Elecciones y la deuda pública de Quintana Roo

ESCRUTINIO

Elecciones y la deuda pública de Quintana Roo[1]

Juan José Morales

Hay varias razones por las que el gobernador de Quintana Roo está poniendo tanto empeño en que en las próximas elecciones locales el PRI no sólo se haga nuevamente de la presidencia municipal de Cancún, sino que obtenga mayoría en el congreso local.

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Antes de que el lector se pregunte qué relación hay entre las finanzas de Quintana Roo y estas nenas de muy buen ver, le diremos que son parte de las porristas del equipo de futbol americano Vaqueros de Dallas, y que el gobierno del estado «”pese a la crisis por que atraviesa»” pagó 300 mil dólares para que pasaran diez días en Cozumel, so pretexto de «fomentar el turismo».

En el caso de la alcaldía, por ejemplo, dominar el ayuntamiento de ese centro turístico es indispensable para dar luz verde al proyecto del Dragon Mart y para poder continuar aquel gran negocio que durante muchos años fue el cambio de usos de suelo y que permitió enriquecerse a empresarios y políticos coludidos con ellos. El procedimiento era muy simple: se compraban a muy bajo precio terrenos catalogados como forestales y, tras los sobornos de rigor, el ayuntamiento autorizaba un cambio de uso del suelo para permitir su urbanización, su valor se multiplicaba varias veces y podían fraccionarse y venderse con enormes ganancias. Pero el actual ayuntamiento, encabezado por Julián Ricalde del PRD, frenó ese turbio negocio. En el curso de toda su gestión, no ha permitido un solo cambio de uso de suelo, sin que ello «”por cierto»” impida el desarrollo de la ciudad.

En lo que toca al congreso, una mayoría de diputados es también indispensable para seguir encubriendo y solapando la gravísima situación económica por la que atraviesan las finanzas públicas de Quintana Roo, y cuya manifestación más notoria es la monstruosa deuda pública.

Nadie sabe a ciencia cierta a cuánto asciende «”precisamente porque, al tener mayoría en el congreso»” tanto el anterior gobernador, Félix González Canto, como el actual, Roberto Borge Martín, han podido enmascararla convenientemente. Se manejan, sin embargo, cifras de entre 20 mil y 25 mil millones de pesos, con lo cual Quintana Roo sería uno de los estados más endeudados del país.

Todo ello es consecuencia de un verdadero despilfarro de recursos públicos, torpes manejos, obras realizadas a costos inflados y los exorbitantes gastos hechos para apoyar la campaña electoral de Peña Nieto«¦ gastos que «”dicho sea de paso»” no resultaron muy efectivos, pues en Quintana Roo el candidato más votado no fue el hombre del copete sino López Obrador. A agravar la situación contribuyeron los desaciertos y errores administrativos del gobierno estatal. Se habla de importantes partidas federales que se perdieron al no haber sido ejercidas oportunamente por ineptitud o falta de planificación. Y no fueron minucias, sino al menos 240 millones de pesos, según se dice.

Una de las maneras como se ha podido ocultar la magnitud de la deuda, consiste en contratar créditos a corto plazo, que pueden ocultarse al no requerir discusión en el congreso. Otra, es simplemente demorar pagos a proveedores de bienes y servicios, inclusive los numerosos periódicos, revistas y otros medios de comunicación de mínima circulación o influencia que viven de los subsidios gubernamentales o «convenios publicitarios», como discretamente se les denomina. Es más: hasta los ancianos que reciben un exiguo apoyo económico a través del limitadísimo programa de apoyo a «los abuelitos» totalmente desamparados, se quejan de retrasos de meses en sus ministraciones.

Tan crítica es la situación, que ya se habla de una fuerte inyección económica por parte del gobierno federal justo antes de la jornada electoral del próximo 7 de julio, a fin de solventar deudas a corto plazo, simular estabilidad económica ante los electores, y «”sobre todo»” calmar a los medios de comunicación, necesarios para apoyar a los candidatos del PRI.

Eso sería, empero, sólo un paliativo. Se requiere un rescate financiero, una especie de PRIbaproa. Pero En los mentideros políticos se comenta que ello está condicionado a los resultados electorales. Si nuevamente fueren adversos al PRI, se dejaría a su suerte a Borge, por ya no ser útil para el gobierno federal y su partido. O bien, de todas maneras se resolvería el problema de la deuda pero el gobernador tendría que dejar el cargo.

Ciertas o no estas versiones, el hecho es que «”como ya señalamos en esta columna»” el gobierno de Quintana Roo está echando mano de todos los trucos del repertorio mapachil para asegurarse un triunfo electoral al estilo calderonista. Es decir, «haiga sido como haiga sido».

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 21 de mayo de 2013.

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