durazno, o cualquier otra fruta) es pura charlatanería.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 31 de enero de 2013.

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